El término “trata de blancas” se remonta al siglo XIX y alude a la realidad que afectaba a mujeres europeas -blancas- que como víctimas de trata eran trasladadas a otros continentes para someterlas a explotación sexual, siendo vendidas como concubinas y esclavas sexuales en redes de prostitución. La trata de personas se estima como la tercera actividad ilegal más lucrativa del mundo y está presente en todas las regiones. La afirmación fue hecha este jueves 19 de octubre por el alto comisionado de Derechos Humanos de la ONU, Volker Turk, al pedir estrategias coordinadas para combatir este tipo de delitos.
De acuerdo a Turk, la trata de personas avanza particularmente donde los conflictos armados, la recesión económica, las emergencias sanitarias, la inseguridad alimentaria, los desastres inducidos por el cambio climático y otras crisis humanitarias “exacerban las vulnerabilidades existentes”. Según las últimas estimaciones globales, 49.6 millones de personas son víctimas de esta violación, un 25 por ciento más que en 2016. El jefe de derechos humanos de la ONU subrayó que esta es la historia de “millones de hombres, mujeres y niños, explotados sexualmente, sujetos a trabajos forzados, matrimonios forzados, tráfico de drogas, servidumbre doméstica, recolección de órganos y otros horrores”.
Afirmó que las formas de explotación y las técnicas utilizadas por los delincuentes continúan evolucionando. Según Turk, la tecnología ha ampliado el mercado de la trata de personas en la última década. Lo ha hecho con foros en línea, aplicaciones de redes sociales y sitios web utilizados para reclutar, anunciar y vender víctimas. Los refugiados y migrantes que huyen de la persecución o de la violencia, o que buscan una vida mejor, están especialmente expuestos, no sólo en sus países de origen, sino también en los países de acogida, a lo largo de su recorrido y en su destino. “Es alarmante ver que los niños representan un tercio de todas las víctimas detectadas”, lamentó Turk.
Las mujeres y las niñas se ven afectadas de forma desproporcionada. Representan más del 70 por ciento de todas las víctimas detectadas en todo el mundo. Son principalmente víctimas de tráfico para la explotación sexual y el matrimonio forzado, mientras que los hombres y los chicos constituyen la mayoría de las víctimas de tráfico para el trabajo forzoso. Para Turk, la trata de personas es un grave problema de derechos humanos, no solo por las violaciones y abusos cometidos, sino también porque las personas que ya viven en situaciones de gran vulnerabilidad son las más expuestas. El alto comisionado defendió un enfoque preventivo que actúe sobre las causas profundas del tráfico. Esto incluye acciones para reducir la demanda de personas traficadas en las cadenas de valor globales y medidas para garantizar que las víctimas no sean castigadas por conductas ilegales que han cometido como consecuencia directa del tráfico.
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El término “trata de blancas” se remonta al siglo XIX y alude a la realidad que afectaba a mujeres europeas -blancas- que como víctimas de trata eran trasladadas a otros continentes para someterlas a explotación sexual, siendo vendidas como concubinas y esclavas sexuales en redes de prostitución. La trata de personas se estima como la tercera actividad ilegal más lucrativa del mundo y está presente en todas las regiones. La afirmación fue hecha este jueves 19 de octubre por el alto comisionado de Derechos Humanos de la ONU, Volker Turk, al pedir estrategias coordinadas para combatir este tipo de delitos.
De acuerdo a Turk, la trata de personas avanza particularmente donde los conflictos armados, la recesión económica, las emergencias sanitarias, la inseguridad alimentaria, los desastres inducidos por el cambio climático y otras crisis humanitarias “exacerban las vulnerabilidades existentes”. Según las últimas estimaciones globales, 49.6 millones de personas son víctimas de esta violación, un 25 por ciento más que en 2016. El jefe de derechos humanos de la ONU subrayó que esta es la historia de “millones de hombres, mujeres y niños, explotados sexualmente, sujetos a trabajos forzados, matrimonios forzados, tráfico de drogas, servidumbre doméstica, recolección de órganos y otros horrores”.
Afirmó que las formas de explotación y las técnicas utilizadas por los delincuentes continúan evolucionando. Según Turk, la tecnología ha ampliado el mercado de la trata de personas en la última década. Lo ha hecho con foros en línea, aplicaciones de redes sociales y sitios web utilizados para reclutar, anunciar y vender víctimas. Los refugiados y migrantes que huyen de la persecución o de la violencia, o que buscan una vida mejor, están especialmente expuestos, no sólo en sus países de origen, sino también en los países de acogida, a lo largo de su recorrido y en su destino. “Es alarmante ver que los niños representan un tercio de todas las víctimas detectadas”, lamentó Turk.
Las mujeres y las niñas se ven afectadas de forma desproporcionada. Representan más del 70 por ciento de todas las víctimas detectadas en todo el mundo. Son principalmente víctimas de tráfico para la explotación sexual y el matrimonio forzado, mientras que los hombres y los chicos constituyen la mayoría de las víctimas de tráfico para el trabajo forzoso. Para Turk, la trata de personas es un grave problema de derechos humanos, no solo por las violaciones y abusos cometidos, sino también porque las personas que ya viven en situaciones de gran vulnerabilidad son las más expuestas. El alto comisionado defendió un enfoque preventivo que actúe sobre las causas profundas del tráfico. Esto incluye acciones para reducir la demanda de personas traficadas en las cadenas de valor globales y medidas para garantizar que las víctimas no sean castigadas por conductas ilegales que han cometido como consecuencia directa del tráfico.
PrisioneroEnArgentina.com
Noviembre 3, 2023