La Arquidiócesis Católica de Baltimore en el estado de Maryland se declaró en quiebra el viernes, menos de dos días antes de que entre en vigor una nueva ley estatal que permite a las víctimas de abuso sexual de menores demandar a las instituciones, sin importar cuánto tiempo hace que ocurrió el abuso.
La ley federal de quiebras detiene todas las demandas contra una entidad que se declara en quiebra y la acción legal se trasladará a un tribunal de quiebras, donde el proceso, si tiene éxito, fijará una fecha de finalización permanente en la que las presuntas víctimas de abusos relacionados con la iglesia puedan presentar reclamaciones, en lugar de abrir una ventana permanente para que se presenten los casos judiciales y se resuelvan.
El arzobispo William Lori indicó en una carta publicada el viernes que la decisión permitirá “que la arquidiócesis de forma equitativa compense a las víctimas sobrevivientes de abuso sexual infantil, y asegure que la Iglesia pueda continuar su misión y su ministerio”.
Lori señaló que la arquidiócesis encara un gran número de demandas legales por abuso sexual de menores que antes estaban impedidas por la ley de caducidad.
El abogado Jeff Anderson, de una firma legal en St. Paul, en Minnesota, que ha representado a víctimas de esos abusos, señaló que la decisión de declarar la bancarrota sirve “para ocultar los activos (de la arquidiócesis) y ocultar la verdad a los sobrevivientes que fueron abusados por miembros del clero”.
Una nueva ley aprobada por la Asamblea General de Maryland en abril y que entra en vigor el domingo 1 de octubre elimina el estatuto de caducidad y permite las demandas legales por los abusos sexuales de menores sin límite de tiempo.
La Fiscalía General de Maryland ha publicado un informe de 456 páginas que identifica a 158 clérigos, maestros, seminaristas y diáconos que en la arquidiócesis de Baltimore supuestamente abusaron de más de 600 menores de edad desde la década de 1940.
Con esta decisión son ya tres docenas de organizaciones que han buscado la protección de la ley de bancarrota por las cuales la Iglesia Católica, según la organización Bishop Accountability, ha pagado más de $3,000 millones de dólares en compensaciones.
La Iglesia Católica ha encarado en décadas recientes demandas legales de víctimas que sufrieron abusos por miembros del clero en todo el mundo.
La resolución más onerosa en Estados Unidos ocurrió en 2007 cuando la arquidiócesis de Los Ángeles en California pagó $600 millones de dólares en compensaciones a 508 personas que habían acusado a sacerdotes de abuso sexual.
En agosto pasado la arquidiócesis de San Francisco declaró la bancarrota, sumándose a la diócesis de Oakland y a la de Santa Rosa en California, enfrentadas al costo de las compensaciones.
La arquidiócesis de Baltimore comprende la ciudad del mismo nombre y nueve de los 23 condados de Maryland con 3.3 millones de habitantes, de los cuales unos 525,500 son católicos.
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La Arquidiócesis Católica de Baltimore en el estado de Maryland se declaró en quiebra el viernes, menos de dos días antes de que entre en vigor una nueva ley estatal que permite a las víctimas de abuso sexual de menores demandar a las instituciones, sin importar cuánto tiempo hace que ocurrió el abuso.
La ley federal de quiebras detiene todas las demandas contra una entidad que se declara en quiebra y la acción legal se trasladará a un tribunal de quiebras, donde el proceso, si tiene éxito, fijará una fecha de finalización permanente en la que las presuntas víctimas de abusos relacionados con la iglesia puedan presentar reclamaciones, en lugar de abrir una ventana permanente para que se presenten los casos judiciales y se resuelvan.
El arzobispo William Lori indicó en una carta publicada el viernes que la decisión permitirá “que la arquidiócesis de forma equitativa compense a las víctimas sobrevivientes de abuso sexual infantil, y asegure que la Iglesia pueda continuar su misión y su ministerio”.
Lori señaló que la arquidiócesis encara un gran número de demandas legales por abuso sexual de menores que antes estaban impedidas por la ley de caducidad.
El abogado Jeff Anderson, de una firma legal en St. Paul, en Minnesota, que ha representado a víctimas de esos abusos, señaló que la decisión de declarar la bancarrota sirve “para ocultar los activos (de la arquidiócesis) y ocultar la verdad a los sobrevivientes que fueron abusados por miembros del clero”.
Una nueva ley aprobada por la Asamblea General de Maryland en abril y que entra en vigor el domingo 1 de octubre elimina el estatuto de caducidad y permite las demandas legales por los abusos sexuales de menores sin límite de tiempo.
La Fiscalía General de Maryland ha publicado un informe de 456 páginas que identifica a 158 clérigos, maestros, seminaristas y diáconos que en la arquidiócesis de Baltimore supuestamente abusaron de más de 600 menores de edad desde la década de 1940.
Con esta decisión son ya tres docenas de organizaciones que han buscado la protección de la ley de bancarrota por las cuales la Iglesia Católica, según la organización Bishop Accountability, ha pagado más de $3,000 millones de dólares en compensaciones.
La Iglesia Católica ha encarado en décadas recientes demandas legales de víctimas que sufrieron abusos por miembros del clero en todo el mundo.
La resolución más onerosa en Estados Unidos ocurrió en 2007 cuando la arquidiócesis de Los Ángeles en California pagó $600 millones de dólares en compensaciones a 508 personas que habían acusado a sacerdotes de abuso sexual.
En agosto pasado la arquidiócesis de San Francisco declaró la bancarrota, sumándose a la diócesis de Oakland y a la de Santa Rosa en California, enfrentadas al costo de las compensaciones.
La arquidiócesis de Baltimore comprende la ciudad del mismo nombre y nueve de los 23 condados de Maryland con 3.3 millones de habitantes, de los cuales unos 525,500 son católicos.