El 26 noviembre 2018, bajo la firma de Carlos Alberto Rozanski, fue publicado por el órgano de propaganda Pagina 12, el artículo “Esa costumbre de matar” https://www.pagina12.com.ar/158078-esa-costumbre-de-matar. En ese manuscrito se utilizan conceptos propios de personajes irresponsables, que normalmente se escuchan en los militantes de las organizaciones políticas radicalizadas, no representan la imagen de un ex juez federal, por ejemplo: sicario, genocida, plan de verdadero exterminio, matar por la espalda, resistencia de un pueblo,se va a acabar esa costumbre de matar”. Son palabras llenas de odio, orientadas a la división de la sociedad, la destrucción de las instituciones. Y pensar que este hombre ejerció hasta hace meses como juez federal para proteger, garantizar, asegurar, los derechos humanos, constitucionales, convencionales de los argentinos.
¿Como este personaje pudo ingresar, permanecer en el poder judicial y disponer en toda impunidad un poder sin límite para juzgar ciudadanos según su ideología e intereses personales?, cuando en realidad es un militante por la desaparición del Estado de derecho, de la democrácia, proclive a la toma del poder por las armas. Abusa de la libertad de expresión porque tiene la ventaja de vivir en un país donde las autoridades políticas y la justicia dejan pasar todos sus discursos sediciosos, complotistas, de amenazas.
En un contexto de corrupción generalizada, tiene la suerte que por el momento ningún juez o fiscal lo acusa de prevaricación, violación de los derechos humanos, enriquecimiento ilícito, atentado contra el orden constitucional, la vida democrática y de otros innumerables delitos o crímenes. Sus decisiones de justicia sobre todo en los juicios de lesa humanidad deben ser anuladas.
¿Qué rol jugó Carlos Rozanski en los actos terroristas de los 70 en Argentina, era miembro de una organización terrorista, o se reconoció en esas reivindicaciones cuando ingresó al poder judicial?
Sobre los conceptos utilizados:
Sicario: por beneficios políticos, personales, y hasta económicos de sectores ilegales internacionales, los verdaderos sicarios fueron y lo son las personas como este lamentable ex juez porque asesinaron la justicia, la constitución, las convenciones internacionales, la confianza entre la sociedad y los jueces honestos. O condenaron a una muerte segura a numerosas personas en nombre de sus ideales homicidas. Sabiendo que violaban todos los principios y garantías jurídicas fundamentales, los derechos humanos en general, nunca pensaron en modificar el rumbo.
Precisamente, durante el ejercicio de la función de este ex juez federal, fue el momento histórico cuando el narcotráfico, la criminalidad organizada y la delincuencia, aumentaron considerablemente en la Argentina y la Provincia de Buenos Aires en particular, ello jamás podría haber ocurrido sin la complicidad de jueces como Rozanski. Mataron por la espalda la constitución, la justicia y la sociedad argentina.
Genocida y plan de verdadero exterminio: mencionar estos conceptos, es despreciable y miserable, mereciendo el rechazo de la sociedad y de los que vivieron esa situación dolorosa e inhumana en un momento histórico preciso. Ningún historiador o jurista responsables pueden asociarlos con la Argentina actual o el período mencionada de los 70.
El ex juez federal sabe que esos conceptos son inoperantes, porque en Argentina jurídicamente no hubo genocidio y no existe penalmente ese crimen. Utilizar esas palabras no solamente es calumnioso e injurioso sino repudiable.
Resistencia de un pueblo: A las acciones de los grupos terroristas de los 70 en Argentina, como los ataques terroristas, la intención de tomar el poder por las armas, los atentados contra las instituciones y la sociedad, los asesinatos de agentes del Estado, empresarios, industriales, hombres políticos, los secuestros y las amenazas, Rozanski busca asimilarlas a la resistencia de un pueblo, una Nación en armas, cuando no fue así porque jurídicamente se cometieron crímenes y delitos cuyos autores jamás fueron juzgados por la complicidad de la justicia federal. Además, ese concepto es de imposible existencia en la Argentina actual o en los 70.
La Resistencia: fórmula que corresponde a una época determinadas y debe responder a situaciones precisas que nunca se presentaron en la Argentina porque el país jamás estuvo bajo la ocupación de una fuerza invasora extranjera. Considerar al gobierno de los 70 o el actual, “ocupantes”, es decir enemigos, para validar una resistencia bajo todas sus formas, es ilegitimo, inexacto e inoperante. Ese postulado solo encuentra eco en los revolucionarios ‘humanistas” que, construyendo un mundo ucrónico, buscan tomar el poder por las armas y luego proceder a reformas radicales.
Observar hoy día los resultados en las regiones que bajo control del Estado Islámico crearon nuevas formas de organizaciones políticas, sociales, educativas, para tener un ejemplo de la resistencia contra un ocupante.
La utilización de la palabra pueblo muestra la manipulación conceptual que realiza Rozanski. Quiere confundir hablando únicamente desde una óptica política, “pueblo” con Nación, “pueblo” con sociedad nacional en su conjunto, pero ello no es así. Ese pueblo, al que se hace referencia está constituido por un conjunto de individuos que viven en sociedad, en un territorio comun, sometidos a las mismas leyes e instituciones políticas, no gozan de una inmunidad para levantarse en armas, cometer crímenes o delitos. Ese pueblo es en realidad la población argentina en sus aspectos demográficos, sociológicos y de la geografía humana.
Se va a acabar esa costumbre de matar: Es sorprendente cuando el mismo Rozanski hace parte de los responsables al origen de la violencia criminal en la Argentina actual. Es el resultado de sus políticas penales, donde ciegamente primero querían “hacer justicia”, es decir venganza, contra sus enemigos ideológicos, abandonando la acción judicial o aliándose con la criminalidad a la que ayudó a prosperarla. Esos nuevos grupos criminales adoptaron la costumbre de matar como lo demuestran las estadísticas de los organismos internacionales.
¿Como llamaría, Carlos Rozanski, las acciones terroristas de Montoneros, Erps y otras organizaciones armados ilegales, que en la Argentina de los 70, asesinaban por la espalda los agentes del Estado, realizaban atentados provocando numerosas víctimas, secuestraban o amenazaban hasta la sociedad civil? Para este ex juez federal, ¿los miembros de esos grupos terroristas, dialogaban, discutían, mantenían vivas sus secuestrados, atacando las unidades militares, policiales, las instituciones del Estado, eran operaciones para intercambiar ideas? Esos son ejemplos reales de la costumbre de matar.
Finalmente,
Carlos Rozanski, debe justificar en tanto que ex juez federal su fortuna personal, salvo a tener una esposa exitosa profesional y la suerte de haber recibido donaciones diversas. Además, por sus palabras, merece el repudio de la sociedad y un escrache permanente esperando que la verdadera justicia del pueblo que él admira, lo juzgue y ejecute su decisión en todo tiempo y lugar. Yo elegí defender los derechos humanos de todos los hombres y mujeres por igual, Carlos Alberto Rozanski, no. Paris, Prof. Mario Sandoval, marios46@hotmail.com, 27noviembre2018.
[1] Mario Sandoval, francés, nació en Buenos Aires. Formación y actividades en ciencias políticas y filosofía, habiendo ocupado funciones en la docencia superior y consultorías, a nivel nacional e internacional en los campos de las relaciones internacionales, la geopolítica y una trayectoria publica conocida. Regularmente realiza à nivel internacional conferencias, asesorías y publicaciones. Miembro de centros de investigaciones, asociaciones multidisciplinarias.
por Mario Sandoval[1]
El 26 noviembre 2018, bajo la firma de Carlos Alberto Rozanski, fue publicado por el órgano de propaganda Pagina 12, el artículo “Esa costumbre de matar” https://www.pagina12.com.ar/158078-esa-costumbre-de-matar. En ese manuscrito se utilizan conceptos propios de personajes irresponsables, que normalmente se escuchan en los militantes de las organizaciones políticas radicalizadas, no representan la imagen de un ex juez federal, por ejemplo: sicario, genocida, plan de verdadero exterminio, matar por la espalda, resistencia de un pueblo, se va a acabar esa costumbre de matar”. Son palabras llenas de odio, orientadas a la división de la sociedad, la destrucción de las instituciones. Y pensar que este hombre ejerció hasta hace meses como juez federal para proteger, garantizar, asegurar, los derechos humanos, constitucionales, convencionales de los argentinos.
¿Como este personaje pudo ingresar, permanecer en el poder judicial y disponer en toda impunidad un poder sin límite para juzgar ciudadanos según su ideología e intereses personales?, cuando en realidad es un militante por la desaparición del Estado de derecho, de la democrácia, proclive a la toma del poder por las armas. Abusa de la libertad de expresión porque tiene la ventaja de vivir en un país donde las autoridades políticas y la justicia dejan pasar todos sus discursos sediciosos, complotistas, de amenazas.
En un contexto de corrupción generalizada, tiene la suerte que por el momento ningún juez o fiscal lo acusa de prevaricación, violación de los derechos humanos, enriquecimiento ilícito, atentado contra el orden constitucional, la vida democrática y de otros innumerables delitos o crímenes. Sus decisiones de justicia sobre todo en los juicios de lesa humanidad deben ser anuladas.
¿Qué rol jugó Carlos Rozanski en los actos terroristas de los 70 en Argentina, era miembro de una organización terrorista, o se reconoció en esas reivindicaciones cuando ingresó al poder judicial?
Sobre los conceptos utilizados:
Sicario: por beneficios políticos, personales, y hasta económicos de sectores ilegales internacionales, los verdaderos sicarios fueron y lo son las personas como este lamentable ex juez porque asesinaron la justicia, la constitución, las convenciones internacionales, la confianza entre la sociedad y los jueces honestos. O condenaron a una muerte segura a numerosas personas en nombre de sus ideales homicidas. Sabiendo que violaban todos los principios y garantías jurídicas fundamentales, los derechos humanos en general, nunca pensaron en modificar el rumbo.
Precisamente, durante el ejercicio de la función de este ex juez federal, fue el momento histórico cuando el narcotráfico, la criminalidad organizada y la delincuencia, aumentaron considerablemente en la Argentina y la Provincia de Buenos Aires en particular, ello jamás podría haber ocurrido sin la complicidad de jueces como Rozanski. Mataron por la espalda la constitución, la justicia y la sociedad argentina.
Genocida y plan de verdadero exterminio: mencionar estos conceptos, es despreciable y miserable, mereciendo el rechazo de la sociedad y de los que vivieron esa situación dolorosa e inhumana en un momento histórico preciso. Ningún historiador o jurista responsables pueden asociarlos con la Argentina actual o el período mencionada de los 70.
El ex juez federal sabe que esos conceptos son inoperantes, porque en Argentina jurídicamente no hubo genocidio y no existe penalmente ese crimen. Utilizar esas palabras no solamente es calumnioso e injurioso sino repudiable.
Resistencia de un pueblo: A las acciones de los grupos terroristas de los 70 en Argentina, como los ataques terroristas, la intención de tomar el poder por las armas, los atentados contra las instituciones y la sociedad, los asesinatos de agentes del Estado, empresarios, industriales, hombres políticos, los secuestros y las amenazas, Rozanski busca asimilarlas a la resistencia de un pueblo, una Nación en armas, cuando no fue así porque jurídicamente se cometieron crímenes y delitos cuyos autores jamás fueron juzgados por la complicidad de la justicia federal. Además, ese concepto es de imposible existencia en la Argentina actual o en los 70.
La Resistencia: fórmula que corresponde a una época determinadas y debe responder a situaciones precisas que nunca se presentaron en la Argentina porque el país jamás estuvo bajo la ocupación de una fuerza invasora extranjera. Considerar al gobierno de los 70 o el actual, “ocupantes”, es decir enemigos, para validar una resistencia bajo todas sus formas, es ilegitimo, inexacto e inoperante. Ese postulado solo encuentra eco en los revolucionarios ‘humanistas” que, construyendo un mundo ucrónico, buscan tomar el poder por las armas y luego proceder a reformas radicales.
Observar hoy día los resultados en las regiones que bajo control del Estado Islámico crearon nuevas formas de organizaciones políticas, sociales, educativas, para tener un ejemplo de la resistencia contra un ocupante.
La utilización de la palabra pueblo muestra la manipulación conceptual que realiza Rozanski. Quiere confundir hablando únicamente desde una óptica política, “pueblo” con Nación, “pueblo” con sociedad nacional en su conjunto, pero ello no es así. Ese pueblo, al que se hace referencia está constituido por un conjunto de individuos que viven en sociedad, en un territorio comun, sometidos a las mismas leyes e instituciones políticas, no gozan de una inmunidad para levantarse en armas, cometer crímenes o delitos. Ese pueblo es en realidad la población argentina en sus aspectos demográficos, sociológicos y de la geografía humana.
Se va a acabar esa costumbre de matar: Es sorprendente cuando el mismo Rozanski hace parte de los responsables al origen de la violencia criminal en la Argentina actual. Es el resultado de sus políticas penales, donde ciegamente primero querían “hacer justicia”, es decir venganza, contra sus enemigos ideológicos, abandonando la acción judicial o aliándose con la criminalidad a la que ayudó a prosperarla. Esos nuevos grupos criminales adoptaron la costumbre de matar como lo demuestran las estadísticas de los organismos internacionales.
¿Como llamaría, Carlos Rozanski, las acciones terroristas de Montoneros, Erps y otras organizaciones armados ilegales, que en la Argentina de los 70, asesinaban por la espalda los agentes del Estado, realizaban atentados provocando numerosas víctimas, secuestraban o amenazaban hasta la sociedad civil? Para este ex juez federal, ¿los miembros de esos grupos terroristas, dialogaban, discutían, mantenían vivas sus secuestrados, atacando las unidades militares, policiales, las instituciones del Estado, eran operaciones para intercambiar ideas? Esos son ejemplos reales de la costumbre de matar.
Finalmente,
Carlos Rozanski, debe justificar en tanto que ex juez federal su fortuna personal, salvo a tener una esposa exitosa profesional y la suerte de haber recibido donaciones diversas. Además, por sus palabras, merece el repudio de la sociedad y un escrache permanente esperando que la verdadera justicia del pueblo que él admira, lo juzgue y ejecute su decisión en todo tiempo y lugar. Yo elegí defender los derechos humanos de todos los hombres y mujeres por igual, Carlos Alberto Rozanski, no. Paris, Prof. Mario Sandoval, marios46@hotmail.com, 27noviembre2018.
[1] Mario Sandoval, francés, nació en Buenos Aires. Formación y actividades en ciencias políticas y filosofía, habiendo ocupado funciones en la docencia superior y consultorías, a nivel nacional e internacional en los campos de las relaciones internacionales, la geopolítica y una trayectoria publica conocida. Regularmente realiza à nivel internacional conferencias, asesorías y publicaciones. Miembro de centros de investigaciones, asociaciones multidisciplinarias.
PrisioneroEnArgentina.com
Noviembre 27
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