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EL CEMENTO NO SE COME

 Por CARLOS LLABIAS 

Es muy raro que el grito de batalla del macrismo sea “Sí, se puede”. Me parece propio de un desierto por su aridez y vacío de contenido. ¿Me recuerda cuando una persona educada golpea una puerta de un despacho y pregunta “Se puede”? De adentro le pueden contestar “Sí se puede” o “No se puede entrar”.

También es raro que quienes están en contra no se hayan aprovechado. Creo que es propio de hombres soberbios, sin Dios. Es muy probable que los contrarios, o sea el “cristinismo” que siempre se destacó por su pésima educación por más que en estos últimos tiempos de campaña electoral han escondido las garras para mostrar unas uñitas de gatito.  

Ambos movimientos se han sumergido en una desacralización intrascendente, atea. Es lamentable la oportunidad perdida por el oficialismo para darle cierto contenido espiritual. Los túneles, alguna ruta, un largo ferrocarril, prolongación de subterráneos, arreglo y reparación de terminales son qué duda cabe, obras necesarias, pero habrá aprendido el macrismo que los argentinos no comemos cemento.

El otro grito es “podemos”. Sí se puede qué y podemos ir hacia dónde. No dejo de reconocer que se han despejado algunas, no todas de las trabas burocráticas. Perdonen señores liberales, obispos mudos, así no se convoca al pueblo criollo o acriollado a gestas que tienen que tener un sentido espiritual.

Un hecho que salta a la vista, es la mentira. La mentira es la madre de calamidades provocadas por engaños, “fallutadas”, burradas, incumplimiento de promesas, impuntualidades. Prometió el macrismo la libertad de los ancianos militares y de fuerzas de seguridad, presos en sus lugares de detención, después de haber vencido en una guerra a la guerrilla comunista. Es increíble e imperdonable que no merezcan la atención de los múltiples organismos de derechos humanos del mundo. Es un pequeño genocidio que, al lado del genocidio armenio, comunista o nazi, es sin embargo una injusticia que clama al cielo.

¿Pueden que en serio crean que a un pueblo se lo convence con obras de ingeniería, por necesarias que sean? Y ahora a como fin de fiesta nos meten bajo las garras del comunismo. Sin convicciones, sin autoridad, sobre fin de campaña han dado un salto de rana y afirman “mejor tarde que nunca” que están a favor de las dos vidas. 

Son esas vueltas y revueltas de quienes proclamaron que estaban contra los subsidios, y hoy gastan fortunas en generaciones que no saben lo que es el trabajo honrado. Y dejan un país endeudado hacia un futuro incierto, sin fuerzas armadas, que es el hazme reír de la comunidad internacional.

 

Carlos Llabias

carlosllambias@gmail.com

Octubre 12, 2019

 


PrisioneroEnArgentina.com

Octubre 12. 2019


 

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