“Seamos como el cedro de la montaña, amemos la tempestad. Hagamos de la adversidad un aliado, un maestro.”
Por CLAUDIO VALERIO
Muchas veces nos deparamos con situaciones difíciles y hasta pensamos que no hay solución para nuestros problemas. Lloramos, murmuramos, y nos quejamos de Dios que parece no atentar para nuestra angustia. Pero, es exactamente en los momentos de aflicción que más nos aproximamos al Señor y más recibimos de Él. Cuando todo va bien, podemos hasta demostrar gratitud a Dios por Su atenciones, Su fidelidad, Su cariño y Su protección. Sin embargo, cuando las cosas no están del todo bien, muchos son los que se alejan, van a buscar otros caminos y hasta otros dioses. No entienden que el Señor nos prueba, nos edifica, deseando que crezcamos espiritualmente y encontremos la verdadera felicidad .La adversidad nos estimula a tener fe. Ella nos enseña a tener esperanza. Ella nos muestra que dependemos del Señor Jesús y que, sin Él, nada podemos hacer. Subir una montaña nos proporciona mayor vigor físico que el caminar por terreno liso. Pidamos que sepamos encontrar, en cada situación adversa, las bendiciones que Dios dejó para nosotros, para nuestro deleite y para garantizar nuestras victorias
Desde la ciudad de Campana (Buenos Aires), recibe un saludo, y
mi deseo de que Dios te bendiga, te sonría y permita que prosperes
en todo, y derrame sobre ti, Salud, Paz, Amor, y mucha prosperidad.
Por CLAUDIO VALERIO
Muchas veces nos deparamos con situaciones difíciles y hasta pensamos que no hay solución para nuestros problemas. Lloramos, murmuramos, y nos quejamos de Dios que parece no atentar para nuestra angustia. Pero, es exactamente en los momentos de aflicción que más nos aproximamos al Señor y más recibimos de Él. Cuando todo va bien, podemos hasta demostrar gratitud a Dios por Su atenciones, Su fidelidad, Su cariño y Su protección. Sin embargo, cuando las cosas no están del todo bien, muchos son los que se alejan, van a buscar otros caminos y hasta otros dioses.
No entienden que el Señor nos prueba, nos edifica, deseando que crezcamos espiritualmente y encontremos la verdadera felicidad .La adversidad nos estimula a tener fe. Ella nos enseña a tener esperanza. Ella nos muestra que dependemos del Señor Jesús y que, sin Él, nada podemos hacer. Subir una montaña nos proporciona mayor vigor físico que el caminar por terreno liso. Pidamos que sepamos encontrar, en cada situación adversa, las bendiciones que Dios dejó para nosotros, para nuestro deleite y para garantizar nuestras victorias
Desde la ciudad de Campana (Buenos Aires), recibe un saludo, y
mi deseo de que Dios te bendiga, te sonría y permita que prosperes
en todo, y derrame sobre ti, Salud, Paz, Amor, y mucha prosperidad.
Claudio Valerio
© Valerius
PrisioneroEnArgentina.com
Abril 20, 2020