“En el año 2024 podríamos entrar en un período de pospandemia”, dice el sociólogo, médico y profesor de Ciencias Sociales y Naturales de la Universidad de Yale, Nicholas Christakis. En su nuevo libro, “Apollo’s arrow: the profound and enduring impact of coronavirus on the way we live” (La Flecha de Apolo: el impacto profundo y duradero del coronavirus en la forma en que vivimos), analiza los efectos de la pandemia en la sociedad desde una perspectiva histórica y anticipa lo que puede ocurrir en los próximos años.
Nicholas A. Christakis (nacido el 7 de mayo de 1962) es un sociólogo y médico estadounidense conocido por sus investigaciones sobre las redes sociales y sobre los determinantes socioeconómicos, biosociales y evolutivos del comportamiento, la salud y la longevidad.Es el profesor Sterling de Ciencias Sociales y Naturales en la Universidad de Yale, donde dirige el Laboratorio de Naturaleza Humana.También es codirector del Yale Institute for Network Science.Christakis fue elegido miembro del Instituto de Medicina de la Academia Nacional de Ciencias en 2006;de la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia en 2010;y de la Academia Estadounidense de Artes y Ciencias en 2017.
Considerado como una de las 100 personas más influyentes del mundo y como uno de los 100 mejores pensadores globales, Christakis es una voz respetada en el ambiente académico. Por eso sus proyecciones sobre los cambios sociales y el futuro de la humanidad han tenido resonancia.
Molesto con la Casa Blanca por la forma en que ha enfrentado la pandemia, el investigador tiene esperanza en que las vacunas nos ayudarán a salir de esta crisis, aunque advierte que la inmunidad grupal no se logrará rápidamente. Sus investigaciones lo han llevado a argumentar que luego de enfrentar el impacto biológico de la pandemia durante 2021, tendremos que lidiar con las secuelas sociales, psicológicas y económicas del virus por un buen tiempo más, antes de entrar en la época de la pospandemia.
“Si miras lo que ha pasado en los últimos 2.000 años, cuando las pandemias terminan hay una fiesta. Es probable que veamos algo similar en el siglo XXI”, contó Christakis. “Las cosas van seguir mal por un tiempo. Inventamos una vacuna, que es algo milagroso, porque somos la primera generación de humanos que ha sido capaz de inventar, en tiempo real, una respuesta. Eso nunca había ocurrido en la historia. En apenas once meses logramos tener una vacuna. Sin embargo, aún hay que producir cientos de millones de dosis, distribuirlas y, aún más importante, persuadir a la gente para que se vacune”.
“Cuando se logre la inmunidad grupal”, explicó Christakis, la sociedad tendrá que enfrentar los efectos sociales, psicológicos y económicos de la pandemia. Al menos la mitad de la población debe vacunarse y eso tardará por lo menos dos años, no va a ocurrir más rápido. Mientras, el virus sigue propagándose. Entonces vamos a vivir de esta manera extraña en la que hemos vivido, con mascarillas y cierres, al menos todo el 2021 y el 2022. Después vendrá un tiempo en que lograremos la inmunidad de grupo, ya sea de manera natural, porque el virus ha infectado a la suficiente cantidad de personas -con un gran costo humano-, o porque mucha gente se ha vacunado. Más tarde tendremos que recuperarnos de los efectos sociales, psicológicos y económicos. Millones de personas están sin empleo o han cerrado sus negocios. Muchos niños han interrumpido su aprendizaje en las escuelas. Y muchas personas estarán de luto. Superar todos estos problemas no será rápido”, afirmó el profesor.
“Si miras la historia de las pandemias, remontándose miles de años, esto tomará tiempo. Pienso que la actual etapa en la que se encuentra la pandemia se extenderá al menos hasta fines de 2022, luego vendrá un período intermedio y alrededor del 2024 entraremos en la pospandemia. Otra cosa es que aunque el virus es realmente malo, ya que mata a cerca de un 1% de la población infectada, no es peor que otros. Podría estar matando al 10%, al 30% de los infectados. Podríamos estar enfrentándonos una peste bubónica a nivel global”, agregó.
“Nos tendrían que haber dicho que algo extraño estaba pasando, que nuestro mundo ha cambiado, que hay un nuevo patógeno mortal. Esto es algo que pasa cada cierta cantidad de siglos y tenemos que ser maduros para enfrentarlo. No somos niños para pretender que esto no está ocurriendo. No tendríamos que haber elegido la negación, como lo hizo el presidente Trump (Quién ya sabia de la peligrosidad en febrero del año pasado y lo ocultó). No podemos mentir sobre el virus, no podemos culpar a otros. De hecho, culpar a otros es algo típico de las pandemias. Por ejemplo, en las plagas de la época medieval culparon a los judíos. Los griegos, por ejemplo, pensaban que era culpa de los espartanos, cuando apareció el VIH fueron culpados loshomosexuales”.
“Todo lo que hemos visto en esta pandemia, como la muerte de trabajadores de la salud, ha ocurrido antes. Por ejemplo, en la plaga de Atenas en el 430 a.C., los doctores morían. Durante la plaga bubónica en 1347 las enfermeras, las monjas católicas que cuidaban a los enfermos morían, como está ocurriendo ahora. Negación, mentiras, supersticiones, siempre han estado presentes. Lo mismo que la desinformación. Por ejemplo, todas esas ideas estúpidas que han circulado como inyectarse desinfectante, o que el virus es parte de una conspiración. Otra característica de las pandemias es el dolor. La gente pierde a miembros de su familia, pierde el sustento, pierde su estilo de vida. Estos son tiempos de dolor. También existe una dimensión existencial. Cuando hay una pandemia, las personas buscan el sentido de sus vidas, piensan más sobre el significado moral de sus vidas”, explicó Christakis.
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“En el año 2024 podríamos entrar en un período de pospandemia”, dice el sociólogo, médico y profesor de Ciencias Sociales y Naturales de la Universidad de Yale, Nicholas Christakis. En su nuevo libro, “Apollo’s arrow: the profound and enduring impact of coronavirus on the way we live” (La Flecha de Apolo: el impacto profundo y duradero del coronavirus en la forma en que vivimos), analiza los efectos de la pandemia en la sociedad desde una perspectiva histórica y anticipa lo que puede ocurrir en los próximos años.
Nicholas A. Christakis (nacido el 7 de mayo de 1962) es un sociólogo y médico estadounidense conocido por sus investigaciones sobre las redes sociales y sobre los determinantes socioeconómicos, biosociales y evolutivos del comportamiento, la salud y la longevidad. Es el profesor Sterling de Ciencias Sociales y Naturales en la Universidad de Yale, donde dirige el Laboratorio de Naturaleza Humana. También es codirector del Yale Institute for Network Science. Christakis fue elegido miembro del Instituto de Medicina de la Academia Nacional de Ciencias en 2006; de la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia en 2010; y de la Academia Estadounidense de Artes y Ciencias en 2017.
Considerado como una de las 100 personas más influyentes del mundo y como uno de los 100 mejores pensadores globales, Christakis es una voz respetada en el ambiente académico. Por eso sus proyecciones sobre los cambios sociales y el futuro de la humanidad han tenido resonancia.
Molesto con la Casa Blanca por la forma en que ha enfrentado la pandemia, el investigador tiene esperanza en que las vacunas nos ayudarán a salir de esta crisis, aunque advierte que la inmunidad grupal no se logrará rápidamente. Sus investigaciones lo han llevado a argumentar que luego de enfrentar el impacto biológico de la pandemia durante 2021, tendremos que lidiar con las secuelas sociales, psicológicas y económicas del virus por un buen tiempo más, antes de entrar en la época de la pospandemia.
“Si miras lo que ha pasado en los últimos 2.000 años, cuando las pandemias terminan hay una fiesta. Es probable que veamos algo similar en el siglo XXI”, contó Christakis. “Las cosas van seguir mal por un tiempo. Inventamos una vacuna, que es algo milagroso, porque somos la primera generación de humanos que ha sido capaz de inventar, en tiempo real, una respuesta. Eso nunca había ocurrido en la historia. En apenas once meses logramos tener una vacuna. Sin embargo, aún hay que producir cientos de millones de dosis, distribuirlas y, aún más importante, persuadir a la gente para que se vacune”.
“Cuando se logre la inmunidad grupal”, explicó Christakis, la sociedad tendrá que enfrentar los efectos sociales, psicológicos y económicos de la pandemia. Al menos la mitad de la población debe vacunarse y eso tardará por lo menos dos años, no va a ocurrir más rápido. Mientras, el virus sigue propagándose. Entonces vamos a vivir de esta manera extraña en la que hemos vivido, con mascarillas y cierres, al menos todo el 2021 y el 2022. Después vendrá un tiempo en que lograremos la inmunidad de grupo, ya sea de manera natural, porque el virus ha infectado a la suficiente cantidad de personas -con un gran costo humano-, o porque mucha gente se ha vacunado. Más tarde tendremos que recuperarnos de los efectos sociales, psicológicos y económicos. Millones de personas están sin empleo o han cerrado sus negocios. Muchos niños han interrumpido su aprendizaje en las escuelas. Y muchas personas estarán de luto. Superar todos estos problemas no será rápido”, afirmó el profesor.
“Si miras la historia de las pandemias, remontándose miles de años, esto tomará tiempo. Pienso que la actual etapa en la que se encuentra la pandemia se extenderá al menos hasta fines de 2022, luego vendrá un período intermedio y alrededor del 2024 entraremos en la pospandemia. Otra cosa es que aunque el virus es realmente malo, ya que mata a cerca de un 1% de la población infectada, no es peor que otros. Podría estar matando al 10%, al 30% de los infectados. Podríamos estar enfrentándonos una peste bubónica a nivel global”, agregó.
“Nos tendrían que haber dicho que algo extraño estaba pasando, que nuestro mundo ha cambiado, que hay un nuevo patógeno mortal. Esto es algo que pasa cada cierta cantidad de siglos y tenemos que ser maduros para enfrentarlo. No somos niños para pretender que esto no está ocurriendo. No tendríamos que haber elegido la negación, como lo hizo el presidente Trump (Quién ya sabia de la peligrosidad en febrero del año pasado y lo ocultó). No podemos mentir sobre el virus, no podemos culpar a otros. De hecho, culpar a otros es algo típico de las pandemias. Por ejemplo, en las plagas de la época medieval culparon a los judíos. Los griegos, por ejemplo, pensaban que era culpa de los espartanos, cuando apareció el VIH fueron culpados loshomosexuales”.
“Todo lo que hemos visto en esta pandemia, como la muerte de trabajadores de la salud, ha ocurrido antes. Por ejemplo, en la plaga de Atenas en el 430 a.C., los doctores morían. Durante la plaga bubónica en 1347 las enfermeras, las monjas católicas que cuidaban a los enfermos morían, como está ocurriendo ahora. Negación, mentiras, supersticiones, siempre han estado presentes. Lo mismo que la desinformación. Por ejemplo, todas esas ideas estúpidas que han circulado como inyectarse desinfectante, o que el virus es parte de una conspiración. Otra característica de las pandemias es el dolor. La gente pierde a miembros de su familia, pierde el sustento, pierde su estilo de vida. Estos son tiempos de dolor. También existe una dimensión existencial. Cuando hay una pandemia, las personas buscan el sentido de sus vidas, piensan más sobre el significado moral de sus vidas”, explicó Christakis.
PrisioneroEnArmgentina.com
Enero 18, 2021