Un empresario, en el transcurrir de su trayectoria profesional, había tenido mucho éxito en sus negocios, pero finalmente fracasó en un importante emprendimiento comercial. Cierto día, conversando con su amigo que era líder de su iglesia, le dijo: “Me alegro de haber fallado porque me estaba alejando de Dios”.
¿Cuál es nuestra prioridad en la vida? ¿Tener éxito, hacernos muy ricos o tener una vida en la presencia de Dios? Si bien lo ideal es tener los tres al mismo tiempo, esto no siempre nos resulta posible. Y es por eso que debemos tener una prioridad. Y el empresario entendió que la mejor parte era el Señor.
Cuando elegimos dejar al Señor para ocuparnos del éxito, la fama, la riqueza o cualquier otra cosa, cuando lo perdemos todo, nos quedamos sin nada. Cuando elegimos al Señor, no importa cuántos sean los fracasos que tengamos, Dios siempre nos levantará y podremos empezar de nuevo. La gran bendición es el Señor y no el gran éxito que anhelamos.
Desde la ciudad de Campana (Buenos Aires) recibe un saludo, y mi deseo que la vida te sonría y permita que prosperes en todo lo que emprendas, y derrame sobre ti, Salud, Paz, Amor, y mucha prosperidad.
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Por CLAUDIO VALERIO.
Un empresario, en el transcurrir de su trayectoria profesional, había tenido mucho éxito en sus negocios, pero finalmente fracasó en un importante emprendimiento comercial. Cierto día, conversando con su amigo que era líder de su iglesia, le dijo: “Me alegro de haber fallado porque me estaba alejando de Dios”.
¿Cuál es nuestra prioridad en la vida? ¿Tener éxito, hacernos muy ricos o tener una vida en la presencia de Dios? Si bien lo ideal es tener los tres al mismo tiempo, esto no siempre nos resulta posible. Y es por eso que debemos tener una prioridad. Y el empresario entendió que la mejor parte era el Señor.
Cuando elegimos dejar al Señor para ocuparnos del éxito, la fama, la riqueza o cualquier otra cosa, cuando lo perdemos todo, nos quedamos sin nada. Cuando elegimos al Señor, no importa cuántos sean los fracasos que tengamos, Dios siempre nos levantará y podremos empezar de nuevo. La gran bendición es el Señor y no el gran éxito que anhelamos.
Desde la ciudad de Campana (Buenos Aires) recibe un saludo, y mi deseo que la vida te sonría y permita que prosperes en todo lo que emprendas, y derrame sobre ti, Salud, Paz, Amor, y mucha prosperidad.
Claudio Valerio
PrisioneroEnArgentina.com
Agosto 24, 2021