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 Escribe Jorge Lobo Aragón.

 

Todos sabemos que la Virgen María es una sola pero se la conoce bajo distintas advocaciones, en distintos lugares y tiempos. ¿Qué es una advocación?, es un título que se le da a ciertos imágenes sagradas para distinguirlas entre sí. Los textos que van a leer a continuación, por cuestiones de espacios, son apretadas síntesis de otros, que sí fueron aprobadas por la Iglesia. Dejamos todo en ma¬nos de María Santísima y pedimos al Señor que nos ilumine para no equivocar¬nos y le rogamos indulgencia por tanta osadía. También nos sometemos en todo al juicio de la Iglesia Católica. La historia nos cuenta que el General Belgrano durante la batalla de Tucumán, el 24 de septiembre de 1812, en plena guerra por la independencia, puso toda su confianza en Dios y en nuestra Señora de la Mercedes, a quién adopta como Patrona del Ejército. Esa mañana de ese día que se libró el combate, el General estuvo orando largo rato ante el altar de la Vir¬gen. Después de la victoria, en el parte de guerra que transmite al gobierno, escribe textualmente: “La Patria puede gloriarse de la victoria que han obtenido sus armas el día 24 del corriente, día de Nuestra Señora de la Merced, bajo cuya protección nos pusimos”. El General profundamente conmovido por el triunfo, nombra a la Virgen de las Mercedes como Generala del Ejército. Las religiosas de Buenos Aires al enterarse de esto remitieron a Belgrano cuatro mil escapularios de la Merced para que distribuya entre los soldados y en la próxima batalla, la de Salta, son divisas de guerra. A partir de estos hechos, esta advocación mariana adquiere una solemnidad particular en los principales santuarios de la cristiandad. En el año 1912, al cumplirse el Centenario de la Batalla de Tucumán, la imagen de nuestra Señora de las Mercedes de Tucumán, fue coronada solemnemente en nombre del Papa San Pío X. En varias ciudades del país, y en especial en la ciudad de Mercedes (Corrientes) se venera a Nuestra Señora de la Mercedes con la intención de asegurarnos en perpetuidad su amparo y devoción. En cuanto al origen de la festividad, en época en que los árabes dominaban Es¬paña, muchos cristianos padecieron la esclavitud y vieron en peligro la fidelidad de su fe y comenzaron a dudar. Allí aparece un laico llamado Pedro Nolasco (1182-1256) quien al ver tantos cristianos reducidos a esclavos por defender a Cristo, trata de conseguirles la libertad; ¿de qué manera? Pagando con su propio dinero el rescate de muchos de ellos. Pero eran tantos los cristianos reducidos a la esclavitud, que él intento supera las posibilidades. Es allí donde se retira a la vida contemplativa, se dedica a orar y ayudar al prójimo. En la noche del 1 al 2 de agosto de 1218 se le aparece la Virgen y le manifiesta que el camino no es retirarse, sino el de fun¬dar una Orden que tomara como carisma especial la tarea de liberar a los presos cristianos. Y así Pedro Nolasco y sus primeros com¬pañeros visten el hábito y dan por fundada la Orden de los Mercedarios. La Orden se definía como: “Orden de la Merced para la redención de los cautivos”. La palabra Merced o Mercedes en el castellano del siglo XIII significa “misericordia”. Con el tiempo este término pasa a ser nombre propio y quedo Nuestra Señora de las Mercedes. El sentido teológico de la fiesta está dada por la oración de la misa, liturgia de las horas: Se pide que lleguen a gozar de la verdadera libertad de los hijos de Dios, todos aquellos que padecen cualquier forma de esclavitud o prisión. Por eso en nuestra ciudad todos los 24 de septiembre, la procesión se detiene frente a la comisaría local y se liberan presos. Por supuesto que esto es un sentido simbólico, porque la verdadera liberación y libertad cristiana está en el Documento de la Congregación de la Doctrina de la fe, donde nos muestra a María que junto a su hijo, “es la imagen perfecta de la libertad y de la liberación de la humanidad y del Cosmos”. Oremos a nuestra Señora para que todos los países que se encuentran bajo la fatalidad y el infortunio de la fuerza de la naturaleza reciban sus milagrosas bendiciones

Dr. Jorge B. Lobo Aragon

 


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Septiembre 21, 2017