Share

 

 

 

Por JORGE BERNABE LOBO ARAGON·

 

El pan nuestro de cada día

 

Opinión

Mentimos a cada rato. –Señorita: me muero de amor por usted– y no me muero nada; sigo vivo. Este frio es insoportable – y sin embargo lo soporto. Aquel es un cobarde que no tiene sangre en las venas – aunque sepamos que a todas y cada una de sus venas las tenga completamente llenas de sangre. Mentiras que no molestan porque se dicen sin el fin de ser creído. Hasta podría decirse que no son mentiras ya que no tienen el propósito de engañar. Y las mentiras galantes y caritativas. No sólo que no molestan sino que también agradan. –Qué bien se la ve, señora, a usted no le pasan los años-. -Siga con el tratamiento y en quince días va a estar hecho un toro- le dice el médico a un moribundo. No son mentiras. Antes no había que decir mentiras debido a un mandamiento: “No dar falso testimonio ni mentir”. Pero ese es un mandato de Dios, por lo tanto una cuestión religiosa que en democracia lamentablemente en estos tiempos aciagos nadie está obligado a acatar. Es más. En los tiempos actuales presumo que a la mentira se la ve bien, ya que es útil para favorecer el consumo, y por lo tanto la producción y los votos. Que un hombre se vendiera era antes una horrible acusación, más horrible si el vendido era un político.

Un político siendo gobernador de Tucumán, defendiéndose ante los militares, dijo yo miento como político pero no he mentido como militar.

En el lenguaje actual el político parecería que está obligado a venderse, que equivale a mostrarse de un modo tan atrayente como para conseguir que afluyan los votos. Las Técnicas gráficas han acompañado este progreso y hoy se pueden pasar fotografías y videos perfectamente truchados. . Pero vamos a lo nuestro. La primera obligación del que miente es hacer que le crean. Si va a mentir para que no le creamos entonces simplemente desvaría. Si un político dijera “voy a terminar con la inseguridad”, no se le creería, porque es una mentira ya gastada. Entonces deberá buscar otra que ante las próximas elecciones la podremos observar todos los días. Pero el político tiene que hacerse creer, ya que se lo vota esperando lo que él va a hacer. La gran mayoría sacaron muchos votos a pesar de que no le creen y públicamente han confesado que han tenido que mentir para que se lo vote. Un político siendo gobernador de Tucumán, defendiéndose ante los militares, dijo yo miento como político pero no he mentido como militar. Sabemos que los políticos mienten, pero no puede alegarse que su condición de político lo habilite para mentir. Sí, sí puede hacerlo; la prueba de que puede es que lo ha hecho. Pero es una barbaridad, no porque se reconozca mentiroso sino porque reconoce que la mentira está aceptada por él como arma política. Entonces cualquier cosa que diga, que prometa, que jure, merecerá ser analizada: lo asegura como político; entonces debo pensar que miente. Y los políticos, ¿estarán obligados a sujetarse a cierta cuota o tendrán piedra libre? La mentira es una traición y una inmoralidad cuyos resultados han sido la causa de la mayoría de los males de nuestra patria. Es por lo tanto un delito (Engaño) cuyos efectos claman al cielo.- Estamos cerca de una nueva elección. Cuidado con las mentiras que son muchas…
Tags: ,
0 0 votes
Article Rating
Subscribe
Notify of
guest
2 Comments
Newest
Oldest Most Voted
Inline Feedbacks
View all comments
2
0
Would love your thoughts, please comment.x
()
x