El señor ALBERTO FERNÁNDEZ dijo que no quería un títere en la Casa Rosada. Sin embargo, todo indica que lo es, ya que el poder está en la calle Juncal y Uruguay, domicilio de CRISTINA FERNÁNDEZ DE KIRCHNER. Es ella la que fija la agenda del Gobierno y la que, magnánimamente, le presta la vivienda presidencial en Olivos, a quien ya muchos lo llaman “Pinocho” de forma peyorativa. En consecuencia, no pocos funcionarios han pasado también a ser simples títeres de esta mujer, a quien algunos aman y otros muchos temen u odian.
Es tristísimo todo este espectáculo y falta de respeto a la investidura presidencial, pero es el ALBERTO el que da pie a que no se lo respete y en consecuencia no se respete su cargo de Presidente de una República que ha sido tan castigada por la clase política. Siento vergüenza ajena, y me da mucha pena escribir estas líneas, que lleguen o no, a conocimiento de “Don Pinocho”, él sabe que nada puede hacer si pretendiera un cambio. Desde antes del primer día de su mandato, está atrapado y enredado en los hilos que hábilmente maneja la marionetista CRISTINA, quien además le hace sentir el aliento en su nuca.
Buena falta le hace al país que ambos Fernández pensaran, en forma desinteresada patriótica y no co-gobernaran como lo están haciendo, mientras el país se desliza hacia el abismo. Ello genera incertidumbre y falta de confiabilidad en todas las instituciones gubernamentales, que deberían ser casi “sagradas”. El mundo mira sorprendido y en algunos casos con sorna, como una vicepresidente es la que le da órdenes al presidente “Pinocho”, hazmerreir de parte de argentinos. Mientras tanto un trasfondo de violencia se va generando, como pudimos ver en la visita, que por los incendios, hiciera ALBERTO a la provincia de Chubut. Bien lo describe un viejo refrán popular: “Siembra vientos y recogerás tempestades”
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Por Dr. FRANCISCO BÉNARD.
SIEMBRA VIENTOS Y RECOGERÁS TEMPESTADES
El señor ALBERTO FERNÁNDEZ dijo que no quería un títere en la Casa Rosada. Sin embargo, todo indica que lo es, ya que el poder está en la calle Juncal y Uruguay, domicilio de CRISTINA FERNÁNDEZ DE KIRCHNER. Es ella la que fija la agenda del Gobierno y la que, magnánimamente, le presta la vivienda presidencial en Olivos, a quien ya muchos lo llaman “Pinocho” de forma peyorativa. En consecuencia, no pocos funcionarios han pasado también a ser simples títeres de esta mujer, a quien algunos aman y otros muchos temen u odian.
Es tristísimo todo este espectáculo y falta de respeto a la investidura presidencial, pero es el ALBERTO el que da pie a que no se lo respete y en consecuencia no se respete su cargo de Presidente de una República que ha sido tan castigada por la clase política. Siento vergüenza ajena, y me da mucha pena escribir estas líneas, que lleguen o no, a conocimiento de “Don Pinocho”, él sabe que nada puede hacer si pretendiera un cambio. Desde antes del primer día de su mandato, está atrapado y enredado en los hilos que hábilmente maneja la marionetista CRISTINA, quien además le hace sentir el aliento en su nuca.
[ezcol_1third] [/ezcol_1third] [ezcol_1third] [/ezcol_1third] [ezcol_1third_end] [/ezcol_1third_end]Buena falta le hace al país que ambos Fernández pensaran, en forma desinteresada patriótica y no co-gobernaran como lo están haciendo, mientras el país se desliza hacia el abismo. Ello genera incertidumbre y falta de confiabilidad en todas las instituciones gubernamentales, que deberían ser casi “sagradas”. El mundo mira sorprendido y en algunos casos con sorna, como una vicepresidente es la que le da órdenes al presidente “Pinocho”, hazmerreir de parte de argentinos. Mientras tanto un trasfondo de violencia se va generando, como pudimos ver en la visita, que por los incendios, hiciera ALBERTO a la provincia de Chubut. Bien lo describe un viejo refrán popular: “Siembra vientos y recogerás tempestades”
Francisco Benard
Abogado
PrisioneroEnArgentina.com
Marzo 14, 2021