Durante siglos, los islandeses tuvieron que ahumar, encurtir o secar sus alimentos para conservarlos durante los duros inviernos. Como resultado, la comida tradicional islandesa consiste principalmente en mariscos y cordero que han pasado por algún tipo de método de conservación. Las frutas y verduras frescas son una adición relativamente nueva a la cocina islandesa (comenzaron a aparecer en el siglo pasado). Hoy en día, el país se enorgullece de los ingredientes frescos y hay varios restaurantes de alta cocina en el país, así como un Festival de Comida y Diversión, donde los chefs internacionales utilizan ingredientes islandeses para crear delicias realmente deliciosas. Pero si se quiere experimentar algo un poco más tradicional, hay que asegurarse de buscar los siguientes alimentos y prubarlos en un próximo viaje a Islandia.
Hákarl (Tiburón Fermentado)
Probablemente escuchará que la forma tradicional de fermentar el tiburón es enterrarlo en el suelo y luego orinar sobre él antes de dejar que se pudra durante algunos meses. Esto no es enteramente verdad.
Lo de orinar es cierto, pero el tiburón no se pudre, fermenta. Y la orina ya no se usa en este proceso, pero se usaba antes de que se pudieran usar las técnicas culinarias modernas.
El tiburón en realidad huele a amoníaco, de ahí viene el mito urbano. Ha sido curado con un proceso de fermentación particular, que consiste en enterrar el tiburón bajo tierra y colgarlo para que se seque durante cuatro o cinco meses. Esto se hace para eliminar el ácido de la carne que hace que sea imposible comerla fresca.
Entonces, el tiburón no está podrido (lo que algunas personas creen erróneamente), sino que está fermentado. Hay una pequeña diferencia.
El resultado es, uhm, un gusto adquirido. A los conocedores de quesos muy fuertes les puede gustar al primer bocado. Para otros, bueno, digamos que ya no es un plato común; es sobre todo la generación mayor en Islandia la que todavía lo come y lo disfruta.
Por un módico precio, se puede degustar una muestra en la sección de comida del mercadillo de Kolaportid los fines de semana. ¡Les encanta vender muestras a los turistas para ver cómo se les pone la cara amarga! Para los que son más intensos, enjuágalos con un trago de Brennivín.
Brennivín (“Muerte Negra”) Brennivín – Peste Negra – es el licor principal de Islandia. Foto de Wikimedia, Creative Commons, por cogdogblog. No se realizaron ediciones.
Brennivín se puede traducir directamente como ‘vino ardiente’, aunque se comercializa principalmente como ‘Peste Negra’. Brennivín es un aguardiente elaborado a partir de patatas fermentadas y alcaravea.
Y sí, tiene un fuerte sabor a alcaravea, pero es principalmente un sistema de entrega rápida al olvido, lo cual, si estás comiendo testículos fermentados de tiburón y carnero agrio, probablemente no sea tan malo.
¿Qué más se puede esperar de una nación que no fue bendecida con cerveza legal hasta 1989?
Súrir Hrútspungar (testículos de carnero agrio)
Un carnero presumido y dos ovejas.
Eso nos lleva a los testículos de carnero, uno difícil de justificar, sin duda.
Islandia solía ser un país muy pobre, lleno de agricultores de bajos recursos que aprovecharían al máximo cualquier cosa que pudieran comer. Eso, naturalmente, incluía los testículos del carnero.
Para preservarlos durante el invierno, se agriaron los testículos. Realmente no creo que necesite decir mucho más sobre esto. Este ya no es un plato común, pero lo he probado una vez antes, es cierto. No quiero volver a hacerlo.
Pan de centeno de aguas termales Las aguas termales se pueden utilizar para hacer pan de centeno, que se sirve mejor con salmón ahumado.
Pasemos a algo un poco más sabroso.
El pan de centeno islandés es muy popular en el país. Es un pan negro que tiene un sabor muy particular: es ligeramente dulce.
No obstante, no es un pastel y se come mayoritariamente solo con mantequilla, acompañando pescado o cordero colgado y ahumado (llamado hangikjöt, del que hablaremos más adelante). Una opción para cocinar este pan es poner la masa en toneles de madera especiales en el suelo cerca de una fuente termal y recogerla al día siguiente.
🐟
Durante siglos, los islandeses tuvieron que ahumar, encurtir o secar sus alimentos para conservarlos durante los duros inviernos. Como resultado, la comida tradicional islandesa consiste principalmente en mariscos y cordero que han pasado por algún tipo de método de conservación. Las frutas y verduras frescas son una adición relativamente nueva a la cocina islandesa (comenzaron a aparecer en el siglo pasado). Hoy en día, el país se enorgullece de los ingredientes frescos y hay varios restaurantes de alta cocina en el país, así como un Festival de Comida y Diversión, donde los chefs internacionales utilizan ingredientes islandeses para crear delicias realmente deliciosas. Pero si se quiere experimentar algo un poco más tradicional, hay que asegurarse de buscar los siguientes alimentos y prubarlos en un próximo viaje a Islandia.
Hákarl (Tiburón Fermentado)
Lo de orinar es cierto, pero el tiburón no se pudre, fermenta. Y la orina ya no se usa en este proceso, pero se usaba antes de que se pudieran usar las técnicas culinarias modernas.
El tiburón en realidad huele a amoníaco, de ahí viene el mito urbano. Ha sido curado con un proceso de fermentación particular, que consiste en enterrar el tiburón bajo tierra y colgarlo para que se seque durante cuatro o cinco meses. Esto se hace para eliminar el ácido de la carne que hace que sea imposible comerla fresca.
Entonces, el tiburón no está podrido (lo que algunas personas creen erróneamente), sino que está fermentado. Hay una pequeña diferencia.
El resultado es, uhm, un gusto adquirido. A los conocedores de quesos muy fuertes les puede gustar al primer bocado. Para otros, bueno, digamos que ya no es un plato común; es sobre todo la generación mayor en Islandia la que todavía lo come y lo disfruta.
Por un módico precio, se puede degustar una muestra en la sección de comida del mercadillo de Kolaportid los fines de semana. ¡Les encanta vender muestras a los turistas para ver cómo se les pone la cara amarga! Para los que son más intensos, enjuágalos con un trago de Brennivín.
Brennivín (“Muerte Negra”)
Brennivín – Peste Negra – es el licor principal de Islandia. Foto de Wikimedia, Creative Commons, por cogdogblog. No se realizaron ediciones.
Brennivín se puede traducir directamente como ‘vino ardiente’, aunque se comercializa principalmente como ‘Peste Negra’. Brennivín es un aguardiente elaborado a partir de patatas fermentadas y alcaravea.
Y sí, tiene un fuerte sabor a alcaravea, pero es principalmente un sistema de entrega rápida al olvido, lo cual, si estás comiendo testículos fermentados de tiburón y carnero agrio, probablemente no sea tan malo.
¿Qué más se puede esperar de una nación que no fue bendecida con cerveza legal hasta 1989?
Súrir Hrútspungar (testículos de carnero agrio)
Eso nos lleva a los testículos de carnero, uno difícil de justificar, sin duda.
Islandia solía ser un país muy pobre, lleno de agricultores de bajos recursos que aprovecharían al máximo cualquier cosa que pudieran comer. Eso, naturalmente, incluía los testículos del carnero.
Para preservarlos durante el invierno, se agriaron los testículos. Realmente no creo que necesite decir mucho más sobre esto. Este ya no es un plato común, pero lo he probado una vez antes, es cierto. No quiero volver a hacerlo.
Pan de centeno de aguas termales
Las aguas termales se pueden utilizar para hacer pan de centeno, que se sirve mejor con salmón ahumado.
Pasemos a algo un poco más sabroso.
El pan de centeno islandés es muy popular en el país. Es un pan negro que tiene un sabor muy particular: es ligeramente dulce.
No obstante, no es un pastel y se come mayoritariamente solo con mantequilla, acompañando pescado o cordero colgado y ahumado (llamado hangikjöt, del que hablaremos más adelante). Una opción para cocinar este pan es poner la masa en toneles de madera especiales en el suelo cerca de una fuente termal y recogerla al día siguiente.
¡Absolutamente delicioso!
PrisioneroEnArgentina.com
Febrero 13, 2022