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La señora María Elena Vásquez envió una carta al diario La Nación en la cual establece una posición ideal de convivencia… a menos que …

 

 

Derechos humanos

 

En estos años los argentinos estamos pagando con esfuerzo nuestros impuestos y también el “curro de los derechos humanos”. Propongo que se haga una lista para los que quieran seguir aportando a Madres de Plaza de Mayo, Abuelas, Familiares, y que lo hagan ellos. Por mi parte, yo no quiero, y además quiero que devuelvan los que cobraron dentro de las “22.000 mentiras”.

 

María Elena Vásquez

 

 

NO SABEN, NO QUIEREN NO PUEDEN

Muy lógico y loable lo solicitado en la fecha en la Carta de Lectores de María Elena Vásquez, pero realmente es un imposible o casi utópico, a pesar que seguramente una gran mayoría de la población compartirá  su idea.
Primero porque fue un eslogan de campaña como así también se dieron otros en diferentes temas. Los beneficiados en estos casos han lucrado y depredado dineros estatales en todos estos años, con cobros secretos que nadie sabe quien recibió y quién no. Así se beneficiaron familiares de quienes murieron atacando al estado, por detonación accidental de sus propias bombas, e inclusive por ejecución sumaria al traicionar a las organizaciones terroristas de la cual eran parte. Segundo porque los miembros de todas estas organizaciones de DDHH acostumbradas “al curro” se movilizan y presionan permanentemente haciendo mucho ruido. Utilizan el escrache, inventado hace más de 70 años por el nazismo, producen miedo y esto les da resultado. El gobierno con decreto anti piquete al medio, y manifestaciones grandilocuentes, no se anima a aplicar la ley. Así transitar libremente, derecho que expresa claramente la Constitución, también es utópico.

 

MUERTOS BUENOS, MUERTOS MALOS

El resto nos comportamos civilizadamente dentro de las normas legales y entonces somos una mayoría silenciosa. Los dirigentes gubernamentales prefieren a quienes los extorsionan. Entretanto todo esto ocurre, se discute sobre la cantidad de muertos por el terrorismo. Si estos se reconocen o no, ya que en el extremo de lo injusto y absurdo parecen haber muertos buenos y muertos malos. Si hay que ir preso por opinar y expresar ideas, y así hasta el infinito. Mientras quienes estamos ilegalmente detenidos por haber defendido a la patria o solo haber usado un uniforme, seguimos encerrados en ese mundo paralelo llamado prisión. Allí la luz de la justicia, la verdad y los DDHH no llega. Solo lo hace la muerte, a través del tiempo ilegalmente prolongado, “manejado” arbitrariamente por verdaderos delincuentes asesinos.

 

“Los asesinos no son monstruos, son hombres. Y eso es lo más aterrador sobre ellos”.

Alice Sebold (1963- )