La sapiencia jurídica de la “doctora” hace que, en su afán de tratar de lo que le queda de vida no sea detrás de unos barrotes, saque de la galera diversos conejos; el último, usado profusamente por los nazis, el sippenhaft del título, eligió al juez Giménez Uriburu como blanco.
Sippenhaft, para ponerlo en criollo es “portación de apellido”, y a la “doctora” le ha venido como anillo al dedo habida en cuenta los antecedentes familiares de Rodrigo Giménez Uriburu, que, aunque no sirvan para recusarlo, al menos sirven para mostrarle a sus acólitos como viene la mano de la persecución.
Porque resulta que el juez carga con el estigma- en el esquema paranoico de la “doctora”- de ser hijo de un oficial de marina, el Capitán de Navío Héctor Giménez Uriburu lo que hace que éste, por profesión, sea un enemigo per se.
Enemigo que, según ella, cometió una serie de pecados horrendos; el original, ser oficial de la Armada Argentina y luego, sin contrición ni penitencia, haber sido edecán naval del presidente Reynaldo Bignone, cosas que, según el perturbado cerebro de la vicepresidente, condicionan la conciencia del hijo y por lo tanto éste “…no la va a absolver”.
Pero este sippenhaft no estaría completo si algunos alcahuetes que suelen viajar a la luna no hubieran acercado, también, datos sobre la madre del juez e inclusive sobre el suegro de éste. Según estas fuentes, la madre de Rodrigo- asidua escritora de cartas a La Nación- habría cometido el feroz desatino, anti Nac & Pop, de asegurar que el caso Maldonado era una fábula y, según los mismos “ortibas”, el suegro habría tenido destacada actuación en los años de plomo”
De cualquier manera, esto del sippenhaft no es algo a tomar en broma, se empieza hablando y al final se termina colgando a los parientes y amigos; si no, cabría preguntárselo a los von Stauffenberg, que por poner uno de ellos una bomba a Hitler, sus hermanos terminaron colgados con cuerdas de piano y su mujer en un campo de concentración
(*). – Sippenhaft o Sippenhaftung fue un concepto jurídico nazi según el cual un acusado de crímenes contra el Estado extendía automáticamente su responsabilidad penal en igual medida hacia sus parientes, de modo que tales familiares del acusado eran considerados igualmente culpables, arrestados y en algunos casos también condenados a muerte por el delito que cometió su pariente acusado.
Non nobis, Domine, non nobis. Sed Nomini tuo da gloriam.
⚖️
Por José Luis Milia.
La sapiencia jurídica de la “doctora” hace que, en su afán de tratar de lo que le queda de vida no sea detrás de unos barrotes, saque de la galera diversos conejos; el último, usado profusamente por los nazis, el sippenhaft del título, eligió al juez Giménez Uriburu como blanco.
Sippenhaft, para ponerlo en criollo es “portación de apellido”, y a la “doctora” le ha venido como anillo al dedo habida en cuenta los antecedentes familiares de Rodrigo Giménez Uriburu, que, aunque no sirvan para recusarlo, al menos sirven para mostrarle a sus acólitos como viene la mano de la persecución.
Porque resulta que el juez carga con el estigma- en el esquema paranoico de la “doctora”- de ser hijo de un oficial de marina, el Capitán de Navío Héctor Giménez Uriburu lo que hace que éste, por profesión, sea un enemigo per se.
Enemigo que, según ella, cometió una serie de pecados horrendos; el original, ser oficial de la Armada Argentina y luego, sin contrición ni penitencia, haber sido edecán naval del presidente Reynaldo Bignone, cosas que, según el perturbado cerebro de la vicepresidente, condicionan la conciencia del hijo y por lo tanto éste “…no la va a absolver”.
Pero este sippenhaft no estaría completo si algunos alcahuetes que suelen viajar a la luna no hubieran acercado, también, datos sobre la madre del juez e inclusive sobre el suegro de éste. Según estas fuentes, la madre de Rodrigo- asidua escritora de cartas a La Nación- habría cometido el feroz desatino, anti Nac & Pop, de asegurar que el caso Maldonado era una fábula y, según los mismos “ortibas”, el suegro habría tenido destacada actuación en los años de plomo”
De cualquier manera, esto del sippenhaft no es algo a tomar en broma, se empieza hablando y al final se termina colgando a los parientes y amigos; si no, cabría preguntárselo a los von Stauffenberg, que por poner uno de ellos una bomba a Hitler, sus hermanos terminaron colgados con cuerdas de piano y su mujer en un campo de concentración
JOSE LUIS MILIA
josemilia_686@hormail.com
(*). – Sippenhaft o Sippenhaftung fue un concepto jurídico nazi según el cual un acusado de crímenes contra el Estado extendía automáticamente su responsabilidad penal en igual medida hacia sus parientes, de modo que tales familiares del acusado eran considerados igualmente culpables, arrestados y en algunos casos también condenados a muerte por el delito que cometió su pariente acusado.
Non nobis, Domine, non nobis. Sed Nomini tuo da gloriam.
PrisioneroEnArgentina.com
Agosto 25, 2022