Dicen que cuando se desea algo con mucha fuerza y ese anhelo finalmente se cumple, cuesta aceptar al principio la nueva realidad. El triunfo fue tan holgado, tan contundente, una verdadera “paliza electoral”, que como reflexiona la popular frase: “todavía no caigo…”.
La enorme mayoría de los argentinos estamos en ese trance aun, incluido quien escribe. Es tan grande la alegría, después de tantas angustias y sinsabores, que no hemos tenido el tiempo para asimilarla y disfrutarla como corresponde. Seguramente sucederá con el correr de las horas y de los días.
El peluca liberal es hoy Presidente Electo, lo fue con el casi 56 % de los votos. El Presidente más votado desde que retomamos la democracia en el 83. Pensar que los progres se ufanaban que la actual Vicepresidenta de la Nación había sacado el 54 % de los votos en las elecciones del 2011, siendo la mas votada. El libertario le sacó 2 puntos más.
De anverso, como es lógico, los canales oficialistas están destilando todo su veneno, poniendo en duda la capacidad de gobierno del peluca liberal y su equipo. Siguen con su vil campaña del miedo, rogando por el futuro del PAMI; los jubilados, los subsidios, los hospitales públicos, bastardeando la causa MALVINAS, haciéndose retorcidas preguntas sobre que pasara. Nada peor puede pasar de lo que ya hizo el actual gobierno que defienden, que sumergió a todo un país en la miseria, con hospitales sin insumos médicos, supermercados vacíos, jubilados en la indigencia y un Estado quebrado que se endeudó a más no poder para financiar la campaña electoral oficialista. Mientras ensayan irrisorias teorías de por qué perdió “su candidato”, parece que recién ahora descubrieron los yates, los bolsos con plata, la pobreza o la inflación descontrolada.
A su vez, desde el entorno del ex candidato oficial y ya no sabemos si actual Ministro de Economía (los rumores son cada vez más fuertes que pediría licencia o renunciaría), lanzaron la ridícula expresión que “a partir del 20 denoviembre la responsabilidad es del nuevo presidente”. Una ignominia como nunca se vio. Hasta el 10 de diciembre la responsabilidad es del actual gobierno y sobre todo de quien ejerció los destinos económicos del país en el último tiempo. Ellos crearon el descalabro económico actual y ellos deben responsabilizarse de ello. Se gastaron entre 1 y 2 puntos del PBI en la campaña. ¡HAGANSE CARGO!. Parece que huyen como ratas porque el barco se les hunde.
Y como si todo este dislate no fuera poco, la izquierda salió a decir que enfrentará al nuevo gobierno en las calles. “A las fuerzas del cielo se las enfrenta con la fuerzas de la calle”. Bueno, convengamos que son coherentes, porque de laburar ni hablar, ahora de salir a la calle, hacer piquetes y tirar piedras… de eso saben un montón. Más aún, mientras lanzan sus alaridos de guerra, siguen con la remañida cantinela de las políticas de memoria, verdad y justicia, de los 30.000, los genocidas, temas que a la gran mayoría de los argentinos les importa un pito. El mensaje de las urnas fue más que claro. Los argentinos solo quieren un trabajo digno y bien remunerado, estabilidad económica, una buena salud y seguridad en las calles. Que se enjuicien a los chorros, los delincuentes y los corruptos, no a los que defendieron a la Nación de la agresión terrorista en los años 70. Incluso se quejaron les muchaches que los policías y militares presos en las causas de lesa podían votar, a la par que aplaudían que, si lo hicieran los narcos, los violadores, los asesinos, los golpeadores de mujeres, los chorros…. ¡De no creer!.
La bestia herida mortalmente lanza sus últimos estertores antes de desvanecerse finalmente. Solo eso.
Ante todo ello es hora de acompañar al nuevo gobierno. De apoyarlo en todos los campos, sobre todo en la calle si hiciera falta. No es tiempo de tibios ni de cobardes. Tampoco es tiempo de exigir mágicas soluciones en el instante, ya habrá tiempo para ello. Como dicen los futboleros “hay que alentar y bancar al equipo”.
Parafraseando al astronauta estadounidense Neil Armstrong, lo del Domingo 19 de noviembre de 2023 fue: “Un pequeño paso para el hombre, un gran salto para la Argentina”. Sobre todo porque quien ejercerá el cargo de Vicepresidente de la Nación ha demostrado ser una mujer con ovarios de hierro, que está dispuesta a dar -con todas sus fuerzas- la batalla cultural que hace falta para acabar con tantas mentiras que nos impusieron por más de veinte años. Como bien dijo en una nota periodista: “no aceptan en un cargo a la hija de un militar y héroe de Malvinas, pero si aceptan a terroristas e hijos de terroristas en esos mismos cargos”.
Argentina comenzó una nueva era. La era del cambio. No va a ser fácil. Llevará tiempo y se deberá sortear todas las inmensas rocas que van poner los nacionales y populares en el camino. Como dijo Napoleón Bonaparte “Vísteme despacio que estoy apurado”; despacio, pero con seguridad, para no cometer errores, único camino para arribar satisfactoriamente a la metas propuestas.
No hay tiempo para gradualismo dijo el nuevo Presidente de todos los argentinos, coincidimos, pero creemos que eso no significa que la gente se arrebate y empiece a pedir prontas resoluciones de problemas que llevan años encarnizados en la sociedad. “No le metan ruido en la cabeza a la gente”, como sensatamente dijo también.
Reiteramos una vez más, ahora es tiempo acompañar al nuevo gobierno, de apoyarlo en todos los campos, sobre todo en la calle si hiciera falta. Ya habrá tiempo para reclamar por todo lo que hay que hacer. Esto recién empieza.
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Por Dr. Gonzalo P. Miño.
Dicen que cuando se desea algo con mucha fuerza y ese anhelo finalmente se cumple, cuesta aceptar al principio la nueva realidad. El triunfo fue tan holgado, tan contundente, una verdadera “paliza electoral”, que como reflexiona la popular frase: “todavía no caigo…”.
La enorme mayoría de los argentinos estamos en ese trance aun, incluido quien escribe. Es tan grande la alegría, después de tantas angustias y sinsabores, que no hemos tenido el tiempo para asimilarla y disfrutarla como corresponde. Seguramente sucederá con el correr de las horas y de los días.
El peluca liberal es hoy Presidente Electo, lo fue con el casi 56 % de los votos. El Presidente más votado desde que retomamos la democracia en el 83. Pensar que los progres se ufanaban que la actual Vicepresidenta de la Nación había sacado el 54 % de los votos en las elecciones del 2011, siendo la mas votada. El libertario le sacó 2 puntos más.
De anverso, como es lógico, los canales oficialistas están destilando todo su veneno, poniendo en duda la capacidad de gobierno del peluca liberal y su equipo. Siguen con su vil campaña del miedo, rogando por el futuro del PAMI; los jubilados, los subsidios, los hospitales públicos, bastardeando la causa MALVINAS, haciéndose retorcidas preguntas sobre que pasara. Nada peor puede pasar de lo que ya hizo el actual gobierno que defienden, que sumergió a todo un país en la miseria, con hospitales sin insumos médicos, supermercados vacíos, jubilados en la indigencia y un Estado quebrado que se endeudó a más no poder para financiar la campaña electoral oficialista. Mientras ensayan irrisorias teorías de por qué perdió “su candidato”, parece que recién ahora descubrieron los yates, los bolsos con plata, la pobreza o la inflación descontrolada.
A su vez, desde el entorno del ex candidato oficial y ya no sabemos si actual Ministro de Economía (los rumores son cada vez más fuertes que pediría licencia o renunciaría), lanzaron la ridícula expresión que “a partir del 20 de noviembre la responsabilidad es del nuevo presidente”. Una ignominia como nunca se vio. Hasta el 10 de diciembre la responsabilidad es del actual gobierno y sobre todo de quien ejerció los destinos económicos del país en el último tiempo. Ellos crearon el descalabro económico actual y ellos deben responsabilizarse de ello. Se gastaron entre 1 y 2 puntos del PBI en la campaña. ¡HAGANSE CARGO!. Parece que huyen como ratas porque el barco se les hunde.
Y como si todo este dislate no fuera poco, la izquierda salió a decir que enfrentará al nuevo gobierno en las calles. “A las fuerzas del cielo se las enfrenta con la fuerzas de la calle”. Bueno, convengamos que son coherentes, porque de laburar ni hablar, ahora de salir a la calle, hacer piquetes y tirar piedras… de eso saben un montón. Más aún, mientras lanzan sus alaridos de guerra, siguen con la remañida cantinela de las políticas de memoria, verdad y justicia, de los 30.000, los genocidas, temas que a la gran mayoría de los argentinos les importa un pito. El mensaje de las urnas fue más que claro. Los argentinos solo quieren un trabajo digno y bien remunerado, estabilidad económica, una buena salud y seguridad en las calles. Que se enjuicien a los chorros, los delincuentes y los corruptos, no a los que defendieron a la Nación de la agresión terrorista en los años 70. Incluso se quejaron les muchaches que los policías y militares presos en las causas de lesa podían votar, a la par que aplaudían que, si lo hicieran los narcos, los violadores, los asesinos, los golpeadores de mujeres, los chorros…. ¡De no creer!.
La bestia herida mortalmente lanza sus últimos estertores antes de desvanecerse finalmente. Solo eso.
Ante todo ello es hora de acompañar al nuevo gobierno. De apoyarlo en todos los campos, sobre todo en la calle si hiciera falta. No es tiempo de tibios ni de cobardes. Tampoco es tiempo de exigir mágicas soluciones en el instante, ya habrá tiempo para ello. Como dicen los futboleros “hay que alentar y bancar al equipo”.
Parafraseando al astronauta estadounidense Neil Armstrong, lo del Domingo 19 de noviembre de 2023 fue: “Un pequeño paso para el hombre, un gran salto para la Argentina”. Sobre todo porque quien ejercerá el cargo de Vicepresidente de la Nación ha demostrado ser una mujer con ovarios de hierro, que está dispuesta a dar -con todas sus fuerzas- la batalla cultural que hace falta para acabar con tantas mentiras que nos impusieron por más de veinte años. Como bien dijo en una nota periodista: “no aceptan en un cargo a la hija de un militar y héroe de Malvinas, pero si aceptan a terroristas e hijos de terroristas en esos mismos cargos”.
Argentina comenzó una nueva era. La era del cambio. No va a ser fácil. Llevará tiempo y se deberá sortear todas las inmensas rocas que van poner los nacionales y populares en el camino. Como dijo Napoleón Bonaparte “Vísteme despacio que estoy apurado”; despacio, pero con seguridad, para no cometer errores, único camino para arribar satisfactoriamente a la metas propuestas.
No hay tiempo para gradualismo dijo el nuevo Presidente de todos los argentinos, coincidimos, pero creemos que eso no significa que la gente se arrebate y empiece a pedir prontas resoluciones de problemas que llevan años encarnizados en la sociedad. “No le metan ruido en la cabeza a la gente”, como sensatamente dijo también.
Reiteramos una vez más, ahora es tiempo acompañar al nuevo gobierno, de apoyarlo en todos los campos, sobre todo en la calle si hiciera falta. Ya habrá tiempo para reclamar por todo lo que hay que hacer. Esto recién empieza.
PrisioneroEnArgentina.com
Noviembre 20, 2023