Leí la nota de Martín Tetaz, “Milei es imposible”, en La Nación del 13 del corriente mes, como consecuencia de la recomendación que hizo el economista Juan Carlos de Pablo. De entrada nomás, el título me sonó a oxímoron. ¿Qué tiene de imposible una realidad electoral apabullante? Ahora bien, si lo “imposible” está referido a un futuro gobierno del libertario ello pone en evidencia más los anhelos de Tetaz que las posibilidades reales de gestionar de Milei. Agradece Martín Tetaz a Milei por derribar el mito fascista de la superioridad moral de la izquierda, pero, por otro lado, lo fustiga por proclamar la (también fascista, cabe interpretar) superioridad moral del capitalismo. Y, para afianzar su acusación, dice: “la moral tiene que ver con un conjunto de valores que, por definición, son subjetivos”. Luego, ningún régimen político es más o menos moral que otros. Valga la redundancia, vaya disparate moral. Lo correcto es lo contrario pues: la moral es el conjunto de valores y reglas definidas por determinado grupo o cultura, que es común a todos sus miembros”. Se podrá debatir si lo moral se justifica en el puro deber o en algo externo (la felicidad, la utilidad, la revolución, etc.), mas en ningún caso normas esenciales como no matar, no robar, no mentir, etc., son relativas al sujeto. Por otro lado, el liberalismo (Milei no habla de capitalismo) es esencialmente un discurso moral que tiene consecuencias económicas. El cual, además, señala al Estado como el principal enemigo de la vida, la libertad y la propiedad privada del individuo. Que, en política, un liberal defienda al liberalismo como la mejor opción moral no sólo es oportuno sino ineludible. Constituye un deber denunciar las ideas totalitarias. Entre ellas, las marxistas, las nazis y las populistas. Las marxistas, por propiciar, ya en la teoría como en la práctica, el genocidio de una clase social (la burguesía) la dictadura. Las nazis, por haber llevado a cabo el genocidio del pueblo judío. De más está decir que también ambas atropellan la propiedad privada y la libertad. Ante esto, dice Tetaz: “Asumamos que ningún conjunto de ideas de los que disputan el espacio político es moralmente superior al otro.”
La interpretación del éxito de Milei en las encuestas, Tetaz lo resume en su frase: “Si con la misma irreverencia, la misma peluca y los mismos gritos hubiera tenido ideas de izquierda, lo mismo hubiera dado: tendría exactamente el mismo apoyo popular.” Luego, los millones que están dispuestos a votar a Milei lo hacen, no por sus ideas, sino por la “peluca”, la “irreverencia” y los “gritos”. Y, como si fuera poco, más leña al fuego. Es que Tetaz acusa Milei (el “imposible”) de cometer un acto de cobardía por cometer la falacia del hombre de paja. Esto es inventar un rival muerto (el socialismo) para pegarle y así encumbrarse como justiciero. Tetaz así, dice: “porque es fácil ganarle a un actor que ha quedado sepultado con la caída del muro en 1989”; luego: “pero el mundo ya no discute más capitalismo versus socialismo”. Martín Tetaz así descubre el agujero del mate. No se trata de un problema de política sino de comunicación y por eso mismo América Latina se está ahogando en un vaso de agua. No es que Nicolás Maduro, Daniel Ortega, Raúl Castro, etc, son tiranos déspotas que avasallan con los derechos humanos de propios y extraños. Para nada. El problema está en que no se enteraron de la caída del muro. Hay que avisarles y listo. También, alentar a los 7 millones que huyeron de Venezuela para que retornen; que, eso de que Nicolás Maduro es un criminal es otro invento; un “hombre de paja” de Milei.
MaduroBullrichMacriKirchner
Dice, también, que Milei no conseguirá, en el senado y diputados, los votos suficientes para sacar las leyes para dolarizar o aprobar el presupuesto. Que no obtendrá mayoría en ninguna de las cámaras. Que Tetaz, como ya anticipa, vote junto al kirchnerismo no quiere decir que otros legisladores Juntos por el Cambio lo sigan. Ya Patricia Bullrich y Macri han dado señales en ese sentido. Néstor Kirchner tampoco tenía mayoría, ganó con apenas el 23% de los votos. Sin embargo, en menos de un año ya tenía mayoría absoluta en ambas cámaras.
“Mieli no es un político, es una celebrity”, concluye Martín Tetaz, ninguneándolo. Alguien famoso. Ahora bien, no le viene porque fue arquero de Chacarita o porque fundó una banda de rock sino como consecuencia directa de su actividad política. Y alguien que tiene un tercio de los votos de la Argentina es igual o más político que aquel que tiene mucho menos (Martín Tetaz, incluido).
Los modos y el temperamento de comunicarse de Javier Milei puede que no sean del agrado de muchos. Su preparación académica e intelectual están fuera de discusión. Martín Tetaz es también una persona que se distingue por sus opiniones prudentes y agudas; mas no es el caso de la nota “Milei es imposible”. La cual parece haber sido escrita dentro de una nube de, vaya uno a saber qué tipo.
○
Leí la nota de Martín Tetaz, “Milei es imposible”, en La Nación del 13 del corriente mes, como consecuencia de la recomendación que hizo el economista Juan Carlos de Pablo. De entrada nomás, el título me sonó a oxímoron. ¿Qué tiene de imposible una realidad electoral apabullante? Ahora bien, si lo “imposible” está referido a un futuro gobierno del libertario ello pone en evidencia más los anhelos de Tetaz que las posibilidades reales de gestionar de Milei. Agradece Martín Tetaz a Milei por derribar el mito fascista de la superioridad moral de la izquierda, pero, por otro lado, lo fustiga por proclamar la (también fascista, cabe interpretar) superioridad moral del capitalismo. Y, para afianzar su acusación, dice: “la moral tiene que ver con un conjunto de valores que, por definición, son subjetivos”. Luego, ningún régimen político es más o menos moral que otros. Valga la redundancia, vaya disparate moral. Lo correcto es lo contrario pues: la moral es el conjunto de valores y reglas definidas por determinado grupo o cultura, que es común a todos sus miembros”. Se podrá debatir si lo moral se justifica en el puro deber o en algo externo (la felicidad, la utilidad, la revolución, etc.), mas en ningún caso normas esenciales como no matar, no robar, no mentir, etc., son relativas al sujeto. Por otro lado, el liberalismo (Milei no habla de capitalismo) es esencialmente un discurso moral que tiene consecuencias económicas. El cual, además, señala al Estado como el principal enemigo de la vida, la libertad y la propiedad privada del individuo. Que, en política, un liberal defienda al liberalismo como la mejor opción moral no sólo es oportuno sino ineludible. Constituye un deber denunciar las ideas totalitarias. Entre ellas, las marxistas, las nazis y las populistas. Las marxistas, por propiciar, ya en la teoría como en la práctica, el genocidio de una clase social (la burguesía) la dictadura. Las nazis, por haber llevado a cabo el genocidio del pueblo judío. De más está decir que también ambas atropellan la propiedad privada y la libertad. Ante esto, dice Tetaz: “Asumamos que ningún conjunto de ideas de los que disputan el espacio político es moralmente superior al otro.”
[ezcol_1half]La interpretación del éxito de Milei en las encuestas, Tetaz lo resume en su frase: “Si con la misma irreverencia, la misma peluca y los mismos gritos hubiera tenido ideas de izquierda, lo mismo hubiera dado: tendría exactamente el mismo apoyo popular.” Luego, los millones que están dispuestos a votar a Milei lo hacen, no por sus ideas, sino por la “peluca”, la “irreverencia” y los “gritos”. Y, como si fuera poco, más leña al fuego. Es que Tetaz acusa Milei (el “imposible”) de cometer un acto de cobardía por cometer la falacia del hombre de paja. Esto es inventar un rival muerto (el socialismo) para pegarle y así encumbrarse como justiciero. Tetaz así, dice: “porque es fácil ganarle a un actor que ha quedado sepultado con la caída del muro en 1989”; luego: “pero el mundo ya no discute más capitalismo versus socialismo”. Martín Tetaz así descubre el agujero del mate. No se trata de un problema de política sino de comunicación y por eso mismo América Latina se está ahogando en un vaso de agua. No es que Nicolás Maduro, Daniel Ortega, Raúl Castro, etc, son tiranos déspotas que avasallan con los derechos humanos de propios y extraños. Para nada. El problema está en que no se enteraron de la caída del muro. Hay que avisarles y listo. También, alentar a los 7 millones que huyeron de Venezuela para que retornen; que, eso de que Nicolás Maduro es un criminal es otro invento; un “hombre de paja” de Milei.
Dice, también, que Milei no conseguirá, en el senado y diputados, los votos suficientes para sacar las leyes para dolarizar o aprobar el presupuesto. Que no obtendrá mayoría en ninguna de las cámaras. Que Tetaz, como ya anticipa, vote junto al kirchnerismo no quiere decir que otros legisladores Juntos por el Cambio lo sigan. Ya Patricia Bullrich y Macri han dado señales en ese sentido. Néstor Kirchner tampoco tenía mayoría, ganó con apenas el 23% de los votos. Sin embargo, en menos de un año ya tenía mayoría absoluta en ambas cámaras.
“Mieli no es un político, es una celebrity”, concluye Martín Tetaz, ninguneándolo. Alguien famoso. Ahora bien, no le viene porque fue arquero de Chacarita o porque fundó una banda de rock sino como consecuencia directa de su actividad política. Y alguien que tiene un tercio de los votos de la Argentina es igual o más político que aquel que tiene mucho menos (Martín Tetaz, incluido).
Los modos y el temperamento de comunicarse de Javier Milei puede que no sean del agrado de muchos. Su preparación académica e intelectual están fuera de discusión. Martín Tetaz es también una persona que se distingue por sus opiniones prudentes y agudas; mas no es el caso de la nota “Milei es imposible”. La cual parece haber sido escrita dentro de una nube de, vaya uno a saber qué tipo.
PrisioneroEnArgentina.com
Abril 22, 2023