El primer Playboy Club abrió sus puertas en 1960. Era una forma de hacer realidad la revista para hombres. Los clubes presentaban la decoración de un piso de soltero, muchos cócteles y hermosos conejitos con sus lindas colas de algodón. El último club propiedad de la compañía cerró sus puertas a mediados de la década de 1980. Pero en el apogeo de su popularidad, existían más de 30 clubes en los EE. UU. y en el extranjero en países como Japón y Filipinas.
El London Playboy Club, que abrió sus puertas en 1966, atrajo a celebridades como Julie Christie, Sidney Poitier, Ursula Andress, Peter Sellers, Woody Allen, David Frost y Rudolf Nureyev. En otros lugares, Tony Bennett, Johnny Carson y varios Beatles visitaron clubes o se convirtieron en clientes habituales. Los meseros de los clubes eran hermosas, mujeres jóvenes vestidas con atuendos con orejas y colas estratégicamente posicionadas. Hefner los llamó “Bunnies” en honor a Bunny’s Tavern en Urbana, Illinois, donde ocasionalmente cenaba cuando era estudiante de la Universidad de Illinois. A los conejitos no se les permitía salir con otros empleados de los clubes. No podían beber en el trabajo ni mascar chicle mientras trabajaban.
Una mamá conejita los supervisó. Las Conejitas recibieron instrucciones de ser “alegres” y “cooperativas” con los empleados masculinos de los Playboy Clubs. Se preferían las pelucas y el lápiz labial vivo. Las medias tenían que refrigerarse cuando no se usaban. Las manicuras eran obligatorias. A excepción de los gemelos de Playboy que formaban parte de sus disfraces, no se podían usar joyas. Para masajear sus pies después de usar zapatos de tacón alto todo el día, se aconsejó a Bunnies que hicieran rodar sus pies “sobre una botella de Coca-Cola vacía”. .
Para vestirse y maquillarse, las conejitas tenían que llegar una hora antes del trabajo, tiempo por el cual no se les pagaba. Para los disfraces de las conejitas, Hefner había imaginado originalmente camisones con volantes similares a los atuendos de las chicas de Ziegfeld Follies. Pero esos disfraces eran un problema al encender cigarrillos o servir bebidas. Así que Hefner estuvo de acuerdo con la idea de la Playmate Ilse Taurins de vestir a los meseros como versiones femeninas del logo de la revista. Después de un poco de experimentación, se adoptó el traje característico de los meseros, y Hefner insistió en “agregar el cordón entrecruzado en la parte superior de la pierna”.
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El primer Playboy Club abrió sus puertas en 1960. Era una forma de hacer realidad la revista para hombres. Los clubes presentaban la decoración de un piso de
soltero, muchos cócteles y hermosos conejitos con sus lindas colas de algodón. El último club propiedad de la compañía cerró sus puertas a mediados de la década de 1980. Pero en el apogeo de su popularidad, existían más de 30 clubes en los EE. UU. y en el extranjero en países como Japón y Filipinas.
El London Playboy Club, que abrió sus puertas en 1966, atrajo a celebridades como Julie Christie, Sidney Poitier, Ursula Andress, Peter Sellers, Woody Allen, David Frost y Rudolf Nureyev. En otros lugares, Tony Bennett, Johnny Carson y varios Beatles visitaron clubes o se convirtieron en clientes habituales. Los meseros de los clubes eran hermosas, mujeres jóvenes vestidas con atuendos con orejas y colas estratégicamente posicionadas. Hefner los llamó “Bunnies” en honor a Bunny’s Tavern en Urbana, Illinois, donde ocasionalmente cenaba cuando era estudiante de la Universidad de Illinois. A los conejitos no se les permitía salir con otros empleados de los clubes. No podían beber en el trabajo ni mascar chicle mientras trabajaban.
Una mamá conejita los supervisó. Las Conejitas recibieron instrucciones de ser “alegres” y “cooperativas” con los empleados masculinos de los Playboy Clubs. Se
preferían las pelucas y el lápiz labial vivo. Las medias tenían que refrigerarse cuando no se usaban. Las manicuras eran obligatorias. A excepción de los gemelos de Playboy que formaban parte de sus disfraces, no se podían usar joyas. Para masajear sus pies después de usar zapatos de tacón alto todo el día, se aconsejó a Bunnies que hicieran rodar sus pies “sobre una botella de Coca-Cola vacía”. .
Para vestirse y maquillarse, las conejitas tenían que llegar una hora antes del trabajo, tiempo por el cual no se les pagaba. Para los disfraces de las conejitas, Hefner había imaginado originalmente camisones con volantes similares a los atuendos de las chicas de Ziegfeld Follies. Pero esos disfraces eran un problema al encender cigarrillos o servir bebidas. Así que Hefner estuvo de acuerdo con la idea de la Playmate Ilse Taurins de vestir a los meseros como versiones femeninas del logo de la revista. Después de un poco de experimentación, se adoptó el traje característico de los meseros, y Hefner insistió en “agregar el cordón entrecruzado en la parte superior de la pierna”.
PrisioneroEnArgentina.com
Octubre 5, 2022