Conocí a este entrañable hombre de bien, Coronel (R) del Ejército Argentino, a fines del año 2014, cuando compartimos espacio en el pabellón 19 de la Unidad 31 de Ezeiza. Este solterón empedernido, con sus 85 años de edad era uno de los detenidos más ancianos en prisión, muy lejos de mis 69 de ese momento. Su familia la había armado a través del afecto a lo largo de los años y estaba compuesta por 10 ahijados, suboficiales o soldados que habían servido con él y los hijos de estos, los que eran sus nietos del corazón. Varios de ellos lo visitaban frecuentemente, lo que habla de su bonhomía como ser humano. Muy respetuoso en sus formas, era un digno y pulcro viejo achacoso y querible, entre todo nosotros los más “jóvenes” que lo cuidábamos y ayudábamos. A modo de broma solíamos decirle que en su época los cañones se cargaban por adelante, lo que le hacía gracia y de inmediato nos daba una clase sobre este tipo de armamento. Compartimos el gusto por los dulces, por lo que luego de las visitas de familiares y amigos y con buena provisión de los mismos, los intercambiamos casi en secreto. No siempre nos alcanzaban para convidar al resto de los prisioneros. Sobre él escribimos notas (1 y 2) en este sitio, en general amargas ya que son el fiel testimonio de la iniquidad y el abuso cobarde que se lleva a cabo al día de hoy, con octogenarios y nonagenarios en las cárceles argentinas. Al mismo tiempo, asesinos devenidos en “jóvenes idealistas” son recordados en el bronce, o gozan de prebendas y cargos gubernamentales. Ya en prisión domiciliaria y estando él muy mal, mantuvimos un periódico contacto telefónico, hasta que el 29 de mayo cuando lo llamara por celebrarse el día del Ejército al que le dedicó el alma y la vida, su línea ya no respondió. Internado, partió el 10 del corriente. Ahora es definitivamente libre, lejos del bien y del mal terrenal.
Si de verdad existe el más allá, seguramente nos volveremos a encontrar, para continuar una amistad que por trágicos acontecimientos se inició en el encierro de un mundo paralelo y en el ocaso de nuestras vidas.
Claudio Kussman.
Interno L.U.P 345.349
Servicio Penitenciario Federal
Junio 15, 2018
“Si me queréis mandar a la cárcel por intentar
salvarle la vida a alguien, adelante. La próxima vez,
prometo señalarles con el dedo, reírme
y luego irme a comer la cena de Fritanga”.
James Dashner (1972 – )
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1)
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ADVERTENCIA: TODA IMAGEN O VÍDEOS QUE SE EXHIBEN
EN NUESTRA PÁGINA, SE ENCUENTRAN ALMACENADOS FUERA DE ARGENTINA.
Escribe CLAUDIO KUSSMAN.
Conocí a este entrañable hombre de bien, Coronel (R) del Ejército Argentino, a fines del año 2014, cuando compartimos espacio en el pabellón 19 de la Unidad 31 de Ezeiza. Este solterón empedernido, con sus 85 años de edad era uno de los detenidos más ancianos en prisión, muy lejos de mis 69 de ese momento. Su familia la había armado a través del afecto a lo largo de los años y estaba compuesta por 10 ahijados, suboficiales o soldados que habían servido con él y los hijos de estos, los que eran sus nietos del corazón. Varios de ellos lo visitaban frecuentemente, lo que habla de su bonhomía como ser humano. Muy respetuoso en sus formas, era un digno y pulcro viejo achacoso y querible, entre todo nosotros los más “jóvenes” que lo cuidábamos y ayudábamos. A modo de broma solíamos decirle que en su época los cañones se cargaban por adelante, lo que le hacía gracia y de inmediato nos daba una clase sobre este tipo de armamento. Compartimos el gusto por los dulces, por lo que luego de las visitas de familiares y amigos y con buena provisión de los mismos, los intercambiamos casi en secreto. No siempre nos alcanzaban para convidar al resto de los prisioneros. Sobre él escribimos notas (1 y 2) en este sitio, en general amargas ya que son el fiel testimonio de la iniquidad y el abuso cobarde que se lleva a cabo al día de hoy, con octogenarios y nonagenarios en las cárceles argentinas. Al mismo tiempo, asesinos devenidos en “jóvenes idealistas” son recordados en el bronce, o gozan de prebendas y cargos gubernamentales. Ya en prisión domiciliaria y estando él muy mal, mantuvimos un periódico contacto telefónico, hasta que el 29 de mayo cuando lo llamara por celebrarse el día del Ejército al que le dedicó el alma y la vida, su línea ya no respondió. Internado, partió el 10 del corriente. Ahora es definitivamente libre, lejos del bien y del mal terrenal.
Si de verdad existe el más allá, seguramente nos volveremos a encontrar, para continuar una amistad que por trágicos acontecimientos se inició en el encierro de un mundo paralelo y en el ocaso de nuestras vidas.
Claudio Kussman.
Interno L.U.P 345.349
Servicio Penitenciario Federal
Junio 15, 2018
1)
2)
[/ezcol_1half_end]ADVERTENCIA: TODA IMAGEN O VÍDEOS QUE SE EXHIBEN
EN NUESTRA PÁGINA, SE ENCUENTRAN ALMACENADOS FUERA DE ARGENTINA.
PrisioneroEnArgentina.com
Junio 16, 2018
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