Si la justicia intervino porque eres víctima de algún delito, lo lamento.
Si la justicia intervino porque estás imputado de algún delito, lo lamento.
Si la justicia intervino porque estás imputado de los mal llamados delitos de lesa humanidad, lo lamento, ESTÁS MUERTO.
19 de diciembre. Luego de los preparativos de rigor, con mi esposa garante de mi persona ante la justicia, viajamos a Bahía Blanca. Llegamos a media tarde alojándonos el Hotel Argos. Allí la habitación 302, fue mi nueva y transitoria prisión.
DOS AÑOS Y VEINTIDOS DÍAS DESPUÉS
20 de diciembre. Luego de 2 años y 22 días de reiterados pedidos, al Juzgado Federal UNO de Bahía Blanca, logro que un juez en este caso el recientemente asumido Doctor WALTER EZEQUIEL LÓPEZ DA SILVA me tome declaración indagatoria cara a cara, como debe ser y como siempre debería ser, si existiera la real intención de aproximación a la verdad. A las 8.30 horas comienza el acto, con la presencia del doctor DA SILVA, su secretario el doctor Ivo Ceballos Krasnopol, el defensor oficial doctor GUSTAVO MARCELO RODRIGUEZ, a quien se ve bien intencionado y sobrepasado en su labor dado a que patrocina cien imputados por los mal llamados delitos de lesa humanidad. También estuvo presente la joven doctora CINTIA BONAVENTO de la misma defensoría y aquí la decepción total: no se presentaron los fiscales militantes JOSÉ A. NEBBIA y MIGUEL PALAZZANI, responsables juntamente con el hoy procurador ABÉL CÓRDOBA del armado de la causa en la cual me considero y soy un ilegal detenido. En su lugar lo hizo el doctor ANTONIO CASTAÑO, que lo sé honesto pero no muy compenetrado en la misma. Hoy en su calidad de escribiente, SUSANA ARRECHEA, empleada contratada por la Secretaría de Derechos Humanos, única persona ante quien en diciembre del 2014 yo prestara declaración indagatoria.
INTERPELACIÓN INQUISITIVA AUSENTE
Pude exponer libremente y luego reiteradamente pedí ser interrogado. Más allá de alguna pregunta suelta, de compromiso y de poca importancia, la interpelación inquisitiva que yo siempre quise, no llegó. Cuando le pedí al fiscal ANTONIO CASTAÑO que me preguntara algo, manifestó que con lo que yo había expresado, estaba bien. Más allá de las 13 horas se sintió en el ambiente cierto nerviosismo. Era la hora del almuerzo. 13.30 horas finaliza el acto, el juez sale a una oficina lindera, minutos después lo hace el fiscal. Nunca más los veré y así no pude saludarlos y desearles a modo de despedida las Felices Fiestas, que con mi esposa no tendremos. Solo puede expresarle mis buenos deseos al secretario para que se los trasmitiera a ellos.
APOCALÍPTICO
Firmo y sello cada una de las fojas de mi declaración, siempre con la convicción que aún me quedó mucho por decir. En estos casos por más que uno diga, esta impresión no desaparece. Con mi esposa le pedimos al secretario de quedarnos hasta el día 21, dado el cansancio del viaje, el estrés y a que ella debía manejar los más de 600 kilómetros que nos separan de Pinamar. Como el juez ya no estaba y él no podía, asumir “tamaña resolución”, desistimos. Tras abandonar el hotel con el día pago, a las 15 horas con 38 grados de temperatura, calor “que derretía el asfalto”, comenzamos a cruzar los campos secos con gigantescas huellas de recientes incendios, que rodean a la ciudad de Bahía Blanca. El paisaje era apocalíptico y nuestro estado de ánimo frente a una justicia que no cubrió las expectativas, también lo era.
“Apocalipsis significa “revelación”, es decir, descubrimiento de algo que estaba oculto.”
Por Claudio Kussman.
Si la justicia intervino porque eres víctima de algún delito, lo lamento.
Si la justicia intervino porque estás imputado de algún delito, lo lamento.
Si la justicia intervino porque estás imputado de los mal llamados delitos de lesa humanidad, lo lamento, ESTÁS MUERTO.
19 de diciembre. Luego de los preparativos de rigor, con mi esposa garante de mi persona ante la justicia, viajamos a Bahía Blanca. Llegamos a media tarde alojándonos el Hotel Argos. Allí la habitación 302, fue mi nueva y transitoria prisión.
DOS AÑOS Y VEINTIDOS DÍAS DESPUÉS
20 de diciembre. Luego de 2 años y 22 días de reiterados pedidos, al Juzgado Federal UNO de Bahía Blanca, logro que un juez en este caso el recientemente asumido Doctor WALTER EZEQUIEL LÓPEZ DA SILVA me tome declaración indagatoria cara a cara, como debe ser y como siempre debería ser, si existiera la real intención de aproximación a la verdad. A las 8.30 horas comienza el acto, con la presencia del doctor DA SILVA, su secretario el doctor Ivo Ceballos Krasnopol, el defensor oficial doctor GUSTAVO MARCELO RODRIGUEZ, a quien se ve bien intencionado y sobrepasado en su labor dado a que patrocina cien imputados por los mal llamados delitos de lesa humanidad. También estuvo presente la joven doctora CINTIA BONAVENTO de la misma defensoría y aquí la decepción total: no se presentaron los fiscales militantes JOSÉ A. NEBBIA y MIGUEL PALAZZANI, responsables juntamente con el hoy procurador ABÉL CÓRDOBA del armado de la causa en la cual me considero y soy un ilegal detenido. En su lugar lo hizo el doctor ANTONIO CASTAÑO, que lo sé honesto pero no muy compenetrado en la misma. Hoy en su calidad de escribiente, SUSANA ARRECHEA, empleada contratada por la Secretaría de Derechos Humanos, única persona ante quien en diciembre del 2014 yo prestara declaración indagatoria.
INTERPELACIÓN INQUISITIVA AUSENTE
Pude exponer libremente y luego reiteradamente pedí ser interrogado. Más allá de alguna pregunta suelta, de compromiso y de poca importancia, la interpelación inquisitiva que yo siempre quise, no llegó. Cuando le pedí al fiscal ANTONIO CASTAÑO que me preguntara algo, manifestó que con lo que yo había expresado, estaba bien. Más allá de las 13 horas se sintió en el ambiente cierto nerviosismo. Era la hora del almuerzo. 13.30 horas finaliza el acto, el juez sale a una oficina lindera, minutos después lo hace el fiscal. Nunca más los veré y así no pude saludarlos y desearles a modo de despedida las Felices Fiestas, que con mi esposa no tendremos. Solo puede expresarle mis buenos deseos al secretario para que se los trasmitiera a ellos.
APOCALÍPTICO
Firmo y sello cada una de las fojas de mi declaración, siempre con la convicción que aún me quedó mucho por decir. En estos casos por más que uno diga, esta impresión no desaparece. Con mi esposa le pedimos al secretario de quedarnos hasta el día 21, dado el cansancio del viaje, el estrés y a que ella debía manejar los más de 600 kilómetros que nos separan de Pinamar. Como el juez ya no estaba y él no podía, asumir “tamaña resolución”, desistimos. Tras abandonar el hotel con el día pago, a las 15 horas con 38 grados de temperatura, calor “que derretía el asfalto”, comenzamos a cruzar los campos secos con gigantescas huellas de recientes incendios, que rodean a la ciudad de Bahía Blanca. El paisaje era apocalíptico y nuestro estado de ánimo frente a una justicia que no cubrió las expectativas, también lo era.
“Apocalipsis significa “revelación”, es decir, descubrimiento de algo que estaba oculto.”
CONTINUARÁ CON:
Dos fiscales sin rostro.
El rostro de un temeroso falaz.
Claudio Kussman
PrisioneroEnArgentina.com
Diciembre 23, 2016
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