Hace apenas quince días que asumió el nuevo gobierno y parece que hiciera quince meses. En este corto tiempo devaluó, liberó los precios, encaró un implacable ajuste del Estado y a través de un gigantesco Decreto de Necesidad y Urgencia derogó y modificó más de 300 leyes. A la par se sucedió la primera marcha piquetera, volvieron los cacerolazos y la Confederación General del Trabajo (CGT) salió de su eterna siesta de cuatro años y ya planea una marcha para esta semana, no descartando un paro general para los primeros días del mes que viene.
Toda una vertiginosa realidad en apenas dos semanas. Eso, si de los ilegales juicios denominados de lesa humanidad, “mutis por el foro”.
El peluca anarco capitalista está dispuesto a llevar adelante sus ideas “contra viento y marea”, teniendo como objetivo un verdadero cambio cultural que termine con años de decadencia y degradación.
Ahora, pareciera que ese “cambio cultural” tiene un solo objetivo: la economía, dejando “sin tocar” los arbitrarios juicios denominados de lesa humanidad que impunemente siguen llevándose adelante y que nos han convertido en el “hazme reír” del mundo jurídico internacional.
El “león” llegó a la Presidencia, avalado por una enorme mayoría que creyó en su lema de que el “ajuste lo pague la casta”. Hasta ahora nada de ello habría sucedido, al contrario, el “ajustazo”, por ahora, pegó de lleno en los flacos bolsillos de la población. Cuando todos pensamos que se terminaría con el “despilfarro de dinero” que genera las anquilosadas y elefantiásicas estructuras montadas por los K y mantenidas hasta el día de hoy, tanto el nuevo Ministro de Justicia de la Nación como el flamante Secretario de Derechos Humanos dijeron a diferentes medios que: “los juicios de lesa humanidad se mantendrán bajo los estándares actuales…”.
La verdad no se entiende que se continúe con semejante “sangría” del erario público, sobre todo cuando la nueva Ministro de Seguridad de la Nación, en su discurso por la asunción de los nuevos jefes de la Policía Federal Argentina espetó: “…un país que hoy no tiene dinero suficiente para encarar la modernización permanente que las fuerzas necesitan para llevar adelante su tarea”.
En otras palabras, hay plata para seguir juzgando hechos que ocurrieron hace ya 50 años, siendo que todos los altos mandos y jefes ya fueron condenados y ahora van por los que entonces era jóvenes oficiales, suboficiales y agentes de la policía que van quedando; pero no hay plata para engrosar y modernizar el armamento y la logística de las fuerzas policiales y de seguridad. Sencillamente increíble.
Menos se entiende que quieran atraer inversiones extranjeras al país, cuando al revés de lo que sucede en Israel, en Medio Oriente o cualquier parte del mundo civilizado, el Estado juzga a sus Fuerzas Armadas y de Seguridad por el solo hecho de haber combatido al terrorismo. Quien invertirá seriamente en un país donde se violan las más elementales garantías constitucionales y procesales?
Es muy loco pensar, que un Presidente que se ha pronunciado internacionalmente a favor de la guerra de Israel contra el terrorismo, que ha condenado las dictaduras de Cuba, Venezuela y Nicaragua (que financian al narco terrorismo), haga exactamente lo contrario en el patio trasero de su casa; permitiendo que los terroristas de ayer, hoy devenidos en políticos reciclados y referentes de los organismos de derechos humanos sigan adelante con su plan de venganza y odio consumado a través de los denominados juicios de lesa humanidad. No olvidemos las palabras de un querellante (recogida por esta columna semanas atrás), quien afirmó: “… tenemos juicios por treinta o cuarenta años más… tenemos para décadas de juicios de lesa humanidad”.
Tampoco se puede ignorar, que hace horas la Fundación para los Derechos Humanos en Cuba ha denunciado que el principal agente de inteligencia cubana está en nuestro país, quien estaría financiamiento las últimas protestas contra el gobierno nacional; lo que confirmara las sospechas de que “agitadores cubanos y venezolanos” están detrás de las mismas.
Justamente, el cambio cultural que pretende el Presidente de la Nación debe ser completo, en todos los terrenos y no solo en el económico. Aplaudimos que se pretenda terminar con años de mentiras y fantasías dirigistas y estatistas que solo han conducido a la pobreza de la gente; pero también es necesario que se termine con las mentiras y falsedades de lo ocurrido en los años 70 en el país, para que finalmente la verdad triunfe sobre la infamia.
La sociedad tiene derecho a que se acabe con décadas de engaños económicos y políticos, pero también tiene derecho a que se acabe con décadas de engaño histórico. Sobre todo, a reconocerse que antes que este Presidente de la Nación, la libertad nos la dieron las Fuerzas Armadas, Policiales y de Seguridad que combatieron y vencieron al terrorismo. A pesar de ello, sobre esto, como dice el dicho popular: “Nada nuevo bajo el sol”.
Sin embargo, muchos siguen esperando que “caiga maná del cielo”. Por ahora tan solo fugaces ilusiones y quimeras, que anteponen empeñosamente el deseo a la realidad; sumergiéndolos en la inacción a la espera del “milagro”. Se conforman con las “migajas” que nos tiran para así auto convencerse que pronto “le pondrán punto final a la eterna agonía”. Se alegren que un uniformado ocupe un cargo en el Ministerio de Defensa de la Nación. También nosotros nos alegramos. Es muy bueno ello. Pero que se consiga pintar dos tanques y zurcir cuatro banderas no hará que los camaradas presos salgan libres.
Todo esto solo hace que el tiempo pida más tiempo.
Es más, hace días circuló por WhatsApp un pedido de colaboración para comprar garrapiñadas, pan dulce y sidras para los detenidos en Campo de Mayo. Noble actitud. La valoramos. De hecho colaboramos con la misma. Pero, en rigor de verdad, esa platahubiese sido mejor invertida y enormemente más útil si se hubiese utilizado -por ejemplo- para publicar una gran solicitada en un diario de tirada nacional, recordándole a toda la sociedad esta perversa e ilegal situación.
Como siempre decimos desde esta columna: “nadie va a pelear una guerra que los propios interesados no pelean”.
Pasará otra triste e infeliz Navidad. Una silla estará vacía en muchos hogares de la familia militar o policial, lo que pareciera que al actual gobierno no le interesa ni lo tiene en consideración.
Desde esta columna si los recordamos y por ello nuestro más sincero saludo y abrazo a los detenidos en estas causas llamadas de lesa humanidad, estén presos en una cárcel o en su domicilio, extensivo a sus respectivas familias, que sobrellevan una eterna angustia y desconsuelo por esta ignominia. Recordando, por supuesto, a los que ya no están, que murieron encarcelados.
Tennyson escribió “La autoridad se olvida de un rey agonizante”. En estas Navidades no olviden ustedes a “su Rey que agoniza”.
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Por Dr. Gonzalo P. Miño.
Hace apenas quince días que asumió el nuevo gobierno y parece que hiciera quince meses. En este corto tiempo devaluó, liberó los precios, encaró un implacable ajuste del Estado y a través de un gigantesco Decreto de Necesidad y Urgencia derogó y modificó más de 300 leyes. A la par se sucedió la primera marcha piquetera, volvieron los cacerolazos y la Confederación General del Trabajo (CGT) salió de su eterna siesta de cuatro años y ya planea una marcha para esta semana, no descartando un paro general para los primeros días del mes que viene.
Toda una vertiginosa realidad en apenas dos semanas. Eso, si de los ilegales juicios denominados de lesa humanidad, “mutis por el foro”.
El peluca anarco capitalista está dispuesto a llevar adelante sus ideas “contra viento y marea”, teniendo como objetivo un verdadero cambio cultural que termine con años de decadencia y degradación.
Ahora, pareciera que ese “cambio cultural” tiene un solo objetivo: la economía, dejando “sin tocar” los arbitrarios juicios denominados de lesa humanidad que impunemente siguen llevándose adelante y que nos han convertido en el “hazme reír” del mundo jurídico internacional.
El “león” llegó a la Presidencia, avalado por una enorme mayoría que creyó en su lema de que el “ajuste lo pague la casta”. Hasta ahora nada de ello habría sucedido, al contrario, el “ajustazo”, por ahora, pegó de lleno en los flacos bolsillos de la población. Cuando todos pensamos que se terminaría con el “despilfarro de dinero” que genera las anquilosadas y elefantiásicas estructuras montadas por los K y mantenidas hasta el día de hoy, tanto el nuevo Ministro de Justicia de la Nación como el flamante Secretario de Derechos Humanos dijeron a diferentes medios que: “los juicios de lesa humanidad se mantendrán bajo los estándares actuales…”.
La verdad no se entiende que se continúe con semejante “sangría” del erario público, sobre todo cuando la nueva Ministro de Seguridad de la Nación, en su discurso por la asunción de los nuevos jefes de la Policía Federal Argentina espetó: “…un país que hoy no tiene dinero suficiente para encarar la modernización permanente que las fuerzas necesitan para llevar adelante su tarea”.
En otras palabras, hay plata para seguir juzgando hechos que ocurrieron hace ya 50 años, siendo que todos los altos mandos y jefes ya fueron condenados y ahora van por los que entonces era jóvenes oficiales, suboficiales y agentes de la policía que van quedando; pero no hay plata para engrosar y modernizar el armamento y la logística de las fuerzas policiales y de seguridad. Sencillamente increíble.
Menos se entiende que quieran atraer inversiones extranjeras al país, cuando al revés de lo que sucede en Israel, en Medio Oriente o cualquier parte del mundo civilizado, el Estado juzga a sus Fuerzas Armadas y de Seguridad por el solo hecho de haber combatido al terrorismo. Quien invertirá seriamente en un país donde se violan las más elementales garantías constitucionales y procesales?
Es muy loco pensar, que un Presidente que se ha pronunciado internacionalmente a favor de la guerra de Israel contra el terrorismo, que ha condenado las dictaduras de Cuba, Venezuela y Nicaragua (que financian al narco terrorismo), haga exactamente lo contrario en el patio trasero de su casa; permitiendo que los terroristas de ayer, hoy devenidos en políticos reciclados y referentes de los organismos de derechos humanos sigan adelante con su plan de venganza y odio consumado a través de los denominados juicios de lesa humanidad. No olvidemos las palabras de un querellante (recogida por esta columna semanas atrás), quien afirmó: “… tenemos juicios por treinta o cuarenta años más… tenemos para décadas de juicios de lesa humanidad”.
Tampoco se puede ignorar, que hace horas la Fundación para los Derechos Humanos en Cuba ha denunciado que el principal agente de inteligencia cubana está en nuestro país, quien estaría financiamiento las últimas protestas contra el gobierno nacional; lo que confirmara las sospechas de que “agitadores cubanos y venezolanos” están detrás de las mismas.
Justamente, el cambio cultural que pretende el Presidente de la Nación debe ser completo, en todos los terrenos y no solo en el económico. Aplaudimos que se pretenda terminar con años de mentiras y fantasías dirigistas y estatistas que solo han conducido a la pobreza de la gente; pero también es necesario que se termine con las mentiras y falsedades de lo ocurrido en los años 70 en el país, para que finalmente la verdad triunfe sobre la infamia.
La sociedad tiene derecho a que se acabe con décadas de engaños económicos y políticos, pero también tiene derecho a que se acabe con décadas de engaño histórico. Sobre todo, a reconocerse que antes que este Presidente de la Nación, la libertad nos la dieron las Fuerzas Armadas, Policiales y de Seguridad que combatieron y vencieron al terrorismo. A pesar de ello, sobre esto, como dice el dicho popular: “Nada nuevo bajo el sol”.
Sin embargo, muchos siguen esperando que “caiga maná del cielo”. Por ahora tan solo fugaces ilusiones y quimeras, que anteponen empeñosamente el deseo a la realidad; sumergiéndolos en la inacción a la espera del “milagro”. Se conforman con las “migajas” que nos tiran para así auto convencerse que pronto “le pondrán punto final a la eterna agonía”. Se alegren que un uniformado ocupe un cargo en el Ministerio de Defensa de la Nación. También nosotros nos alegramos. Es muy bueno ello. Pero que se consiga pintar dos tanques y zurcir cuatro banderas no hará que los camaradas presos salgan libres.
Todo esto solo hace que el tiempo pida más tiempo.
Es más, hace días circuló por WhatsApp un pedido de colaboración para comprar garrapiñadas, pan dulce y sidras para los detenidos en Campo de Mayo. Noble actitud. La valoramos. De hecho colaboramos con la misma. Pero, en rigor de verdad, esa plata hubiese sido mejor invertida y enormemente más útil si se hubiese utilizado -por ejemplo- para publicar una gran solicitada en un diario de tirada nacional, recordándole a toda la sociedad esta perversa e ilegal situación.
Como siempre decimos desde esta columna: “nadie va a pelear una guerra que los propios interesados no pelean”.
Pasará otra triste e infeliz Navidad. Una silla estará vacía en muchos hogares de la familia militar o policial, lo que pareciera que al actual gobierno no le interesa ni lo tiene en consideración.
Desde esta columna si los recordamos y por ello nuestro más sincero saludo y abrazo a los detenidos en estas causas llamadas de lesa humanidad, estén presos en una cárcel o en su domicilio, extensivo a sus respectivas familias, que sobrellevan una eterna angustia y desconsuelo por esta ignominia. Recordando, por supuesto, a los que ya no están, que murieron encarcelados.
Tennyson escribió “La autoridad se olvida de un rey agonizante”. En estas Navidades no olviden ustedes a “su Rey que agoniza”.
PrisioneroEnArgentina.com
Diciembre 24, 2023