Incertidumbre: El mapa del segundo debate presidencial en Argentina

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Massa, Milei, Bullrich, Schiaretti y Bregman

El segundo entre los cinco candidatos a la presidencia de Argentina estuvo marcado por una fuerte tensión que se reflejó en un mayor intercambio de agresiones y la imposibilidad de lograr una foto conjunta de los aspirantes en la recta final de las elecciones, que se llevarán a cabo el próximo 22 de octubre.

La semana pasada, las críticas al primer debate se centraron en el formato que impidió respuestas directas entre Javier Milei (La Libertad Avanza); Sergio Massa (Unión por la Patria); Patricia Bullrich (Juntos por el Cambio); Myriam Bregman (Frente de Izquierda) y Juan Schiaretti (Hacemos por Nuestro País).

Ahora, en cambio, Milei no tuvo empacho en insultar a Bullrich. “Vos sí podés lavar tu pasado de montonera asesina”, le dijo en referencia a la militancia que la candidata conservadora tuvo en Montoneros, una de las principales agrupaciones guerrilleras de los años 70.

Bullrich, por su parte, despreció el programa PreViaje, impulsado por el actual Gobierno que representa Massa, el candidato oficialista que, además, es ministro de Economía.

“Déjate de joder con esos plancitos”, lanzó la candidata luego de que Massa presumiera que, gracias a esta política de Estado, siete millones de argentinos habían podido viajar por el país a bajo costo.

Alberto Fernández

Otra frase que marcó la noche fue la que le lanzó Massa al candidato de la Libertad Avanza.

“Hasta acá llegaste, Javier, dejá de faltarle el respeto a las mujeres”, le dijo ante las constantes descalificaciones del dirigente ultraderechista hacia Bregman, la política izquierdista que intentó sin éxito incluir temas de género en el debate, lo que ya había sido vetado por Milei.

Al igual que pasó en el primer debate, el gran ausente fue el presidente Alberto Fernández. Nadie lo mencionó ni siquiera para criticarlo, lo que varios analistas interpretan como la prueba de que, en los hechos, su Gobierno ha terminado de manera anticipada.

La creciente confrontación entre los candidatos se reflejó, también, en que, a diferencia de otros procesos electorales, en esta ocasión no hubo una foto de los aspirantes.

Además de que ninguno tenía intención de mostrarse conciliador, Bregman usó la estrategia de escabullirse rápidamente del escenario para evitar a Milei y, sin ella, la imagen de solo cuatro candidatos no tenía sentido.

La tensión no estuvo solo dentro de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires en donde se llevó a cabo el debate. Antes de que comenzara, en las puertas del recinto se cruzaron manifestantes que repudiaban las represiones de los últimos meses en la norteña provincia de Jujuy y los afectados de créditos hipotecarios, con simpatizantes de la candidata Bullrich.

Las señales políticas abundaron. La presencia del expresidente Mauricio Macri causó una amplia expectativa debido a las constantes polémicas que ha causado por su oscilante apoyo a Milei en detrimento de Bullrich, a quien supuestamente debería respaldar de manera contundente por ser la candidata de la coalición a la que él también pertenece.

Macri

Para despejar las dudas, se había anunciado que Macri acompañaría a Bullrich al debate, pero en realidad solo se sacó una foto con ella y otros dirigentes antes del debate y la posteó en redes, pero no fue a la Facultad de Derecho.

Bullrich también fue noticia porque su estado de salud volvió a causar alarma.

En el primer debate, le adjudicó su actitud errática a una gripe. En esta ocasión, el ojo se le enrojeció y circuló una foto de ella con el médico de emergencias, quien luego aclaró que solo le había aplicado gotas porque tenía un cuadro de conjuntivitis.

A dos semanas de las elecciones, las encuestas coinciden en posicionar a Milei en primer lugar, aunque todavía no con los niveles suficientes para garantizar su triunfo el 22 de octubre.

La legislación argentina establece que, en la primera instancia, solo gana quien obtenga el 45 % de los votos, o, como segunda opción, el 40 %, pero con una distancia de 10 puntos sobre quien logre el segundo lugar.

Si ningún candidato alcanza estas cifras, entonces los dos más votados se enfrentarán a una segunda vuelta prevista para el 19 de noviembre.

Las claves del segundo debate presidencial previo a las elecciones en Argentina
Schiaretti, Bullrich, Milei, Bregman y Massa

El problema es que la mayoría de los sondeos han errado en sus estudios en los últimos años, incluso en las elecciones primarias realizadas en agosto pasado, ya que ninguno previó que Milei quedaría en primer lugar.

Todos esos factores han logrado que esta sea una elección marcada por la incertidumbre.

Milei, por ejemplo, está convencido de que ganará en primera vuelta, en tanto que Massa confía en que avanzará a un balotaje y que le terminará ganando al ultraconservador. Bullrich también se plantea ese escenario.

Por el contrario, Schiaretti y Bregman saben que no tienen ninguna posibilidad, ya que en las primarias no superaron una votación de un dígito, así que su participación impacta más bien en las curules que las fuerzas políticas que representan lograrán en el Congreso.

 


PrisioneroEnArgentina.com

Octubre 9, 2023


 

AUSENCIA DE PUDOR EN EL CASO MALDONADO

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 Por Mauricio Ortín

 

Santiago Maldonado apareció justo allí donde había desaparecido. Se lo había buscado en toda la Argentina (incluso, en Chile) menos en el preciso lugar donde había que hacerlo. Se peritaron ADN y huellas digitales en las camionetas de Gendarmería, se llamaron a declarar uno por uno a los gendarmes que participaron en la disolución del corte de ruta, se peritaron sus celulares y otras diligencias que corresponden y son de manual. De éstos últimos, porque fueron filmados y difundidos por los medios, todo el mundo sabe el nombre y apellido y hasta les conoce la cara. No es un detalle menor (dado el trato que le da la izquierda y las ONG de DD.HH.) el precisar que la Gendarmería no es una cuerpo integrado por asesinos perversos.

Una pesquisa por un caso de la desaparición de una persona debe, después de revisar exhaustivamente el lugar, como primera medida elemental recabar el testimonio de los que se encontraban con la víctima en el momento mismo en que se comenzó a notar su ausencia. Pero, he aquí que ello no ocurrió cuando la causa estaba a cargo del juez Otranto, ni cuando en manos del juez Lleral. En las fotos que obran del corte de ruta del RAM (Resistencia Ancestral Mapuche) del primero de agosto se pueden ver a nueve encapuchados resistiendo a las fuerzas legales. Uno de ellos, fue reconocido por la familia, sería Santiago Maldonado y el otro, según declaró él mismo, es Matías Santana. De los siete restantes, dado que ocultan su rostro, nadie tiene la menor idea sobre su identidad personal. Si se sabe, y nadie lo niega, que se encontraban allí delinquiendo contra la seguridad de los medios de transporte y de comunicación (artículo 194 del Código Penal) y que atacaron con piedras y lesionaron gravemente a dos gendarmes (homicidio en grado de tentativa). Según sus propios dichos, el corte de ruta era para pedir por la libertad de Jones Huala; el jefe de la RAM que está entre rejas y podría ser extraditado a Chile por delitos que se le endilgan en el país trasandino. Estos violentos, de Heidi, Bambi y los enanitos de Blancanieves no tienen nada. Pues bien, a tres meses del hecho todavía no sabemos quiénes son, donde están, que saben, que hicieron y, ni siquiera, ¡si el juez está haciendo algo para que se presenten a declarar como testigos! Mas, si para hacer el rastreo del río Chubut la justicia debe pedir permiso a los encapuchados, someterse a registro de armas y tolerar agresiones físicas y verbales as sus funcionarios, estamos en el horno. Ya la ministra Patricia Bulrich fue escrachada a coro por no haber alimentado a las fieras con carne de gendarmes. Carlotto dijo de ella: “es una persona enemiga de la democracia”, que “se puso el traje de gendarme”; Pérez Esquivel, pidió su renuncia. Por su parte, añadió Tati Almeida “Hay pruebas de que el Estado es el único culpable y responsable de la desaparición de Santiago”, Horacio Verbitsky, sostuvo, es “una desaparición forzada a manos de fuerzas federales”. Víctor Hugo Morales: “A Santiago Maldonado lo desapareció Gendarmería”. Exabruptos, infamias y disparate de este tenor hay para hacer dulce. Total, calumniar a un milico en este país es gratis. A los integrantes de las Fuerzas Armadas y de Seguridad, de genocidas para abajo, se les puede atribuir cualquier cosa sin esperar una reacción contraria de la prensa, la iglesia, la justicia o el INADI.

El día 17 de octubre apareció el cuerpo de Santiago Maldonado. Antes de que se certificara su identidad, rápidas de reflejos, Miriam Bregman, desde la izquierda, y Mabel Sánchez, de la APDH, salieron a afirmar, categóricamente, que: “el cuerpo fue plantado”. La autopsia reveló que el estado del cadáver era compatible con haber estado en el agua el tiempo que llevaba de desaparecido, que no tenía golpes, heridas de armas de fuego o signos de violencia. Dos opciones, de acuerdo al resultado de la autopsia. La primera, el cuerpo fue secuestrado por la Gendarmería el 1 de agosto sin provocarle ni un rasguño. Acto seguido, a temperatura entre 2 y 3 grados centígrados, conservado en agua durante unos dos meses; para, luego y finalmente, ser depositado (sin que ninguno que del RAM que hacen guardia allí lo advirtiera) en el mismo lugar de donde se lo habían llevado. La segunda posibilidad, la que por “disparatada” y “políticamente incorrecta” pocos se atreven a plantear, sostiene que Maldonado se ahogó cuando cruzaba el río con los RAM; que estos no hicieron nada para salvarlo, que siempre supieron que estaba allí, sumergido; que, con el cuento del territorio sagrado, impidieron que la justicia de pusilánimes lo encontrara antes y, final y lamentablemente, que los RAM, el kirchnerismo, los derechos humanos y la mar en coche, usaron la muerte de un joven para sus espurios intereses personales. En mi opinión, esta última es la única verosímil.

Cuando esto al fin se aclare, los que calumnian a los inocentes por un crimen que ocurrió debieran llamar a esa gente que escarnecen y persiguen (los gendarmes) para implorarles su perdón. De que son mejores personas que ustedes no tengo la menor duda.

 


PrisioneroEnArgentina.com

Octubre 28, 2017