El exactor mexicano Eduardo Verástegui asegura que practica el celibato desde hace 21 años, milita contra la legalización del aborto, no se quiso vacunar contra el covid-19, niega el cambio climático y está convencido de que la homosexualidad está ligada con la pedofilia.
Con este ideario a cuestas, que repite algunas de las premisas de la ultraderecha que han avanzado en el mundo en los últimos años, el exactor se ha posicionado como una de las figuras públicas conservadoras más influyentes de México.
La semana pasada, además, y luego de años de especulaciones, Verástegui formalizó el inicio de su carrera política y se inscribió como candidato presidencial independiente, rumbo a las elecciones generales del próximo 2 de junio.
Por ahora todavía es precandidato, ya que primero debe conseguir un aval de firmas ciudadanas para poder confirmar su postulación.
Lo que ya es un hecho es que continúa la trayectoria de personajes mediáticos que se presentaron a sí mismos como “antisistema” y que, contra todos los pronósticos, vencieron el escepticismo en su contra y lograron atraer un inesperado caudal de votos.
Ahí está, por ejemplo, Javier Milei, el economista que lidera la carrera presidencial en Argentina con miras a los comicios que se llevarán a cabo el 22 de octubre.
Nacido en 1974 en el estado de Tamaulipas, Verástegui saltó a la fama hace 30 años de la mano de Kairo, una de las tantas bandas juveniles de varones que pulularon en la época.
Luego siguió su carrera en telenovelas de alta audiencia, pero en el año 2000 decidió mudarse a EE.UU. para probar suerte en Hollywood. Su nombre cada vez se hizo más conocido gracias a proyectos en los que compartió pantalla con Sofía Vergara y Jennifer Lopez, dos de las latinas más famosas de la industria.
De a poco, la carrera artística de Verástegui comenzó a mutar hasta centrarse en proyectos que solo tuvieran que ver con la religión. Incluso creó su propia productora, lo que le permitió filmar películas contra el aborto o de divulgación de valores católicos. Desde entonces afirma que su misión es predicar la palabra de Dios alrededor del mundo.
Esa es una de las razones por las que, en 2015, reveló que hacía 13 años que era célibe. “La castidad es una virtud”, dijo. Y así ha continuado, ya que insiste en que solo volverá a tener relaciones sexuales con la mujer que elija para casarse y tener hijos.
Para lograr su objetivo, también creó organizaciones como Manto de Guadalupe, Seamos Héroes, Movimiento Viva México y, de manera más reciente, la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) en México, la cual preside.
Las polémicas han sido fundamentales para que Verástegui atraiga la atención de la opinión pública. Durante la pandemia, por ejemplo, advirtió que no pensaba vacunarse y adhirió a las teorías conspirativas.
“No confío en las personas que están detrás de las vacunas. Mucho cuidado familia, sobrios, alertas y vigilantes que el diablo, el adversario, anda como león rugiente buscando a quien devorar. Nos quieren despoblar. Tranquilos, Dios al frente”, escribió en sus redes sociales, en las que suma más de un millón de seguidores.
En varias ocasiones, además, ha atacado al colectivo LGTBI. “Sin duda alguna, la homosexualidad está vinculada con la pedofilia”, afirmó, lo que le sigue acarreando críticas que, en el fondo, le permiten hacerse más conocido.
Otro factor que llama la atención es la cercanía que mantiene con el expresidente de EE.UU., Donald Trump, quien incluso ha dicho que, si gana las elecciones en 2024, nombrará a Verástegui en algún cargo.
No es el único político famoso con el que presume fotos. En sus redes también abundan imágenes con el presidente de El Salvador, Nayib Bukele; el exprimer ministro de Gran Bretaña, Boris Johnson; el expresidente de Brasil Jair Bolsonaro; y el líder de Vox, el partido ultraconservador de España, Santiago Abascal. O con supremacistas blancos estadounidenses y otros líderes de la extrema derecha europea.
“Es un hecho. Ya es hora. Después de un período de discernimiento, tomé la decisión más importante de mi vida”, anunció Verástegui el miércoles pasado, en un mensaje que puso fin a las especulaciones sobre su ingreso formal a la política.
Ese día, de manera sorpresiva, se registró como candidato a la presidencia ante el Instituto Nacional Electora (INE). Hasta ese momento, las únicas aspirantes confirmadas eran Claudia Sheinbaum, la representante del oficialista Movimiento de Regeneración Nacional (Morena); y Xóchitl Gálvez, abanderada de la coalición opositora Frente Amplio por México.
En total, se registraron 27 candidatos independientes, de los cuales solo seis cumplieron los requisitos que permitieron que el lunes pasado el INE les entregara su constancia de registro. Verástegui estaba entre ellos.
El camino para que logre aparecer en la boleta electoral en 2024 es largo, ya que ahora debe conseguir alrededor de 900.000 firmas de apoyo ciudadano a su candidatura, y que provengan de 17de los 32 estados del país.
Además, enfrenta otro problema, ya que la Constitución establece que no podrán aspirar a la presidencia las personas que tengan doble nacionalidad o que no hayan radicado por lo menos en el último año en México, y él, desde 2020, declaró a la ciudad de Florida como su residencia permanente.
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El exactor mexicano Eduardo Verástegui asegura que practica el celibato desde hace 21 años, milita contra la legalización del aborto, no se quiso vacunar contra el covid-19, niega el cambio climático y está convencido de que la homosexualidad está ligada con la pedofilia.
Con este ideario a cuestas, que repite algunas de las premisas de la ultraderecha que han avanzado en el mundo en los últimos años, el exactor se ha posicionado como una de las figuras públicas conservadoras más influyentes de México.
La semana pasada, además, y luego de años de especulaciones, Verástegui formalizó el inicio de su carrera política y se inscribió como candidato presidencial independiente, rumbo a las elecciones generales del próximo 2 de junio.
Por ahora todavía es precandidato, ya que primero debe conseguir un aval de firmas ciudadanas para poder confirmar su postulación.
Lo que ya es un hecho es que continúa la trayectoria de personajes mediáticos que se presentaron a sí mismos como “antisistema” y que, contra todos los pronósticos, vencieron el escepticismo en su contra y lograron atraer un inesperado caudal de votos.
Ahí está, por ejemplo, Javier Milei, el economista que lidera la carrera presidencial en Argentina con miras a los comicios que se llevarán a cabo el 22 de octubre.
Nacido en 1974 en el estado de Tamaulipas, Verástegui saltó a la fama hace 30 años de la mano de Kairo, una de las tantas bandas juveniles de varones que pulularon en la época.
Luego siguió su carrera en telenovelas de alta audiencia, pero en el año 2000 decidió mudarse a EE.UU. para probar suerte en Hollywood. Su nombre cada vez se hizo más conocido gracias a proyectos en los que compartió pantalla con Sofía Vergara y Jennifer Lopez, dos de las latinas más famosas de la industria.
De a poco, la carrera artística de Verástegui comenzó a mutar hasta centrarse en proyectos que solo tuvieran que ver con la religión. Incluso creó su propia productora, lo que le permitió filmar películas contra el aborto o de divulgación de valores católicos. Desde entonces afirma que su misión es predicar la palabra de Dios alrededor del mundo.
Esa es una de las razones por las que, en 2015, reveló que hacía 13 años que era célibe. “La castidad es una virtud”, dijo. Y así ha continuado, ya que insiste en que solo volverá a tener relaciones sexuales con la mujer que elija para casarse y tener hijos.
Para lograr su objetivo, también creó organizaciones como Manto de Guadalupe, Seamos Héroes, Movimiento Viva México y, de manera más reciente, la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) en México, la cual preside.
Las polémicas han sido fundamentales para que Verástegui atraiga la atención de la opinión pública. Durante la pandemia, por ejemplo, advirtió que no pensaba vacunarse y adhirió a las teorías conspirativas.
“No confío en las personas que están detrás de las vacunas. Mucho cuidado familia, sobrios, alertas y vigilantes que el diablo, el adversario, anda como león rugiente buscando a quien devorar. Nos quieren despoblar. Tranquilos, Dios al frente”, escribió en sus redes sociales, en las que suma más de un millón de seguidores.
En varias ocasiones, además, ha atacado al colectivo LGTBI. “Sin duda alguna, la homosexualidad está vinculada con la pedofilia”, afirmó, lo que le sigue acarreando críticas que, en el fondo, le permiten hacerse más conocido.
Otro factor que llama la atención es la cercanía que mantiene con el expresidente de EE.UU., Donald Trump, quien incluso ha dicho que, si gana las elecciones en 2024, nombrará a Verástegui en algún cargo.
No es el único político famoso con el que presume fotos. En sus redes también abundan imágenes con el presidente de El Salvador, Nayib Bukele; el exprimer ministro de Gran Bretaña, Boris Johnson; el expresidente de Brasil Jair Bolsonaro; y el líder de Vox, el partido ultraconservador de España, Santiago Abascal. O con supremacistas blancos estadounidenses y otros líderes de la extrema derecha europea.
“Es un hecho. Ya es hora. Después de un período de discernimiento, tomé la decisión más importante de mi vida”, anunció Verástegui el miércoles pasado, en un mensaje que puso fin a las especulaciones sobre su ingreso formal a la política.
Ese día, de manera sorpresiva, se registró como candidato a la presidencia ante el Instituto Nacional Electora (INE). Hasta ese momento, las únicas aspirantes confirmadas eran Claudia Sheinbaum, la representante del oficialista Movimiento de Regeneración Nacional (Morena); y Xóchitl Gálvez, abanderada de la coalición opositora Frente Amplio por México.
En total, se registraron 27 candidatos independientes, de los cuales solo seis cumplieron los requisitos que permitieron que el lunes pasado el INE les entregara su constancia de registro. Verástegui estaba entre ellos.
El camino para que logre aparecer en la boleta electoral en 2024 es largo, ya que ahora debe conseguir alrededor de 900.000 firmas de apoyo ciudadano a su candidatura, y que provengan de 17de los 32 estados del país.
Además, enfrenta otro problema, ya que la Constitución establece que no podrán aspirar a la presidencia las personas que tengan doble nacionalidad o que no hayan radicado por lo menos en el último año en México, y él, desde 2020, declaró a la ciudad de Florida como su residencia permanente.
PrisioneroEnArgentina.com
Setiembre 16, 2023