En el marco de la Mega Causa Zona 5 que desde hace nada menos que 4 años se lleva a cabo en la ciudad de Bahía Blanca, el jueves pasado los imputados sobrevivientes (en su transcurso murieron 9 de un total de 40) acorde a lo legalmente establecido pudimos pronunciar las palabras finales. A continuación, en un video de 35 minutos se podrá ver y escuchar al Coronel (R) VGM del Ejército Argentino ENRIQUE STEL. Este a treves de la palara deja un legado veraz y muy abarcativo de este lamentable ciclo que nos tocó vivir a todos aquellos que fuimos imputados a como dé lugar por los bien o mal llamados delitos de lesa humanidad. Tengo la convicción que cuanto vuelva la calma “judicial” que por supuesto todavía no llegará por largo tiempo, su exposición le servirá de base para escribir un nuevo e interesante libro que se sumará a los ya publicados por él. Seguramente si en el futuro llegara al gobierno gente honesta y justa de verdad, este servirá de consulta para que se pueda entender y juzgar este siniestro y pendular ciclo de nuestra historia. Como pudimos ver y palpar, en él los terroristas que asolaron la Argentina y tiñeron sus calles con sangre de hombres, mujeres y niños, incomprensiblemente pasaron a ser víctimas, y quienes protegieron a la nación los victimarios que padecimos y morimos en prisión. ¿Dios y la Patria, se lo demandará a alguien?
“Algunas personas dicen que en los tiempos actuales “la mentira es tan poderosa que decir la verdad ocasiona sufrimiento”, pero en mi opinión siempre fue así y, además, el sufrimiento con un sentido tiene consecuencias inconmensurablemente positivas, caso contrario el sufrimiento de Cristo en la cruz, hubiese sido en vano y hoy, no existiría el cristianismo. Convencido de ello, y también consciente de que callar es la opción más cómoda y menos riesgosa, no me perdonaría terminar este debate oral, sin decir lo que pienso”.
“ Mas de 10 años de prisión preventiva sin condena me convencen que “lo justo” no se concilia muchas veces con la realidad, y que el Estado de Derecho es una meta que estamos muy lejos de alcanzar”.
“Durante el desarrollo de este debate oral, han fallecido 9 encausados lo que constituye el 25 % de los imputados. Esta situación coloca a la Mega Causa Zona 5 en el primer puesto del podio en la historia de los juicios de lesa humanidad por la cantidad de fallecidos durante el desarrollo de un debate oral”.
“He visto sesos humanos dentro de un casco, gente mutilada física y psíquicamente, pero nunca imaginé en mi vida, que, en tiempos de paz, vería vía streaming a un moribundo participando de un debate oral, acostado en una cama, cuando era visible su imposibilidad cognitiva y por ende legal, para participar de un juicio y defenderse”.
“Durante la Guerra de Malvinas fui Prisionero de Guerra. por voluntad propia. Mi jefe quedó detenido y nosotros decidimos unirnos a él en su futuro derrotero. Fuimos, somos y seguiremos siendo hombres de armas unidos en nuestro trayecto de vida por convicción y por la fe en Dios. Por eso no ha sido casual que muchos testigos en este debate oral hayan sido comandos o participaron en la guerra por la Recuperación de las Islas Malvinas, Georgias y Sándwich del Sur”.
“Conforme a mis vivencias como prisionero de guerra, nuestros enemigos cumplieron con el Tercer Convenio Ginebra al pie de la letra, nos asignaron un médico clínico, un dentista, nos alimentaron, nos brindaron seguridad física, nos pagaron el sueldo que establece el convenio, celebrábamos misa los domingos, conmemorábamos las fechas patrias y aquellos que tuvieron una dolencia física que la potencia detentora no podía atender en el campo de prisioneros, fueron repatriados al continente. Ese fue el caso, entre otros, del Señor General de Brigada Mauricio Fernández Funes de la Compañía de Comandos 602, quien prestó declaración testimonial en este debate, quien tuvo principio de congelamiento en un pie y fue trasladado a Puerto Madryn”.
“A raíz de este proceso penal en curso, estuve preso en el Penal de Villa Urquiza de Tucumán, por disposición de la Doctora Duffy de la Justicia Federal Argentina en Tucumán. En el penal referenciado, había ratas flotando en los tachos donde traían la comida, la falta de higiene era inocultable, las ratas tenían sus horarios y caminos donde transitaba todos los días, a las celdas había que taparles las entradas para que no se metieran adentro. Las ratas me comieron parte de mis zapatos y de un pan dulce que me trajeron para las fiestas de fin de año. En el penal, la materia fecal afloraba por algunas las alcantarillas. El agua corriente no era apta para consumo humano. La calefacción en invierno o refrigeración en verano era inexistente. Nos quedábamos sin agua por días, en particular en verano”.
“De los 3 años y 6 meses que estuve preso en ese penal, 3 años estuve en situación de aislamiento, porque como era el único militar detenido por causas de lesa humanidad, me alojaron en el Consultorio Nro 5, un consultorio abandonado al final de un pasillo devenido en celda, donde una ventana con rejas de 20 x 40 centímetros era todo lo que había por ventilación. La mayoría de las veces los penitenciarios ni venían a controlar mi existencia. Ningún Capellán Militar vino a preguntarme si necesitaba asistencia espiritual. Había un consultorio odontológico y una dentista contratada, pero no atendía por falta de insumos. Yo no interactuaba con nadie porque estaba solo, únicamente contaba, como en el tango “Café la Humedad”, con la compañía de un gato que el cordón de mis zapatos destrozaba con placer. Lo rescaté de la imprenta del penal con 1 mes de vida, el que se convirtió en Zdravo, el gato penitenciario”.
“Tuve que pedirle al médico de la unidad carcelaria, 5 veces que conforme mi legajo de salud. Me enfermé de síndrome depresivo reactivo grave, yo ni me di cuenta por supuesto. Me revisaron los médicos del penal, luego los del cuerpo médico forense de la provincia de Tucumán y finalmente los del Cuerpo Médico de la CSJN. Dictaminaron que como no había psiquiatra en la unidad carcelaria que pudiese atenderme, no debía continuar alojado en esa cárcel y debía estar en un entorno de contención familiar y recibir el tratamiento adecuado”.
“Quienes conoce el Derecho de Ejecución Penal, saben que un acto de indisciplina grave en una unidad carcelaria se sanciona con 15 días de aislamiento como máximo, yo estuve 3 años en situación de aislamiento sin haber infringido norma alguna. Haberme enfermado de Síndrome Depresivo Reactivo Grave no fue una casualidad, fue una consecuencia previsible para cualquier mente lúcida que siente y respeta la humanidad de su entorno”.
“Pero claro, como yo no soy Romero Cacharane ni Verbitsky es amigo mío, no tuve la oportunidad de llegar a la CIDH para defender mis derechos. Solo mis abogados pidieron mi traslado al domicilio a los Jueces Federales Ferro, Triputti y Baba, quienes me lo negaron. Todos sabemos muy bien quien son esos magistrados y que imputaciones pesan sobre ellos, lo cual hace entendible la crueldad con que fui tratado”.
“El aislamiento no fue gratis, yo me enfermé con el síndrome mencionado y mi gato Zdravo de TOC, por el que tuvo que ser tratado durante más de 1 año, con las consecuencias de algunas heridas autoinfligidas y medicamentos. Pudo superarlo, aunque no le agrada el contacto social. Yo sigo luchando contra algunos fantasmas”.
“En síntesis, mi enemigo inglés en la guerra, me trató mejor que mis connacionales en la paz. Y nuevamente me pregunto si esta es la forma en que los argentinos deseamos cumplir con nuestra obligación de respeto por los derechos humanos o si somos objeto de venganzas por acciones u omisiones de los que no somos responsables”.
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En el marco de la Mega Causa Zona 5 que desde hace nada menos que 4 años se lleva a cabo en la ciudad de Bahía Blanca, el jueves pasado los imputados sobrevivientes (en su transcurso murieron 9 de un total de 40) acorde a lo legalmente establecido pudimos pronunciar las palabras finales. A continuación, en un video de 35 minutos se podrá ver y escuchar al Coronel (R) VGM del Ejército Argentino ENRIQUE STEL. Este a treves de la palara deja un legado veraz y muy abarcativo de este lamentable ciclo que nos tocó vivir a todos aquellos que fuimos imputados a como dé lugar por los bien o mal llamados delitos de lesa humanidad. Tengo la convicción que cuanto vuelva la calma “judicial” que por supuesto todavía no llegará por largo tiempo, su exposición le servirá de base para escribir un nuevo e interesante libro que se sumará a los ya publicados por él. Seguramente si en el futuro llegara al gobierno gente honesta y justa de verdad, este servirá de consulta para que se pueda entender y juzgar este siniestro y pendular ciclo de nuestra historia. Como pudimos ver y palpar, en él los terroristas que asolaron la Argentina y tiñeron sus calles con sangre de hombres, mujeres y niños, incomprensiblemente pasaron a ser víctimas, y quienes protegieron a la nación los victimarios que padecimos y morimos en prisión. ¿Dios y la Patria, se lo demandará a alguien?
Claudio Kussman
Comisario Mayor (R)
Policía Prov. Buenos Aires
claudio@PrisioneroEnArgentina.com
www.PrisioneroEnArgentina.com
ALGUNOS PÁRRAFOS SOBRESALIENTES
“Algunas personas dicen que en los tiempos actuales “la mentira es tan poderosa que decir la verdad ocasiona sufrimiento”, pero en mi opinión siempre fue así y, además, el sufrimiento con un sentido tiene consecuencias inconmensurablemente positivas, caso contrario el sufrimiento de Cristo en la cruz, hubiese sido en vano y hoy, no existiría el cristianismo. Convencido de ello, y también consciente de que callar es la opción más cómoda y menos riesgosa, no me perdonaría terminar este debate oral, sin decir lo que pienso”.
“ Mas de 10 años de prisión preventiva sin condena me convencen que “lo justo” no se concilia muchas veces con la realidad, y que el Estado de Derecho es una meta que estamos muy lejos de alcanzar”.
“Durante el desarrollo de este debate oral, han fallecido 9 encausados lo que constituye el 25 % de los imputados. Esta situación coloca a la Mega Causa Zona 5 en el primer puesto del podio en la historia de los juicios de lesa humanidad por la cantidad de fallecidos durante el desarrollo de un debate oral”.
“He visto sesos humanos dentro de un casco, gente mutilada física y psíquicamente, pero nunca imaginé en mi vida, que, en tiempos de paz, vería vía streaming a un moribundo participando de un debate oral, acostado en una cama, cuando era visible su imposibilidad cognitiva y por ende legal, para participar de un juicio y defenderse”.
“Durante la Guerra de Malvinas fui Prisionero de Guerra. por voluntad propia. Mi jefe quedó detenido y nosotros decidimos unirnos a él en su futuro derrotero. Fuimos, somos y seguiremos siendo hombres de armas unidos en nuestro trayecto de vida por convicción y por la fe en Dios. Por eso no ha sido casual que muchos testigos en este debate oral hayan sido comandos o participaron en la guerra por la Recuperación de las Islas Malvinas, Georgias y Sándwich del Sur”.
“Conforme a mis vivencias como prisionero de guerra, nuestros enemigos cumplieron con el Tercer Convenio Ginebra al pie de la letra, nos asignaron un médico clínico, un dentista, nos alimentaron, nos brindaron seguridad física, nos pagaron el sueldo que establece el convenio, celebrábamos misa los domingos, conmemorábamos las fechas patrias y aquellos que tuvieron una dolencia física que la potencia detentora no podía atender en el campo de prisioneros, fueron repatriados al continente. Ese fue el caso, entre otros, del Señor General de Brigada Mauricio Fernández Funes de la Compañía de Comandos 602, quien prestó declaración testimonial en este debate, quien tuvo principio de congelamiento en un pie y fue trasladado a Puerto Madryn”.
“De los 3 años y 6 meses que estuve preso en ese penal, 3 años estuve en situación de aislamiento, porque como era el único militar detenido por causas de lesa humanidad, me alojaron en el Consultorio Nro 5, un consultorio abandonado al final de un pasillo devenido en celda, donde una ventana con rejas de 20 x 40 centímetros era todo lo que había por ventilación. La mayoría de las veces los penitenciarios ni venían a controlar mi existencia. Ningún Capellán Militar vino a preguntarme si necesitaba asistencia espiritual. Había un consultorio odontológico y una dentista contratada, pero no atendía por falta de insumos. Yo no interactuaba con nadie porque estaba solo, únicamente contaba, como en el tango “Café la Humedad”, con la compañía de un gato que el cordón de mis zapatos destrozaba con placer. Lo rescaté de la imprenta del penal con 1 mes de vida, el que se convirtió en Zdravo, el gato penitenciario”.
“Tuve que pedirle al médico de la unidad carcelaria, 5 veces que conforme mi legajo de salud. Me enfermé de síndrome depresivo reactivo grave, yo ni me di cuenta por supuesto. Me revisaron los médicos del penal, luego los del cuerpo médico forense de la provincia de Tucumán y finalmente los del Cuerpo Médico de la CSJN. Dictaminaron que como no había psiquiatra en la unidad carcelaria que pudiese atenderme, no debía continuar alojado en esa cárcel y debía estar en un entorno de contención familiar y recibir el tratamiento adecuado”.
“Quienes conoce el Derecho de Ejecución Penal, saben que un acto de indisciplina grave en una unidad carcelaria se sanciona con 15 días de aislamiento como máximo, yo estuve 3 años en situación de aislamiento sin haber infringido norma alguna. Haberme enfermado de Síndrome Depresivo Reactivo Grave no fue una casualidad, fue una consecuencia previsible para cualquier mente lúcida que siente y respeta la humanidad de su entorno”.
“Pero claro, como yo no soy Romero Cacharane ni Verbitsky es amigo mío, no tuve la oportunidad de llegar a la CIDH para defender mis derechos. Solo mis abogados pidieron mi traslado al domicilio a los Jueces Federales Ferro, Triputti y Baba, quienes me lo negaron. Todos sabemos muy bien quien son esos magistrados y que imputaciones pesan sobre ellos, lo cual hace entendible la crueldad con que fui tratado”.
“El aislamiento no fue gratis, yo me enfermé con el síndrome mencionado y mi gato Zdravo de TOC, por el que tuvo que ser tratado durante más de 1 año, con las consecuencias de algunas heridas autoinfligidas y medicamentos. Pudo superarlo, aunque no le agrada el contacto social. Yo sigo luchando contra algunos fantasmas”.
“En síntesis, mi enemigo inglés en la guerra, me trató mejor que mis connacionales en la paz. Y nuevamente me pregunto si esta es la forma en que los argentinos deseamos cumplir con nuestra obligación de respeto por los derechos humanos o si somos objeto de venganzas por acciones u omisiones de los que no somos responsables”.