El Banco de Londres, el tercero en instalarse en Uruguay después del Mauá (1857) y el Comercial (1858), se convirtió en un fuerte prestamista de los gobiernos de Argentina y Uruguay y, más tarde, de otros en la región.
George Wilkinson Drabble, quien desde 1870 ostentaría el cargo de presidente del Directorio del Banco de Londres, fue un banquero prudente en la medida que mantuvo sana a su empresa en el riesgo de países jóvenes y turbulentos. Sí, les prestó, pero no tanto y sin garantías como para irse a pique en alguna de las frecuentes crisis.
George Drabble, un banquero influyente, había llegado a Montevideo en 1847, en pleno sitio de la Guerra Grande, junto a su hermano menor Charles Thompson. Después de 23 años de hacer negocios de comercio exterior, se instaló en Londres para canalizar la inversión británica en el Río de la Plata.
El Banco de Londres mantuvo una posición de defensa del derecho del poseedor de billetes de banco a cambiarlos por oro cuando lo desease (“orista”), según los principios del patrón oro imperante en Gran Bretaña y otras naciones, en oposición a los partidarios del “curso forzoso” de los billetes (sin respaldo ni canje en metálico) durante las grandes “corridas” de las décadas de 1860 a 1890 en Uruguay.
George Drabble alcanzó una gran influencia sobre todas las empresas británicas establecidas en el área, e incluso en las decisiones de los gobiernos.
Después de regresar a Inglaterra en 1870, sólo volvió al Río de la Plata dos veces: en 1872, por asuntos del ferrocarril y para ayudar en la renegociación de la deuda argentina y uruguaya, y de nuevo en 1876. También fue muy activo en el seno del comité de banqueros que, bajo la conducción de lord Rothschild, renegoció la deuda de los países del Plata, caídos en default tras la crisis financiera de 1890, consecuencia de la quiebra de la banca Baring Brothers en Londres.
“La estatura de Drabble es ilustrada por el ‘incidente de Rosario'”, cuenta un artículo del Oxford Dictionary of National Biography. En 1875 el gobierno de la Provincia de Santa Fe privó a la sucursal local del Banco de Londres de su derecho de emisión y luego ordenó su liquidación. Se gestó un incidente internacional cuando sus reservas de oro fueron incautadas y el gerente arrestado. Drabble viajó rápidamente a la Argentina en junio de 1876, para sustituir en las negociaciones al embajador británico. El envío de un buque de guerra británico a Rosario, aguas arriba del río Paraná, reforzó su credibilidad. El gerente fue liberado, la orden de liquidación rectificada y el oro devuelto. “Pero fueron las excelentes relaciones de Drabble con el ministro de Relaciones Exteriores argentino (Bernardo de Irigoyen) lo que estuvo en el corazón de la resolución de la crisis”, sostiene el Oxford Dictionary.
En 1882, George Drabble creó en Londres el primer frigorífico, el “The River Plate Fresh Meat Company Limited”, con el fin de utilizar la refrigeración, un método de invención relativamente reciente, en el comercio internacional de carnes, hasta entonces reservado a las carnes secas y saladas (tasajo o charque). Hizo construir una planta en la creciente ciudad de Campana, a unos 80 kilómetros al noroeste del centro de Buenos Aires. En 1883 probó con el primer envío de carne refrigerada, que llegó en buen estado a Londres en enero de 1884. Luego el flujo se generalizó. Fue el inicio de un formidable cambio industrial y logístico que renovaría la matriz productiva del Río de la Plata en el siglo XX.
Un visitante a ese frigorífico en 1883 recordó “la imponente y novedosa vista de las cámaras de congelación, con sus largas hileras de carcasas de ovejas envueltas en lino impecablemente limpio”.
De inmediato, en 1884, The River Plate Fresh Meat Company Limited creó el primer frigorífico en Uruguay: fue en el Real de San Carlos, cerca de Colonia del Sacramento, y estuvo destinado a la exportación de carne ovina enfriada.
La planta frigorífica en Uruguay cerró en 1886 y la producción se concentró en Campana, Argentina, debido a los mejores beneficios impositivos que le otorgó el gobierno de ese país, aunque la empresa continuó comprando ovinos en Uruguay que transportó a través del Plata. Drabble también reorganizó el ferrocarril a Campana en 1884 y lo extendió a Rosario y Tucumán.
Como los ovinos exportados a Inglaterra desde el Río de la Plata resultaban ser demasiado chicos y huesudos para competir con los de Nueva Zelanda, Australia y Estados Unidos, y con el fin de conseguir el mejoramiento del ganado ovino, George Drabble introdujo la raza Lincoln para el regeneramiento de la especie.
Los hermanos George y Charles Drabble llegaron a ser propietarios de unas 51.000 hectáreas en Colonia y Soriano, bajo la firma The River Plate Estancia Company Limited. En el caso de George, en Buenos Aires fue propietario de grandes extensiones de campo en la localidad de General Villegas.
En 1863 fue presidente de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires. En 1870 inició la Cia de Tranvías de la Ciudad de Buenos Aires. También fue un importante accionista de Ferrocarril Central Argentino y presidente del Ferrocarril Campana ( constructor de la línea Buenos Aires-Rosario).
Paralelamente, desde las décadas de 1860 y 1870, algunos cabañeros de origen europeo, principalmente británicos, comenzaron a criar en el sur y el litoral de Uruguay nuevas razas de vacunos, como Aberdeen Angus y Hereford, que lentamente, a lo largo de muchas décadas, terminarían por sustituir al ganado fibroso y semisalvaje introducido en el siglo XVII.
En las primeras décadas del siglo XX los frigoríficos desplazarían a los saladeros como principales exportadores de carne ovina y vacuna en Argentina y Uruguay. Y no habría mayores cambios hasta inicios del siglo XXI, cuando irrumpieron la soja y la celulosa como productos de exportación en pie de igualdad con la carne refrigerada.
“Drabble nunca se sintió cómodo al ser clasificado como banquero”, sostiene el articulista del diccionario de biografías de Oxford, que cita una gran variedad de fuentes. “Todavía estaba describiéndose a sí mismo (en los registros censales) como un comerciante sudamericano en 1871 y 1881, y como director de compañía en 1891”.
En 1890, en el hoy barrio de Barracas, Buenos Aires, George Drabble hizo construir viviendas de un complejo habitacional que hoy se lo conoce como el barrio ferroviario o Colonia Sola. Se trata de un conjunto de departamentos, de estilo inglés, que sería destinado para quienes trabajaban en el ferrocarril. El proyecto y la ejecución de obra Sola comenzaron con la dirección del director del Ferrocarril del Sur, empresa británica dueña de las redes ferroviarias.
Drabble comenzó a retirar sus inversiones del Río de la Plata a fines del siglo XIX. Murió de una insuficiencia renal el 2 de octubre de 1899 en Los Altos, Sandown, isla de Wight, donde hasta el 20 de junio presidió las reuniones del consejo directivo del Banco de Londres. Su esposa Elizabeth murió el mismo año, el 26 de diciembre.
El matrimonio dejó un patrimonio valuado en 438.263 libras, entonces una suma muy importante. Lo sucedió inmediatamente el hijo mayor de ambos, Charles William Drabble, quien más tarde se unió a su propio hijo, Edward G. Drabble, en una empresa en Argentina, independiente de Drabble Brothers. Esta última firma continuó bajo la gestión de los hijos de Charles Thompson Drabble, hermano de George, quienes se dedicaron a la administración de estancias y cría de ganado fino.
Existe una estación ferroviaria Drabble en el partido de Partido de General Villegas, Provincia de Buenos Aires, 450 kilómetros al oeste del centro de la Capital Federal. Además, en nuestro vecino país, la actual villa José Enrique Rodó, en Soriano, se gestó en torno a una estación ferroviaria inaugurada en 1901 con el nombre de Estación Drabble.
La influencia británica comenzó a decaer tras la Primera Guerra Mundial (1914-1918). Por entonces el 50% de las inversiones en América Latina provenían del Reino Unido.
Los herederos de George Wilkinson Drabble vendieron el establecimiento San Carlos de Colonia por 800.000 pesos oro a Mercedes Castellanos. Su hijo Aarón de Anchorena lo transformó en una estancia señorial, inaugurada en 1911, en la rinconada que forman la margen izquierda del río San Juan y el Río de la Plata. Anchorena murió en 1965 y legó la estancia con su gran parque arbolado al Estado uruguayo, a condición de que fuera utilizada como residencia presidencial.
Fuentes consultadas: Oxford Dictionary of National Biography (Oxford University Press 2004-2016); La Enciclopedia de El País (2011); Nota/artículo de Miguel Arregui https://www.elobservador.com.uy/nota/el-capitalista-olvidado-de-la-modernidad-2017823500; “Un inversor victoriano en el Río de la Plata”, capítulo de Juan Antonio Varese en el libro Influencia británica en el Uruguay. Aportes para su historia (2010).
♦♦
Por MIGUEL ARREGUI
El Banco de Londres, el tercero en instalarse en Uruguay después del Mauá (1857) y el Comercial (1858), se convirtió en un fuerte prestamista de los gobiernos de Argentina y Uruguay y, más tarde, de otros en la región.
George Wilkinson Drabble, quien desde 1870 ostentaría el cargo de presidente del Directorio del Banco de Londres, fue un banquero prudente en la medida que mantuvo sana a su empresa en el riesgo de países jóvenes y turbulentos. Sí, les prestó, pero no tanto y sin garantías como para irse a pique en alguna de las frecuentes crisis.
George Drabble, un banquero influyente, había llegado a Montevideo en 1847, en pleno sitio de la Guerra Grande, junto a su hermano menor Charles Thompson. Después de 23 años de hacer negocios de comercio exterior, se instaló en Londres para canalizar la inversión británica en el Río de la Plata.
El Banco de Londres mantuvo una posición de defensa del derecho del poseedor de billetes de banco a cambiarlos por oro cuando lo desease (“orista”), según los principios del patrón oro imperante en Gran Bretaña y otras naciones, en oposición a los partidarios del “curso forzoso” de los billetes (sin respaldo ni canje en metálico) durante las grandes “corridas” de las décadas de 1860 a 1890 en Uruguay.
George Drabble alcanzó una gran influencia sobre todas las empresas británicas establecidas en el área, e incluso en las decisiones de los gobiernos.
Después de regresar a Inglaterra en 1870, sólo volvió al Río de la Plata dos veces: en 1872, por asuntos del ferrocarril y para ayudar en la renegociación de la deuda argentina y uruguaya, y de nuevo en 1876. También fue muy activo en el seno del comité de banqueros que, bajo la conducción de lord Rothschild, renegoció la deuda de los países del Plata, caídos en default tras la crisis financiera de 1890, consecuencia de la quiebra de la banca Baring Brothers en Londres.
“La estatura de Drabble es ilustrada por el ‘incidente de Rosario'”, cuenta un artículo del Oxford Dictionary of National Biography. En 1875 el gobierno de la Provincia de Santa Fe privó a la sucursal local del Banco de Londres de su derecho de emisión y luego ordenó su liquidación. Se gestó un incidente internacional cuando sus reservas de oro fueron incautadas y el gerente arrestado. Drabble viajó rápidamente a la Argentina en junio de 1876, para sustituir en las negociaciones al embajador británico. El envío de un buque de guerra británico a Rosario, aguas arriba del río Paraná, reforzó su credibilidad. El gerente fue liberado, la orden de liquidación rectificada y el oro devuelto. “Pero fueron las excelentes relaciones de Drabble con el ministro de Relaciones Exteriores argentino (Bernardo de Irigoyen) lo que estuvo en el corazón de la resolución de la crisis”, sostiene el Oxford Dictionary.
En 1882, George Drabble creó en Londres el primer frigorífico, el “The River Plate Fresh Meat Company Limited”, con el fin de utilizar la refrigeración, un método de invención relativamente reciente, en el comercio internacional de carnes, hasta entonces reservado a las carnes secas y saladas (tasajo o charque). Hizo construir una planta en la creciente ciudad de Campana, a unos 80 kilómetros al noroeste del centro de Buenos Aires. En 1883 probó con el primer envío de carne refrigerada, que llegó en buen estado a Londres en enero de 1884. Luego el flujo se generalizó. Fue el inicio de un formidable cambio industrial y logístico que renovaría la matriz productiva del Río de la Plata en el siglo XX.
Un visitante a ese frigorífico en 1883 recordó “la imponente y novedosa vista de las cámaras de congelación, con sus largas hileras de carcasas de ovejas envueltas en lino impecablemente limpio”.
De inmediato, en 1884, The River Plate Fresh Meat Company Limited creó el primer frigorífico en Uruguay: fue en el Real de San Carlos, cerca de Colonia del Sacramento, y estuvo destinado a la exportación de carne ovina enfriada.
La planta frigorífica en Uruguay cerró en 1886 y la producción se concentró en Campana, Argentina, debido a los mejores beneficios impositivos que le otorgó el gobierno de ese país, aunque la empresa continuó comprando ovinos en Uruguay que transportó a través del Plata. Drabble también reorganizó el ferrocarril a Campana en 1884 y lo extendió a Rosario y Tucumán.
Como los ovinos exportados a Inglaterra desde el Río de la Plata resultaban ser demasiado chicos y huesudos para competir con los de Nueva Zelanda, Australia y Estados Unidos, y con el fin de conseguir el mejoramiento del ganado ovino, George Drabble introdujo la raza Lincoln para el regeneramiento de la especie.
Los hermanos George y Charles Drabble llegaron a ser propietarios de unas 51.000 hectáreas en Colonia y Soriano, bajo la firma The River Plate Estancia Company Limited. En el caso de George, en Buenos Aires fue propietario de grandes extensiones de campo en la localidad de General Villegas.
En 1863 fue presidente de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires. En 1870 inició la Cia de Tranvías de la Ciudad de Buenos Aires. También fue un importante accionista de Ferrocarril Central Argentino y presidente del Ferrocarril Campana ( constructor de la línea Buenos Aires-Rosario).
Paralelamente, desde las décadas de 1860 y 1870, algunos cabañeros de origen europeo, principalmente británicos, comenzaron a criar en el sur y el litoral de Uruguay nuevas razas de vacunos, como Aberdeen Angus y Hereford, que lentamente, a lo largo de muchas décadas, terminarían por sustituir al ganado fibroso y semisalvaje introducido en el siglo XVII.
En las primeras décadas del siglo XX los frigoríficos desplazarían a los saladeros como principales exportadores de carne ovina y vacuna en Argentina y Uruguay. Y no habría mayores cambios hasta inicios del siglo XXI, cuando irrumpieron la soja y la celulosa como productos de exportación en pie de igualdad con la carne refrigerada.
“Drabble nunca se sintió cómodo al ser clasificado como banquero”, sostiene el articulista del diccionario de biografías de Oxford, que cita una gran variedad de fuentes. “Todavía estaba describiéndose a sí mismo (en los registros censales) como un comerciante sudamericano en 1871 y 1881, y como director de compañía en 1891”.
En 1890, en el hoy barrio de Barracas, Buenos Aires, George Drabble hizo construir viviendas de un complejo habitacional que hoy se lo conoce como el barrio ferroviario o Colonia Sola. Se trata de un conjunto de departamentos, de estilo inglés, que sería destinado para quienes trabajaban en el ferrocarril. El proyecto y la ejecución de obra Sola comenzaron con la dirección del director del Ferrocarril del Sur, empresa británica dueña de las redes ferroviarias.
Drabble comenzó a retirar sus inversiones del Río de la Plata a fines del siglo XIX. Murió de una insuficiencia renal el 2 de octubre de 1899 en Los Altos, Sandown, isla de Wight, donde hasta el 20 de junio presidió las reuniones del consejo directivo del Banco de Londres. Su esposa Elizabeth murió el mismo año, el 26 de diciembre.
El matrimonio dejó un patrimonio valuado en 438.263 libras, entonces una suma muy importante. Lo sucedió inmediatamente el hijo mayor de ambos, Charles William Drabble, quien más tarde se unió a su propio hijo, Edward G. Drabble, en una empresa en Argentina, independiente de Drabble Brothers. Esta última firma continuó bajo la gestión de los hijos de Charles Thompson Drabble, hermano de George, quienes se dedicaron a la administración de estancias y cría de ganado fino.
Existe una estación ferroviaria Drabble en el partido de Partido de General Villegas, Provincia de Buenos Aires, 450 kilómetros al oeste del centro de la Capital Federal. Además, en nuestro vecino país, la actual villa José Enrique Rodó, en Soriano, se gestó en torno a una estación ferroviaria inaugurada en 1901 con el nombre de Estación Drabble.
La influencia británica comenzó a decaer tras la Primera Guerra Mundial (1914-1918). Por entonces el 50% de las inversiones en América Latina provenían del Reino Unido.
Los herederos de George Wilkinson Drabble vendieron el establecimiento San Carlos de Colonia por 800.000 pesos oro a Mercedes Castellanos. Su hijo Aarón de Anchorena lo transformó en una estancia señorial, inaugurada en 1911, en la rinconada que forman la margen izquierda del río San Juan y el Río de la Plata. Anchorena murió en 1965 y legó la estancia con su gran parque arbolado al Estado uruguayo, a condición de que fuera utilizada como residencia presidencial.
Fuentes consultadas: Oxford Dictionary of National Biography (Oxford University Press 2004-2016); La Enciclopedia de El País (2011); Nota/artículo de Miguel Arregui https://www.elobservador.com.uy/nota/el-capitalista-olvidado-de-la-modernidad-2017823500; “Un inversor victoriano en el Río de la Plata”, capítulo de Juan Antonio Varese en el libro Influencia británica en el Uruguay. Aportes para su historia (2010).
Miguel Arregui
Periodista uruguayo
ENVÍO Y COLABORACIÓN: Claudio Valerio
PrisioneroEnArgentina.com
Abril 21, 2020