LA DESVERGÜENZA DE MILITARES Y POLICIAS RETIRADOS.
En este sitio entre otros colaboradores, semana a semana tenemos el privilegio, de publicar los veraces honestos y valientes escritos del abogado GONZALO MIÑO. Así lo hicimos hace un par de días, con el que consideramos el mejor que nos dio su pluma, hasta ahora. En cada uno de sus párrafos MIÑO, sin anestesia pone más que nunca el “dedo en la llaga”. Es un grito-verdad de lo que ocurre en el ambiente de todas las fuerzas de uniformados de Argentina y en el mundo paralelo en el cual estamos encerrados algunos de nosotros, imputados por los bien o mal llamados delitos de lesa humanidad.
Son irrefutables verdades, que por supuesto, no gustan ser habladas y menos escuchadas. Es mucho más agradable para los egos y vanidades personales perdernos en el vano relato de actos heroicos del pasado lejano, edulcorados y ensalzados por el tiempo, que enfrentarnos a la cruel realidad del presente. Ese presente en el que queda al desnudo mezquindades, con valores morales y valentías inexistentes, a nivel de las fuerzas armadas y policiales en las que se impone un salvaje “sálvese quien pueda”. Entonces, a lo sumo lo que podemos hacer algunos pocos, es escribir a pesar de no ser escritores, mientras otros llenan ese vacío con rezos y la esperanza de un milagro a través de un gobierno honesto y justo, que no rinda culto a los terroristas de ayer, devenidos en ejemplares demócratas del hoy. Esto nos hizo irreversibles perdedores natos, ya que los “milagros” se logran solo con acción, riesgo y mucha lucha. Luego de la confrontación aparentemente ganada en las décadas de los 60 y los 70 del siglo pasado, hoy nuestros peores enemigos están entre nosotros, los uniformados. Unos por pérfida acción, ya que, sin pudor alguno, se abrazaron y hermanaron con los terroristas mientras nosotros padecemos prisión y morimos indignamente como cautivos. Otros por omisión, ignorándonos y a través del silencio cómplice de los abusos a los que somos sometidos, por inescrupulosos miembros del corrupto poder judicial, que se manejan con una delictual “política de estado”. Por supuesto que en el país impera la indiferencia y el desagradecimiento de los civiles, políticos y otras yerbas, a lo que nos pasa a nosotros y en consecuencia a nuestras respectivas familias. De siempre fue así y no son ellos los que deben protegernos o ayudarnos, por el contrario, esa es la obligación del uniformado hacia la sociedad. Este nunca debe esperar nada a cambio de su misión, guiada solo por su vocación, el uniforme que viste y el espíritu de cuerpo que teóricamente nos aglutina. Para eso nosotros de una u otra forma convivimos desde nuestra adolescencia, durante 3 o más décadas, declamando miles de veces sobre el honor, la valentía, el no abandonar al caído, y así hasta el ¡o juremos con gloria morir! ¿Dónde quedó la mística, ahora que tanto se necesita? ¿Acaso perdimos el tiempo solo con palabras engañosas, como hacen los políticos? Por supuesto que sí, todos fueron simples eslóganes iguales a los que se utilizan en tiempos de campaña electoral. Todo esto y mucho más está dramáticamente expresado, casi en soledad, desde el alma por MIÑO, hombre de leyes que nunca empuñó un arma, pero que, dando la cara nos da un ejemplo de idealismo y valor sin límite, a través de sus públicas notas. Entre todas ellas, por supuesto es ahora la más destacable: “EL DIPY: LA VERGÜENZA DE MILITARES Y POLICIAS RETIRADOS”. Como dijimos su duro contenido no agrada y seguramente será censurada ignorándosela y hasta repudiada en voz baja y en el peor de los casos, con algún reproche perdido. Eso sí en forma privada y reservada, al igual que el apoyo de algunos otros, que casi siempre será evitando que este trascienda, con lo cual el mismo equivale a…NADA.
RECORDAMOS A TODOS LOS UNIFORMADOS RETIRADOS QUE RESPETAMOS,
ACEPTAMOS Y PUBLICAMOS, SIN CENSURA TODO TIPO DE OPINIONES.
(1) PONER EL DEDO EN LA LLAGA: Significa señalar el punto más importante o la causa principal de un problema, aunque pueda resultar doloroso o desagradable para alguien.
“Serás lo que debes ser o no serás nada”
Gral. José de San Martín (1778-1859)
“Hay un patriotismo infecundo y vano: el orientado hacia el pasado; otro fuerte y activo: el orientado hacia el porvenir”
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Por CLAUDIO KUSSMAN.
LA DESVERGÜENZA DE MILITARES Y POLICIAS RETIRADOS.
En este sitio entre otros colaboradores, semana a semana tenemos el privilegio, de publicar los veraces honestos y valientes escritos del abogado GONZALO MIÑO. Así lo hicimos hace un par de días, con el que consideramos el mejor que nos dio su pluma, hasta ahora. En cada uno de sus párrafos MIÑO, sin anestesia pone más que nunca el “dedo en la llaga”. Es un grito-verdad de lo que ocurre en el ambiente de todas las fuerzas de uniformados de Argentina y en el mundo paralelo en el cual estamos encerrados algunos de nosotros, imputados por los bien o mal llamados delitos de lesa humanidad.
Son irrefutables verdades, que por supuesto, no gustan ser habladas y menos escuchadas. Es mucho más agradable para los egos y vanidades personales perdernos en el vano relato de actos heroicos del pasado lejano, edulcorados y ensalzados por el tiempo, que enfrentarnos a la cruel realidad del presente. Ese presente en el que queda al desnudo mezquindades, con valores morales y valentías inexistentes, a nivel de las fuerzas armadas y policiales en las que se impone un salvaje “sálvese quien pueda”. Entonces, a lo sumo lo que podemos hacer algunos pocos, es escribir a pesar de no ser escritores, mientras otros llenan ese vacío con rezos y la esperanza de un milagro a través de un gobierno honesto y justo, que no rinda culto a los terroristas de ayer, devenidos en ejemplares demócratas del hoy. Esto nos hizo irreversibles perdedores natos, ya que los “milagros” se logran solo con acción, riesgo y mucha lucha. Luego de la confrontación aparentemente ganada en las décadas de los 60 y los 70 del siglo pasado, hoy nuestros peores enemigos están entre nosotros, los uniformados. Unos por pérfida acción, ya que, sin pudor alguno, se abrazaron y hermanaron con los terroristas mientras nosotros padecemos prisión y morimos indignamente como cautivos. Otros por omisión, ignorándonos y a través del silencio cómplice de los abusos a los que somos sometidos, por inescrupulosos miembros del corrupto poder judicial, que se manejan con una delictual “política de estado”. Por supuesto que en el país impera la indiferencia y el desagradecimiento de los civiles, políticos y otras yerbas, a lo que nos pasa a nosotros y en consecuencia a nuestras respectivas familias. De siempre fue así y no son ellos los que deben protegernos o ayudarnos, por el contrario, esa es la obligación del uniformado hacia la sociedad. Este nunca debe esperar nada a cambio de su misión, guiada solo por su vocación, el uniforme que viste y el espíritu de cuerpo que teóricamente nos aglutina. Para eso nosotros de una u otra forma convivimos desde nuestra adolescencia, durante 3 o más décadas, declamando miles de veces sobre el honor, la valentía, el no abandonar al caído, y así hasta el ¡o juremos con gloria morir! ¿Dónde quedó la mística, ahora que tanto se necesita? ¿Acaso perdimos el tiempo solo con palabras engañosas, como hacen los políticos? Por supuesto que sí, todos fueron simples eslóganes iguales a los que se utilizan en tiempos de campaña electoral. Todo esto y mucho más está dramáticamente expresado, casi en soledad, desde el alma por MIÑO, hombre de leyes que nunca empuñó un arma, pero que, dando la cara nos da un ejemplo de idealismo y valor sin límite, a través de sus públicas notas. Entre todas ellas, por supuesto es ahora la más destacable: “EL DIPY: LA VERGÜENZA DE MILITARES Y POLICIAS RETIRADOS”. Como dijimos su duro contenido no agrada y seguramente será censurada ignorándosela y hasta repudiada en voz baja y en el peor de los casos, con algún reproche perdido. Eso sí en forma privada y reservada, al igual que el apoyo de algunos otros, que casi siempre será evitando que este trascienda, con lo cual el mismo equivale a…NADA.
RECORDAMOS A TODOS LOS UNIFORMADOS RETIRADOS QUE RESPETAMOS,
ACEPTAMOS Y PUBLICAMOS, SIN CENSURA TODO TIPO DE OPINIONES.
Claudio Kussman
Comisario Mayor (R)
Policía Pcia. Buenos Aires
Julio 06, 2021
claudio@PrisioneroEnArgentina.com
www.PrisioneroEnArgentina.com
(1) PONER EL DEDO EN LA LLAGA: Significa señalar el punto más importante o la causa principal de un problema, aunque pueda resultar doloroso o desagradable para alguien.
“Serás lo que debes ser o no serás nada”
Gral. José de San Martín (1778-1859)
“Hay un patriotismo infecundo y vano: el orientado hacia el pasado; otro fuerte y activo: el orientado hacia el porvenir”
Santiago Ramón y Cajal (1852-1934)
PrisioneroEnArgentina.com
Julio 6, 2021