Desde que se firmó el acuerdo de paz a finales de 2016 entre el Gobierno y las Farc, con el presidente Santos bajándose los pantalones en busca del Premio Nobel de la Paz, en Colombia se habla de los temidos grupos disidentes de las FARC, aquellos terroristas que se negaron a entregar sus armas y reinsertarse a la vida civil.
Desde entonces, en varias regiones de Colombia se vienen escuchando los mismos fenómenos de violencia e inseguridad que se padecían cuando estaba activa la guerrilla. Secuestros, extorsiones, asesinatos selectivos, vendettas mafiosas y diversos actos terroristas son algunas de las acciones criminales que persisten.
Entre las nuevas organizaciones que ya están bajo la investigación de las autoridades, aparece el grupo disidente que se hace llamar Dagoberto Ramos, que estaría detrás de los asesinatos de líderes indígenas y el secuestro con fines extorsivos de comerciantes, ganaderos, transportadores y agricultores.
Precisamente la Policía de Cauca (región al sure de Cali) capturó a varios miembros de una de las estructuras de esa disidencia que, de acuerdo con las pesquisas, eran los encargados de hacer la inteligencia y posterior contacto con las víctimas de secuestros con fines extorsivos.
Las indagaciones contra esa organización arrancaron desde el pasado mes de marzo cuando secuestraron a un agricultor de 65 años de edad por el que exigían tres mil millones de pesos colombianos (unos 900mil dólares estadounidenses) para su rescate.
Las autoridades comenzaron un rastreo minucioso que permitió, además de la captura de cuatro de los integrantes de ese grupo disidente, conocer la manera como operan y resolver otros tres secuestros y doce casos de extorsión.
Lo primero que lograron establecer los investigadores es que la banda criminal hacía parte de la red financiera de la disidencia, y prueba de ello es que uno de los capturados era el hombre de confianza de “alias Javier”, considerado el cabecilla de la segunda comisión de dicha estructura subversiva, “era el encargado de realizar inteligencia delictiva de personas de medio y alto perfil económico, para la materialización de secuestros extorsivos”, aseguraron fuentes policiales.
Desde que se firmó el acuerdo de paz a finales de 2016 entre el Gobierno y las Farc, con el presidente Santos bajándose los pantalones en busca del Premio Nobel de la Paz, en Colombia se habla de los temidos grupos disidentes de las FARC, aquellos terroristas que se negaron a entregar sus armas y reinsertarse a la vida civil.
Desde entonces, en varias regiones de Colombia se vienen escuchando los mismos fenómenos de violencia e inseguridad que se padecían cuando estaba activa la guerrilla. Secuestros, extorsiones, asesinatos selectivos, vendettas mafiosas y diversos actos terroristas son algunas de las acciones criminales que persisten.
Entre las nuevas organizaciones que ya están bajo la investigación de las autoridades, aparece el grupo disidente que se hace llamar Dagoberto Ramos, que estaría detrás de los asesinatos de líderes indígenas y el secuestro con fines extorsivos de comerciantes, ganaderos, transportadores y agricultores.
Precisamente la Policía de Cauca (región al sure de Cali) capturó a varios miembros de una de las estructuras de esa disidencia que, de acuerdo con las pesquisas, eran los encargados de hacer la inteligencia y posterior contacto con las víctimas de secuestros con fines extorsivos.
Las indagaciones contra esa organización arrancaron desde el pasado mes de marzo cuando secuestraron a un agricultor de 65 años de edad por el que exigían tres mil millones de pesos colombianos (unos 900mil dólares estadounidenses) para su rescate.
Las autoridades comenzaron un rastreo minucioso que permitió, además de la captura de cuatro de los integrantes de ese grupo disidente, conocer la manera como operan y resolver otros tres secuestros y doce casos de extorsión.
Lo primero que lograron establecer los investigadores es que la banda criminal hacía parte de la red financiera de la disidencia, y prueba de ello es que uno de los capturados era el hombre de confianza de “alias Javier”, considerado el cabecilla de la segunda comisión de dicha estructura subversiva, “era el encargado de realizar inteligencia delictiva de personas de medio y alto perfil económico, para la materialización de secuestros extorsivos”, aseguraron fuentes policiales.
PrisioneroEnArgentina.com
Agosto 26, 2019
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