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Ayer llegó a nuestra mesa de trabajo dos cartas manuscritas de Miguel Etchecolatz, quien sigue alojado en el Hospital Penitenciario Federal de Ezeiza. Luego de trascribir una, su contenido queda a consideración. A la brevedad haremos lo propio con la segunda misiva.

 

El Valor de las Palabras

Por Miguel O. Etchecolatz

Recientemente, se me menciona una vez más, en un matutino de amplia tirada y se me relaciona con el ingreso del ciudadano César Milani, quien es un preso más. Y nada obsta a la cortesía entre presos, máxime que como bien es sabido, integro un grupo de oración y reflexión en la cárcel.

Un buen cristiano, tal como dice el Evangelio, no hace acepción de personas, es decir no discrimina ni aísla, por el contrario, César Milani se integró piadosamente sin otra reserva que la de un simple preso cristiano.

Más adelante se me trata de relacionarme con el tan mentado caso de Jorge Julio López, relación por demás agraviante atento a que  su oportunidad he ofrecido aportes jurídicos al Ministerio Público Fiscal, sin que se haya tomado nota.

Ambos episodios concurren en un abuso de poder por parte del medio de comunicación  involucrando las  palabras, la honra y el buen nombre de perseguido político.

                                                            

A esta altura, ya nadie puede ignorar que existe un “Plan Sistemático de Eliminación y Exterminio” de todos aquellos que pudimos habernos desempeñado como servidores de la Patria y en cumplimiento de órdenes precisas de los Poderes Soberanos de la República y en cumplimiento de la Constitución Nacional.

Sin embargo, existe una porción de poder que, para nuestro aniquilamiento, primero los aprisionan injusta e ilegalmente, y más somete a farsas jurídicas en tribunales apócrifos y prevaricantes  y luego se los encierra hasta la muerte, previo proceso de destrucción psico-física moral y materialmente.

Muchos medios de comunicación social no pueden omitir conocer causas y consecuencias, el absurdo de las palabras mendaces, creando injuriosamente desvalores confundiendo la realidad con la historia forzada. De allí el tremendo valor de “las palabras”.

 

Miguel O. Etchecolatz

Prisionero de Guerra

 

     

 

 


PrisioneroEnArgentina.com

Abril 22, 2017