Escribe Francisco García Santillán en Cartas de Lectores del diario LA NACIÓN.
Festival de detenidos
Verdadero estupor -y a esta altura, algo menos de sorpresa- me genera el festival de detenciones que estamos presenciando por parte de los mismos jueces federales que contaban con esas mismas causas desde hace años dentro de sus propios despachos. El monstruo parece haberse despertado, pero el auténtico problema es que se trata precisamente de un monstruo y no de la justicia en sentido pleno, la que debe ser aplicada a todos por igual. Pero claro, la justicia panelística se levanta con el dedo acusador sin siquiera preguntarse si la prueba que obra en cada uno de los expedientes es suficiente como para justificar la pérdida de la libertad ambulatoria durante el proceso. Aclarando que ninguno de los detenidos funcionarios de la “era kirchnerista” goza de mi simpatía (más bien todo lo contrario), no debemos olvidar que, desde el punto de vista técnico, todos esos personajes continúan siendo inocentes, dado que el principio de inocencia únicamente se quiebra con una sentencia de condena que haya adquirido firmeza.
Nos guste o no nos guste, en el derecho continental romanista, que es el que nos rige, mandan y gobiernan las leyes y no los hombres. Esto debería aplicarse a todos los casos, incluso en los procesos por los denominados delitos de lesa humanidad que, con enorme crueldad y arbitrariedad, mantienen a tantos inocentes encadenados en las mazmorras esperando tan solo la muerte. El criterio es muy peligroso, porque en cualquier momento se podrá detener a cualquiera de nosotros con una simple acusación y con la excusa no probada de que podríamos obstruir el accionar de la Justicia, artificioso argumento que se ha puesto nuevamente de moda, y es utilizado arteramente ya desde hace años para justificar encierros a personas vinculadas con el combate al terrorismo de los años 70. Claramente se está aplicando el denominado derecho penal del enemigo, haciéndose carne aquella triste frase de Perón: ¡Al amigo todo, al enemigo, ni justicia!
Escribe Francisco García Santillán en Cartas de Lectores del diario LA NACIÓN.
Festival de detenidos
Verdadero estupor -y a esta altura, algo menos de sorpresa- me genera el festival de detenciones que estamos presenciando por parte de los mismos jueces federales que contaban con esas mismas causas desde hace años dentro de sus propios despachos. El monstruo parece haberse despertado, pero el auténtico problema es que se trata precisamente de un monstruo y no de la justicia en sentido pleno, la que debe ser aplicada a todos por igual. Pero claro, la justicia panelística se levanta con el dedo acusador sin siquiera preguntarse si la prueba que obra en cada uno de los expedientes es suficiente como para justificar la pérdida de la libertad ambulatoria durante el proceso. Aclarando que ninguno de los detenidos funcionarios de la “era kirchnerista” goza de mi simpatía (más bien todo lo contrario), no debemos olvidar que, desde el punto de vista técnico, todos esos personajes continúan siendo inocentes, dado que el principio de inocencia únicamente se quiebra con una sentencia de condena que haya adquirido firmeza.
Nos guste o no nos guste, en el derecho continental romanista, que es el que nos rige, mandan y gobiernan las leyes y no los hombres. Esto debería aplicarse a todos los casos, incluso en los procesos por los denominados delitos de lesa humanidad que, con enorme crueldad y arbitrariedad, mantienen a tantos inocentes encadenados en las mazmorras esperando tan solo la muerte. El criterio es muy peligroso, porque en cualquier momento se podrá detener a cualquiera de nosotros con una simple acusación y con la excusa no probada de que podríamos obstruir el accionar de la Justicia, artificioso argumento que se ha puesto nuevamente de moda, y es utilizado arteramente ya desde hace años para justificar encierros a personas vinculadas con el combate al terrorismo de los años 70. Claramente se está aplicando el denominado derecho penal del enemigo, haciéndose carne aquella triste frase de Perón: ¡Al amigo todo, al enemigo, ni justicia!
Francisco García Santillán
DNI 10.661.522
Colaboración: Dra. Andrea Palomas Alarcón.
PrisioneroEnArgentina.com
Noviembre 8, 2017
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