“digo que es posible que nuestro cuerpo o hasta nuestro cerebro sean una ilusión, pero no podemos dudar de que tenemos una mente y de que existimos pues incluso dudarlo prueba que estamospensando, y si estamos pensando tiene que ser porque existimos”
René Descartes
Metafóricamente puedo escribir como “muerto vivo” porque necesito expresar una sensación imaginativa de estar atrapado entre dos estados o realidades de la episteme; es como si la expresión gramatical puede evocar la idea de sentirme desconectado de la realidad cotidiana, pero en forma concomitante adquiero una presencia o un sentido especial de conciencia. Es por responsabilidad de esta metáfora que se refleja la lucha interna entre el inmenso deseo de vivir en paz plenamente, en este ocaso de mi vida y con las circunstancias reales y tangibles que la misma vida me somete manteniéndome en un estado vegetativo de apatía y resignación.
Sin embargo, existe una resiliencia que a pesar de sentirme abandonado (como muerto), logro descubrir un hilo muy delgado de la vida, como que siento el impulso sobre mi cuerpo desgastado por el tiempo, aún en la oscuridad, una reluciente “chispa” de esperanza.
La idea de renacer de las cenizas, donde lo “muerto” es una antigua identidad o forma de vida, a veces es necesaria para manifestarse clamorosamente: ¡“estoy vivo“!, y es mi potencial de expresión en esta última etapa de mi existencia.
El físico austriaco-irlandés Erwin Schrödinger, en su experimento en la mecánica cuántica, conocido como experiencia de Copenhague, demostró que una partícula puede estar en múltiples estados en la misma unidad de tiempo; experimentando al encerrar un gato en una caja de plomo con una dosis de veneno; en cierta unidad de tiempo al liberar el veneno se producía un evento subatómico que indicaba que el felino estaba vivo y muerto a la vez.
¿Será que los ancianos de la U-34 quizás fuimos elegidos como protagonistas para participar en otro experimento de la mecánica cuántica que reemplazará al gato de Schrödinger?, es decir que estamos en un estado subatómico cuántico múltiple mono temporal, muertos y vivos simultáneamente.
Entonces en ese estado biatómico múltiple como, “muertos vivos”, están dadas las condiciones para seguir escribiendo, aunque quieran aquietar nuestras manos y limitar nuestros pensamientos.
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Por el Pastor Mis. Gonzalo Sánchez.
“digo que es posible que nuestro cuerpo o hasta nuestro cerebro sean una ilusión, pero no podemos dudar de que tenemos una mente y de que existimos pues incluso dudarlo prueba que estamos pensando, y si estamos pensando tiene que ser porque existimos”
René Descartes
Metafóricamente puedo escribir como “muerto vivo” porque necesito expresar una sensación imaginativa de estar atrapado entre dos estados o realidades de la episteme; es como si la expresión gramatical puede evocar la idea de sentirme desconectado de la realidad cotidiana, pero en forma concomitante adquiero una presencia o un sentido especial de conciencia. Es por responsabilidad de esta metáfora que se refleja la lucha interna entre el inmenso deseo de vivir en paz plenamente, en este ocaso de mi vida y con las circunstancias reales y tangibles que la misma vida me somete manteniéndome en un estado vegetativo de apatía y resignación.
Sin embargo, existe una resiliencia que a pesar de sentirme abandonado (como muerto), logro descubrir un hilo muy delgado de la vida, como que siento el impulso sobre mi cuerpo desgastado por el tiempo, aún en la oscuridad, una reluciente “chispa” de esperanza.
La idea de renacer de las cenizas, donde lo “muerto” es una antigua identidad o forma de vida, a veces es necesaria para manifestarse clamorosamente: ¡“estoy vivo“!, y es mi potencial de expresión en esta última etapa de mi existencia.
El físico austriaco-irlandés Erwin Schrödinger, en su experimento en la mecánica cuántica, conocido como experiencia de Copenhague, demostró que una partícula puede estar en múltiples estados en la misma unidad de tiempo; experimentando al encerrar un gato en una caja de plomo con una dosis de veneno; en cierta unidad de tiempo al liberar el veneno se producía un evento subatómico que indicaba que el felino estaba vivo y muerto a la vez.
¿Será que los ancianos de la U-34 quizás fuimos elegidos como protagonistas para participar en otro experimento de la mecánica cuántica que reemplazará al gato de Schrödinger?, es decir que estamos en un estado subatómico cuántico múltiple mono temporal, muertos y vivos simultáneamente.
Entonces en ese estado biatómico múltiple como, “muertos vivos”, están dadas las condiciones para seguir escribiendo, aunque quieran aquietar nuestras manos y limitar nuestros pensamientos.
Campo de Mayo
PrisioneroEnArgentina.com
Noviembre 12, 2024