La naturaleza nos ha dado voz y la patria un idioma. Tenemos un natural derecho a usarlo para comunicarnos. Al derecho a hablar y escribir los medios mecánicos de la prensa lo multiplican, pero no le varían su esencia, por lo que el derecho a emitir ideas por la prensa es el de ejercer un don de la naturaleza. Es por eso que todos los días cada vez que golpeteo sobre las teclas de mi computadora recuerdo al Santo de la amabilidad para que observe siempre mis escritos con un rostro sereno y una sonrisa. Me refiero al Santo Patrono San Francisco de Sales doctor de la Iglesia. Vale decir que su doctrina y sus enseñanzas son caminos seguros. Pero además es necesario recordar que un 26 de enero de 1923 Pío XI lo declara patrono de los periodistas y de los escritores. Si. Está bien que los periodistas y los escritores tengan un patrón. No para que los que nos jactamos de escribir nos alabemos de qué santo churo tenemos. Sino para que un virtuoso y elegido que es doctor nos inspire en nuestro trabajo. Nos conceda la palabra clara, inteligible, sencilla, comprendida y apreciada por la generalidad de la gente. Nos dé capacidad de exponer la verdad con tanta claridad como para convencer hasta a los enemigos de ella. Tal cual él convencía de la fe verdadera a acérrimos enemigos. Que además nos recuerde que nuestra herramienta de trabajo es el idioma, al que debemos tratar con cariño y con el mayor de los respetos. Con apego y ternura como todo trabajador trata a su herramienta, y con el mayor respeto porque no es de nuestra propiedad sino que somos precarios tenedores. Mucho lo hemos heredado de nuestros padres y abuelos y debemos legarlo a nuestros nietos enriquecido con las palabras necesarias para nombrar los hechos, objetos y circunstancias que los antecesores no conocieron, pero sin bastardearlo por nuestra ignorancia, por nuestra pereza de pensar, por nuestra incuria. ¡San Francisco de Sales, milagroso convencedor de herejes! ¡Danos fuerzas para que nos resistamos a adoptar el lenguaje de la burocracia, para que cuando debamos poner un sustantivo no pongamos un adjetivo, para que no desfiguremos las palabras por aparentar cultura, para que adoptemos los neologismos útiles y para que rechacemos con energía los neologismos imbéciles! Amén.
Por JORGE BERNABE LOBO ARAGON·
La naturaleza nos ha dado voz y la patria un idioma. Tenemos un natural derecho a usarlo para comunicarnos. Al derecho a hablar y escribir los medios mecánicos de la prensa lo multiplican, pero no le varían su esencia, por lo que el derecho a emitir ideas por la prensa es el de ejercer un don de la naturaleza. Es por eso que todos los días cada vez que golpeteo sobre las teclas de mi computadora recuerdo al Santo de la amabilidad para que observe siempre mis escritos con un rostro sereno y una sonrisa. Me refiero al Santo Patrono San Francisco de Sales doctor de la Iglesia. Vale decir que su doctrina y sus enseñanzas son caminos seguros. Pero además es necesario recordar que un 26 de enero de 1923 Pío XI lo declara patrono de los periodistas y de los escritores. Si. Está bien que los periodistas y los escritores tengan un patrón. No para que los que nos jactamos de escribir nos alabemos de qué santo churo tenemos. Sino para que un virtuoso y elegido que es doctor nos inspire en nuestro trabajo. Nos conceda la palabra clara, inteligible, sencilla, comprendida y apreciada por la generalidad de la gente. Nos dé capacidad de exponer la verdad con tanta claridad como para convencer hasta a los enemigos de ella. Tal cual él convencía de la fe verdadera a acérrimos enemigos. Que además nos recuerde que nuestra herramienta de trabajo es el idioma, al que debemos tratar con cariño y con el mayor de los respetos. Con apego y ternura como todo trabajador trata a su herramienta, y con el mayor respeto porque no es de nuestra propiedad sino que somos precarios tenedores. Mucho lo hemos heredado de nuestros padres y abuelos y debemos legarlo a nuestros nietos enriquecido con las palabras necesarias para nombrar los hechos, objetos y circunstancias que los antecesores no conocieron, pero sin bastardearlo por nuestra ignorancia, por nuestra pereza de pensar, por nuestra incuria. ¡San Francisco de Sales, milagroso convencedor de herejes! ¡Danos fuerzas para que nos resistamos a adoptar el lenguaje de la burocracia, para que cuando debamos poner un sustantivo no pongamos un adjetivo, para que no desfiguremos las palabras por aparentar cultura, para que adoptemos los neologismos útiles y para que rechacemos con energía los neologismos imbéciles! Amén.
PrisioneroEnArgentina.com
Septiembre 6, 2017
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