En diciembre pasado, el papa Francisco acaparó la atención al decir que las parejas del mismo sexo, los matrimonios civiles y las uniones de hecho podrán ser bendecidas por la Iglesia, aclarando que ello no significaba concertar como tal un matrimonio en sí. Es decir, en palabras textuales, dijo que, “el amor y la misericordia de dios” no deben estar sujetas a un análisis moral exhaustivo para acercarse a la iglesia, sino que se debe aceptar a cualquier persona sin importar su preferencia sexual.
La declaración del Vaticano ratifica el magisterio tradicional de que el casamiento es la unión vitalicia de un hombre y una mujer. Pero permite a los sacerdotes brindar bendiciones no litúrgicas a parejas de personas del mismo sexo que buscan la gracia de Dios en sus vidas, siempre que no se confundan con los ritos nupciales. Sin embargo, la reacción ante las palabras del papa Francisco ha sido continúa y entre las más radicales está la rebelión de las iglesias africanas contra la bendición a los homosexuales
Para entenderlo más, en los 32 países africanos donde el ejercicio de la homosexualidad es un delito, incluso castigado con la pena de muerte, los episcopados católicos aceleran su pronunciamiento para dar vida a “una única declaración sinodal, válida para toda la Iglesia”. En el Vaticano responde solo con un ominoso silencio y se activan los mecanismos para reducir los graves enfrentamientos que han llevado prácticamente a una rebelión abierta de la Iglesia africana. Personaje central de esta movilización es el cardenal Frdolin Ambongo Besungu, arzobispo de Kinshasa, capital de la República Democrática del Congo, quien, en nombre del simposio de conferencias episcopales nacionales, expresa lo más parecido a un rechazo continental a la declaración aprobada por Francisco el 18 de diciembre, que permite a los sacerdotes ofrecer esas bendiciones.
Esa declaración del Dicasterio para la Doctrina de la Fe ha provocado un choque en toda la Iglesia católica, para felicidad de los católicos LGBTQ+ como señal concreta del mensaje incluyente del papa, pero para sobresalto de los conservadores, temerosos de que se pasan por alto o violan doctrinas medulares. Ambongo recalcó que no era apropiado que los curas africanos ofrecieran esas bendiciones porque generarían escándalo y confusión, pues el magisterio bíblico condena la homosexualidad como una abominación y que en el contexto cultural africano las uniones LGBTQ+ “aparecen como contradictorias a las normas culturales y esencialmente corruptas”.
“Dentro de la familia eclesiástica de Dios en África, esta declaración ha causado una onda de choque, ha sembrado conceptos erróneos y malestar en las mentes de muchos fieles laicos, personas consagradas e incluso pastores y ha provocado fuertes reacciones”, dijo.
De tal modo, se mencionó que las Conferencias Episcopales Africanas subrayan que “las personas con tendencias homosexuales deben ser tratadas con respeto y dignidad”; sin embargo, se les recuerda “que las uniones homosexuales son contrarias a la voluntad de Dios y, por tanto, no pueden recibir la bendición de la Iglesia”.
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En diciembre pasado, el papa Francisco acaparó la atención al decir que las parejas del mismo sexo, los matrimonios civiles y las uniones de hecho podrán ser bendecidas por la Iglesia, aclarando que ello no significaba concertar como tal un matrimonio en sí. Es decir, en palabras textuales, dijo que, “el amor y la misericordia de dios” no deben estar sujetas a un análisis moral exhaustivo para acercarse a la iglesia, sino que se debe aceptar a cualquier persona sin importar su preferencia sexual.
La declaración del Vaticano ratifica el magisterio tradicional de que el casamiento es la unión vitalicia de un hombre y una mujer. Pero permite a los sacerdotes brindar bendiciones no litúrgicas a parejas de personas del mismo sexo que buscan la gracia de Dios en sus vidas, siempre que no se confundan con los ritos nupciales. Sin embargo, la reacción ante las palabras del papa Francisco ha sido continúa y entre las más radicales está la rebelión de las iglesias africanas contra la bendición a los homosexuales
Para entenderlo más, en los 32 países africanos donde el ejercicio de la homosexualidad es un delito, incluso castigado con la pena de muerte, los episcopados católicos aceleran su pronunciamiento para dar vida a “una única declaración sinodal, válida para toda la Iglesia”. En el Vaticano responde solo con un ominoso silencio y se activan los mecanismos para reducir los graves enfrentamientos que han llevado prácticamente a una rebelión abierta de la Iglesia africana. Personaje central de esta movilización es el cardenal Frdolin Ambongo Besungu, arzobispo de Kinshasa, capital de la República Democrática del Congo, quien, en nombre del simposio de conferencias episcopales nacionales, expresa lo más parecido a un rechazo continental a la declaración aprobada por Francisco el 18 de diciembre, que permite a los sacerdotes ofrecer esas bendiciones.
Esa declaración del Dicasterio para la Doctrina de la Fe ha provocado un choque en toda la Iglesia católica, para felicidad de los católicos LGBTQ+ como señal concreta del mensaje incluyente del papa, pero para sobresalto de los conservadores, temerosos de que se pasan por alto o violan doctrinas medulares. Ambongo recalcó que no era apropiado que los curas africanos ofrecieran esas bendiciones porque generarían escándalo y confusión, pues el magisterio bíblico condena la homosexualidad como una abominación y que en el contexto cultural africano las uniones LGBTQ+ “aparecen como contradictorias a las normas culturales y esencialmente corruptas”.
“Dentro de la familia eclesiástica de Dios en África, esta declaración ha causado una onda de choque, ha sembrado conceptos erróneos y malestar en las mentes de muchos fieles laicos, personas consagradas e incluso pastores y ha provocado fuertes reacciones”, dijo.
De tal modo, se mencionó que las Conferencias Episcopales Africanas subrayan que “las personas con tendencias homosexuales deben ser tratadas con respeto y dignidad”; sin embargo, se les recuerda “que las uniones homosexuales son contrarias a la voluntad de Dios y, por tanto, no pueden recibir la bendición de la Iglesia”.
PrisioneroEnArgentina.com
Enero 19, 2024