Muchos observadores de la política y economía nacional sostienen que en poco tiempo más la situación de la Argentina será similar a la que vivimos en el año 200. ¿Se equivocan o no? No. Es muy probable. ¿Es posible que volvamos a ver colas enormes frente a las embajadas, consulados? Sí. Coincidentemente reconocidos encuestadores sostienen que un 80% de la población desearía emigrar si estuvieran en condiciones. Nuevamente el factor de la falta de confianza en el país, sin futuro. Ante una profunda crisis económica-social, sin soluciones reales y concretas por parte del gobierno nacional se avizora un incremento del desempleo en medio de una crisis económica-social, sin paragón en este siglo. La economía sufre las consecuencias de estas largas cuarentenas que están llevando al país a un deterioro social en todos los órdenes. La emisión monetaria es enorme, la inflación crece. Los niveles de pobreza son cada vez mayores. Sumado a esto tenemos el problema del pago de la deuda externa y una dura negociación, con los acreedores externos, en un contexto de deterioro general de la economía mundial. La participación de Argentina en el comercio internacional se ha visto disminuida de manera notoria. Internamente aumenta la recesión. Periódicamente la Argentina pasa así de ser un país en el cual los hijos de los inmigrantes terminan emigrando. El Alberto Fernández al igual que decía Chávez “Exprópiese” motivo que el pueblo saliera a las calles. Pregunto: ¿Los empresarios nacionales van a invertir así? No. Los extranjeros dudo que inviertan en nuestro país. Menos empleos, menos poder de compra y más recesión económica. Mas vale la pena emigrar.
Cuando digo que emigrar es triste lo manifiesto de manera fundamentada. Los que tuvimos que emigrar, tal es mi caso, motivado por buenas condiciones laborales experimentamos ese sentimiento de ser extranjeros, muchas veces discriminados por ese motivo. Es triste porque uno está lejos de su familia, del calor y del amor de sus padres, hijos, primos o de los amigos de toda la vida. No obstante, ello las encuestas indican que lo previsible se cumplirá. ¿Es una respuesta de desconfianza al nuevo gobierno nacional? No es solamente a este, sino a todos los políticos que han ocupado el poder en la Argentina. La difícil situación económica no es solo culpa del actual gobierno que a 7 meses de asumir no ha dado señales de adonde camina el país, sino a quienes gobernaron en el periodo 2015/2019, todo agravado por “el virus invisible “y las consecuentes cuarentenas. El problema no resuelto de la corrupción, el notorio enriquecimiento de la clase política y las normativas previsibles para beneficiar a los secuaces, ya fuera de la cárcel hacen perder la esperanza de tener un país serio. Setenta por ciento de la población no cree en los políticos argentinos. La impunidad judicial es gravísima. La gente se muestra cansada, harta de vivir así, eso enferma a los muchos que son honestos. Es hora de reestablecer en Argentina el honor y el prestigio a nivel nacional, es hora de no votarlos más. Nuestro país se parece cada día más a Venezuela y a muchos países africanos. Tenemos fundados motivos para decir que vivir en Argentina es morir de a poco, esto significa que hemos perdido la fe, la confianza. Es un sentimiento colectivo. Es el fracaso de los políticos que creyeron que todo estaría bien terminando con los gobiernos militares. ¿Es esta la democracia de la que hablaba el Dr. Alfonsín? ¿La que le permitiría al pueblo comer y vivir bien? No. Por eso muchos argentinos estamos tristes y temerosos que nuestros hijos se inclinen por emigrar. Queremos una democracia en la que haya plena vigencia y respeto al orden constitucional. No queremos una democracia enferma de valores “amorales” Han pasado cuarenta años. ¿Es pedir mucho Señores Políticos? La democracia está enferma y el medicamente es uno solo. TERMINAR DEFINITIVAMENTE CON LA CORRUPCIÓN.
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Por FRANCISCO BÉNARD
LA CORRUPCIÓN SIN FIN
Muchos observadores de la política y economía nacional sostienen que en poco tiempo más la situación de la Argentina será similar a la que vivimos en el año 200. ¿Se equivocan o no? No. Es muy probable. ¿Es posible que volvamos a ver colas enormes frente a las embajadas, consulados? Sí. Coincidentemente reconocidos encuestadores sostienen que un 80% de la población desearía emigrar si estuvieran en condiciones. Nuevamente el factor de la falta de confianza en el país, sin futuro. Ante una profunda crisis económica-social, sin soluciones reales y concretas por parte del gobierno nacional se avizora un incremento del desempleo en medio de una crisis económica-social, sin paragón en este siglo. La economía sufre las consecuencias de estas largas cuarentenas que están llevando al país a un deterioro social en todos los órdenes. La emisión monetaria es enorme, la inflación crece. Los niveles de pobreza son cada vez mayores. Sumado a esto tenemos el problema del pago de la deuda externa y una dura negociación, con los acreedores externos, en un contexto de deterioro general de la economía mundial. La participación de Argentina en el comercio internacional se ha visto disminuida de manera notoria. Internamente aumenta la recesión. Periódicamente la Argentina pasa así de ser un país en el cual los hijos de los inmigrantes terminan emigrando. El Alberto Fernández al igual que decía Chávez “Exprópiese” motivo que el pueblo saliera a las calles. Pregunto: ¿Los empresarios nacionales van a invertir así? No. Los extranjeros dudo que inviertan en nuestro país. Menos empleos, menos poder de compra y más recesión económica. Mas vale la pena emigrar.
Cuando digo que emigrar es triste lo manifiesto de manera fundamentada. Los que tuvimos que emigrar, tal es mi caso, motivado por buenas condiciones laborales experimentamos ese sentimiento de ser extranjeros, muchas veces discriminados por ese motivo. Es triste porque uno está lejos de su familia, del calor y del amor de sus padres, hijos, primos o de los amigos de toda la vida. No obstante, ello las encuestas indican que lo previsible se cumplirá. ¿Es una respuesta de desconfianza al nuevo gobierno nacional? No es solamente a este, sino a todos los políticos que han ocupado el poder en la Argentina. La difícil situación económica no es solo culpa del actual gobierno que a 7 meses de asumir no ha dado señales de adonde camina el país, sino a quienes gobernaron en el periodo 2015/2019, todo agravado por “el virus invisible “y las consecuentes cuarentenas. El problema no resuelto de la corrupción, el notorio enriquecimiento de la clase política y las normativas previsibles para beneficiar a los secuaces, ya fuera de la cárcel hacen perder la esperanza de tener un país serio. Setenta por ciento de la población no cree en los políticos argentinos. La impunidad judicial es gravísima. La gente se muestra cansada, harta de vivir así, eso enferma a los muchos que son honestos. Es hora de reestablecer en Argentina el honor y el prestigio a nivel nacional, es hora de no votarlos más. Nuestro país se parece cada día más a Venezuela y a muchos países africanos. Tenemos fundados motivos para decir que vivir en Argentina es morir de a poco, esto significa que hemos perdido la fe, la confianza. Es un sentimiento colectivo. Es el fracaso de los políticos que creyeron que todo estaría bien terminando con los gobiernos militares. ¿Es esta la democracia de la que hablaba el Dr. Alfonsín? ¿La que le permitiría al pueblo comer y vivir bien? No. Por eso muchos argentinos estamos tristes y temerosos que nuestros hijos se inclinen por emigrar. Queremos una democracia en la que haya plena vigencia y respeto al orden constitucional. No queremos una democracia enferma de valores “amorales” Han pasado cuarenta años. ¿Es pedir mucho Señores Políticos? La democracia está enferma y el medicamente es uno solo. TERMINAR DEFINITIVAMENTE CON LA CORRUPCIÓN.
Dr. Francisco Bénard
Abogado, Periodista, Escritor y Poeta
PrisioneroEnArgentina.com
Julio 15, 2020