“Si conoces a los demás y te conoces a ti mismo, ni en cien batallas correrás peligro;
si no conoces a los demás pero te conoces a ti mismo, perderás una batalla y
ganarás otra: si no conoces a los demás y no te conoces a ti mismo, correrás peligro en cada batalla”.
Sun Tzu – S. Vto a C-
La situación estratégica que nos envuelve.
La “modalidad” de la presente guerra mundial.
Nociones básicas acerca de la guerra híbrida -GH-.
La Revolución de los Asuntos Militares -RAM- y la GH.
Posición adoptada por países y organizaciones internacionales ante la conceptualización de la GH y la situación argentina.
La reorganización de las Fuerzas Terrestres -FFTT-.
El Hizballah y el paradigma de la GH.
¿Híbrida…con derivación nuclear?
La situación estratégica que nos envuelve.
A pesar de que la dirigencia política argentina lo ignore, o simule ignorarlo, los argentinos -como sociedad- estamos actualmente abarcados por una compleja e inédita guerra mundial que transita -en el 2015- su décimo cuarto año, en un continuo y progresivo agravamiento.
Pero además, esta misma dirigencia, en pleno proceso electoral “para cambiar el rumbo de la historia”, hasta hoy no ha dicho una sola palabra sobre los dos “estados de guerra” (1) -hoy presentes e incardinados- que son directa herencia de las recientes guerras que la nación sostuvo en la última mitad del siglo XX.
Unánimemente, estos conocidos líderes concluyen -con todo acierto-, que la preocupación central de la ciudadanía es la inseguridad nacional -que comprende la inseguridad pública y la indefensión estratégica- sin embargo, por las propuestas que nos hacen conocer, o ignoran irresponsablemente la naturaleza de la situación y de los conceptos más elementales de las preceptivas polemológicas y estratégicas que están en plena y acelerada evolución en los ambientes académicos, políticos y estratégicos del mundo desarrollado y en algunos países vecinos, o bien carecen de ideas, de soluciones.
Hechos recientes que han conmovido al país, directamente relacionadoscon la guerramundial en acto -como lo es la muerte del Fiscal General Nisman- no han logrado romper el llamativo silencio de los candidatos, a pesar de que se encuentran en plena carrera electoral. ¿Cuál es la razón de éste silencio atronador? Es ignorancia, cobardía o compromiso asumido con quienes instalaron la política de derechos humanos unidireccionados. “De esto no se habla”.
Tanta irracionabilidad se debe -sin dudas- a causales muy profundas, que hunden sus raíces en nuestro pasado reciente. La Argentina ha debido enfrentar -a partir de 1959- una larga guerra civil revolucionaria, asimétrica, no convencional, ante una sorpresiva agresión estratégica internacional -en el marco de la guerra fría- que cabalgó antiguas crisis de arrastre, llevando a sectores sociales medios, fuertemente resentidos, al empleo de tácticas terroristas -impulsadas por el odio- de raíz ideológica.
Cuando ésta guerra muy-limitada aún no había finalizado, el RU plantó un señuelo en el Atlántico Sur que -nuevamente por sorpresa-, nos llevó a escalarla a una guerra breve, convencional, de carácter limitado, dentro del propio Hemisferio. (2)
Vivimos y somatizamos las consecuencias de ambas guerras, como posguerras nodigeridas, no asimiladas y menos aun asumidas políticamente. Por ello se mantiene la ignorada ¿? situación de los “dos estados de guerra” que a partir de 1983 se incardinaron, empleando para ello las consecuencias del Decreto 158/83 y de la política de derechos humanos unidireccionados, ambos medios conducidos localmente -hasta hoy- por el anciano terrorista y agente británico Horacio Verbitsky. Es en éste punto donde las dos guerras recientes ingresan a una síntesis que dificulta la comprensión situacional, para los analistas estratégicos amateurs. (3)
En Iberoamérica la Argentina es el único país que recientemente ha reunido tan caras y dolorosas experiencias. Ambas nos han llevado a la actual decadencia generalizada. Con el cúmulo de tan caros conocimientos deberíamos haber logrado una reacción homóloga a la de Alemania o de Japón, luego de sus derrotas estratégicas en 1945. Pero el colapso del “Proceso” fue fatal para nuestro país. El “entrismo de izquierda” alcanzó -desde entonces- el poder y con todo sigilo nos ha llevado a una situación que se hace ya insostenible, bajo dirección del Foro de San Pablo, en las últimas etapas.
La difícil y compleja crisis que atraviesa el proceso pseudo-revolucionario subcontinental -por la grave situación que viven los países que lo impulsan- ya fuere en nuestra Patria como en la región, si bien abre una ventana de oportunidad para superarlo, también radicaliza a sus actores -abiertos o encubiertos- y ello amenaza con el regreso de la violencia. La oportunidad de los argentinos para el “cambio de rumbo” se da a fines del año en curso y ésta podría ser la última oportunidad para las presentes generaciones.
Si el soberano no toma conocimiento de las profundas causas de su decadencia y de los presentes riesgos y amenazas a la Seguridad Nacional, actualmente descontrolados, el “cambio de rumbo” se hará imposible. Hasta el presente, vamos en camino a la auto-destrucción, inconscientemente. Para tratar las causas de nuestra decadencia -que se ha acentuado en las últimas décadas- nos remitimos a la página web del IEEBA (4) y (5). Y para difundir la naturaleza y modalidad de los riesgos y amenazas a la Seguridad Nacional en curso, desarrollaremos los siguientes puntos.
La “modalidad” de la presente guerra mundial.
Terminada la posguerra fría -1991/2001- período caracterizado por diversas opciones estratégicas -“optimistas, pesimistas o realistas”- en el Norte desarrollado y una “gran confusión” en la dirigencia del Sur subdesarrollado, las teorizaciones cedieron paso a las nuevas modalidades de conflictos y guerras que proliferaron espontáneamente, en las más diversas regiones del orbe.
En el mundo desarrollado se reaccionó rápidamente y las “transformaciones” conceptuales y orgánicas continúan abiertas, en permanente debate y reorganización. En nuestra región iberoamericana, desde principios del nuevo siglo se reinició -con el ascenso del precio del crudo- el proceso revolucionario paralizado por la implosión soviética, que pasó a ser conducido por el Foro de San Pablo -que reúne a estalinistas y socialdemócratas-, en alianza estratégica con los epicentros de violencia del Gran Medio Oriente y Asia, vía Caracas.
Las modalidades con que se manifiesta esta guerra mundial cubre una amplísima gama de variantes, según los diferentes objetivos que se persiguen en diversas y distantes áreas en las que se desarrolla, compartiendo en cambio características generalesy la conformación de los actores-directores complejos -“los enemigos sin rostro”- con los que se enfrenta hoy Occidente (6).
En nuestra querida Patria Argentina se vive de espaldas a esta conflictiva situación internacional. Carecemos -por Ley- de planeamiento estratégico, de inteligencia estratégica y además, de objetivos políticos. El cuasi-Estado remanente no cumple mínimamente con su primaria responsabilidad -su razón de ser- la Seguridad Nacional.
Ante ésta dramática escena, la dirigenciacalla, de rodillas ante una “vaca sagrada”: la política de derechos humanos, conducida en el subcontinente por el Foro de San Pablo que reúne a las diversas vertientes del comunismo internacional.
A la vez la ciudadanía -el electorado- ya llamada a las urnas, carece de una mínima información referida a los riesgos y amenazas estratégicos presentes, envuelta en elaboradas falacias -más conocidas como “relatos”–mientras se avanza hacia el caos social y al Estado Fallido. Nuestro propósito es brindar, en éstas líneas, una información mínima al respecto, a pocos meses de las elecciones presidenciales.
Es el Soberano -el Pueblo- quien debe salvarse a sí mismo. Vivimos en una República y el“electorado es elmandante”.
Nociones básicas acerca de la GH (7) (8) (9).
Frente a la evidente superioridad militar convencional de Occidente -al comenzar el siglo XXI- su sorpresivo enemigo “no occidental” desarrolló formas de empleo de fuerzas orientadas a la explotación de sus “debilidades”, en particular las de carácterno militar, que apuntan fundamentalmente a los campos de la representación cognoscitiva y al tono moral de la población. Así lo hemos visto en las agresiones del Hizbollah en el 2006 y del Hamas, en el 2014.
Thomas Huber -historiador- describe en 1996 a éste nuevo fenómeno como el combate coordinado de fuerzas regulares -convencionales- con irregulares -no convencionales- y lo conceptualiza como “guerra compuesta”. Advierte que estas fuerzas, que actúan bajo mando unificado de modo coordinado y cohesionado, nunca lo hacen fusionadas en el combate y advierte que proporcionan ventajas no igualables por fuerzas convencionales que operen en soledad. Éste concepto nos recuerda a la “guerra de zapa” que instrumentó el Br Grl San Martín en la Campaña Libertadora, o bien las ideas expuestas por Clausewitz y K. Holsti, hace años, que comentamos en el año 2011 en un trabajo anterior y que citamos a continuación (10):
“Señala Raymond Aron, en “Pensar la Guerra”[1], que al final de sus días Clausewitz comenzó una revisión de su monumental obra[2], puesto que descubrió, en el plano del concepto, lo que jamás había comprobado en el campo de batalla. Ese descubrimiento giraba en torno a una modalidad de combate distinta a la que él había reducido abstractamente como “duelo”, es decir, el enfrentamiento por aniquilamiento entre dos ejércitos pertenecientes a sendos estados nacionales. El descubrimiento giraba en torno de lo que hoy se denomina “guerra asimétrica”. Quedaba sobrepasado el conflicto del “fuerte contra el fuerte” y emergía -con toda su crudeza- la posibilidad del enfrentamiento entre un fuerte (defensivo) y un débil (ofensivo)”.
[1] Aron Raymond. “PENSAR LA GUERRA”, Instituto de Publicaciones Navales, Buenos Aires, 1988.
2 V. Clausewitz C. “DE LA GUERRA”, Editorial Océano, Buenos Aires, 1958.
………………..
“Éste tipo de amenazas ha proliferado como consecuencia del desplome del sistema bipolar de la guerra fría y el ingreso a una nueva etapa de la civilización. Los combatientes de antiguos bandos revolucionarios han devenido en bandas criminales, equipadas con elementos de tecnología satelital que les permiten constituirse en nodo de una red mayor, en la que circulan las diversas actividades del nihilismo posmoderno: guerrilla, narcotráfico, tráfico de armas, guerra en la infosfera, contrabando, tráfico de órganos, tráfico de niños, esclavismo, secuestros extorsivos, tráfico de animales exóticos, tráfico de piedras preciosas, terrorismo islámico, etnicismo genocida, etc.”.
……………….
“El profesor emérito de la Universidad de Vancouver -Columbia Británica- Kalevi Holsti desarrolló la teoría de las guerras de la ´tercera clase’. La importancia de la misma no obsta para plantear una modificación del cuadro legal precedente, cuyas razones de validez no objetamos. Sin embargo, entendemos que el nuevo concepto de guerras de la ‘tercera especie´, amerita la apertura del marco de comprensión y el desarrollo de su conceptualización, búsqueda y descripción”.
Los Cnl(s) chinos Qiao Liang y Wang Xiangsui -en 1999- denominaron “guerra sin restricciones” al empleo lo más amplio posible de todos los medios para oponerse a un enemigo tecnológicamente superior. El gobierno de la nueva superpotencia los desautorizó, pero sin duda los Cnl (s) están cubriendo -por el momento- el actual desequilibrio estratégico chino, frente a eventuales desafíos.
Es en el año 2005 en que aparece por primera vez la denominación de GH, en un artículo de Mattis y Hoffman: “Future Warfare: The Rise of Hybrid Wars”. Conceptualizaban a ésta guerra como una “combinación de tecnologías y tácticas que permitieran obtener una ventaja sobre su adversario”. Esta combinación innovadora combina capacidades regulares e irregulares, en rápida transición, a los efectos de obtener resultados estratégicos. Para estos autores las “debilidades” y “vulnerabilidades” que evidenciaba Occidente, eran:
La alta sensibilidad de la opinión pública, en tiempos “pos heroicos”.
El eventual número de bajas civiles.
El alto costo de las operaciones militares.
El modo en que finalizaban las operaciones militares -victoria/derrota-.
Apoyándose en éstas debilidades y vulnerabilidades, los enemigos de Occidente -estatales o no estatales- diseñaron tácticas que permitieran eludir la superioridad tecnológica, permitiendo la paridad o aun la superación del más fuerte, explotando:
Poseer mayor número de población y territorio en el espacio donde se operaría.
Poseer una asimetría favorable en la importancia de los intereses, de los objetivos de guerra, en el nivel de “determinación” y “resolución”, en la voluntad ante los riesgos y en la entereza para soportar bajas.
A estas ventajas asimétricas hay que sumarle una determinante -que la dirigencia argentina no percibió ni percibe en nuestra guerra contrarrevolucionaria reciente- : la ausencia de restricciones políticas y culturales por parte del agresor.
Hoffman (11) -en el 2007- apuntó que la búsqueda de la oportunidad estratégica -en las guerras híbridas-, se aparta de los conceptos clausewitzianos tradicionales -la búsqueda de la decisión a través de un centro de gravedad- y contrariamente se busca hacer difuso al conflicto, sin darle relevancia al choque.
Lasica (12) -en el 2009- agrega que EEUU ha enfrentado a la GH con su tradicional principio “jominiano” de quebrar la voluntad de lucha del enemigo y así hafracasadoen Iraq y en Afganistán, como le ocurrió también a los israelíes frente al Hezbollah -2006- y el Hamas -2009 y 2013-.
Valensi y Brun (13) -en el 2010- teorizaron que -en el campo táctico- la GH integra a los siguientes componentes:
Capacidad de supervivencia de las fuerzas empeñadas, a través de:
Deliberada confusión entre instalaciones militares y civiles.
Llevar el combate a zonas pobladas de alta densidad, con alta presencia de medios de comunicación.
Amplia diversidad de armamento liviano -antipersonal, antitanque, antiaéreo, y cohetes tierra-tierra-.
Elementos operacionales especializados y terroristas suicidas.
Métodos imponderables de terrorismo y guerrilla.
Armas portátiles, sencillas, de bajo costo y alto rendimiento y penetración que sean:
De difícil localización y gran disponibilidad.
Que permitan gran número de bajas civiles y militares.
Explosivos de distintos tipos.
Atentados suicidas como componente central, con empleo calculado para condicionar el comportamiento político del enemigo, con gran repercusión mediática. Transmitir percepciones de fracaso.
Crear las narraciones -“relatos”- que favorezcan al más débil.
Empleo intensivo de los medios de comunicación para el esfuerzo de propaganda sobre el público local, el enemigo y el internacional, con la intención de socavar la legitimidad de las operaciones militares, modelar las agendas, entregar interpretaciones alternativas y minar la fortaleza moral del enemigo.
El público local deberá percibir que la acción armada le favorece, al igual que en las lejanas retaguardias del fuerte alcanzadas por las narraciones propias, del enemigo y de los independientes.
El nuevo “centro de gravedad” está en las percepciones desfavorables para el enemigo, que desmovilice su voluntad de vencer y en lograr la confianza del público propio.
Obligar a que el combate se desarrolle “en contacto”, intentando soslayar así las ventajas tecnológicas del enemigo.
Desarrollar tácticas activas y pasivas para atemperar la supremacía aérea del enemigo.
Fleming (14) -2011- define a ésta nueva modalidad de la guerra, así:
“Un actor de GH se caracteriza por tener un mando y control descentralizado, por realizar actividades militares y no militares distribuidas, por combinar acciones tradicionales, irregulares, terroristas y métodos criminales disruptivos, por explotar las condiciones ambientales operativas complejas y por operar con intención de sacrificio el tiempo y el espacio con el fin de lograr una decisión por desgaste”.
Según éste autor, los actores de la GH interrelacionan estrategia y táctica de manera asimétrica y sin restricciones, fuera de las costumbres militares y de los límites culturales, sin ataduras de ninguna especie como las que ha tenido la guerra convencional. El actor híbrido pretende abrumar al enemigo occidental sobre el terreno, con una variedad de imponderables que lleven a la derrota o a la retirada.
Estamos en presencia de un retroceso acelerado y brutal hacia la barbarie, que la civilización moderna y contemporánea ya había superado. Éste cambio de paradigma del nuevo enemigo posguerra fría, encuentra a los argentinos estratificados en el pasado y con la política de derechos humanos como “cepo” que impide mirar hacia el futuro.
He allí la causa central de la inseguridad e indefensión nacional que padecemos.
La Revolución de los Asuntos Militares -RAM- y la GH (6).
En varios artículos publicados por nuestro Instituto (3) hemos citado y descripto a la RAM. Nuestro propósito, en éste punto, es relacionarla con la GH.
Es muy conocida una antigua expresión que dice: “políticos y militares se preparan siempre para la guerra que pasó”. Es así. Existe una natural tendencia a permanecer en el “statu quo” establecido. A ella la conocemos como el “quedantismo”, frente al “reformismo”. Los reformistas que no tengan en cuenta las fuerzas inerciales que sostienen que “todo está bien”, se encontrarán con el fracaso de su intento.
Ahora bien, en los tiempos que corren -en las últimas cinco o seis décadas- la necesidad de evolucionarse haacelerado, pues la civilización del conocimiento así lo exige. Esa evolución es una necesidad de continua y abierta adaptación de las organizaciones a los cambios de “la naturaleza de las cosas” y a los cambios situacionales posguerra fría:
emergió la primera globalización planetaria -1989/1991-,
se inició el movimiento tectónico que provoca los cambios geopolíticos -un nuevo mapa político y estratégico mundial- aun no consolidado, y
se aceleró y generalizó el ingreso de numerosos actores internacionales a la civilización posindustrial -la etapa de la civilización del conocimiento-. Surgía una nueva forma de producir y una nueva forma de hacer la guerra. La situación se hizo compleja.
Como respuesta a los cambios citados, surgió la RAM, dando lugar a la innovación tecnológica, organizativa y doctrinal. Inicialmente se dio lugar a la innovación tecnológica, pero la aparición de la insurgencia luego de operaciones convencionales exitosas -tal el caso de las guerras de Iraq- demostró que ésta era insuficiente. Se hizo necesaria la innovación organizativa y doctrinal. Estos pasos han sido sucesivos y tomaron el nombre de Reforma Integral -RI- y es cuando los estrategas teóricos introducen el neologismo GH.
Los citados autores, Hoffman y Huber, tienen diferencias en la conceptualización de “guerra compuesta” y GH. El primero plantea que es “compuesta” cuando las fuerzas convencionales y las no convencionales actúan por separado, -estas últimas desgastan y las convencionales explotan esa situación- y que es “híbrida” cuando operan como una sola fuerza que ejecuta operaciones regulares e irregulares. Ambos coinciden en el potencial que tiene la combinación de las dos modalidades en las futuras guerras.
En conclusión, los diferentes enfoques que hemos citado más arriba acerca del concepto de GH nos permiten expresar que éste queda comprendido por el término más amplio de “guerra irregular”, que abarca al accionar no convencional y/o asimétrico.
Posición adoptada por países y organizaciones internacionales ante la conceptualización de la GH y la situación argentina.
EEUU. Es el país donde se origina y se debate con mayor intensidad la expresión GH. Obviamente, la superpotencia militar orienta teóricamente a los aliados occidentales. Fleming, en el 2011, apunta que la expresión no es aun empleada oficialmente por el Departamento de Defensa, pero que la noción híbrida surge en los documentos de planificación estratégica, reconociendo la mayor complejidad operativa, pero no el nuevo concepto, lo que podría frenar el dinamismo de las doctrinas combinadas.
Hay un reconocimiento -en la comunidad militar estadounidense- de la necesidad de organizaciones más flexibles y adaptables, pero pareciera que intelectualmente están estancados frente a las amenazas híbridas. Así es que la Oficina de Responsabilidad Gubernamental ha informado en Septiembre de 2010:
Que el Dto. de Defensa no ha definido al término “hybrid warfare”, por no considerarlo una nueva forma de hacer la guerra.
Que el término “hybrid conflict” incluye todos los elementos de las “full spectrum operations”. En consecuencia, definir lo “hibrido” hace correr el riesgo de omitir elementos claves o desconocidos.
Que el término “híbrido” describe mayor complejidad -que exige respuestas adaptativas y flexibles- pero no se corresponde a una nueva clase de guerra.
Que se reconoce la proliferación del término, pero no existe aún una definición formal del mismo.
Que en lugar del término “híbrido” -o además de éste- se emplea normalmente el de “full spectrum operations”.
Que aunque el término aparece en documentos de planeamiento estratégico, éste no se ha incluido en la doctrina.
En conclusión, la comunidad militar de la superpotencia tiene dudas y una respuesta ambigua a las presentes condiciones de los nuevos teatros de operaciones. Sin duda que esta actitud exige profundizar -sin demora- los análisis de las nuevas situaciones que ya están planteadas.
La OTAN. El último concepto estratégico aprobado por los Jefes de Estado de la Organización, en el año 2010, dice:
“El compromiso de la OTAN es el de disuadir y defenderse de cualquier amenaza de agresióny de los desafíos de seguridad emergentescuando estos supongan unaamenaza a la seguridad fundamentalde los aliados, individualmente o de la Alianza en su conjunto”.
La expresión “cualquier amenaza” abarca al extremismo ideológico, al terrorismo, a las actividades ilícitas transnacionales, al tráfico de armas, de narcóticos y de personas, a los ataques cibernéticos y a otras amenazas tecnológicas y ambientales. (Es oportuno aclarar que la legislación argentina establece que estas reales amenazas estratégicas son meros delitos comunes, bajo responsabilidad policial). El concepto estratégico de la OTAN -aprobado en el año 2010- es indudablemente genérico e incompleto. Pero es lo que admite una alianza tan numerosa y diferenciada como es la OTAN.
En conclusión: la OTAN reconoce la necesidad de reorganizar sus instrumentos militares para enfrentar los nuevos desafíos, pero ante la improbabilidad de un acuerdo político, retiene activa a la RI y continúa estudiando la evolución de la guerra, que exige incorporar elementos civiles en el planeamiento militar y ello aun no ha sido totalmente solucionado.
La reorganización de las Fuerzas Terrestres -FFTT-.
Estos conceptos “híbridos”, que aun no han sido incorporados como doctrina por los países centrales -aunque se los reconoce como válidos- están desarrollando nuevas organizaciones experimentales que probablemente se incorporarán a las operaciones en el corto plazo, ante la complejidad de las situaciones que se están presentando en el Gran Medio Oriente y en África.
La paradójica lógica de la guerra -“si quieres la Paz, prevé la guerra”- exige, desde tiempos de paz, pasando por las crisis, los conflictos armados y las guerras internas o internacionales, estar preparados para enfrentar el amplio espectro del conflicto que nos presenta el amanecer del siglo XXI. Ello exige establecer los efectos sinérgicos a afrontar, para accionar coordinadamente en las acciones simétricas y asimétricas. La caracterización orgánica central de las FFTT será su flexibilidad y adaptabilidad a las amenazas cambiantes. La responsabilidad conceptual, recaerá en los niveles político-estratégicos: poder ejecutivo, EMCFFAA y los Cdo(s) de Áreas Estratégicas.
El desafío que se plantea a los planificadores es la de lograr la combinación equilibrada -en el campo táctico- de armas de gran poder de destrucción a distancia, con elementos tradicionales y medios de comunicación para operaciones sicológicas incardinadas con los niveles superiores. En el nivel de las organizaciones tácticas, será fundamental la integración -a nivel Batallón y superiores- de:
Elementos de operaciones especiales,
Sistemas de armas de alto poder destructivo,
Elementos especializados de Inteligencia -con acceso satelital-,
Elementos de comunicación en red con los escalones superiores,
Medios de operaciones sicológicas, y
Elementos de comunicación local.
El Hizballah y el paradigma de la GH.
Un poco de historia: El Hizballah -Partido de Dios- nació en 1982., como escisión de las milicias chiitas de Amal. Desde su origen se ha mantenido en guerra con Israel. En 1989 se firmaron en Taif -Arabia Saudita- los acuerdos de paz de la guerra civil libanesa, que permitieron al Hizballah el derecho de permanecer armado.
Desde entonces se mantuvo en guerra -con apoyo iraní- con las fuerzas israelíes que ocupaban el Sur del Líbano. A lo largo de los años 90 su rendimiento operacional fue mejorando dadas las reformas orgánicas y tácticas que impuso la conducción del líder Hassan Nasralah. Se abandonaron las inmolaciones, dando paso a tácticas cada vez más elaboradas.
A fines de los ‘90 Israel se retira -unilateralmente- del Sur del Líbano. A partir de entonces la frontera fue el escenario de las actividades violentas de esta organización, frente a las FDI -Fuerzas de Defensa de Israel-. El objetivo de Nasralah era el de superar la imagen de una mera milicia guerrillera y erigirse en un movimiento de resistencia nacional libanesa, bajo el lema “Pueblo, Ejército y Resistencia”.
Guerra de 2006: El 12 Jul 06, un destacamento del Hizballah ingresó a territorio israelí y emboscó a una patrulla de las FDI. -Técnicamente éste es un “incidente provocado”, como lo fue el del “Endurance” frente a los chatarreros de Davidoff, en Gritviken, en 1982-. Como consecuencia de esta acción murieron tres soldados israelíes y fueron “secuestrados” otros dos. Israel reaccionó con un ataque aéreo a todo el territorio libanés, entendiendo que ello forzaría al gobierno de Beirut a desarmar al Hizballah. Se había iniciado así un escalamiento hacia lo se conoce como la “Guerra de los Treinta y tres Días”.
Los blancos de la Fuerza Aérea fueron los depósitos de cohetes de la organización y aquellos de mayor importancia que llevaran a la retirada del Hizballah del Sur del Líbano. El efecto de estos ataques aéreos fue inverso. Las bajas civiles y la destrucción de la infraestructura del país impulsaron el rechazo de los libaneses, apoyados por la comunidad internacional.
Tras éste fracaso, el FDI reocupó el Sur del Líbano y también fracasó, provocando la admiración de los observadores militares acostumbrados a los resonantes éxitos israelíes en operaciones de contrainsurgencia en Gaza y Cisjordania.
La Resolución 1701 del CS de la ONU, logró el alto el fuego. El consenso de la comunidad militar, acerca de la eventual derrota israelí, entendió que su factor principal fue el de confiar la victoria a la primacía del poder aéreo, a expensas de la maniobra terrestre, con el fin de ahorrar vidas. El Hizballah sorprendió con una evolución inesperada en sus tácticas y con la adquisición de nuevas tecnologías. De una fuerza guerrillera pasó -en pocos años- a una cuasi-convencional. Estudió las tácticas del enemigo y descubrió sus limitaciones. Adaptó su comando, su control, la organización del terreno y los procedimientos de combate, para aceptar el combate aéreo y terrestre.
El Hizballah desarrolló nuevas tácticas defensivas -para retener sus ciudades- y ofensivas -contra los blindados incursores, lanzamiento de cohetes y operaciones con tropas especiales en la profundidad del territorio israelí-. Llama la atención la forma en se preparó -durante años- el terreno donde se operaría. Construyeron una amplia red de refugios subterráneos y depósitos de munición. Bloquearon la aproximación del enemigo en las avenidas principales de manera de dispersar a los mecanizados y esperarlos en “zonas de muerte”, demorando el avance mientras se ganaba tiempo para el empleo de los cohetes de largo, mediano y corto alcance, coordinado con las incursiones de las tropas especiales. Todo esto fue posible por la especial capacitación de comando y control de las fracciones tácticas, a nivel compañía.
Así fue como el Hizballah se erigió en el paradigma de la GH. Lo hizo explotando vulnerabilidades del enemigo, combinando acertadamente procedimientos convencionales con los no convencionales -sin limitaciones- y realizando una eficaz acción psicológica sobre la población enemiga y propia.
Sorprendieron con las innovaciones tecnológicas logradas en armamento antitanque, drones y guerra electrónica. Las operaciones fueron seguidas en el mundo entero por televisión, en tiempo real. Los efectos logrados fueron:
El apoyo de la población libanesa al Hizballah.
El alto rendimiento mediático de los limitados éxitos tácticos. Minaban la moral israelí y levantaban el prestigio interno e internacional de la Organización.
Con éxitos tácticos limitados y bajas superiores a las del enemigo, el Hizballah lograba un éxito estratégico y político significativo con una alta sensación de victoria.
Aun cuando las fuerzas israelíes no hayan sido derrotadas, es claro que no lograron ninguno de los objetivos que se le había impuesto. Contrariamente, la Organización se posicionó frente a la población libanesa como una fuerza de disuasión efectiva frente a Israel. Si bien no prevalecieron, negaron la consecución de los objetivos al enemigo y optimizaron el apoyo de la propia población. El Hamas, en el pasado verano del 2014, replicó -dentro de las limitaciones de espacio del área de Gaza- el modelo empleado en la “guerra de los treinta y tres días” por el Hisballah.
En conclusión:
El actual enemigo de Occidente ha desarrollado un tipo de guerra que explota sus vulnerabilidades, particularmente el relativismo moral de su población y las inercias del pensamiento militar.
El término GH acuñado por Mattis y Hoffman en el 2005 está hoy en pleno debate en la comunidad académica especializada. En general se acepta como concepto de GH, el siguiente: “GH es aquella que emplea los medios simétricos y asimétricos coordinados en tiempo, espacio y propósitos, para alcanzar un objetivo final, uniendo los niveles de conducción estratégico, operacional y táctico”.
Quien emplea la GH lo hace de modo asimétrico y sin restricciones. En el nivel táctico emplea operaciones independientes y simultáneas -regulares e irregulares- coordinadas en tiempo, espacio y objetivos, con operaciones del nivel superior que se orientan a la cultura del enemigo y desafían a las normas de la guerra convencional.
La gran superioridad militar convencional de Occidente llevó a éste nuevo enemigo innominado a cambios que parecieran una contra-RAM. Si empíricamente se confirmara dicha doctrina, Occidente deberá asumir severoscambios políticos, sociales y militares, para enfrentar a ésta guerra en su azarosa evolución. Y éstos aspectos son sumamente importantes.
El Departamento de Defensa de los EEUU oficialmente no reconoce aun la existencia de una GH, pues entiende que sus FFAA están en aptitud de enfrentar los retos presentes. Pero sus pensadores y planificadores siguen profundizando su análisis, permanentemente, ante el incremento de actores armados no estatales frente a las FFAA convencionales.
La OTAN ha estudiado a la GH y reconoce su existencia, pero dada su complejidad en la toma de decisiones ha preferido recurrir a la RI – experimentada parcialmente en Afganistán- que incorporó al elemento civil en el planeamiento y en el comando de las operaciones.
En la Argentina hay una total despreocupación por los temas que hacen a la Seguridad Nacional. Las leyes que rigen fueron votadas en tiempos de la guerra fría, hace casi tres décadas. La reglamentación de la Ley de Defensa llegó quince años después de su promulgación, para profundizar sus gravísimos desconceptos. El país somatiza la directa consecuencia de dichas leyes perversas, con un estado de inseguridad e indefensión que es, en el 2015, la preocupación central de la población. El número de muertos -en las últimas tres décadas- sigue en continuo ascenso. La dirigencia nacional carece del coraje cívico necesario para enfrentar la “política dederechos humanos”, en manos comunistas, empleada con éxito como instrumento de retención del poder. La mencionada legislación de inseguridad, es garantía de la continuidad de la citada “política”.
En los países centrales de Occidente hay cierta resistencia al reconocimiento del riesgo estratégico creado por la GH. Sin embargo la RAM y la RI apuntan a innovaciones -que aun no se han cerrado- en la dirección correcta. En el corto plazo veremos que continuarán las reorganizaciones, allí donde hay responsabilidad y conocimientos. En nuestra Argentina, en un año electoral, no existe ningúnindicio de reacción acertada. Abundan las palabras huecas de los diletantes, que encubren así sus carencias intelectuales específicas. No hay conciencia en la sociedad que actual guerra mundial está también globalizada.
Nuestro país carece de la más mínima “política comunicacional para la Defensa”. Sin embargo -ante un cambio de orientación política a fines del 2015- sería indispensable que el nuevo gobierno se concientizase y concientizara a la opinión pública acerca de la complejidad de los conflictos que tenemos ya presentes y por delante, en el corto plazo. “La mejor defensa de la ciudad no está en las piedras de sus murallas, sino en cada uno de sus habitantes”.
Recientemente hemos visto la adaptación al siglo XXI –en Estados seculares– de la “maskirovca” soviética (15) en Crimea y Ucrania. Hubo allí una combinación de operaciones encubiertas, apoyo a grupos locales, empleo de contratistas militares privados, criminales y fuerzas regulares operando coordinadamente y una maquinaria propagandística masiva…que llegó a insinuar el empleo nuclear; pero este es el tema del próximo punto. Cerraremos el punto VII con una expresión muy acertada del Dr. Pedro Sánchez Herráez (16):
“Pero la guerra no enfrenta solo fuerzas militares; enfrenta las voluntades de grupos humanos y, si bien, con todos los matices que se quieran señalar, vivimos en una era de relativa paz, la GH no es una nueva guerra…es la guerra de nuevo”.
¿Híbrida…con derivación nuclear?
Durante la guerra fría funcionó la mutua destrucción asegurada. Es decir, el poder nuclear retuvo la mutua disuasión y su consecuencia fue la “Pax del Terror Nuclear”. Ello no fue óbice para que la probabilidad del empleo táctico nuclear se abandonara totalmente. La duda -en su momento- acerca del compromiso americano para defender a Europa frente a una embestida soviética, con empleo nuclear sobre Alemania, llevó a De Gaulle a crear su propio arsenal nuclear y a salir de la OTAN.
Terminada la guerra fría el arsenal nuclear parecía perder la probabilidad de empleo, pero la situación reciente en el cambio de gobierno de Ucrania, con la intervención de la OTAN, pareciera que despertó el ancestral sentimiento de inseguridad fronteriza de los rusos y con él, dada la situación de deterioro de sus fuerzas terrestres, la posibilidad-probabilidad de recurrir a su potencial nuclear.
Como lo expresamos en el punto VII., a lo largo de nuestro verano austral hemos observado -con alguna sorpresa- que una variante de la GH se estaba desarrollando entre estados seculares, en la frontera este de Ucrania y en Crimea. El recurso de volver a recordar la existencia del arsenal nuclear ¿fue una reacción rusa por impotencia?; ¿desde la GH, se deslizará Rusia a la posibilidad de empleo nuclear? Hasta ahora a esa probabilidad se le asignaba solamente a la irresponsable e ilimitada acción del terrorismo no estatal, pero el discurso de algunos altos funcionarios rusos y estadounidenses -entre otros los que citaremos a continuación- indican una ampliación de las probabilidades supuestas (15):
“…Un funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores ruso recordó al mundo este hecho, en un comentario a la salida de los medios de comunicación rusa Interfax. Al hacer referencia al derecho de Moscú para desplegar armas nucleares en Crimea, Mijail Ulianov, Jefe del Departamento del Ministerio de Control de Armas, dijo: ´Yo no sé si hay armas nucleares allí ahora. Yo no sé nada de ningún plan, pero, en principio, Rusia puede hacerlo’”.
Contemporáneamente, en EEUU el Almirante William Gortney, Comandante del Comando de Defensa Aeroespacial de América del Norte -NORAD-, advirtió al Congreso -en un testimonio escrito- acerca de la amenaza planteada por los bombarderos y misiles rusos:
“…los bombarderos pesados rusos sobrevolaron patrullando más veces fuera del área en el 2014, que en cualquier otro año, desde la Guerra Fría. También hemos sido testigos de una mejor interoperabilidad rusa entre la aviación de largo alcance y otros elementos de las fuerzas armadas, incluyendo las aéreas y marítimas, todas ellas plataformas de recolección de información de inteligencia posicionadas para monitorear las respuestas del NORAD”[3].
“…Rusia está avanzando hacia su objetivo de despliegue de largo alcance de misiles de crucero convencionalmente armados, con mayores distancias de lanzamiento para mantener alejados[4] del peligro a sus bombarderos pesados, submarinos y fuerzas de superficie. Si estas tendencias continúan, con el tiempo NORAD se enfrenta a un mayor riesgo en nuestra capacidad para defender el norte de Estados Unidos contra una incursión aérea o marítima rusa y las amenazas de sus misiles de crucero.”
NORADes elacrónimo de North American Aerospace Defense Command. (Mando Norteamericano de Defensa Aeroespacial). Se trata de una organización conjunta de los EEUU y Canadá, que provee la defensa y control aéreo a toda Norteamérica. Se inició en 1958 bajo el nombre de “Mando Norteamericano de Defensa Aérea” (North American Air Defense Command). Desde 1963 la principal instalación del NORAD está en el Estado de Colorado. Mientras que los términos “NORAD” y “Cheyenne Mountain” son usados indistintamente en el lenguaje común, lo cierto es que NORAD es el nombre de la unidad, mientras que Cheyenne Mountain se refiere a las instalaciones del cuartel general.
4. Stand-off, en el original.
Éste deslizamiento ruso en dirección a la amenaza nuclear, es una clara manifestación de la hipersensibilidad de Moscú por la aproximación de la OTAN a Ucrania, luego de la caída de su gobierno pro-ruso. La OTAN se acerca peligrosamente a la frontera de la “Madre Patria Rusa” y los dramáticos recuerdos de Napoleón incendiando Moscú, antes de su dolorosa retirada, o de los blindados de Hitler detenidos por el “GeneralInvierno” a treinta Kms de Moscú, están presentes hoy en el Kremlin.
En tiempos del presidente Clinton Rusia se había incorporado al G7 y así emergió el G8. Un veedor ruso fue invitado a participar en ciertas reuniones de la OTAN en Bruselas. Pero aquellos días han quedado atrás. El presidente Putin no concurrió recientemente a una serie de reuniones internacionales y el aire helado de la estepa llegó a Europa, enfriando las relaciones mutuas por la torpe audacia del avance Occidental hacia el Este. Y esto acontecía en tiempos del agravamiento de los combates del nuevo Estado Islámico -EI- en las fronteras de Siria, Irak e Irán, donde se sabía de la existencia de una solapada e inentendible logística que provenía desde Turquía, país que revista en la organización atlántica. De ésta manera, ante la posibilidad-probable de que el primitivo fundamentalismo que inspira al terrorismo global adquiriera -y eventualmente empleara en un futuro no muy lejano- “bombas y/o minas sucias”, en combinación con acciones típicas de la GH, se ha agregado últimamente la posibilidad-probable del regreso a la amenaza nuclear entreestados seculares, en un reverdecer de lo que el periodismo llama -sin acierto- una “nueva guerra fría”.
La UE, núcleo originante del Occidente Cristiano, está viviendo una profunda y prolongada crisis, en el ámbito de su cultura. Frente al fundamentalismo islamista y al crimen organizado, somatiza su relativismo identitario, su débil y contractivo sentido de pertenencia y retiene sus aspiraciones hedonísticas. Ésta situación la lleva a cometer graves errores de percepción, en un momento en que Washington se ocupa demasiado de sí mismo y abandona el cumplimiento de sus deberes para con el Imperio Occidental.
Putin, que sufre la actual caída del precio del barril de crudo, ha redoblado su firmeza y se está dirigiendo con palabras muy severas a sus pares occidentales.
Con conocimiento de éste cuadro estratégico propio e internacional -altamente riesgoso- nuestra Argentina –a nivel político dirigencial– ha optado por ignorar nuestros dos “estados de guerra” vigentes -como herencia del siglo pasado-, se ha desarmado unilateralmente y carece de las mínimas previsiones conceptuales, disuasivas u orgánicas, en el ámbito de la guerra mundial que se presenta -en la región- como narcoterrorismo, en acelerada expansión nacional y regional. En un breve lapso -el gobierno- está dando decididos pasos para abandonar su adscripción cultural -naturalmente occidental- para llegar, en muletas, al final del año 2015. Esto es grave y traerá grandes problemas en el futuro inmediato.
Un rígido muro de contención impide el resurgimiento del coraje cívico de los criollos de otros tiempos. Es una “vaca sagrada”: la política de derechos humanos, en manos de los veteranos terroristas domésticos y de interesados y numerosos idiotas útiles, más jóvenes.
La mano tendida a los Castro por Obama -en la presente situación regional- se constituye en un fuerte aliciente para la pseudo-revolución neo marxista iberoamericana. Estaremos atentos al documento de su próximo “Encuentro” en el 2016.
CITAS:
J. Auel. “Cultura, Civilización y Crisis Política”. Verano de 01. www.ieeba.com.ar
J. Auel. “Cultura y Civilización. La Guerra: Continuidad y Cambio”. Dic 01. www.ieeba.com.ar
“Los nexos entre Irán, Hezbollah y los carteles de la droga”. 01 Abr 15. Infobae Digital.
J. Auel. “La larga guerra civil argentina y el actual estado de guerra civil revolucionario”. 09 Jul 13. www.ieeba.com.ar
J. Auel. “¿Cómo salimos de la actual crisis política y estratégica? Ago 14. www.ieeba.com.ar
J. Auel. “El pensamiento estratégico militar en el siglo XXI”. 12 Oct 14. www.ieeba.com.ar
García Guindo, G. Martínez y V. González. “La guerra híbrida: nociones preliminares y su repercusión en el planeamiento de los países y organizaciones occidentales”. Feb 2015. www.ieee.org
Baqués Quesada. “Las guerras híbridas: un balance provisional”. Ene 15. www.ieee.org
Colom Piella. “¿El auge de los conflictos híbridos?”. Oct 14. www.ieee.org
J. Auel, “Democracia, FFAA, Seguridad y Sociedad”. Jul 11. Ponencia en Sgo. de Chile. www.ieeba.com.ar
Hoffman. “Conflict in the 21st century: the rise of hybrid wars”. 2007. Arlington. Virginia. Potomac Institute for Policy Studies.
Lasica. “Strategic implications of hybrid war: a theory of victory”. 2009. Fort Leavenworth, Kansas School of Advances Military Studies. US Army Command and General Staff College.
Valensi y Brun: señalan que el tipo de guerra que encontró Israel en El Líbano (2006) y en la Franja de Gaza (2009), es un resultado claro y desafiante de éste desarrollo doctrinal basado en el aprendizaje de las doctrinas de Occidente, en la interpretación de la realidad en la década de los noventa, desde una perspectiva religiosa, cultural e islámica y de los combates con los oponentes en los campos de batalla del Líbano, Palestina e Iraq, entre otros.
Fleming. “The hybrid threat concept; contemporary war, military planning and the advent of unrestricted operational art”. 2011. Fort Leavenworth, Kansas, School of Advanced Military Studies.
Grl. Heriberto J. Auel
Abril de 2015
La situación estratégica que nos envuelve.
La “modalidad” de la presente guerra mundial.
Nociones básicas acerca de la guerra híbrida -GH-.
La Revolución de los Asuntos Militares -RAM- y la GH.
Posición adoptada por países y organizaciones internacionales ante la conceptualización de la GH y la situación argentina.
La reorganización de las Fuerzas Terrestres -FFTT-.
El Hizballah y el paradigma de la GH.
¿Híbrida…con derivación nuclear?
La situación estratégica que nos envuelve.
A pesar de que la dirigencia política argentina lo ignore, o simule ignorarlo, los argentinos -como sociedad- estamos actualmente abarcados por una compleja e inédita guerra mundial que transita -en el 2015- su décimo cuarto año, en un continuo y progresivo agravamiento.
Pero además, esta misma dirigencia, en pleno proceso electoral “para cambiar el rumbo de la historia”, hasta hoy no ha dicho una sola palabra sobre los dos “estados de guerra” (1) -hoy presentes e incardinados- que son directa herencia de las recientes guerras que la nación sostuvo en la última mitad del siglo XX.
Unánimemente, estos conocidos líderes concluyen -con todo acierto-, que la preocupación central de la ciudadanía es la inseguridad nacional -que comprende la inseguridad pública y la indefensión estratégica- sin embargo, por las propuestas que nos hacen conocer, o ignoran irresponsablemente la naturaleza de la situación y de los conceptos más elementales de las preceptivas polemológicas y estratégicas que están en plena y acelerada evolución en los ambientes académicos, políticos y estratégicos del mundo desarrollado y en algunos países vecinos, o bien carecen de ideas, de soluciones.
Hechos recientes que han conmovido al país, directamente relacionados con la guerra mundial en acto -como lo es la muerte del Fiscal General Nisman- no han logrado romper el llamativo silencio de los candidatos, a pesar de que se encuentran en plena carrera electoral. ¿Cuál es la razón de éste silencio atronador? Es ignorancia, cobardía o compromiso asumido con quienes instalaron la política de derechos humanos unidireccionados. “De esto no se habla”.
Tanta irracionabilidad se debe -sin dudas- a causales muy profundas, que hunden sus raíces en nuestro pasado reciente. La Argentina ha debido enfrentar -a partir de 1959- una larga guerra civil revolucionaria, asimétrica, no convencional, ante una sorpresiva agresión estratégica internacional -en el marco de la guerra fría- que cabalgó antiguas crisis de arrastre, llevando a sectores sociales medios, fuertemente resentidos, al empleo de tácticas terroristas -impulsadas por el odio- de raíz ideológica.
Cuando ésta guerra muy-limitada aún no había finalizado, el RU plantó un señuelo en el Atlántico Sur que -nuevamente por sorpresa-, nos llevó a escalarla a una guerra breve, convencional, de carácter limitado, dentro del propio Hemisferio. (2)
Vivimos y somatizamos las consecuencias de ambas guerras, como posguerras no digeridas, no asimiladas y menos aun asumidas políticamente. Por ello se mantiene la ignorada ¿? situación de los “dos estados de guerra” que a partir de 1983 se incardinaron, empleando para ello las consecuencias del Decreto 158/83 y de la política de derechos humanos unidireccionados, ambos medios conducidos localmente -hasta hoy- por el anciano terrorista y agente británico Horacio Verbitsky. Es en éste punto donde las dos guerras recientes ingresan a una síntesis que dificulta la comprensión situacional, para los analistas estratégicos amateurs. (3)
En Iberoamérica la Argentina es el único país que recientemente ha reunido tan caras y dolorosas experiencias. Ambas nos han llevado a la actual decadencia generalizada. Con el cúmulo de tan caros conocimientos deberíamos haber logrado una reacción homóloga a la de Alemania o de Japón, luego de sus derrotas estratégicas en 1945. Pero el colapso del “Proceso” fue fatal para nuestro país. El “entrismo de izquierda” alcanzó -desde entonces- el poder y con todo sigilo nos ha llevado a una situación que se hace ya insostenible, bajo dirección del Foro de San Pablo, en las últimas etapas.
La difícil y compleja crisis que atraviesa el proceso pseudo-revolucionario subcontinental -por la grave situación que viven los países que lo impulsan- ya fuere en nuestra Patria como en la región, si bien abre una ventana de oportunidad para superarlo, también radicaliza a sus actores -abiertos o encubiertos- y ello amenaza con el regreso de la violencia. La oportunidad de los argentinos para el “cambio de rumbo” se da a fines del año en curso y ésta podría ser la última oportunidad para las presentes generaciones.
Si el soberano no toma conocimiento de las profundas causas de su decadencia y de los presentes riesgos y amenazas a la Seguridad Nacional, actualmente descontrolados, el “cambio de rumbo” se hará imposible. Hasta el presente, vamos en camino a la auto-destrucción, inconscientemente. Para tratar las causas de nuestra decadencia -que se ha acentuado en las últimas décadas- nos remitimos a la página web del IEEBA (4) y (5). Y para difundir la naturaleza y modalidad de los riesgos y amenazas a la Seguridad Nacional en curso, desarrollaremos los siguientes puntos.
La “modalidad” de la presente guerra mundial.
Terminada la posguerra fría -1991/2001- período caracterizado por diversas opciones estratégicas -“optimistas, pesimistas o realistas”- en el Norte desarrollado y una “gran confusión” en la dirigencia del Sur subdesarrollado, las teorizaciones cedieron paso a las nuevas modalidades de conflictos y guerras que proliferaron espontáneamente, en las más diversas regiones del orbe.
En el mundo desarrollado se reaccionó rápidamente y las “transformaciones” conceptuales y orgánicas continúan abiertas, en permanente debate y reorganización. En nuestra región iberoamericana, desde principios del nuevo siglo se reinició -con el ascenso del precio del crudo- el proceso revolucionario paralizado por la implosión soviética, que pasó a ser conducido por el Foro de San Pablo -que reúne a estalinistas y socialdemócratas-, en alianza estratégica con los epicentros de violencia del Gran Medio Oriente y Asia, vía Caracas.
Las modalidades con que se manifiesta esta guerra mundial cubre una amplísima gama de variantes, según los diferentes objetivos que se persiguen en diversas y distantes áreas en las que se desarrolla, compartiendo en cambio características generales y la conformación de los actores-directores complejos -“los enemigos sin rostro”- con los que se enfrenta hoy Occidente (6).
En nuestra querida Patria Argentina se vive de espaldas a esta conflictiva situación internacional. Carecemos -por Ley- de planeamiento estratégico, de inteligencia estratégica y además, de objetivos políticos. El cuasi-Estado remanente no cumple mínimamente con su primaria responsabilidad -su razón de ser- la Seguridad Nacional.
Ante ésta dramática escena, la dirigencia calla, de rodillas ante una “vaca sagrada”: la política de derechos humanos, conducida en el subcontinente por el Foro de San Pablo que reúne a las diversas vertientes del comunismo internacional.
A la vez la ciudadanía -el electorado- ya llamada a las urnas, carece de una mínima información referida a los riesgos y amenazas estratégicos presentes, envuelta en elaboradas falacias -más conocidas como “relatos”– mientras se avanza hacia el caos social y al Estado Fallido. Nuestro propósito es brindar, en éstas líneas, una información mínima al respecto, a pocos meses de las elecciones presidenciales.
Es el Soberano -el Pueblo- quien debe salvarse a sí mismo. Vivimos en una República y el “electorado es el mandante”.
Nociones básicas acerca de la GH (7) (8) (9).
Frente a la evidente superioridad militar convencional de Occidente -al comenzar el siglo XXI- su sorpresivo enemigo “no occidental” desarrolló formas de empleo de fuerzas orientadas a la explotación de sus “debilidades”, en particular las de carácter no militar, que apuntan fundamentalmente a los campos de la representación cognoscitiva y al tono moral de la población. Así lo hemos visto en las agresiones del Hizbollah en el 2006 y del Hamas, en el 2014.
Thomas Huber -historiador- describe en 1996 a éste nuevo fenómeno como el combate coordinado de fuerzas regulares -convencionales- con irregulares -no convencionales- y lo conceptualiza como “guerra compuesta”. Advierte que estas fuerzas, que actúan bajo mando unificado de modo coordinado y cohesionado, nunca lo hacen fusionadas en el combate y advierte que proporcionan ventajas no igualables por fuerzas convencionales que operen en soledad. Éste concepto nos recuerda a la “guerra de zapa” que instrumentó el Br Grl San Martín en la Campaña Libertadora, o bien las ideas expuestas por Clausewitz y K. Holsti, hace años, que comentamos en el año 2011 en un trabajo anterior y que citamos a continuación (10):
“Señala Raymond Aron, en “Pensar la Guerra”[1], que al final de sus días Clausewitz comenzó una revisión de su monumental obra[2], puesto que descubrió, en el plano del concepto, lo que jamás había comprobado en el campo de batalla. Ese descubrimiento giraba en torno a una modalidad de combate distinta a la que él había reducido abstractamente como “duelo”, es decir, el enfrentamiento por aniquilamiento entre dos ejércitos pertenecientes a sendos estados nacionales. El descubrimiento giraba en torno de lo que hoy se denomina “guerra asimétrica”. Quedaba sobrepasado el conflicto del “fuerte contra el fuerte” y emergía -con toda su crudeza- la posibilidad del enfrentamiento entre un fuerte (defensivo) y un débil (ofensivo)”.
[1] Aron Raymond. “PENSAR LA GUERRA”, Instituto de Publicaciones Navales, Buenos Aires, 1988.
2 V. Clausewitz C. “DE LA GUERRA”, Editorial Océano, Buenos Aires, 1958.
………………..
“Éste tipo de amenazas ha proliferado como consecuencia del desplome del sistema bipolar de la guerra fría y el ingreso a una nueva etapa de la civilización. Los combatientes de antiguos bandos revolucionarios han devenido en bandas criminales, equipadas con elementos de tecnología satelital que les permiten constituirse en nodo de una red mayor, en la que circulan las diversas actividades del nihilismo posmoderno: guerrilla, narcotráfico, tráfico de armas, guerra en la infosfera, contrabando, tráfico de órganos, tráfico de niños, esclavismo, secuestros extorsivos, tráfico de animales exóticos, tráfico de piedras preciosas, terrorismo islámico, etnicismo genocida, etc.”.
……………….
“El profesor emérito de la Universidad de Vancouver -Columbia Británica- Kalevi Holsti desarrolló la teoría de las guerras de la ´tercera clase’. La importancia de la misma no obsta para plantear una modificación del cuadro legal precedente, cuyas razones de validez no objetamos. Sin embargo, entendemos que el nuevo concepto de guerras de la ‘tercera especie´, amerita la apertura del marco de comprensión y el desarrollo de su conceptualización, búsqueda y descripción”.
Los Cnl(s) chinos Qiao Liang y Wang Xiangsui -en 1999- denominaron “guerra sin restricciones” al empleo lo más amplio posible de todos los medios para oponerse a un enemigo tecnológicamente superior. El gobierno de la nueva superpotencia los desautorizó, pero sin duda los Cnl (s) están cubriendo -por el momento- el actual desequilibrio estratégico chino, frente a eventuales desafíos.
Es en el año 2005 en que aparece por primera vez la denominación de GH, en un artículo de Mattis y Hoffman: “Future Warfare: The Rise of Hybrid Wars”. Conceptualizaban a ésta guerra como una “combinación de tecnologías y tácticas que permitieran obtener una ventaja sobre su adversario”. Esta combinación innovadora combina capacidades regulares e irregulares, en rápida transición, a los efectos de obtener resultados estratégicos. Para estos autores las “debilidades” y “vulnerabilidades” que evidenciaba Occidente, eran:
La alta sensibilidad de la opinión pública, en tiempos “pos heroicos”.
El eventual número de bajas civiles.
El alto costo de las operaciones militares.
El modo en que finalizaban las operaciones militares -victoria/derrota-.
Apoyándose en éstas debilidades y vulnerabilidades, los enemigos de Occidente -estatales o no estatales- diseñaron tácticas que permitieran eludir la superioridad tecnológica, permitiendo la paridad o aun la superación del más fuerte, explotando:
Poseer mayor número de población y territorio en el espacio donde se operaría.
Poseer una asimetría favorable en la importancia de los intereses, de los objetivos de guerra, en el nivel de “determinación” y “resolución”, en la voluntad ante los riesgos y en la entereza para soportar bajas.
A estas ventajas asimétricas hay que sumarle una determinante -que la dirigencia argentina no percibió ni percibe en nuestra guerra contrarrevolucionaria reciente- : la ausencia de restricciones políticas y culturales por parte del agresor.
Hoffman (11) -en el 2007- apuntó que la búsqueda de la oportunidad estratégica -en las guerras híbridas-, se aparta de los conceptos clausewitzianos tradicionales -la búsqueda de la decisión a través de un centro de gravedad- y contrariamente se busca hacer difuso al conflicto, sin darle relevancia al choque.
Lasica (12) -en el 2009- agrega que EEUU ha enfrentado a la GH con su tradicional principio “jominiano” de quebrar la voluntad de lucha del enemigo y así ha fracasado en Iraq y en Afganistán, como le ocurrió también a los israelíes frente al Hezbollah -2006- y el Hamas -2009 y 2013-.
Valensi y Brun (13) -en el 2010- teorizaron que -en el campo táctico- la GH integra a los siguientes componentes:
Capacidad de supervivencia de las fuerzas empeñadas, a través de:
Túneles, depósitos enterrados, posiciones pre-construidas.
Enmascaramiento y engaño.
Dispersión o reunión de fuerzas, en oportunidad.
Deliberada confusión entre instalaciones militares y civiles.
Llevar el combate a zonas pobladas de alta densidad, con alta presencia de medios de comunicación.
Amplia diversidad de armamento liviano -antipersonal, antitanque, antiaéreo, y cohetes tierra-tierra-.
Elementos operacionales especializados y terroristas suicidas.
Métodos imponderables de terrorismo y guerrilla.
Armas portátiles, sencillas, de bajo costo y alto rendimiento y penetración que sean:
De difícil localización y gran disponibilidad.
Que permitan gran número de bajas civiles y militares.
Explosivos de distintos tipos.
Atentados suicidas como componente central, con empleo calculado para condicionar el comportamiento político del enemigo, con gran repercusión mediática. Transmitir percepciones de fracaso.
Crear las narraciones -“relatos”- que favorezcan al más débil.
Empleo intensivo de los medios de comunicación para el esfuerzo de propaganda sobre el público local, el enemigo y el internacional, con la intención de socavar la legitimidad de las operaciones militares, modelar las agendas, entregar interpretaciones alternativas y minar la fortaleza moral del enemigo.
El público local deberá percibir que la acción armada le favorece, al igual que en las lejanas retaguardias del fuerte alcanzadas por las narraciones propias, del enemigo y de los independientes.
El nuevo “centro de gravedad” está en las percepciones desfavorables para el enemigo, que desmovilice su voluntad de vencer y en lograr la confianza del público propio.
Obligar a que el combate se desarrolle “en contacto”, intentando soslayar así las ventajas tecnológicas del enemigo.
Desarrollar tácticas activas y pasivas para atemperar la supremacía aérea del enemigo.
Fleming (14) -2011- define a ésta nueva modalidad de la guerra, así:
“Un actor de GH se caracteriza por tener un mando y control descentralizado, por realizar actividades militares y no militares distribuidas, por combinar acciones tradicionales, irregulares, terroristas y métodos criminales disruptivos, por explotar las condiciones ambientales operativas complejas y por operar con intención de sacrificio el tiempo y el espacio con el fin de lograr una decisión por desgaste”.
Según éste autor, los actores de la GH interrelacionan estrategia y táctica de manera asimétrica y sin restricciones, fuera de las costumbres militares y de los límites culturales, sin ataduras de ninguna especie como las que ha tenido la guerra convencional. El actor híbrido pretende abrumar al enemigo occidental sobre el terreno, con una variedad de imponderables que lleven a la derrota o a la retirada.
Estamos en presencia de un retroceso acelerado y brutal hacia la barbarie, que la civilización moderna y contemporánea ya había superado. Éste cambio de paradigma del nuevo enemigo posguerra fría, encuentra a los argentinos estratificados en el pasado y con la política de derechos humanos como “cepo” que impide mirar hacia el futuro.
He allí la causa central de la inseguridad e indefensión nacional que padecemos.
La Revolución de los Asuntos Militares -RAM- y la GH (6).
En varios artículos publicados por nuestro Instituto (3) hemos citado y descripto a la RAM. Nuestro propósito, en éste punto, es relacionarla con la GH.
Es muy conocida una antigua expresión que dice: “políticos y militares se preparan siempre para la guerra que pasó”. Es así. Existe una natural tendencia a permanecer en el “statu quo” establecido. A ella la conocemos como el “quedantismo”, frente al “reformismo”. Los reformistas que no tengan en cuenta las fuerzas inerciales que sostienen que “todo está bien”, se encontrarán con el fracaso de su intento.
Ahora bien, en los tiempos que corren -en las últimas cinco o seis décadas- la necesidad de evolucionar se ha acelerado, pues la civilización del conocimiento así lo exige. Esa evolución es una necesidad de continua y abierta adaptación de las organizaciones a los cambios de “la naturaleza de las cosas” y a los cambios situacionales posguerra fría:
emergió la primera globalización planetaria -1989/1991-,
se inició el movimiento tectónico que provoca los cambios geopolíticos -un nuevo mapa político y estratégico mundial- aun no consolidado, y
se aceleró y generalizó el ingreso de numerosos actores internacionales a la civilización posindustrial -la etapa de la civilización del conocimiento-. Surgía una nueva forma de producir y una nueva forma de hacer la guerra. La situación se hizo compleja.
Como respuesta a los cambios citados, surgió la RAM, dando lugar a la innovación tecnológica, organizativa y doctrinal. Inicialmente se dio lugar a la innovación tecnológica, pero la aparición de la insurgencia luego de operaciones convencionales exitosas -tal el caso de las guerras de Iraq- demostró que ésta era insuficiente. Se hizo necesaria la innovación organizativa y doctrinal. Estos pasos han sido sucesivos y tomaron el nombre de Reforma Integral -RI- y es cuando los estrategas teóricos introducen el neologismo GH.
Los citados autores, Hoffman y Huber, tienen diferencias en la conceptualización de “guerra compuesta” y GH. El primero plantea que es “compuesta” cuando las fuerzas convencionales y las no convencionales actúan por separado, -estas últimas desgastan y las convencionales explotan esa situación- y que es “híbrida” cuando operan como una sola fuerza que ejecuta operaciones regulares e irregulares. Ambos coinciden en el potencial que tiene la combinación de las dos modalidades en las futuras guerras.
En conclusión, los diferentes enfoques que hemos citado más arriba acerca del concepto de GH nos permiten expresar que éste queda comprendido por el término más amplio de “guerra irregular”, que abarca al accionar no convencional y/o asimétrico.
Posición adoptada por países y organizaciones internacionales ante la conceptualización de la GH y la situación argentina.
EEUU. Es el país donde se origina y se debate con mayor intensidad la expresión GH. Obviamente, la superpotencia militar orienta teóricamente a los aliados occidentales. Fleming, en el 2011, apunta que la expresión no es aun empleada oficialmente por el Departamento de Defensa, pero que la noción híbrida surge en los documentos de planificación estratégica, reconociendo la mayor complejidad operativa, pero no el nuevo concepto, lo que podría frenar el dinamismo de las doctrinas combinadas.
Hay un reconocimiento -en la comunidad militar estadounidense- de la necesidad de organizaciones más flexibles y adaptables, pero pareciera que intelectualmente están estancados frente a las amenazas híbridas. Así es que la Oficina de Responsabilidad Gubernamental ha informado en Septiembre de 2010:
Que el Dto. de Defensa no ha definido al término “hybrid warfare”, por no considerarlo una nueva forma de hacer la guerra.
Que el término “hybrid conflict” incluye todos los elementos de las “full spectrum operations”. En consecuencia, definir lo “hibrido” hace correr el riesgo de omitir elementos claves o desconocidos.
Que el término “híbrido” describe mayor complejidad -que exige respuestas adaptativas y flexibles- pero no se corresponde a una nueva clase de guerra.
Que se reconoce la proliferación del término, pero no existe aún una definición formal del mismo.
Que en lugar del término “híbrido” -o además de éste- se emplea normalmente el de “full spectrum operations”.
Que aunque el término aparece en documentos de planeamiento estratégico, éste no se ha incluido en la doctrina.
En conclusión, la comunidad militar de la superpotencia tiene dudas y una respuesta ambigua a las presentes condiciones de los nuevos teatros de operaciones. Sin duda que esta actitud exige profundizar -sin demora- los análisis de las nuevas situaciones que ya están planteadas.
La OTAN. El último concepto estratégico aprobado por los Jefes de Estado de la Organización, en el año 2010, dice:
“El compromiso de la OTAN es el de disuadir y defenderse de cualquier amenaza de agresión y de los desafíos de seguridad emergentes cuando estos supongan una amenaza a la seguridad fundamental de los aliados, individualmente o de la Alianza en su conjunto”.
La expresión “cualquier amenaza” abarca al extremismo ideológico, al terrorismo, a las actividades ilícitas transnacionales, al tráfico de armas, de narcóticos y de personas, a los ataques cibernéticos y a otras amenazas tecnológicas y ambientales. (Es oportuno aclarar que la legislación argentina establece que estas reales amenazas estratégicas son meros delitos comunes, bajo responsabilidad policial). El concepto estratégico de la OTAN -aprobado en el año 2010- es indudablemente genérico e incompleto. Pero es lo que admite una alianza tan numerosa y diferenciada como es la OTAN.
En conclusión: la OTAN reconoce la necesidad de reorganizar sus instrumentos militares para enfrentar los nuevos desafíos, pero ante la improbabilidad de un acuerdo político, retiene activa a la RI y continúa estudiando la evolución de la guerra, que exige incorporar elementos civiles en el planeamiento militar y ello aun no ha sido totalmente solucionado.
La reorganización de las Fuerzas Terrestres -FFTT-.
Estos conceptos “híbridos”, que aun no han sido incorporados como doctrina por los países centrales -aunque se los reconoce como válidos- están desarrollando nuevas organizaciones experimentales que probablemente se incorporarán a las operaciones en el corto plazo, ante la complejidad de las situaciones que se están presentando en el Gran Medio Oriente y en África.
La paradójica lógica de la guerra -“si quieres la Paz, prevé la guerra”- exige, desde tiempos de paz, pasando por las crisis, los conflictos armados y las guerras internas o internacionales, estar preparados para enfrentar el amplio espectro del conflicto que nos presenta el amanecer del siglo XXI. Ello exige establecer los efectos sinérgicos a afrontar, para accionar coordinadamente en las acciones simétricas y asimétricas. La caracterización orgánica central de las FFTT será su flexibilidad y adaptabilidad a las amenazas cambiantes. La responsabilidad conceptual, recaerá en los niveles político-estratégicos: poder ejecutivo, EMCFFAA y los Cdo(s) de Áreas Estratégicas.
El desafío que se plantea a los planificadores es la de lograr la combinación equilibrada -en el campo táctico- de armas de gran poder de destrucción a distancia, con elementos tradicionales y medios de comunicación para operaciones sicológicas incardinadas con los niveles superiores. En el nivel de las organizaciones tácticas, será fundamental la integración -a nivel Batallón y superiores- de:
Elementos de operaciones especiales,
Sistemas de armas de alto poder destructivo,
Elementos especializados de Inteligencia -con acceso satelital-,
Elementos de comunicación en red con los escalones superiores,
Medios de operaciones sicológicas, y
Elementos de comunicación local.
El Hizballah y el paradigma de la GH.
Un poco de historia: El Hizballah -Partido de Dios- nació en 1982., como escisión de las milicias chiitas de Amal. Desde su origen se ha mantenido en guerra con Israel. En 1989 se firmaron en Taif -Arabia Saudita- los acuerdos de paz de la guerra civil libanesa, que permitieron al Hizballah el derecho de permanecer armado.
Desde entonces se mantuvo en guerra -con apoyo iraní- con las fuerzas israelíes que ocupaban el Sur del Líbano. A lo largo de los años 90 su rendimiento operacional fue mejorando dadas las reformas orgánicas y tácticas que impuso la conducción del líder Hassan Nasralah. Se abandonaron las inmolaciones, dando paso a tácticas cada vez más elaboradas.
A fines de los ‘90 Israel se retira -unilateralmente- del Sur del Líbano. A partir de entonces la frontera fue el escenario de las actividades violentas de esta organización, frente a las FDI -Fuerzas de Defensa de Israel-. El objetivo de Nasralah era el de superar la imagen de una mera milicia guerrillera y erigirse en un movimiento de resistencia nacional libanesa, bajo el lema “Pueblo, Ejército y Resistencia”.
Guerra de 2006: El 12 Jul 06, un destacamento del Hizballah ingresó a territorio israelí y emboscó a una patrulla de las FDI. -Técnicamente éste es un “incidente provocado”, como lo fue el del “Endurance” frente a los chatarreros de Davidoff, en Gritviken, en 1982-. Como consecuencia de esta acción murieron tres soldados israelíes y fueron “secuestrados” otros dos. Israel reaccionó con un ataque aéreo a todo el territorio libanés, entendiendo que ello forzaría al gobierno de Beirut a desarmar al Hizballah. Se había iniciado así un escalamiento hacia lo se conoce como la “Guerra de los Treinta y tres Días”.
Los blancos de la Fuerza Aérea fueron los depósitos de cohetes de la organización y aquellos de mayor importancia que llevaran a la retirada del Hizballah del Sur del Líbano. El efecto de estos ataques aéreos fue inverso. Las bajas civiles y la destrucción de la infraestructura del país impulsaron el rechazo de los libaneses, apoyados por la comunidad internacional.
Tras éste fracaso, el FDI reocupó el Sur del Líbano y también fracasó, provocando la admiración de los observadores militares acostumbrados a los resonantes éxitos israelíes en operaciones de contrainsurgencia en Gaza y Cisjordania.
La Resolución 1701 del CS de la ONU, logró el alto el fuego. El consenso de la comunidad militar, acerca de la eventual derrota israelí, entendió que su factor principal fue el de confiar la victoria a la primacía del poder aéreo, a expensas de la maniobra terrestre, con el fin de ahorrar vidas. El Hizballah sorprendió con una evolución inesperada en sus tácticas y con la adquisición de nuevas tecnologías. De una fuerza guerrillera pasó -en pocos años- a una cuasi-convencional. Estudió las tácticas del enemigo y descubrió sus limitaciones. Adaptó su comando, su control, la organización del terreno y los procedimientos de combate, para aceptar el combate aéreo y terrestre.
El Hizballah desarrolló nuevas tácticas defensivas -para retener sus ciudades- y ofensivas -contra los blindados incursores, lanzamiento de cohetes y operaciones con tropas especiales en la profundidad del territorio israelí-. Llama la atención la forma en se preparó -durante años- el terreno donde se operaría. Construyeron una amplia red de refugios subterráneos y depósitos de munición. Bloquearon la aproximación del enemigo en las avenidas principales de manera de dispersar a los mecanizados y esperarlos en “zonas de muerte”, demorando el avance mientras se ganaba tiempo para el empleo de los cohetes de largo, mediano y corto alcance, coordinado con las incursiones de las tropas especiales. Todo esto fue posible por la especial capacitación de comando y control de las fracciones tácticas, a nivel compañía.
Así fue como el Hizballah se erigió en el paradigma de la GH. Lo hizo explotando vulnerabilidades del enemigo, combinando acertadamente procedimientos convencionales con los no convencionales -sin limitaciones- y realizando una eficaz acción psicológica sobre la población enemiga y propia.
Sorprendieron con las innovaciones tecnológicas logradas en armamento antitanque, drones y guerra electrónica. Las operaciones fueron seguidas en el mundo entero por televisión, en tiempo real. Los efectos logrados fueron:
El apoyo de la población libanesa al Hizballah.
El alto rendimiento mediático de los limitados éxitos tácticos. Minaban la moral israelí y levantaban el prestigio interno e internacional de la Organización.
Con éxitos tácticos limitados y bajas superiores a las del enemigo, el Hizballah lograba un éxito estratégico y político significativo con una alta sensación de victoria.
Aun cuando las fuerzas israelíes no hayan sido derrotadas, es claro que no lograron ninguno de los objetivos que se le había impuesto. Contrariamente, la Organización se posicionó frente a la población libanesa como una fuerza de disuasión efectiva frente a Israel. Si bien no prevalecieron, negaron la consecución de los objetivos al enemigo y optimizaron el apoyo de la propia población. El Hamas, en el pasado verano del 2014, replicó -dentro de las limitaciones de espacio del área de Gaza- el modelo empleado en la “guerra de los treinta y tres días” por el Hisballah.
En conclusión:
El actual enemigo de Occidente ha desarrollado un tipo de guerra que explota sus vulnerabilidades, particularmente el relativismo moral de su población y las inercias del pensamiento militar.
El término GH acuñado por Mattis y Hoffman en el 2005 está hoy en pleno debate en la comunidad académica especializada. En general se acepta como concepto de GH, el siguiente: “GH es aquella que emplea los medios simétricos y asimétricos coordinados en tiempo, espacio y propósitos, para alcanzar un objetivo final, uniendo los niveles de conducción estratégico, operacional y táctico”.
Quien emplea la GH lo hace de modo asimétrico y sin restricciones. En el nivel táctico emplea operaciones independientes y simultáneas -regulares e irregulares- coordinadas en tiempo, espacio y objetivos, con operaciones del nivel superior que se orientan a la cultura del enemigo y desafían a las normas de la guerra convencional.
La gran superioridad militar convencional de Occidente llevó a éste nuevo enemigo innominado a cambios que parecieran una contra-RAM. Si empíricamente se confirmara dicha doctrina, Occidente deberá asumir severos cambios políticos, sociales y militares, para enfrentar a ésta guerra en su azarosa evolución. Y éstos aspectos son sumamente importantes.
El Departamento de Defensa de los EEUU oficialmente no reconoce aun la existencia de una GH, pues entiende que sus FFAA están en aptitud de enfrentar los retos presentes. Pero sus pensadores y planificadores siguen profundizando su análisis, permanentemente, ante el incremento de actores armados no estatales frente a las FFAA convencionales.
La OTAN ha estudiado a la GH y reconoce su existencia, pero dada su complejidad en la toma de decisiones ha preferido recurrir a la RI – experimentada parcialmente en Afganistán- que incorporó al elemento civil en el planeamiento y en el comando de las operaciones.
En la Argentina hay una total despreocupación por los temas que hacen a la Seguridad Nacional. Las leyes que rigen fueron votadas en tiempos de la guerra fría, hace casi tres décadas. La reglamentación de la Ley de Defensa llegó quince años después de su promulgación, para profundizar sus gravísimos desconceptos. El país somatiza la directa consecuencia de dichas leyes perversas, con un estado de inseguridad e indefensión que es, en el 2015, la preocupación central de la población. El número de muertos -en las últimas tres décadas- sigue en continuo ascenso. La dirigencia nacional carece del coraje cívico necesario para enfrentar la “política de derechos humanos”, en manos comunistas, empleada con éxito como instrumento de retención del poder. La mencionada legislación de inseguridad, es garantía de la continuidad de la citada “política”.
En los países centrales de Occidente hay cierta resistencia al reconocimiento del riesgo estratégico creado por la GH. Sin embargo la RAM y la RI apuntan a innovaciones -que aun no se han cerrado- en la dirección correcta. En el corto plazo veremos que continuarán las reorganizaciones, allí donde hay responsabilidad y conocimientos. En nuestra Argentina, en un año electoral, no existe ningún indicio de reacción acertada. Abundan las palabras huecas de los diletantes, que encubren así sus carencias intelectuales específicas. No hay conciencia en la sociedad que actual guerra mundial está también globalizada.
Nuestro país carece de la más mínima “política comunicacional para la Defensa”. Sin embargo -ante un cambio de orientación política a fines del 2015- sería indispensable que el nuevo gobierno se concientizase y concientizara a la opinión pública acerca de la complejidad de los conflictos que tenemos ya presentes y por delante, en el corto plazo. “La mejor defensa de la ciudad no está en las piedras de sus murallas, sino en cada uno de sus habitantes”.
Recientemente hemos visto la adaptación al siglo XXI –en Estados seculares– de la “maskirovca” soviética (15) en Crimea y Ucrania. Hubo allí una combinación de operaciones encubiertas, apoyo a grupos locales, empleo de contratistas militares privados, criminales y fuerzas regulares operando coordinadamente y una maquinaria propagandística masiva…que llegó a insinuar el empleo nuclear; pero este es el tema del próximo punto. Cerraremos el punto VII con una expresión muy acertada del Dr. Pedro Sánchez Herráez (16):
“Pero la guerra no enfrenta solo fuerzas militares; enfrenta las voluntades de grupos humanos y, si bien, con todos los matices que se quieran señalar, vivimos en una era de relativa paz, la GH no es una nueva guerra…es la guerra de nuevo”.
¿Híbrida…con derivación nuclear?
Durante la guerra fría funcionó la mutua destrucción asegurada. Es decir, el poder nuclear retuvo la mutua disuasión y su consecuencia fue la “Pax del Terror Nuclear”. Ello no fue óbice para que la probabilidad del empleo táctico nuclear se abandonara totalmente. La duda -en su momento- acerca del compromiso americano para defender a Europa frente a una embestida soviética, con empleo nuclear sobre Alemania, llevó a De Gaulle a crear su propio arsenal nuclear y a salir de la OTAN.
Terminada la guerra fría el arsenal nuclear parecía perder la probabilidad de empleo, pero la situación reciente en el cambio de gobierno de Ucrania, con la intervención de la OTAN, pareciera que despertó el ancestral sentimiento de inseguridad fronteriza de los rusos y con él, dada la situación de deterioro de sus fuerzas terrestres, la posibilidad-probabilidad de recurrir a su potencial nuclear.
Como lo expresamos en el punto VII., a lo largo de nuestro verano austral hemos observado -con alguna sorpresa- que una variante de la GH se estaba desarrollando entre estados seculares, en la frontera este de Ucrania y en Crimea. El recurso de volver a recordar la existencia del arsenal nuclear ¿fue una reacción rusa por impotencia?; ¿desde la GH, se deslizará Rusia a la posibilidad de empleo nuclear? Hasta ahora a esa probabilidad se le asignaba solamente a la irresponsable e ilimitada acción del terrorismo no estatal, pero el discurso de algunos altos funcionarios rusos y estadounidenses -entre otros los que citaremos a continuación- indican una ampliación de las probabilidades supuestas (15):
“…Un funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores ruso recordó al mundo este hecho, en un comentario a la salida de los medios de comunicación rusa Interfax. Al hacer referencia al derecho de Moscú para desplegar armas nucleares en Crimea, Mijail Ulianov, Jefe del Departamento del Ministerio de Control de Armas, dijo: ´Yo no sé si hay armas nucleares allí ahora. Yo no sé nada de ningún plan, pero, en principio, Rusia puede hacerlo’”.
Contemporáneamente, en EEUU el Almirante William Gortney, Comandante del Comando de Defensa Aeroespacial de América del Norte -NORAD-, advirtió al Congreso -en un testimonio escrito- acerca de la amenaza planteada por los bombarderos y misiles rusos:
“…los bombarderos pesados rusos sobrevolaron patrullando más veces fuera del área en el 2014, que en cualquier otro año, desde la Guerra Fría. También hemos sido testigos de una mejor interoperabilidad rusa entre la aviación de largo alcance y otros elementos de las fuerzas armadas, incluyendo las aéreas y marítimas, todas ellas plataformas de recolección de información de inteligencia posicionadas para monitorear las respuestas del NORAD”[3].
“…Rusia está avanzando hacia su objetivo de despliegue de largo alcance de misiles de crucero convencionalmente armados, con mayores distancias de lanzamiento para mantener alejados[4] del peligro a sus bombarderos pesados, submarinos y fuerzas de superficie. Si estas tendencias continúan, con el tiempo NORAD se enfrenta a un mayor riesgo en nuestra capacidad para defender el norte de Estados Unidos contra una incursión aérea o marítima rusa y las amenazas de sus misiles de crucero.”
NORADes elacrónimo de North American Aerospace Defense Command. (Mando Norteamericano de Defensa Aeroespacial). Se trata de una organización conjunta de los EEUU y Canadá, que provee la defensa y control aéreo a toda Norteamérica. Se inició en 1958 bajo el nombre de “Mando Norteamericano de Defensa Aérea” (North American Air Defense Command). Desde 1963 la principal instalación del NORAD está en el Estado de Colorado. Mientras que los términos “NORAD” y “Cheyenne Mountain” son usados indistintamente en el lenguaje común, lo cierto es que NORAD es el nombre de la unidad, mientras que Cheyenne Mountain se refiere a las instalaciones del cuartel general.
4. Stand-off, en el original.
Éste deslizamiento ruso en dirección a la amenaza nuclear, es una clara manifestación de la hipersensibilidad de Moscú por la aproximación de la OTAN a Ucrania, luego de la caída de su gobierno pro-ruso. La OTAN se acerca peligrosamente a la frontera de la “Madre Patria Rusa” y los dramáticos recuerdos de Napoleón incendiando Moscú, antes de su dolorosa retirada, o de los blindados de Hitler detenidos por el “General Invierno” a treinta Kms de Moscú, están presentes hoy en el Kremlin.
En tiempos del presidente Clinton Rusia se había incorporado al G7 y así emergió el G8. Un veedor ruso fue invitado a participar en ciertas reuniones de la OTAN en Bruselas. Pero aquellos días han quedado atrás. El presidente Putin no concurrió recientemente a una serie de reuniones internacionales y el aire helado de la estepa llegó a Europa, enfriando las relaciones mutuas por la torpe audacia del avance Occidental hacia el Este. Y esto acontecía en tiempos del agravamiento de los combates del nuevo Estado Islámico -EI- en las fronteras de Siria, Irak e Irán, donde se sabía de la existencia de una solapada e inentendible logística que provenía desde Turquía, país que revista en la organización atlántica. De ésta manera, ante la posibilidad-probable de que el primitivo fundamentalismo que inspira al terrorismo global adquiriera -y eventualmente empleara en un futuro no muy lejano- “bombas y/o minas sucias”, en combinación con acciones típicas de la GH, se ha agregado últimamente la posibilidad-probable del regreso a la amenaza nuclear entre estados seculares, en un reverdecer de lo que el periodismo llama -sin acierto- una “nueva guerra fría”.
La UE, núcleo originante del Occidente Cristiano, está viviendo una profunda y prolongada crisis, en el ámbito de su cultura. Frente al fundamentalismo islamista y al crimen organizado, somatiza su relativismo identitario, su débil y contractivo sentido de pertenencia y retiene sus aspiraciones hedonísticas. Ésta situación la lleva a cometer graves errores de percepción, en un momento en que Washington se ocupa demasiado de sí mismo y abandona el cumplimiento de sus deberes para con el Imperio Occidental.
Putin, que sufre la actual caída del precio del barril de crudo, ha redoblado su firmeza y se está dirigiendo con palabras muy severas a sus pares occidentales.
Con conocimiento de éste cuadro estratégico propio e internacional -altamente riesgoso- nuestra Argentina –a nivel político dirigencial– ha optado por ignorar nuestros dos “estados de guerra” vigentes -como herencia del siglo pasado-, se ha desarmado unilateralmente y carece de las mínimas previsiones conceptuales, disuasivas u orgánicas, en el ámbito de la guerra mundial que se presenta -en la región- como narcoterrorismo, en acelerada expansión nacional y regional. En un breve lapso -el gobierno- está dando decididos pasos para abandonar su adscripción cultural -naturalmente occidental- para llegar, en muletas, al final del año 2015. Esto es grave y traerá grandes problemas en el futuro inmediato.
Un rígido muro de contención impide el resurgimiento del coraje cívico de los criollos de otros tiempos. Es una “vaca sagrada”: la política de derechos humanos, en manos de los veteranos terroristas domésticos y de interesados y numerosos idiotas útiles, más jóvenes.
La mano tendida a los Castro por Obama -en la presente situación regional- se constituye en un fuerte aliciente para la pseudo-revolución neo marxista iberoamericana. Estaremos atentos al documento de su próximo “Encuentro” en el 2016.
CITAS:
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