MÁXIMO PELIGRO PARA LOS PRISIONEROS ADULTOS MAYORES
El 12 de junio del corriente año EMILIANO BLANCO, titular del Servicio Penitenciario Federal, a quien no se le perdonó haber “jugado a dos puntas” ocupando el cargo durante el gobierno de CRISTINA KIRCHNER y también en el de MAURICIO MACRI, debió renunciar, siendo suplantado por MARÍA LAURA GARRIGÓS DE RÉBORI, de 66 años de edad. Esta señora con todo el aspecto de una DULCE ABUELITA, que se desempeñó como jueza de Casación Penal de la Ciudad de Buenos Aires, hasta que se jubiló en el año 2018, hoy es nada menos que Interventora del Servicio Penitenciario Federal y titular de la Subsecretaría de Asuntos Penitenciarios. Por ello, a los adultos mayores imputados por los bien o mal llamados delitos de lesa humanidad, alojados en las prisiones federales les digo: ¡Alerta! hoy sus vidas corren más peligro que ayer. Resulta, que la señora GARRIGOS, quien siempre sostuvo: “Si los jueces no tuvieran ideología, serían muebles. Todos los jueces tienen ideología”, es fundadora y presidenta de la Agrupación Justicia Legítima y a nosotros nos detesta. Tal es así que, a principios de mayo cuando la ciudadanía manifestara su descontento por la liberación masiva de presos por el Coronavirus, expresó: “Nunca escuché un caceroleo por los 40 detenidos de lesa humanidad que están en arresto domiciliario, esos si, han cometido hechos violentos“. Además, en 2017, estando en actividad como jueza, reclamó la renuncia de los tres togados de la Corte Suprema que habían otorgado el beneficio del 2×1 en el cómputo de la condena del “represor” LUIS MUIÑA. En esa oportunidad, ante la presión ejercida, el máximo tribunal vergonzosa e ilegalmente reculó sobre el fallo emitido. MUIÑA, siguió preso y tres años después (junio 2020), fue el primer cautivo adulto mayor con Coronavirus en una prisión federal, contagiando a su vez, a varios agentes penitenciarios. Fanática admiradora e incondicional de CRISTINA KIRCHNER, el presidente ALBERTO FERNANDEZ al designarla para el cargo, expresó: “Es alguien que conozco desde mis 20 años; una persona impoluta en la Justicia”. En su repertorio justificativo del envío a la casa de AMADO BOUDOU y su banda como así de delincuentes en general, por el peligro que significa el Coronavirus, hay frases como: “Se busca evitar lo que va a ser el contagio dentro de las cárceles, porque va a ser peor que en un geriátrico. En las unidades penitenciarias el aislamiento es imposible, por la superpoblación. No hay celdas individuales, comparten celdas comunes, el baño, el lugar donde se come. El aislamiento en los detenidos es inviable” – “no tiene instalaciones sanitarias para responder a esa demanda de salud”, mantener a los presos en esas condiciones era casi “una condena a muerte”. Desde ya, en toda esta verborrea no nos incluye a nosotros, por el contrario, todos habrán visto en los últimos días como se aumentó el riesgo de contagio, con traslados injustificables de prisioneros. Estos se dieron desde el mentiroso Hospital Penitenciario Central a la Unidad 31, también desde la Unidad 34 al Hospital y desde allí a la Unidad Penitenciaria 21, más las asistencias médicas en Hospitales Públicos de adultos, que durante cuatro meses habían estado aislados, al extremo de no poder ver a sus familias. Ni hablar del martirio aplicado al emblemático MIGUEL ETCHECOLATZ. Por eso, prisioneros adultos mayores, por más que callen sobre los abusos de los que son objeto, eso no evitará que funcionarios como GARRIGOS o el Secretario de Derechos Humanos (para algunos) HORACIO PIETRAGALLA cumplan con la premisa de: “a donde vayan los iremos a buscar” y esta vez fueron nada menos que a la misma cárcel donde se encuentran privados de su libertad.
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Por CLAUDIO KUSSMAN
MÁXIMO PELIGRO PARA LOS PRISIONEROS ADULTOS MAYORES
El 12 de junio del corriente año EMILIANO BLANCO, titular del Servicio Penitenciario Federal, a quien no se le perdonó haber “jugado a dos puntas” ocupando el cargo durante el gobierno de CRISTINA KIRCHNER y también en el de MAURICIO MACRI, debió renunciar, siendo suplantado por MARÍA LAURA GARRIGÓS DE RÉBORI, de 66 años de edad. Esta señora con todo el aspecto de una DULCE ABUELITA, que se desempeñó como jueza de Casación Penal de la Ciudad de Buenos Aires, hasta que se jubiló en el año 2018, hoy es nada menos que Interventora del Servicio Penitenciario Federal y titular de la Subsecretaría de Asuntos Penitenciarios. Por ello, a los adultos mayores imputados por los bien o mal llamados delitos de lesa humanidad, alojados en las prisiones federales les digo: ¡Alerta! hoy sus vidas corren más peligro que ayer. Resulta, que la señora GARRIGOS, quien siempre sostuvo: “Si los jueces no tuvieran ideología, serían muebles. Todos los jueces tienen ideología”, es fundadora y presidenta de la Agrupación Justicia Legítima y a nosotros nos detesta. Tal es así que, a principios de mayo cuando la ciudadanía manifestara su descontento por la liberación masiva de presos por el Coronavirus, expresó: “Nunca escuché un caceroleo por los 40 detenidos de lesa humanidad que están en arresto domiciliario, esos si, han cometido hechos violentos“. Además, en 2017, estando en actividad como jueza, reclamó la renuncia de los tres togados de la Corte Suprema que habían otorgado el beneficio del 2×1 en el cómputo de la condena del “represor” LUIS MUIÑA. En esa oportunidad, ante la presión ejercida, el máximo tribunal vergonzosa e ilegalmente reculó sobre el fallo emitido. MUIÑA, siguió preso y tres años después (junio 2020), fue el primer cautivo adulto mayor con Coronavirus en una prisión federal, contagiando a su vez, a varios agentes penitenciarios. Fanática admiradora e incondicional de CRISTINA KIRCHNER, el presidente ALBERTO FERNANDEZ al designarla para el cargo, expresó: “Es alguien que conozco desde mis 20 años; una persona impoluta en la Justicia”. En su repertorio justificativo del envío a la casa de AMADO BOUDOU y su banda como así de delincuentes en general, por el peligro que significa el Coronavirus, hay frases como: “Se busca evitar lo que va a ser el contagio dentro de las cárceles, porque va a ser peor que en un geriátrico. En las unidades penitenciarias el aislamiento es imposible, por la superpoblación. No hay celdas individuales, comparten celdas comunes, el baño, el lugar donde se come. El aislamiento en los detenidos es inviable” – “no tiene instalaciones sanitarias para responder a esa demanda de salud”, mantener a los presos en esas condiciones era casi “una condena a muerte”. Desde ya, en toda esta verborrea no nos incluye a nosotros, por el contrario, todos habrán visto en los últimos días como se aumentó el riesgo de contagio, con traslados injustificables de prisioneros. Estos se dieron desde el mentiroso Hospital Penitenciario Central a la Unidad 31, también desde la Unidad 34 al Hospital y desde allí a la Unidad Penitenciaria 21, más las asistencias médicas en Hospitales Públicos de adultos, que durante cuatro meses habían estado aislados, al extremo de no poder ver a sus familias. Ni hablar del martirio aplicado al emblemático MIGUEL ETCHECOLATZ. Por eso, prisioneros adultos mayores, por más que callen sobre los abusos de los que son objeto, eso no evitará que funcionarios como GARRIGOS o el Secretario de Derechos Humanos (para algunos) HORACIO PIETRAGALLA cumplan con la premisa de: “a donde vayan los iremos a buscar” y esta vez fueron nada menos que a la misma cárcel donde se encuentran privados de su libertad.
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Claudio Kussman
Comisario Mayor (R)
Policía Pcia. Buenos Aires
Julio 31, 2020
claudio@PrisioneroEnArgentina.com
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Julio 31, 2020