Es realmente incongruente y lamentable que un pueblo tan degradado moral y espiritualmente, pueda vivir de los inventos escabrosos y shows de comedia barata constantemente renovados, creados con gran imaginación por los personeros de la corporación dirigencial que nos explota y ahoga, y difundido con saña y creatividad a través de medios incentivados generosamente para proyectar y fundamentar la mentira.
De ese complot renovado e inextinguible, participan con sádico entusiasmo sátrapas de diferentes ámbitos y niveles; políticos, sindicales, culturales, judiciales, capataces de piquetes armados a voluntad y con choripanes, vocingleros de turno lubricados oportunamente…
Todo ello para perpetuarse en el poder con fines mafiosos. y continuar dilapidando los recursos espirituales y materiales de todos.
Son genocidas que, con sus actitudes mefistofélicas, condenan a la miseria, analfabetismo y muerte a millones de argentinos, sin que nada ni nadie sea capaz de detenerlos.
Paradójicamente en ese ámbito de condenados a la degradación creciente, encuentran su mayor apoyo testimonial y electoral.
Venimos muy mal, estamos peor y el futuro es imprevisible y angustiante.
Este pueblo argentino salud que traicionó a los soldados civiles, militares y de seguridad que pelearon para evitar su caída en las garras de imperialismo ideológico en la década del setenta, ahora está a merced de la delincuencia de diverso tipo y magnitud, asociada con la política en todos los niveles y jurisdicciones.
No existe capacidad material ni posibilidades de reacción.
Pensar en elecciones dentro de un año, si aún existimos, para lograr renovación, es una utopía.
Con los sinvergüenzas en el poder y la disposición ilimitada de los recursos del Estado, el fraude abierto y encubierto, determinará la continuación de la tragedia.
Por otra parte, confiar en una llamada “oposición” repleta de falencias, contradicciones y ambiciones personales, incapaz de elaborar un plan de renacimiento coherente, casi no existen alternativas al fracaso terminal.
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Por Francisco Cervo.
Es realmente incongruente y lamentable que un pueblo tan degradado moral y espiritualmente, pueda vivir de los inventos escabrosos y shows de comedia barata constantemente renovados, creados con gran imaginación por los personeros de la corporación dirigencial que nos explota y ahoga, y difundido con saña y creatividad a través de medios incentivados generosamente para proyectar y fundamentar la mentira.
De ese complot renovado e inextinguible, participan con sádico entusiasmo sátrapas de diferentes ámbitos y niveles; políticos, sindicales, culturales, judiciales, capataces de piquetes armados a voluntad y con choripanes, vocingleros de turno lubricados oportunamente…
Todo ello para perpetuarse en el poder con fines mafiosos. y continuar dilapidando los recursos espirituales y materiales de todos.
Son genocidas que, con sus actitudes mefistofélicas, condenan a la miseria, analfabetismo y muerte a millones de argentinos, sin que nada ni nadie sea capaz de detenerlos.
Paradójicamente en ese ámbito de condenados a la degradación creciente, encuentran su mayor apoyo testimonial y electoral.
Venimos muy mal, estamos peor y el futuro es imprevisible y angustiante.
Este pueblo argentino salud que traicionó a los soldados civiles, militares y de seguridad que pelearon para evitar su caída en las garras de imperialismo ideológico en la década del setenta, ahora está a merced de la delincuencia de diverso tipo y magnitud, asociada con la política en todos los niveles y jurisdicciones.
No existe capacidad material ni posibilidades de reacción.
Pensar en elecciones dentro de un año, si aún existimos, para lograr renovación, es una utopía.
Con los sinvergüenzas en el poder y la disposición ilimitada de los recursos del Estado, el fraude abierto y encubierto, determinará la continuación de la tragedia.
Por otra parte, confiar en una llamada “oposición” repleta de falencias, contradicciones y ambiciones personales, incapaz de elaborar un plan de renacimiento coherente, casi no existen alternativas al fracaso terminal.
Solo nos queda rezar, rezar, rezar…
Por lo menos, así, lo veo yo.
Francisco Cervo.
PrisioneroEnArgentina.com
Setiembre 5, 2022