Uno de mis tristemente célebres defectos es el de ser socialmente inepto en cuanto al momento y al lugar en donde uno puede realizar una broma, señalar una ironía o utilizar un despiadado sarcasmo. Es tentador, en otras oportunidades, se es forzado por terceros.
Para tratar de no hacer esto, es necesario dibujar el panorama disparador de un estado que hoy tiene más de 3.540 casos y 140 fallecidos, y de una ciudad con 1.300 casos de contagio y 75 ciudadanos que dejaron de existir. ¿Cómo se llegó a este punto de alarma roja, de Defcon 2?
Para comprender esto, hay que analizar la disputa entre la ciencia convencional y las autoridades de New Orleans.
Mardi Gras, o Fat Tuesday, se refiere a los eventos de la celebración del Carnaval, que comienzan en o después de las fiestas cristianas de la Epifanía y culminan el día anterior al Miércoles de Ceniza, que se conoce como Martes de Carnaval.
El 21 de enero del año en curso se conoce el primer caso confirmado en los Estados Unidos. Se trató de un hombre de unos 30 años del estado de Washington, que viajó a Wuhan, es diagnosticado con un nuevo coronavirus. Dos días después, China impone severas medidas de contención en Wuhan, el epicentro del brote, suspendiendo vuelos y trenes y cerrando el transporte en subterráneos, autobuses y transbordadores en un intento por detener la propagación del virus. Luego de una semana, y por sexta vez en su historia, la Organización Mundial de la Salud declara una “emergencia de salud pública de interés internacional”, una designación reservada para eventos extraordinarios que amenazan con extenderse internacionalmente. La OMS también emitió una advertencia de que todos los países deben estar preparados para la contención, incluidos los activos vigilancia, detección temprana, aislamiento y manejo de casos, localización de contactos y prevención de la propagación del virus. El mismo día, el Estado de Washington en los EE. UU. declaró una Emergencia de Nivel 1 y activó su Centro de Respuesta de Emergencia para enfrentar el brote de coronavirus ahora global. El día 5 de febrero, más de 3.600 pasajeros entran en cuarentena en un crucero frente a la costa de Yokohama, Japón, mientras que los pasajeros y la tripulación se someten a exámenes de salud. El número de casos confirmados a bordo del barco eventualmente aumentaría a más de 700, convirtiéndolo en uno de los brotes más grandes fuera de China.
Los casos se reproducían y no había dudas de la peligrosidad y velocidad con la que se transportaba el virus. Lo que si había era más que suficiente información exhibiendo motivo de preocupación y tomar serias decisiones. Es por ello que llevar a cabo un festival como Mardi Gras, en estos momentos, era no tener sentido común. El 24 de febrero, el Centro de Enfermedades infectocontagiosas emitió un comunicado sobre la epidemia en Estados Unidos. Febrero 25… Mardi Gras. Miles de personas aglutinadas en el French Quarter de New Orleans, sin respetar distancias, compartiendo bebidas y collares típicos de la celebración.
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Mardi Gras
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Ahora
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LaToya Cantrell, alcaldesa de New Orleans, defendió su postura de no cancelar el encuentro anual diciendo que lo había consultado con sus directores de salud quienes la habían calmado en ese aspecto. Cuando las estadísticas del virus llegaron a los oídos de los funcionarios, estos culpan al gobierno federal ya que entienden que la ayuda médica no es suficiente.
“Estoy convencido que la diseminación del virus ocurrió durante el Mardi Gras, dado el momento. Alguien lo trajo aquí y luego comenzó a propagarse lentamente”, dijo el Dr. Joshua Denson, médico pulmonar y de cuidados críticos en el Centro Médico Tulane en Nueva Orleans.
“Diagnostiqué el segundo caso, el primer paciente crítico, aquí el fin de semana pasado”, dijo. “Su momento fue aproximadamente dos semanas después del Mardi Gras”.
Hoy -se presume- uno de cada 500 habitantes de New Orleans estarían contagiados de coronavirus.
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Para tratar de no hacer esto, es necesario dibujar el panorama disparador de un estado que hoy tiene más de 3.540 casos y 140 fallecidos, y de una ciudad con 1.300 casos de contagio y 75 ciudadanos que dejaron de existir. ¿Cómo se llegó a este punto de alarma roja, de Defcon 2?
Para comprender esto, hay que analizar la disputa entre la ciencia convencional y las autoridades de New Orleans.
Mardi Gras, o Fat Tuesday, se refiere a los eventos de la celebración del Carnaval, que comienzan en o después de las fiestas cristianas de la Epifanía y culminan el día anterior al Miércoles de Ceniza, que se conoce como Martes de Carnaval.
El 21 de enero del año en curso se conoce el primer caso confirmado en los Estados Unidos. Se trató de un hombre de unos 30 años del estado de Washington, que viajó a Wuhan, es diagnosticado con un nuevo coronavirus. Dos días después, China impone severas medidas de contención en Wuhan, el epicentro del brote, suspendiendo vuelos y trenes y cerrando el transporte en subterráneos, autobuses y transbordadores en un intento por detener la propagación del virus. Luego de una semana, y por sexta vez en su historia, la Organización Mundial de la Salud declara una “emergencia de salud pública de interés internacional”, una designación reservada para eventos extraordinarios que amenazan con extenderse internacionalmente. La OMS también emitió una advertencia de que todos los países deben estar preparados para la contención, incluidos los activos vigilancia, detección temprana, aislamiento y manejo de casos, localización de contactos y prevención de la propagación del virus. El mismo día, el Estado de Washington en los EE. UU. declaró una Emergencia de Nivel 1 y activó su Centro de Respuesta de Emergencia para enfrentar el brote de coronavirus ahora global. El día 5 de febrero, más de 3.600 pasajeros entran en cuarentena en un crucero frente a la costa de Yokohama, Japón, mientras que los pasajeros y la tripulación se someten a exámenes de salud. El número de casos confirmados a bordo del barco eventualmente aumentaría a más de 700, convirtiéndolo en uno de los brotes más grandes fuera de China.
Los casos se reproducían y no había dudas de la peligrosidad y velocidad con la que se transportaba el virus. Lo que si había era más que suficiente información exhibiendo motivo de preocupación y tomar serias decisiones. Es por ello que llevar a cabo un festival como Mardi Gras, en estos momentos, era no tener sentido común. El 24 de febrero, el Centro de Enfermedades infectocontagiosas emitió un comunicado sobre la epidemia en Estados Unidos. Febrero 25… Mardi Gras. Miles de personas aglutinadas en el French Quarter de New Orleans, sin respetar distancias, compartiendo bebidas y collares típicos de la celebración.
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Ahora
[/ezcol_1half_end]LaToya Cantrell, alcaldesa de New Orleans, defendió su postura de no cancelar el encuentro anual diciendo que lo había consultado con sus directores de salud quienes la habían calmado en ese aspecto. Cuando las estadísticas del virus llegaron a los oídos de los funcionarios, estos culpan al gobierno federal ya que entienden que la ayuda médica no es suficiente.
“Estoy convencido que la diseminación del virus ocurrió durante el Mardi Gras, dado el momento. Alguien lo trajo aquí y luego comenzó a propagarse lentamente”, dijo el Dr. Joshua Denson, médico pulmonar y de cuidados críticos en el Centro Médico Tulane en Nueva Orleans.
“Diagnostiqué el segundo caso, el primer paciente crítico, aquí el fin de semana pasado”, dijo. “Su momento fue aproximadamente dos semanas después del Mardi Gras”.
Hoy -se presume- uno de cada 500 habitantes de New Orleans estarían contagiados de coronavirus.
Fabian Kussman
email@PrisioneroEnArgentina.com
PrisioneroEnArgentina.com
Marzo 31, 2020