Un 12 de septiembre, pero del año 1976, un colectivo de la Guardia de Infantería de la Policía de la Provincia de Santa Fe regresaba de prestar seguridad en un partido futbol, en la ciudad de Rosario, con 32 jóvenes policías. Venían cansados pero contentos, ya que habían conseguido unos “mangos” (1) más por dicho adicional, pues se acercaba el día de la madre.
Además del matrimonio conformado por Oscar Walter Ledesma e Irene Ángela Dib, fallecieron los siguientes agentes de policía:
Edgardo Jorge Ferri, soltero, nacido el 31 de octubre de 1948.
Juan Domingo Matiasevich, casado, había nacido el 15 de mayo de 1948.
Domingo Hipólito Alfonso, casado, nacido en 1948.
Andrés Alberto Acosta, casado, nacido en agosto de 1951.
Carlos González,casado, nacido el 12 de junio de 1951.
José Luis Boggino, nacido el 9 de julio de 1952, casado.
Hugo Alberto Pellegrina, soltero, nacido el 27 de agosto de 1950.
José María Gutiérrez, casado, nacido el 28 de marzo de 1953.
Darío Héctor Pietrani, soltero, nacido el 30 de noviembre de 1953.
La hija adolescente del matrimonio, Andrea Fabiana Ledesma, fue una de las sobrevivientes de la masacre. Viajaba en el asiento trasero del coche de su padre, siendo afectada en menor medida por la onda expansiva. El matrimonio venía de señar un salón de fiestas para el festejo de los quince años de la chica.
En aquellos años el sueldo de un policía también era magro. En la esquina de Junín y Rawson, un automóvil Citroën 2CV que había sido preparado con un artefacto de fabricación vietnamita, fue detonado remotamente –a cien metros del lugar- por terroristas de la organización criminal Montoneros, produciendo el asesinato de nueve policías y dos civiles (que transitaban casualmente por el lugar), amén de decenas de uniformados mal heridos. Montoneros se adjudicó públicamente el atentando y fue el más sangriento ocurrido en la ciudad de Rosario. Fue la primera vez que en nuestro país se utilizaba una bomba “vietnamita” (carga explosiva, metales para esquirlas y materia fecal para producir infecciones en las heridas).
Pasó el tiempo y hace algunos años atrás fui honrado con el patrocinio letrado de la querella que los familiares de las victimas instaron, debido a la denuncia penal que presento en la Justicia Federal de Rosario, pidiendo la reapertura del caso. Se agregó profusa documentación de los testimonios de los propios integrantes de la organización Montoneros, sus partes de guerra, sus comunicados de prensa, documentos de la “orga” que acreditaban en forma indubitable su autoría en este hecho. A fin del año pasado, un ignoto fiscal subrogante, dictaminó el cierre de la causa, argumentando que no estaba probada la autoría de Montoneros y obviamente no era un delito de lesa humanidad.
Hasta el día de hoy, y a pesar de los reiterados reclamos de quien suscribe, no se nos notificó tal dictamen. Ni siquiera pudimos acceder al mismo. Mientras tanto en los juicios a militares y policías, los sindicados ejecutores del hecho se presentan “orondos” a declarar pero negando pusilánimamente ser los ejecutores de tal hecho.
Eso demuestra que son muy guapos en las redes sociales y en los actos políticos, pero descarnadamente cobardes ante los Jueces y la VERDAD. No permitiremos que la sangre de un policía seque más rápido que la sangre de un delincuente terrorista. Por ello, no cesaremos en la incansable odisea de hacer Justicia, hasta que un día llegue al poder gente proba y justa. No los olvidamos. Honor y gloria a ellos!!!
1)Mangos, término lunfardo que significan pesos, dinero
GONZALO PABLO MIÑO es Abogado (recibido UNR). Mediador (Colegio de Abogados de Rosario) Vocal titular del Directorio del Colegio de Abogados de Rosario. Año 2007-2009. Docente Adscripto a la Cátedra de “Derecho Procesal Penal”, Facultad de Derecho, Universidad Nacional de Rosario. Año 1997-2016 Docente de la materia “Derecho Procesal Penal”, Centro de Instrucción en Destino, Unidad Regional II. Policía de la Provincia de Santa Fe. Año 1999. Docente de las materias “Derecho Procesal Penal” y “Derecho Penal II”, Facultad de Derecho, Universidad Abierta Interamericana. Rosario. Año 2001-2002.
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07 de julio de 2016, frente a la procuradora general de la Nación, Alejandra Gils Carbó, jura como Fiscal Federal, el doctor Javier M. Arzubi Calvo. El 27 de mayo de 2020, dictaminó “El hecho que es materia de investigación no puede ser subsumido dentro del derecho penal internacional, al no constituir la hipótesis propuesta un crimen contra la humanidad”
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Oscar Walter Ledesma y su esposa Irene Ángela Dib, fallecidos en el atentado. La hija adolescente del matrimonio, Andrea Fabiana Ledesma, fue una de las sobrevivientes de la masacre. Viajaba en el asiento trasero del coche de su padre, siendo afectada en menor medida por la onda expansiva. El matrimonio venía de señar un salón de fiestas para el festejo de los quince años de Andrea Fabiana. Para ellos la “justicia” es ciega, sorda y muda.
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Un 12 de septiembre, pero del año 1976, un colectivo de la Guardia de Infantería de la Policía de la Provincia de Santa Fe regresaba de prestar seguridad en un partido futbol, en la ciudad de Rosario, con 32 jóvenes policías. Venían cansados pero contentos, ya que habían conseguido unos “mangos” (1) más por dicho adicional, pues se acercaba el día de la madre.
Además del matrimonio conformado por Oscar Walter Ledesma e Irene Ángela Dib, fallecieron los siguientes agentes de policía:
Edgardo Jorge Ferri, soltero, nacido el 31 de octubre de 1948.
Juan Domingo Matiasevich, casado, había nacido el 15 de mayo de 1948.
Domingo Hipólito Alfonso, casado, nacido en 1948.
Andrés Alberto Acosta, casado, nacido en agosto de 1951.
Carlos González,casado, nacido el 12 de junio de 1951.
José Luis Boggino, nacido el 9 de julio de 1952, casado.
Hugo Alberto Pellegrina, soltero, nacido el 27 de agosto de 1950.
José María Gutiérrez, casado, nacido el 28 de marzo de 1953.
Darío Héctor Pietrani, soltero, nacido el 30 de noviembre de 1953.
La hija adolescente del matrimonio, Andrea Fabiana Ledesma, fue una de las sobrevivientes de la masacre. Viajaba en el asiento trasero del coche de su padre, siendo afectada en menor medida por la onda expansiva. El matrimonio venía de señar un salón de fiestas para el festejo de los quince años de la chica.
En aquellos años el sueldo de un policía también era magro. En la esquina de Junín y Rawson, un automóvil Citroën 2CV que había sido preparado con un artefacto de fabricación vietnamita, fue detonado remotamente –a cien metros del lugar- por terroristas de la organización criminal
Montoneros, produciendo el asesinato de nueve policías y dos civiles (que transitaban casualmente por el lugar), amén de decenas de uniformados mal heridos. Montoneros se adjudicó públicamente el atentando y fue el más sangriento ocurrido en la ciudad de Rosario. Fue la primera vez que en nuestro país se utilizaba una bomba “vietnamita” (carga explosiva, metales para esquirlas y materia fecal para producir infecciones en las heridas).
Pasó el tiempo y hace algunos años atrás fui honrado con el patrocinio letrado de la querella que los familiares de las victimas instaron, debido a la denuncia penal que presento en la Justicia Federal de Rosario, pidiendo la reapertura del caso. Se agregó profusa documentación de los testimonios de los propios integrantes de la organización Montoneros, sus partes de guerra, sus comunicados de prensa, documentos de la “orga” que acreditaban en forma indubitable su autoría en este hecho. A fin del año pasado, un ignoto fiscal subrogante, dictaminó el cierre de la causa, argumentando que no estaba probada la autoría de Montoneros y obviamente no era un delito de lesa humanidad.
Hasta el día de hoy, y a pesar de los reiterados reclamos de quien suscribe, no se nos notificó tal dictamen. Ni siquiera pudimos acceder al mismo. Mientras tanto en los juicios a militares y policías, los sindicados ejecutores del hecho se presentan “orondos” a declarar pero negando pusilánimamente ser los ejecutores de tal hecho.
Eso demuestra que son muy guapos en las redes sociales y en los actos políticos, pero descarnadamente cobardes ante los Jueces y la VERDAD. No permitiremos que la sangre de un policía seque más rápido que la sangre de un delincuente terrorista. Por ello, no cesaremos en la incansable odisea de hacer Justicia, hasta que un día llegue al poder gente proba y justa. No los olvidamos. Honor y gloria a ellos!!!
1)Mangos, término lunfardo que significan pesos, dinero
GONZALO PABLO MIÑO es Abogado (recibido UNR). Mediador (Colegio de Abogados de Rosario) Vocal titular del Directorio del Colegio de Abogados de Rosario. Año 2007-2009. Docente Adscripto a la Cátedra de “Derecho Procesal Penal”, Facultad de Derecho, Universidad Nacional de Rosario. Año 1997-2016 Docente de la materia “Derecho Procesal Penal”, Centro de Instrucción en Destino, Unidad Regional II. Policía de la Provincia de Santa Fe. Año 1999. Docente de las materias “Derecho Procesal Penal” y “Derecho Penal II”, Facultad de Derecho, Universidad Abierta Interamericana. Rosario. Año 2001-2002.
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Setiembre 14, 2020