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 Escribe FRANCO ALBERTI.

 

 

Dentro de la etapa juvenil, el individuo está en búsqueda de explicaciones o teorías para entender la vida. Es en ese momento donde uno está más dispuesto a abrirse a nuevas ideas. De tal manera, este proceso de puro y virgen conocimiento es en donde uno adopta nuevos conceptos y filosofías para que lo acerquen a entender la realidad. En dicho proceso de conocimiento, formaremos lo que se llama valores. Los valores son nuestra educación, y todo lo que aprendamos posteriormente será condicionado e interpretado a través de los valores. Por eso es correcto afirmar, que esa etapa de educación es la que nos hará poder diferir según nuestro nuevo y adquirido juicio. Una vez formada una base de valores, el individuo se verá limitado al conocimiento de alguna forma, porque habrá formado un juicio, el cual no será imparcial, sino que estará condicionado a través de conocimientos anteriores. Resultará cada vez más difícil ir en contra de ese condicionamiento, y por otro lado, se verá tentado a profundizar la orientación de sus valores.

Habiendo aclarado lo anterior, el nuevo tema a tratar será el de “pésima idea”. Se habla de una pésima idea porque se cree que esta no sería aceptada en una sociedad con ciertos previos juicios adquiridos. Resulta difícil creer que la sociedad volvería a considerar la esclavitud como una práctica normal, porque se ha concluido que dicho ejercicio resulta inhumano e irrazonable. De este modo, las pésimas ideas no tendrían lugar en una sociedad actual, porque la moral de dicha organización lo impediría. Sucede que “las nuevas pésimas ideas”, sí tendrán lugar. Por ende, dichas nuevas pésimas ideas nacerán, y desafortunadamente, se producirán hasta que haya un nuevo avance. Entonces, si una pésima nueva idea, es inculcada en la etapa de búsqueda de explicaciones a la vida, no solo será bienvenida, sino también, podrá ser reforzada y potenciada por los nuevos integrantes, por eso, es menester apuntar el cambio a las nuevas generaciones. Convirtiéndolos en una gran arma de lucha. Mentes vacías no pueden diferir, por lo tanto, esta etapa es crucial.

Pero, todavía queda enfrentar la antigua moral de la sociedad, cosa no menor ya que bastará con el visto malo de esta para frenar dicha idea. Este enfrentamiento vendrá disfrazado con fines de avance, nuevas generaciones con nuevas ideas, en oposición del statu quo. La lucha en dominio de la prevaleciente moral resultara en el replanteamiento del juicio del individuo. De esta manera, se ira ganando terreno hacia el nacimiento de una nueva pésima idea.

Algunas formas de expandir una pésima idea son: Crear una base sólida de individuos enfocados a la causa e irse expandiendo. Separar la idea a realizar y dividirla en diferentes ambientes, de los cuales, cada uno en su ámbito represente una parte de la idea e ir homogeneizando los ambientes. Otra manera, quizá menos efectiva, seria simplemente el de imponerla. Aunque de lograr el cometido, se tendría el mismo final. Ninguna de las alternativas alterara el producto. El proceso requerirá un esfuerzo mucho mayor, dado que supone enfrentar todo lo ya conocido. Otra herramienta será el aislamiento del individuo adoctrinado, este debe ser de alguna manera alejado de valores externos que atentaran contra el objetivo. En estos estarán las bases más puras, y si se quiere conseguir la idea original, no se debe permitir la influencia ajena, ya que de este modo, toda la base y por ende la idea, se verá afectada.

Una vez que predomine nuestra gran nueva pésima idea, el nuevo paso será limitar y demonizar las mayores fuentes de valores, con el fin de obtener nuestro perpetuo monopolio. Si todo esto se cumple, habremos obtenido una nueva prevaleciente moral en nuestra sociedad.

¿Cómo contrarrestar estas pésimas ideas?

Primeramente, se debe tener un juicio imparcial para concluir que se está en presencia de una idea dañina. Considero como juez arbitral el concepto de libertad. El entender el significado de libertad nos dará la herramienta para poder entender cuando un ideal intenta sobrepasar a el individuo. Considero la educación desde la libertad como la más fiel postura para poder tener el más imparcial juicio. En un mundo donde exista conciencia sobre los verdaderos derechos y sus limitaciones, no habrá espacio para el éxito de estas ideas.

 

 

“Los ojos solo ven lo que la mente está

preparada para comprender.”

Robertson Davies

(28 August 1913 – 2 December 1995)

 


PrisioneroEnArgentina.com

Junio 25, 2018