Días pasados en una pensión céntrica de Córdoba, capital de la provincia homónima fue detenido SEBASTIÁN GAUNA SAN MILLÁN, a quien se le secuestró un documento de identidad a nombre de un tercero, pero con su foto, LSD, hongos alucinógenos, cogollos de marihuana, envases varios y una balanza de precisión. También un cuaderno con las patentes de los vehículos operativos (sin identificación policial) que utiliza la Policía Federal en Córdoba, elementos que evidencian su actividad ilícita como narcotraficante. El mismo en la ciudad de Bahía Blanca, provincia de Buenos Aires, había formado parte de la “La Banda del Éxtasis” dedicada a la comercialización de drogas, desbaratada en el año 2018, en el marco de la operación “Drogas Sintéticas II” logrando darse a la fuga. El resto de sus integrantes, EZEQUIEL BORJA, FACUNDO TEXIDO, FEDERICO RAÚL HERNANDO, GASTÓN EDUARDO SÁENZ, los hermanos PABLO HORACIO y GUSTAVO RAFAEL NOGALES, NATALIA MOSCARDI, EMILIANO GASTÓN LUCANERA Y GASTÓN BALLESTEROS habían sido detenidos. Trasladado a la ciudad sureña, se negó a declarar ante las autoridades judiciales que entienden en la causa.
Es de destacar que SAN MILLÁN es el sobrino del Fiscal General de la Justicia Federal de dicha ciudad, ALEJÁNDRO CÁNTARO, militante de la agrupación Justicia Legítima, quien estaba vinculado con los narcos según surge de numerosas escuchas telefónicas. Procesado en febrero de 2019, como Argentina es un país generoso, (con algunos), no fue detenido, encontrándose desde entonces, con “licencia” en la justicia federal. Ahora bien, yo, imputado en esa misma ciudad por los bien o mal llamados delitos de lesa humanidad, estoy sometido a derechos legales restringidos y “no gozo de la igualdad ante la ley” de la que tanto se verborrea. Además, como el resto de los adultos mayores, me avasalla un poder judicial con funcionarios militantes, desaprensivos, irresponsables, temerosos de los “escraches” de las organizaciones radicalizadas de derechos humanos y como policía retirado, también debo enfrentar una narco-justicia a la cual por ahora CANTARO, sigue perteneciendo. También en la misma están sus amigos de tantos años, llámense ULPIANO MARTINEZ, fiscal nombrado por MAURICIO MACRI o PABLO CANDISANO MERA, Presidente de la Cámara Federal de Apelaciones de Bahía Blanca y otros que desconozco por estar en las sombras. Con ellos seguramente me cruzaré el día que yo sea llevado a juicio, por “la memoria, verdad y justicia”. Por supuesto los organismos de derechos humanos en el caso CANTARO, guardaron sepulcral silencio, si él es como de la familia. En instituciones como las policiales, cuando se da que uno de sus integrantes se cruza de vereda y se mezcla con la delincuencia, EN EL ACTO, es apartado y detenido, por el peligro que representa para sus pares. Esta no es la conducta del poder judicial que como hemos visto en otras oportunidades, si un juez genera mucho escándalo por sus delitos, se le da la opción de renunciar y acogerse a una jubilación de privilegio. Después el tiempo, cubre todo con un manto de olvido, y que pase el corrupto funcionario judicial que sigue, que todavía quedan adultos mayores (uniformados y civiles) para seguir deteniendo a como dé lugar.
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Por CLAUDIO KUSSMAN.
NARCOS, LOS GENOCIDAS DEL PRESENTE Y DEL FUTURO
[ezcol_1half]Días pasados en una pensión céntrica de Córdoba, capital de la provincia homónima fue detenido SEBASTIÁN GAUNA SAN MILLÁN, a quien se le secuestró un documento de identidad a nombre de un tercero, pero con su foto, LSD, hongos alucinógenos, cogollos de marihuana, envases varios y una balanza de precisión. También un cuaderno con las patentes de los vehículos operativos (sin identificación policial) que utiliza la Policía Federal en Córdoba, elementos que evidencian su actividad ilícita como narcotraficante. El mismo en la ciudad de Bahía Blanca, provincia de Buenos Aires, había formado parte de la “La Banda del Éxtasis” dedicada a la comercialización de drogas, desbaratada en el año 2018, en el marco de la operación “Drogas Sintéticas II” logrando darse a la fuga. El resto de sus integrantes, EZEQUIEL BORJA, FACUNDO TEXIDO, FEDERICO RAÚL HERNANDO, GASTÓN EDUARDO SÁENZ, los hermanos PABLO HORACIO y GUSTAVO RAFAEL NOGALES, NATALIA MOSCARDI, EMILIANO GASTÓN LUCANERA Y GASTÓN BALLESTEROS habían sido detenidos. Trasladado a la ciudad sureña, se negó a declarar ante las autoridades judiciales que entienden en la causa.
Es de destacar que SAN MILLÁN es el sobrino del Fiscal General de la Justicia Federal de dicha ciudad, ALEJÁNDRO CÁNTARO, militante de la agrupación Justicia Legítima, quien estaba vinculado con los narcos según surge de numerosas escuchas telefónicas. Procesado en febrero de 2019, como Argentina es un país generoso, (con algunos), no fue detenido, encontrándose desde entonces, con “licencia” en la justicia federal. Ahora bien, yo, imputado en esa misma ciudad por los bien o mal llamados delitos de lesa humanidad, estoy sometido a derechos legales restringidos y “no gozo de la igualdad ante la ley” de la que tanto se verborrea. Además, como el resto de los adultos mayores, me avasalla un poder judicial con funcionarios militantes, desaprensivos, irresponsables, temerosos de los “escraches” de las organizaciones radicalizadas de derechos humanos y como policía retirado, también debo enfrentar una narco-justicia a la cual por ahora CANTARO, sigue perteneciendo. También en la misma están sus amigos de tantos años, llámense ULPIANO MARTINEZ, fiscal nombrado por MAURICIO MACRI o PABLO CANDISANO MERA, Presidente de la Cámara Federal de Apelaciones de Bahía Blanca y otros que desconozco por estar en las sombras. Con ellos seguramente me cruzaré el día que yo sea llevado a juicio, por “la memoria, verdad y justicia”. Por supuesto los organismos de derechos humanos en el caso CANTARO, guardaron sepulcral silencio, si él es como de la familia. En instituciones como las policiales, cuando se da que uno de sus integrantes se cruza de vereda y se mezcla con la delincuencia, EN EL ACTO, es apartado y detenido, por el peligro que representa para sus pares. Esta no es la conducta del poder judicial que como hemos visto en otras oportunidades, si un juez genera mucho escándalo por sus delitos, se le da la opción de renunciar y acogerse a una jubilación de privilegio. Después el tiempo, cubre todo con un manto de olvido, y que pase el corrupto funcionario judicial que sigue, que todavía quedan adultos mayores (uniformados y civiles) para seguir deteniendo a como dé lugar.
Claudio Kussman
Comisario Mayor (R)
Policía Pcia. Buenos Aires
Noviembre 07, 2020
claudio@PrisioneroEnArgentina.com
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Noviembre 7, 2020