Un cuchillo arrojadizo puede ser un arma mortal en manos de un guerrero experto, pero una sola hoja significa que un cuchillo arrojado probablemente fallará con más frecuencia de lo que acierta. Sólo una orientación específica del cuchillo en vuelo puede dañar al enemigo, lo que significa que el guerrero que lanza dicho cuchillo confía más en el destino que en la habilidad.
Una solución sería agregar más de una hoja. Eso es exactamente lo que hicieron los guerreros azande de África.
El kpinga es un cuchillo arrojadizo de tres hojas que normalmente se les da a los soldados azande profesionales. Estos soldados normalmente llevaban tres o cuatro de estos cuchillos al combate, sujetos a la parte posterior de sus escudos. Después de lanzar sus lanzas a distancia, los soldados se acercaban a unos 30 pies para lanzar el kpinga.
El kpinga normalmente se lanzaba de dos maneras: por encima de la cabeza o con el arma, comúnmente lanzado a la altura de las rodillas para paralizar a los oponentes. Diferentes partes de la hoja podían apuñalar o cortar a los enemigos, y el cuchillo tenía suficiente fuerza para penetrar fácilmente escudos y armaduras.
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Un cuchillo arrojadizo puede ser un arma mortal en manos de un guerrero experto, pero una sola hoja significa que un cuchillo arrojado probablemente fallará con más frecuencia de lo que acierta. Sólo una orientación específica del cuchillo en vuelo puede dañar al enemigo, lo que significa que el guerrero que lanza dicho cuchillo confía más en el destino que en la habilidad.
Una solución sería agregar más de una hoja. Eso es exactamente lo que hicieron los guerreros azande de África.
El kpinga es un cuchillo arrojadizo de tres hojas que normalmente se les da a los soldados azande profesionales. Estos soldados normalmente llevaban tres o cuatro de estos cuchillos al combate, sujetos a la parte posterior de sus escudos. Después de lanzar sus lanzas a distancia, los soldados se acercaban a unos 30 pies para lanzar el kpinga.
El kpinga normalmente se lanzaba de dos maneras: por encima de la cabeza o con el arma, comúnmente lanzado a la altura de las rodillas para paralizar a los oponentes. Diferentes partes de la hoja podían apuñalar o cortar a los enemigos, y el cuchillo tenía suficiente fuerza para penetrar fácilmente escudos y armaduras.
PrisioneroEnArgentina.com
Abril 13, 2024