EE.UU. ha manifestado su interés por establecer una base militar en el puerto griego de Alejandrópolis. Washington realizó el ofrecimiento a Atenas por diferentes vías, principalmente a través de altos cargos militares.
Según el diario, la propuesta consiste en la profundización del puerto y su ampliación, y posiblemente hasta la creación de un nuevo muelle. Todo ello es necesario para atracar y dar servicio a los destructores del tipo ‘Arleigh Burke’ de la flota estadounidense. Estos destructores llevan misiles guiados y tienen muy altas capacidades de guerra electrónica. La intención de EE.UU. es crear una red de infraestructura en los Balcanes que parta del Egeo, pase por Rumanía y llegue a Hungría y Polonia.
Alejandrópolis tiene una importancia estratégica porque se encuentra situada a 40 kilómetros de la frontera con Turquía, en la orilla norte del mar Egeo, y su puerto es utilizado por las Fuerzas Armadas estadounidenses para transportar equipo y personal militares.
Desde el inicio de la operación especial rusa en Ucrania, la OTAN ha utilizado Alejandrópolis como camino para el paso de armas alternativo al estrecho del Bósforo, cerrado por Turquía. Según los medios griegos, miles de soldados, tanques, helicópteros y otros equipos estadounideneses y de los Estados de la OTAN fueron transportados al flanco oriental de la organización a través de este puerto.
Kathimerini señala que la participación del país norteamericano no se limita al puerto cercano a la frontera turca. En los últimos meses, la presencia de las fuerzas armadas estadounidenses en Souda, una base de la OTAN, también ha crecido exponencialmente. Su infraestructura podría actualizarse para albergar sofisticados sistemas militares como vehículos aéreos no tripulados de alta capacidad o aviones de quinta generación como el F-35.
La rápida militarización de la nación griega por parte de las fuerzas de Washington se produce mientras aumentan las tensiones en el Mediterráneo oriental. Grecia y Turquía tienen disputas territoriales por islas en el mar Egeo, límites de aguas y espacio aéreo. La situación se agudiza también por los descubrimientos de hidrocarburos en la región.
Al mismo tiempo, la posición de Turquía en una serie de cuestiones no coincide con la de otros países occidentales. Por ejemplo, no se sumó a las sanciones contra Rusia anunciadas tras el inicio de su operación militar especial en Ucrania. Asimismo, se ha opuesto a la adhesión de Suecia y Finlandia a la OTAN, imponiéndoles una serie de condiciones para que su admisión en la alianza sea ratificada por el parlamento turco.
Además, Recep Tayyip Erdogan afirmó que Turquía tiene el objetivo de ingresar a la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), el mayor bloque regional del mundo, compuesto por ocho miembros, incluidos Rusia, China y la India.
Varios expertos consideran que, precisamente es la política independiente de Turquía y su creciente peso en la escena internacional lo que provoca la militarización de Grecia por parte de EE. UU., a la que está convirtiendo en un contrapeso del país asiático.
“El ascenso de Turquía como potencia regional autónoma es el factor principal en esta intensificación de la cooperación greco-estadounidense”, declaró en mayo Hasan Koni, académico de estudios estratégicos de la Universidad Kültür de Estambul. También afirmó que el equilibrio de poder en la región se está desplazando hacia Ankara y que es necesario “comprobarlo potenciando a Grecia”. La presión de Washington para que haya más bases griegas tiene como objetivo “contener a Turquía”, según el catedrático.
“¿Contra quién se establecieron?” preguntó el presidente turco en junio, refiriéndose a los puestos militares de EE.UU. en Grecia. “La respuesta que dan es ‘contra Rusia’. No nos lo creemos”.
“Con Erdogan, Turquía ha abandonado deliberadamente su papel tradicional de ancla fiable de la OTAN en el sureste contra Rusia y otras amenazas”, declaró en una entrevista para Kathimerini Jonathan Rue, director de Política Exterior del Instituto Judío para Asuntos de Seguridad Nacional (JINSA por sus siglas en inglés). También afirmó que el puerto griego es una “importante alternativa a Turquía para asegurar una posición fuerte de las fuerzas de la OTAN en la región”.
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EE.UU. ha manifestado su interés por establecer una base militar en el puerto griego de Alejandrópolis. Washington realizó el ofrecimiento a Atenas por diferentes vías, principalmente a través de altos cargos militares.
Según el diario, la propuesta consiste en la profundización del puerto y su ampliación, y posiblemente hasta la creación de un nuevo muelle. Todo ello es necesario para atracar y dar servicio a los destructores del tipo ‘Arleigh Burke’ de la flota estadounidense. Estos destructores llevan misiles guiados y tienen muy altas capacidades de guerra electrónica. La intención de EE.UU. es crear una red de infraestructura en los Balcanes que parta del Egeo, pase por Rumanía y llegue a Hungría y Polonia.
Alejandrópolis tiene una importancia estratégica porque se encuentra situada a 40 kilómetros de la frontera con Turquía, en la orilla norte del mar Egeo, y su puerto es utilizado por las Fuerzas Armadas estadounidenses para transportar equipo y personal militares.
Desde el inicio de la operación especial rusa en Ucrania, la OTAN ha utilizado Alejandrópolis como camino para el paso de armas alternativo al estrecho del Bósforo, cerrado por Turquía. Según los medios griegos, miles de soldados, tanques, helicópteros y otros equipos estadounideneses y de los Estados de la OTAN fueron transportados al flanco oriental de la organización a través de este puerto.
Kathimerini señala que la participación del país norteamericano no se limita al puerto cercano a la frontera turca. En los últimos meses, la presencia de las fuerzas armadas estadounidenses en Souda, una base de la OTAN, también ha crecido exponencialmente. Su infraestructura podría actualizarse para albergar sofisticados sistemas militares como vehículos aéreos no tripulados de alta capacidad o aviones de quinta generación como el F-35.
La rápida militarización de la nación griega por parte de las fuerzas de Washington se produce mientras aumentan las tensiones en el Mediterráneo oriental. Grecia y Turquía tienen disputas territoriales por islas en el mar Egeo, límites de aguas y espacio aéreo. La situación se agudiza también por los descubrimientos de hidrocarburos en la región.
Al mismo tiempo, la posición de Turquía en una serie de cuestiones no coincide con la de otros países occidentales. Por ejemplo, no se sumó a las sanciones contra Rusia anunciadas tras el inicio de su operación militar especial en Ucrania. Asimismo, se ha opuesto a la adhesión de Suecia y Finlandia a la OTAN, imponiéndoles una serie de condiciones para que su admisión en la alianza sea ratificada por el parlamento turco.
Además, Recep Tayyip Erdogan afirmó que Turquía tiene el objetivo de ingresar a la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), el mayor bloque regional del mundo, compuesto por ocho miembros, incluidos Rusia, China y la India.
Varios expertos consideran que, precisamente es la política independiente de Turquía y su creciente peso en la escena internacional lo que provoca la militarización de Grecia por parte de EE. UU., a la que está convirtiendo en un contrapeso del país asiático.
“El ascenso de Turquía como potencia regional autónoma es el factor principal en esta intensificación de la cooperación greco-estadounidense”, declaró en mayo Hasan Koni, académico de estudios estratégicos de la Universidad Kültür de Estambul. También afirmó que el equilibrio de poder en la región se está desplazando hacia Ankara y que es necesario “comprobarlo potenciando a Grecia”. La presión de Washington para que haya más bases griegas tiene como objetivo “contener a Turquía”, según el catedrático.
“¿Contra quién se establecieron?” preguntó el presidente turco en junio, refiriéndose a los puestos militares de EE.UU. en Grecia. “La respuesta que dan es ‘contra Rusia’. No nos lo creemos”.
“Con Erdogan, Turquía ha abandonado deliberadamente su papel tradicional de ancla fiable de la OTAN en el sureste contra Rusia y otras amenazas”, declaró en una entrevista para Kathimerini Jonathan Rue, director de Política Exterior del Instituto Judío para Asuntos de Seguridad Nacional (JINSA por sus siglas en inglés). También afirmó que el puerto griego es una “importante alternativa a Turquía para asegurar una posición fuerte de las fuerzas de la OTAN en la región”.
PrisioneroEnArgentina.com
Setiembre 25, 2022