Tres importantes canales de televisión ucranianos —112 Ukrayina, NewsOne y ZIK— dejaron de emitir esta semana después de que el presidente del país, Vladímir Zelenski, promulgara un decreto del Consejo de Seguridad y Defensa Nacional de Ucrania para introducir sanciones contra estos medios y su propietario, el diputado Tarás Kozak, de la facción del Parlamento Plataforma de Oposición-Por la Vida.
El cierre de los canales fue condenado por sindicatos de periodistas nacionales e internacionales, mientras que la oposición ucraniana anunció que lanzará un proceso de juicio político contra Zelenski. Entretanto, la Embajada de EE.UU. apoyó la medida, y la Unión Europea se ha mostrado cautelosa en su evaluación, sin apoyar ni criticar, de momento, la decisión.
Las sanciones entraron en vigor el 2 de febrero y tienen una vigencia de cinco años. La noche del martes, los tres canales de televisión dejaron de transmitir, estando ahora solo disponibles en YouTube. Las medidas también incluyen el bloqueo de los activos de los medios, la prohibición de usar frecuencias de radio en Ucrania y la restricción de las transacciones comerciales, entre otras.
Más tarde, Zelenski explicó en Twitter la “difícil decisión” sobre las sanciones, argumentando que Ucrania “apoya firmemente la libertad de expresión”, pero no “la propaganda patrocinada por agresores que obstaculiza el progreso de Ucrania hacia la integración europea y euroatlántica”. “La lucha por la independencia es una lucha en una guerra de información por la verdad y los valores europeos”, tuiteó el mandatario ucraniano en inglés.
Los canales de televisión en cuestión son críticos con las autoridades y están asociados con uno de los líderes del partido Plataforma de Oposición-Por la Vida, Víktor Medvedchuk. En octubre de 2020, el Consejo Nacional de Radiodifusión y Televisión de Ucrania decidió investigar a las cadenas luego de que mostraran un fragmento de la reunión de Medvedchuk con el presidente ruso, Vladímir Putin, en Moscú. El Consejo consideró que sus acciones tenían como objetivo “formar una imagen positiva” del mandatario ruso.
La Plataforma de Oposición-Por la Vida anunció su intención de iniciar un procedimiento de juicio político contra el presidente. “Hoy, por primera vez en la historia de la Ucrania independiente, tres canales de televisión rectores se apagaron a la vez”, declaró el miércoles en un discurso en la Rada Suprema el copresidente del partido, el diputado Vadim Rabínovich, quien acusó a Zelenski de burlarse “de los votantes y del país”.
El propio Kozak calificó las medidas restrictivas en su contra como ilegales, recordando que la ley de Ucrania estipula que el país puede introducir las sanciones contra “un estado extranjero, una entidad jurídica extranjera, una entidad jurídica que esté bajo el control de una entidad jurídica extranjera o entidades que llevan a cabo actividades terroristas”.
“Esta es una decisión completamente ilegal, el presidente se ha excedido en sus poderes, no tiene derecho a imponer tales sanciones”, enfatizó Kozak, recordando que, en este caso, las sanciones se han impuesto “contra un ciudadano de Ucrania y empresas ucranianas”. El diputado también achacó las restricciones contra los tres canales por sus criticas a la política de las autoridades y la cobertura del polémico aumento de las tarifas del consumo de energía.
En la misma línea, Plataforma de Oposición-Por la Vida enfatizó que la única base legal para cerrar la transmisión de medios puede ser una decisión judicial, por lo que acusó a Zelenski de embarcarse “en el camino de la usurpación del poder, el establecimiento de una dictadura, la destrucción de la oposición y las represalias contra la libertad de expresión”.
Además, la facción opositora vinculó las sanciones con la creciente simpatía de la población hacia su partido. Según una reciente encuesta de opinión, la Plataforma mantiene actualmente el estatus de fuerza política más popular en Ucrania, superando al partido Servidor del Pueblo fundado por Zelenski. Entretanto, la aprobación del propio presidente cayó por debajo del 20 %, frente al 73 % que tenía cuando fue elegido.
La Unión Nacional de Periodistas de Ucrania denunció en un comunicado que privar a los ciudadanos ucranianos del acceso a los medios de comunicación sin un juicio previo y prohibir a cientos de periodistas y medios de comunicación su derecho a la profesión “es un ataque a la libertad de expresión”, subrayando que “la afiliación política de los propietarios de medios de comunicación ucranianos registrados en Ucrania no es un delito”.
El Sindicato Independiente de Medios de Ucrania instó al Gobierno a desarrollar un marco legal claro “para la división de los recursos de propaganda y los medios”, y advirtió que esta decisión motivada políticamente puede allanar el camino hacia la dictadura y socavar la democracia.
“Esta prohibición arbitraria y por motivos políticos es inaceptable en una democracia”, expresó, por su parte, el Secretario General de la Federación Internacional de Periodistas (FIP), Anthony Bellanger, quien instó a las autoridades ucranianas a que levanten la prohibición y “respeten la libertad de información y de expresión”.
En la misma línea, el secretario general de la Federación Europea de Periodistas, Ricardo Gutiérrez, sostuvo que “prohibir las transmisiones es una de las formas más extremas de restringir la libertad de prensa”, y recordó que los Estados tienen la obligación de garantizar un pluralismo de medios efectivo. “Parece claro que la prohibición presidencial no se ajusta en absoluto a los estándares legales internacionales sobre Libertad de Expresión y medios de difusión”, enfatizó.
La portavoz del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH), Marta Hurtado, también transmitió la preocupación del organismo de que la medida afecte a la libertad de expresión en Ucrania.
En cambio, EE.UU. apoyó lo que describió como los esfuerzos de Ucrania por “contrarrestar la influencia maligna de Rusia”, en defensa de su “soberanía e integridad territorial”, según lo expresó la Embajada estadounidense en Kiev en su cuenta de Twitter.
La Embajada de Canadá también respaldó la medida, asegurando en su página de Facebook que “reconoce los desafíos que afronta Ucrania en la guerra híbrida que se libra en su contra” y apoya “el uso de mecanismos legales” por parte de Kiev para “preservar su soberanía”, garantizando al mismo tiempo “la libertad de los medios de comunicación”.
Peter Stano, portavoz de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, señaló que el bloque comunitario está “evaluando las consecuencias de esta decisión”. Sin apoyar ni condenar abiertamente la medida, Stano indicó que, aunque los esfuerzos de Ucrania por “proteger su integridad territorial y seguridad nacional, así como para protegerse contra la manipulación de la información, son legítimos”, no deben suceder “a expensas de la libertad de los medios de comunicación”, y deben llevarse a cabo “con pleno respeto por los derechos y libertades fundamentales y de acuerdo con las normas internacionales”. Asimismo, enfatizó que “cualquier medida que se adopte debe ser proporcional al objetivo”.
Al reunirse este miércoles con Zelenski, los embajadores de los países del G7 coincidieron en la necesidad de “luchar contra la desinformación en el marco de la libertad y el pluralismo de los medios de comunicación”.
Para Ucrania, la decisión de Zelenski supone “un terremoto político”, sostiene el analista del diario ruso Kommersant Maxim Yusin, enfatizando que el presidente cerró tres canales opositores “en un segundo” y “sin una decisión judicial ni investigación”. Según Yusin, si Occidente no se pronuncia para condenar la decisión, “será una manifestación flagrante del doble rasero”.
Pável Féldman, subdirector del Instituto de Estudios Estratégicos y Pronósticos de la universidad rusa RUDN, indica que los diplomáticos estadounidenses ya han demostrado una vez más su doble rasero. “El principal criterio para la libertad de expresión de los estadounidenses es el cumplimiento de sus intereses nacionales”, aseveró.
En la misma línea, Borís Mezhúyev, profesor asociado de la Facultad de Filosofía de la Universidad Estatal de Moscú, no cree que los estados occidentales salgan a la defensa de las cadenas sancionadas. De hecho, “hasta cierto punto, Ucrania sigue el ejemplo de EE.UU., donde el pluralismo político es significativamente limitado”, opina el experto, recordando que “ni un solo presidente de Ucrania” se permitió lo que acaba de hacer Zelenski.
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Tres importantes canales de televisión ucranianos —112 Ukrayina, NewsOne y ZIK— dejaron de emitir esta semana después de que el presidente del país, Vladímir Zelenski, promulgara un decreto del Consejo de Seguridad y Defensa Nacional de Ucrania para introducir sanciones contra estos medios y su propietario, el diputado Tarás Kozak, de la facción del Parlamento Plataforma de Oposición-Por la Vida.
El cierre de los canales fue condenado por sindicatos de periodistas nacionales e internacionales, mientras que la oposición ucraniana anunció que lanzará un proceso de juicio político contra Zelenski. Entretanto, la Embajada de EE.UU. apoyó la medida, y la Unión Europea se ha mostrado cautelosa en su evaluación, sin apoyar ni criticar, de momento, la decisión.
Las sanciones entraron en vigor el 2 de febrero y tienen una vigencia de cinco años. La noche del martes, los tres canales de televisión dejaron de transmitir, estando ahora solo disponibles en YouTube. Las medidas también incluyen el bloqueo de los activos de los medios, la prohibición de usar frecuencias de radio en Ucrania y la restricción de las transacciones comerciales, entre otras.
Más tarde, Zelenski explicó en Twitter la “difícil decisión” sobre las sanciones, argumentando que Ucrania “apoya firmemente la libertad de expresión”, pero no “la propaganda patrocinada por agresores que obstaculiza el progreso de Ucrania hacia la integración europea y euroatlántica”. “La lucha por la independencia es una lucha en una guerra de información por la verdad y los valores europeos”, tuiteó el mandatario ucraniano en inglés.
Los canales de televisión en cuestión son críticos con las autoridades y están asociados con uno de los líderes del partido Plataforma de Oposición-Por la Vida, Víktor Medvedchuk. En octubre de 2020, el Consejo Nacional de Radiodifusión y Televisión de Ucrania decidió investigar a las cadenas luego de que mostraran un fragmento de la reunión de Medvedchuk con el presidente ruso, Vladímir Putin, en Moscú. El Consejo consideró que sus acciones tenían como objetivo “formar una imagen positiva” del mandatario ruso.
La Plataforma de Oposición-Por la Vida anunció su intención de iniciar un procedimiento de juicio político contra el presidente. “Hoy, por primera vez en la historia de la Ucrania independiente, tres canales de televisión rectores se apagaron a la vez”, declaró el miércoles en un discurso en la Rada Suprema el copresidente del partido, el diputado Vadim Rabínovich, quien acusó a Zelenski de burlarse “de los votantes y del país”.
El propio Kozak calificó las medidas restrictivas en su contra como ilegales, recordando que la ley de Ucrania estipula que el país puede introducir las sanciones contra “un estado extranjero, una entidad jurídica extranjera, una entidad jurídica que esté bajo el control de una entidad jurídica extranjera o entidades que llevan a cabo actividades terroristas”.
“Esta es una decisión completamente ilegal, el presidente se ha excedido en sus poderes, no tiene derecho a imponer tales sanciones”, enfatizó Kozak, recordando que, en este caso, las sanciones se han impuesto “contra un ciudadano de Ucrania y empresas ucranianas”. El diputado también achacó las restricciones contra los tres canales por sus criticas a la política de las autoridades y la cobertura del polémico aumento de las tarifas del consumo de energía.
En la misma línea, Plataforma de Oposición-Por la Vida enfatizó que la única base legal para cerrar la transmisión de medios puede ser una decisión judicial, por lo que acusó a Zelenski de embarcarse “en el camino de la usurpación del poder, el establecimiento de una dictadura, la destrucción de la oposición y las represalias contra la libertad de expresión”.
Además, la facción opositora vinculó las sanciones con la creciente simpatía de la población hacia su partido. Según una reciente encuesta de opinión, la Plataforma mantiene actualmente el estatus de fuerza política más popular en Ucrania, superando al partido Servidor del Pueblo fundado por Zelenski. Entretanto, la aprobación del propio presidente cayó por debajo del 20 %, frente al 73 % que tenía cuando fue elegido.
La Unión Nacional de Periodistas de Ucrania denunció en un comunicado que privar a los ciudadanos ucranianos del acceso a los medios de comunicación sin un juicio previo y prohibir a cientos de periodistas y medios de comunicación su derecho a la profesión “es un ataque a la libertad de expresión”, subrayando que “la afiliación política de los propietarios de medios de comunicación ucranianos registrados en Ucrania no es un delito”.
El Sindicato Independiente de Medios de Ucrania instó al Gobierno a desarrollar un marco legal claro “para la división de los recursos de propaganda y los medios”, y advirtió que esta decisión motivada políticamente puede allanar el camino hacia la dictadura y socavar la democracia.
“Esta prohibición arbitraria y por motivos políticos es inaceptable en una democracia”, expresó, por su parte, el Secretario General de la Federación Internacional de Periodistas (FIP), Anthony Bellanger, quien instó a las autoridades ucranianas a que levanten la prohibición y “respeten la libertad de información y de expresión”.
En la misma línea, el secretario general de la Federación Europea de Periodistas, Ricardo Gutiérrez, sostuvo que “prohibir las transmisiones es una de las formas más extremas de restringir la libertad de prensa”, y recordó que los Estados tienen la obligación de garantizar un pluralismo de medios efectivo. “Parece claro que la prohibición presidencial no se ajusta en absoluto a los estándares legales internacionales sobre Libertad de Expresión y medios de difusión”, enfatizó.
La portavoz del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH), Marta Hurtado, también transmitió la preocupación del organismo de que la medida afecte a la libertad de expresión en Ucrania.
En cambio, EE.UU. apoyó lo que describió como los esfuerzos de Ucrania por “contrarrestar la influencia maligna de Rusia”, en defensa de su “soberanía e integridad territorial”, según lo expresó la Embajada estadounidense en Kiev en su cuenta de Twitter.
La Embajada de Canadá también respaldó la medida, asegurando en su página de Facebook que “reconoce los desafíos que afronta Ucrania en la guerra híbrida que se libra en su contra” y apoya “el uso de mecanismos legales” por parte de Kiev para “preservar su soberanía”, garantizando al mismo tiempo “la libertad de los medios de comunicación”.
Peter Stano, portavoz de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, señaló que el bloque comunitario está “evaluando las consecuencias de esta decisión”. Sin apoyar ni condenar abiertamente la medida, Stano indicó que, aunque los esfuerzos de Ucrania por “proteger su integridad territorial y seguridad nacional, así como para protegerse contra la manipulación de la información, son legítimos”, no deben suceder “a expensas de la libertad de los medios de comunicación”, y deben llevarse a cabo “con pleno respeto por los derechos y libertades fundamentales y de acuerdo con las normas internacionales”. Asimismo, enfatizó que “cualquier medida que se adopte debe ser proporcional al objetivo”.
Al reunirse este miércoles con Zelenski, los embajadores de los países del G7 coincidieron en la necesidad de “luchar contra la desinformación en el marco de la libertad y el pluralismo de los medios de comunicación”.
Para Ucrania, la decisión de Zelenski supone “un terremoto político”, sostiene el analista del diario ruso Kommersant Maxim Yusin, enfatizando que el presidente cerró tres canales opositores “en un segundo” y “sin una decisión judicial ni investigación”. Según Yusin, si Occidente no se pronuncia para condenar la decisión, “será una manifestación flagrante del doble rasero”.
Pável Féldman, subdirector del Instituto de Estudios Estratégicos y Pronósticos de la universidad rusa RUDN, indica que los diplomáticos estadounidenses ya han demostrado una vez más su doble rasero. “El principal criterio para la libertad de expresión de los estadounidenses es el cumplimiento de sus intereses nacionales”, aseveró.
En la misma línea, Borís Mezhúyev, profesor asociado de la Facultad de Filosofía de la Universidad Estatal de Moscú, no cree que los estados occidentales salgan a la defensa de las cadenas sancionadas. De hecho, “hasta cierto punto, Ucrania sigue el ejemplo de EE.UU., donde el pluralismo político es significativamente limitado”, opina el experto, recordando que “ni un solo presidente de Ucrania” se permitió lo que acaba de hacer Zelenski.
PrisioneroEnArgentina.com
Abril 14, 2022