Sr. Ministro de Justicia y Derechos Humanos
Dr. German Garavano:
De mi mayor consideración.
Leer su nota en el diario “La Nación” del día 02 de Octubre del corriente año y, no obstante mi injusto y traicionero encierro como Preso Político detenido en el penal de San Felipe de la ciudad de Mendoza, fue el disparador de una serie de reflexiones que me permito expresarle.
En primer lugar, esclarecer. Es primordial que todo ciudadano que ejerce un cargo público debe por sobre todo ser honesto, tanto intelectual como moralmente.
Esta consideración, viene a colación de sus dichos que “…para construir el futuro, es necesario conocer el presente…”.
Ello contrasta con la realidad, dado que de conocer usted bien el presente no podría dejar pasar por alto un aspecto central que originó el caos de la justicia cual fue el pacto tramposo entre Kirchner y Lorenzetti. Acuerdo que permitió el avasallamiento del derecho en la Argentina, especialmente la Constitución Nacional (C.N.) y, además, intoxicó la justicia (tal lo expresado por el Presidente en el cierre del Coloquio de IDEAS) e impuso por vías de la extorsión y la trampa la llamada “política de estado de DD.HH.”, tras utilizar a estos derechos como un telón para tapar la ola de corrupción que desbastó al país. Por ello, suena patético y brutal cuando ustedes expresan estas “ilusiones” mágicas de pretender “cambiar” y, por otro lado, continúan utilizando la justicia como arma de venganza y exterminio cínico con forma legal.
No se puede pretender reformular, o generar nuevas políticas públicas en materia de justicia, sobre la base de estos pactos corruptos. De esta manera es construir sobre un campo minado. Ignorar y tapar ese pasado reciente que originó este presente no permite generar una justicia sana y creíble. Por ello sus expresiones suenan a una nueva estafa.
Primero se debe extirpar ese tumor para poder implementar nuevos planes. Pues, por más ingeniosos que sean, no producirán el resultado esperado porque, como expresé, estará apoyado sobre acuerdos mafiosos y quienes deben aplicarlos son parte de ella.
De nada valdrá una justicia con nuevas herramientas tanto tecnológicas como modernas, si sus hombres ignoran que actualmente se permite la violación de la C.N., en especial su artículo señero como lo es el art. 18. Violación que, a estas alturas, es tomada por las autoridades judiciales, comenzando por usted, como “muy normal”, tras ignorar que ello es consecuencia de aquel pacto mafioso Kirchner/Lorenzetti.
Funcionarios como usted que hoy, también de manera premeditada, ignoran este presente judicial, por más esfuerzo tecnológico que incorporen, lo único que logran es dejar un campo minado de injusticias cometidas que, como una maldición, asolará a través del tiempo al sistema judicial de la Nación.
Esto permite que se conformen tribunales con miembros de las bandas terroristas ERP y Montoneros, o con familiares y/o integrantes extremistas de “Justicia Legítima”. Tribunales que juzgan y condenan, sin pruebas, solo por ser militar o policía y por haber estado en un determinado destino, respaldando tales decisiones en fallos nacidos de aquel pacto vengativo.
Estos jueces ignoran deliberadamente el sistema jurídico/legal que imperaba en aquella época y todo es convertido a un relato imaginario, digno de Franz Kafka.
Ejemplos: detenciones legales que, a 40 años, se denominan “secuestros”; a un interrogatorio legal que se le dice “tortura”; lugar de detención como “centro clandestino de detención y tortura” (por más que se trate de tribunales de justicia o de unidades policiales). Leyes, decretos, disposiciones legales emanadas del estado constitucional de aquellos años es desconocido y considerado ilegítimo y, por ello, toda actividad o función desempeñada se la considera dentro de la teoría del “plan sistemático de terrorismo de Estado”.
Funcionarios como usted que hoy, también de manera premeditada, ignoran este presente judicial, por más esfuerzo tecnológico que incorporen, lo único que logran es dejar un campo minado de injusticias cometidas que, como una maldición, asolará a través del tiempo al sistema judicial de la Nación.
Usted habla de “modernizar” la justicia con nuevas herramientas y que a ellas hay que cargarle la información para que esta sea efectiva. Yo pregunto: ¿a qué información se refiere? ¿Será aquella que permita apresar a ladrones de gallina? Esto es manipular a la opinión pública con falsos discursos.
Señor, la información más importante de hoy, para iniciar el camino del cambio de paradigmas, no necesita herramientas tecnológicas, solo necesita decisión política y coraje, para, bruscamente poner fin al pacto Kirchner/Lorenzetti y restituir la vigencia plena de la C.N. y aplicar correctamente el Tratado de Roma, pues la C.N. es el máximo instrumento jurídico que rige la República y hoy es violada especialmente en su aspecto de que no hay delito sin ley previa y las leyes no se pueden aplicar en forma retroactiva.
Aquel pacto espurio abrió las puertas para que la legión de jueces prevaricadores arrasara con el estado de derecho, sepultando en el decenio 2003/2015 todo el prestigio del sistema legal argentino. Esto ha sido expresado por una mayoría de excelsos juristas de la talla de Badeni, Soler, Fayt, entre otros. También es bueno resaltar al ex integrante de la CSJN, Dr. Adolfo Vázquez, con su libro “Asalto a la Justicia”.
Tampoco es necesario modernizar la justicia para que el “Estado argentino” denuncie de una vez por todas a los máximos funcionarios que gobernaron el país en los últimos 12 años y le digan a la sociedad cuánto dinero le robaron estas personas, dado que hoy se presentan como nuevos candidatos como si recién llegaran de Marte.
Señor, no mientan más. No pongan como excusa que hay que dejar actuar a la Justicia y que estamos en un estado democrático, etc. etc., dado que denunciar el robo, malversación, administración fraudulenta, dilapidación de reservas, estafas a los tenedores de bonos, firma de pactos traicioneros no significa avasallar ningún poder del Estado.
Es simple, Ud., como funcionario público, denuncie el robo de los 500 millones de dólares que Néstor Kirchner le saqueó a la provincia de Santa Cruz. ¿Dónde están?
¡Por favor, alguna vez ríndanle cuentas a la sociedad!
La sociedad argentina no se merece que se le siga mintiendo y engañando con discursos gramscianos. No le vendan humo.
Pregunto, ahora que esta justicia nos destruyó la vida, y la de nuestras familias… ¿salen a decir que hay que “cambiar el modo en el cual trabaja”? (Estos dichos de Lorenzetti fueron publicados en el diario MDZ Mendoza el 11 de octubre 2017). Es decir, este mamarracho de justicia, ¿sí puede ser utilizado y puesto de ejemplo ante el mundo para condenarnos sin pruebas y, con ello, tapar los errores políticos del pasado, pero no para encarcelar a las bandas de saqueadores de las arcas del Estado?
Como verá, seguimos escuchando a este señor de la SCJN que nos dice: “… un ciudadano que se acerca a pedir justicia se encuentra con una estructura del siglo XIX…”. Esto es un discurso falso y cínico, pues pactó con Kirchner utilizar esa justicia para cometer un genocidio disfrazado de legalidad y de esa forma construir poder y permitirles a las bandas terroristas alcanzar la tan ansiada venganza y continuar la lucha hacia la toma del poder para instalar un gobierno totalitario.
La sociedad argentina no se merece que se le siga mintiendo y engañando con discursos gramscianos. No le vendan humo.
Si bien no hay que vivir del pasado, sí hay que modificar los atajos mafiosos construidos durante 12 años.
Ya vivimos experiencias de “nuevas oportunidades”, por ejemplo el regreso de Perón en el ´73, Alfonsín y su “plan Austral”, Menen y su “pizza y champagne” y ni qué hablar de los últimos 15 años.
Ustedes no escapan a las generales de esa ley, son hijos de ese pasado ruinoso, vienen de distintos sectores que se beneficiaron durante esos años de caos.
Por ello, omitir aquel pacto espurio, disfrazado de política de Estado y permitir que uno de sus responsables continúe dentro del máximo tribunal de justicia de la Nación es, lisa y llanamente, una mentira y una estafa a la confianza y al futuro de la sociedad.
Así, la suerte de éste pretendido cambio está cantada: será EL FRACASO.
Por último, tampoco puede continuar ignorando en sus discursos a los cientos de integrantes de las FF.AA., FF.SS. y Policiales, los cuales debieron descender al infierno para llegar a las entrañas de las columnas de combatientes de Montoneros y las compañías militarizadas del ERP para poder derrotarlas.
Así, Ud. hoy es ministro y goza del placer de ocupar un despacho climatizado y confortable, en libertad, cuando miles de aquellos silenciosos y obedientes soldados están injusta e ilegítimamente presos.
Escribe Juan Givarruscio.
Sr. Ministro de Justicia y Derechos Humanos
Dr. German Garavano:
De mi mayor consideración.
Leer su nota en el diario “La Nación” del día 02 de Octubre del corriente año y, no obstante mi injusto y traicionero encierro como Preso Político detenido en el penal de San Felipe de la ciudad de Mendoza, fue el disparador de una serie de reflexiones que me permito expresarle.
En primer lugar, esclarecer. Es primordial que todo ciudadano que ejerce un cargo público debe por sobre todo ser honesto, tanto intelectual como moralmente.
Esta consideración, viene a colación de sus dichos que “…para construir el futuro, es necesario conocer el presente…”.
Ello contrasta con la realidad, dado que de conocer usted bien el presente no podría dejar pasar por alto un aspecto central que originó el caos de la justicia cual fue el pacto tramposo entre Kirchner y Lorenzetti. Acuerdo que permitió el avasallamiento del derecho en la Argentina, especialmente la Constitución Nacional (C.N.) y, además, intoxicó la justicia (tal lo expresado por el Presidente en el cierre del Coloquio de IDEAS) e impuso por vías de la extorsión y la trampa la llamada “política de estado de DD.HH.”, tras utilizar a estos derechos como un telón para tapar la ola de corrupción que desbastó al país. Por ello, suena patético y brutal cuando ustedes expresan estas “ilusiones” mágicas de pretender “cambiar” y, por otro lado, continúan utilizando la justicia como arma de venganza y exterminio cínico con forma legal.
No se puede pretender reformular, o generar nuevas políticas públicas en materia de justicia, sobre la base de estos pactos corruptos. De esta manera es construir sobre un campo minado. Ignorar y tapar ese pasado reciente que originó este presente no permite generar una justicia sana y creíble. Por ello sus expresiones suenan a una nueva estafa.
Primero se debe extirpar ese tumor para poder implementar nuevos planes. Pues, por más ingeniosos que sean, no producirán el resultado esperado porque, como expresé, estará apoyado sobre acuerdos mafiosos y quienes deben aplicarlos son parte de ella.
De nada valdrá una justicia con nuevas herramientas tanto tecnológicas como modernas, si sus hombres ignoran que actualmente se permite la violación de la C.N., en especial su artículo señero como lo es el art. 18. Violación que, a estas alturas, es tomada por las autoridades judiciales, comenzando por usted, como “muy normal”, tras ignorar que ello es consecuencia de aquel pacto mafioso Kirchner/Lorenzetti.
Esto permite que se conformen tribunales con miembros de las bandas terroristas ERP y Montoneros, o con familiares y/o integrantes extremistas de “Justicia Legítima”. Tribunales que juzgan y condenan, sin pruebas, solo por ser militar o policía y por haber estado en un determinado destino, respaldando tales decisiones en fallos nacidos de aquel pacto vengativo.
Estos jueces ignoran deliberadamente el sistema jurídico/legal que imperaba en aquella época y todo es convertido a un relato imaginario, digno de Franz Kafka.
Ejemplos: detenciones legales que, a 40 años, se denominan “secuestros”; a un interrogatorio legal que se le dice “tortura”; lugar de detención como “centro clandestino de detención y tortura” (por más que se trate de tribunales de justicia o de unidades policiales). Leyes, decretos, disposiciones legales emanadas del estado constitucional de aquellos años es desconocido y considerado ilegítimo y, por ello, toda actividad o función desempeñada se la considera dentro de la teoría del “plan sistemático de terrorismo de Estado”.
Funcionarios como usted que hoy, también de manera premeditada, ignoran este presente judicial, por más esfuerzo tecnológico que incorporen, lo único que logran es dejar un campo minado de injusticias cometidas que, como una maldición, asolará a través del tiempo al sistema judicial de la Nación.
Usted habla de “modernizar” la justicia con nuevas herramientas y que a ellas hay que cargarle la información para que esta sea efectiva. Yo pregunto: ¿a qué información se refiere? ¿Será aquella que permita apresar a ladrones de gallina? Esto es manipular a la opinión pública con falsos discursos.
Señor, la información más importante de hoy, para iniciar el camino del cambio de paradigmas, no necesita herramientas tecnológicas, solo necesita decisión política y coraje, para, bruscamente poner fin al pacto Kirchner/Lorenzetti y restituir la vigencia plena de la C.N. y aplicar correctamente el Tratado de Roma, pues la C.N. es el máximo instrumento jurídico que rige la República y hoy es violada especialmente en su aspecto de que no hay delito sin ley previa y las leyes no se pueden aplicar en forma retroactiva.
Aquel pacto espurio abrió las puertas para que la legión de jueces prevaricadores arrasara con el estado de derecho, sepultando en el decenio 2003/2015 todo el prestigio del sistema legal argentino. Esto ha sido expresado por una mayoría de excelsos juristas de la talla de Badeni, Soler, Fayt, entre otros. También es bueno resaltar al ex integrante de la CSJN, Dr. Adolfo Vázquez, con su libro “Asalto a la Justicia”.
Tampoco es necesario modernizar la justicia para que el “Estado argentino” denuncie de una vez por todas a los máximos funcionarios que gobernaron el país en los últimos 12 años y le digan a la sociedad cuánto dinero le robaron estas personas, dado que hoy se presentan como nuevos candidatos como si recién llegaran de Marte.
Señor, no mientan más. No pongan como excusa que hay que dejar actuar a la Justicia y que estamos en un estado democrático, etc. etc., dado que denunciar el robo, malversación, administración fraudulenta, dilapidación de reservas, estafas a los tenedores de bonos, firma de pactos traicioneros no significa avasallar ningún poder del Estado.
Es simple, Ud., como funcionario público, denuncie el robo de los 500 millones de dólares que Néstor Kirchner le saqueó a la provincia de Santa Cruz. ¿Dónde están?
¡Por favor, alguna vez ríndanle cuentas a la sociedad!
Pregunto, ahora que esta justicia nos destruyó la vida, y la de nuestras familias… ¿salen a decir que hay que “cambiar el modo en el cual trabaja”? (Estos dichos de Lorenzetti fueron publicados en el diario MDZ Mendoza el 11 de octubre 2017). Es decir, este mamarracho de justicia, ¿sí puede ser utilizado y puesto de ejemplo ante el mundo para condenarnos sin pruebas y, con ello, tapar los errores políticos del pasado, pero no para encarcelar a las bandas de saqueadores de las arcas del Estado?
Como verá, seguimos escuchando a este señor de la SCJN que nos dice: “… un ciudadano que se acerca a pedir justicia se encuentra con una estructura del siglo XIX…”. Esto es un discurso falso y cínico, pues pactó con Kirchner utilizar esa justicia para cometer un genocidio disfrazado de legalidad y de esa forma construir poder y permitirles a las bandas terroristas alcanzar la tan ansiada venganza y continuar la lucha hacia la toma del poder para instalar un gobierno totalitario.
La sociedad argentina no se merece que se le siga mintiendo y engañando con discursos gramscianos. No le vendan humo.
Si bien no hay que vivir del pasado, sí hay que modificar los atajos mafiosos construidos durante 12 años.
Ya vivimos experiencias de “nuevas oportunidades”, por ejemplo el regreso de Perón en el ´73, Alfonsín y su “plan Austral”, Menen y su “pizza y champagne” y ni qué hablar de los últimos 15 años.
Ustedes no escapan a las generales de esa ley, son hijos de ese pasado ruinoso, vienen de distintos sectores que se beneficiaron durante esos años de caos.
Por ello, omitir aquel pacto espurio, disfrazado de política de Estado y permitir que uno de sus responsables continúe dentro del máximo tribunal de justicia de la Nación es, lisa y llanamente, una mentira y una estafa a la confianza y al futuro de la sociedad.
Así, la suerte de éste pretendido cambio está cantada: será EL FRACASO.
Por último, tampoco puede continuar ignorando en sus discursos a los cientos de integrantes de las FF.AA., FF.SS. y Policiales, los cuales debieron descender al infierno para llegar a las entrañas de las columnas de combatientes de Montoneros y las compañías militarizadas del ERP para poder derrotarlas.
Así, Ud. hoy es ministro y goza del placer de ocupar un despacho climatizado y confortable, en libertad, cuando miles de aquellos silenciosos y obedientes soldados están injusta e ilegítimamente presos.
Sin otro particular, lo saludo Atte.
Juan Giovarruscio
Preso Político
Penal de San Felipe, Mendoza.
PrisioneroEnArgentina.com
Octubre 24, 2017
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