La tensión entre el presidente de Argentina, Javier Milei, y la vicepresidenta, Victoria Villarruel, mantiene en vilo a la clase política de un país que enfrenta una de las crisis económicas más graves de su historia. En las últimas semanas, los medios locales se han plagado de notas y análisis sobre una relación que se deteriora de manera profunda, a pesar de que solo han transcurrido poco más de ocho meses desde que Milei asumiera la presidencia.
“Yo tengo muy en claro que soy la vicepresidente de su gobierno y, por ende, mi apoyo y mi lealtad hacia el presidente Milei son totales”, aseguró Villarruel el martes en un tono supuestamente conciliador pero, acto seguido, volvió a criticar al mandatario por haber postulado al juez Ariel Lijo como miembro de la Corte Suprema.
“No creo que haya sido la mejor elección y simplemente ha sido una candidatura controversial. Todos hubiéramos querido tener un candidato, que nos enorgullezca, con la suficiente rectitud, honestidad y la mejor sabiduría posible”, denunció Villarruel, en una punta que busca al meter presión a un Gobierno que todavía no tiene garantizados los votos en el Congreso para designar a Lijo.
Las declaraciones de Villarruel coronaron una jornada plagada de conflictos entre ambos, y que estalló por el escándalo del brusco aumento de salario de los senadores. La crisis finalmente se contuvo tras anularse la medida por acuerdo de todos los partidos.
Milei deploró a los legisladores, a sabiendas de que también atacaba a Villarruel, puesto que es la presidenta del Senado y, por lo tanto, la máxima responsable de lo que ocurre en el recinto. Afirmó que el aumento era “vergonzoso” y “una traición” al pueblo argentino.
“Una vez más, la casta política se niega a soltar sus privilegios”, acusó Milei. En respuesta, Villarruel convocó a una sesión especial que se realizará el jueves para tratar el tema de los sueldos: “Así terminamos con las sobreactuaciones que parasitan a la política”, señaló.
Según versiones, la pelea se remonta a la campaña, ya que Karina Milei, hermana del presidente y actual secretaria general de la presidencia, jamás quiso que Villarruel fuera la candidata a la vicepresidencia. Por eso, los problemas son permanentes.
Villarruel no es invitada a importantes actos oficiales y sostiene una agenda política paralela a la de Milei. Tampoco se le consulta ni se le pide intervención para negociar leyes, a pesar del peso que tiene en el Senado. En cambio, las críticas en su contra desde el Gobierno son cada vez más abiertas.
La crisis se profundizó el mes pasado, cuando Villarruel se pronunció sobre la polémica que generó la selección argentina de futbol al transmitir un video racista, en el que cantaban frases que denigraban a los jugadores franceses de origen africano.
“Ningún país colonialista nos va a amedrentar por una canción de cancha, ni por decir las verdades que no se quieren admitir”, escribió la vicepresidenta al referirse a Francia, lo que elevó la polémica a niveles de conflicto bilateral.
Por primera vez, Milei criticó abiertamente a la vicepresidenta. “No fue un tuit feliz”, dijo sobre el controvertido posteo. El vocero presidencial, Manuel Adorni, también cuestionó a Villarruel y confirmó que Karina Milei se había disculpado ante la Embajada de Francia en Buenos Aires, tras explicar que la segunda a bordo del Gobierno había actuado “a título personal”.
Los pleitos entre ambos comenzaron en la campaña, ya que Milei aseguró que Villarruel quedaría a cargo de las áreas de Seguridad y Defensa pero, una vez que ganó, dejó esos puestos en manos de la fórmula exrival integrada por Patricia Bullrich y Luis Petri, quienes, después de quedar en un lejano tercer lugar en la primera vuelta, se aliaron con el libertario.
A principios de enero, la prensa argentina reveló que Villarruel y el expresidente Mauricio Macri, quien también está distanciado de Milei, se habrían reunido en secreto en la patagónica ciudad de Bariloche para “conspirar” contra el Gobierno, en una versión que cada tanto se repite para evidenciar las desconfianza mutuas.
A mediados de marzo, Villarruel desató una nueva polémica al bautizar a Milei con un apodo que sirvió para ridiculizarlo en las redes sociales, “Jamoncito”.
“Karina tiene mucho carácter, pero yo también, y las dos queremos a Javier, y las dos queremos lo mejor para Javier. En distintos, tal vez, ámbitos de la vida. Es brava, pero nos llevamos bien en el medio está Javier. Pobre jamoncito”, afirmó en su primera y, hasta ahora, única entrevista televisiva.
La relación jamás se recompuso. Así se demostró el pasado 9 de julio, cuando Milei encabezó la firma del Pacto de Mayo en la ciudad de Tucumán. Era un evento central en su programa de Gobierno, pero Villarruel canceló su participación a última hora con el pretexto de una gripe.
Sin embargo, se curó rápidamente, ya que al día siguiente sí participó en el desfile militar que se llevó a cabo durante horas en una gélida Buenos Aires, lo que aumentó las rumores de que había faltado a Tucumán para no validar el acto político del presidente.
Ese día, ambos posaron sonrientes en un tanque de guerra supuestamente para desmentir su distanciamiento, pero en realidad fue la metáfora perfecta de la ‘guerra fría’ que protagonizan en un clima político, económico y social de total incertidumbre.
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La tensión entre el presidente de Argentina, Javier Milei, y la vicepresidenta, Victoria Villarruel, mantiene en vilo a la clase política de un país que enfrenta una de las crisis económicas más graves de su historia. En las últimas semanas, los medios locales se han plagado de notas y análisis sobre una relación que se deteriora de manera profunda, a pesar de que solo han transcurrido poco más de ocho meses desde que Milei asumiera la presidencia.
“Yo tengo muy en claro que soy la vicepresidente de su gobierno y, por ende, mi apoyo y mi lealtad hacia el presidente Milei son totales”, aseguró Villarruel el martes en un tono supuestamente conciliador pero, acto seguido, volvió a criticar al mandatario por haber postulado al juez Ariel Lijo como miembro de la Corte Suprema.
“No creo que haya sido la mejor elección y simplemente ha sido una candidatura controversial. Todos hubiéramos querido tener un candidato, que nos enorgullezca, con la suficiente rectitud, honestidad y la mejor sabiduría posible”, denunció Villarruel, en una punta que busca al meter presión a un Gobierno que todavía no tiene garantizados los votos en el Congreso para designar a Lijo.
Las declaraciones de Villarruel coronaron una jornada plagada de conflictos entre ambos, y que estalló por el escándalo del brusco aumento de salario de los senadores. La crisis finalmente se contuvo tras anularse la medida por acuerdo de todos los partidos.
Milei deploró a los legisladores, a sabiendas de que también atacaba a Villarruel, puesto que es la presidenta del Senado y, por lo tanto, la máxima responsable de lo que ocurre en el recinto. Afirmó que el aumento era “vergonzoso” y “una traición” al pueblo argentino.
“Una vez más, la casta política se niega a soltar sus privilegios”, acusó Milei. En respuesta, Villarruel convocó a una sesión especial que se realizará el jueves para tratar el tema de los sueldos: “Así terminamos con las sobreactuaciones que parasitan a la política”, señaló.
Según versiones, la pelea se remonta a la campaña, ya que Karina Milei, hermana del presidente y actual secretaria general de la presidencia, jamás quiso que Villarruel fuera la candidata a la vicepresidencia. Por eso, los problemas son permanentes.
Villarruel no es invitada a importantes actos oficiales y sostiene una agenda política paralela a la de Milei. Tampoco se le consulta ni se le pide intervención para negociar leyes, a pesar del peso que tiene en el Senado. En cambio, las críticas en su contra desde el Gobierno son cada vez más abiertas.
Milei vs. Villarruel
MILEI-VILLARRUEL Y EL INAGOTABLE “CURRO DE LOS DERECHOS HUMANOS”
Victoria Villarruel vs Francia
MILEI-VILLARRUEL-LIBARONA, PRODUJERON … UN “MILAGRO” EN ARGENTINA
MILEI-VILLARRUEL-LIBARONA…Y SUS EMBUSTES
JAVIER MILEI, VICTORIA VILLARRUEL, Y LOS PRISIONEROS “DE LESA” (Con video de 4 minutos)
La crisis se profundizó el mes pasado, cuando Villarruel se pronunció sobre la polémica que generó la selección argentina de futbol al transmitir un video racista, en el que cantaban frases que denigraban a los jugadores franceses de origen africano.
“Ningún país colonialista nos va a amedrentar por una canción de cancha, ni por decir las verdades que no se quieren admitir”, escribió la vicepresidenta al referirse a Francia, lo que elevó la polémica a niveles de conflicto bilateral.
Por primera vez, Milei criticó abiertamente a la vicepresidenta. “No fue un tuit feliz”, dijo sobre el controvertido posteo. El vocero presidencial, Manuel Adorni, también cuestionó a Villarruel y confirmó que Karina Milei se había disculpado ante la Embajada de Francia en Buenos Aires, tras explicar que la segunda a bordo del Gobierno había actuado “a título personal”.
Los pleitos entre ambos comenzaron en la campaña, ya que Milei aseguró que Villarruel quedaría a cargo de las áreas de Seguridad y Defensa pero, una vez que ganó, dejó esos puestos en manos de la fórmula exrival integrada por Patricia Bullrich y Luis Petri, quienes, después de quedar en un lejano tercer lugar en la primera vuelta, se aliaron con el libertario.
A principios de enero, la prensa argentina reveló que Villarruel y el expresidente Mauricio Macri, quien también está distanciado de Milei, se habrían reunido en secreto en la patagónica ciudad de Bariloche para “conspirar” contra el Gobierno, en una versión que cada tanto se repite para evidenciar las desconfianza mutuas.
A mediados de marzo, Villarruel desató una nueva polémica al bautizar a Milei con un apodo que sirvió para ridiculizarlo en las redes sociales, “Jamoncito”.
“Karina tiene mucho carácter, pero yo también, y las dos queremos a Javier, y las dos queremos lo mejor para Javier. En distintos, tal vez, ámbitos de la vida. Es brava, pero nos llevamos bien en el medio está Javier. Pobre jamoncito”, afirmó en su primera y, hasta ahora, única entrevista televisiva.
La relación jamás se recompuso. Así se demostró el pasado 9 de julio, cuando Milei encabezó la firma del Pacto de Mayo en la ciudad de Tucumán. Era un evento central en su programa de Gobierno, pero Villarruel canceló su participación a última hora con el pretexto de una gripe.
Sin embargo, se curó rápidamente, ya que al día siguiente sí participó en el desfile militar que se llevó a cabo durante horas en una gélida Buenos Aires, lo que aumentó las rumores de que había faltado a Tucumán para no validar el acto político del presidente.
Ese día, ambos posaron sonrientes en un tanque de guerra supuestamente para desmentir su distanciamiento, pero en realidad fue la metáfora perfecta de la ‘guerra fría’ que protagonizan en un clima político, económico y social de total incertidumbre.
PrisioneroEnArgentina.com
Agosto 21, 2024
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