General Auel, como siempre sus escritos, son sabios, impecables, lógicos y veraces y el sombrío presente y futuro del país es absolutamente ineludible. Lo que sí resalto y SIN INTENCIÓN ALGUNA A OFENDER es que las fuerzas armadas dejaron de ser la tan pregonada reserva moral del país. Así lo experimentamos a través de esta página en donde con las limitaciones del caso junto con mi familia, tratamos de propagar verdades, sabiendo fehacientemente lo caro que pagaremos esta imprudencia. En ella no existen salvo su excepcional caso, Generales ni Coroneles que se expresen o dejen ver su rostro a través de una foto, o simplemente un comentario en alguna nota. Tampoco un pésame cuando informamos de una muerte. Ante invitaciones que efectuábamos años atrás, se negaron sistemáticamente a hacerlo o lo hicieron en una o dos oportunidades para luego “no contestar más el teléfono”. El más absoluto silencio es el que impera. Se impuso la palabra y el accionar de los Martín Balza, Cesar Milani, Claudio Pascualini y otros, que pasaron a confraternizar con ex terroristas mientras a sus camaradas y a QUIENES NO LO SOMOS nos exterminan en prisión. Simultáneamente y en forma masiva las fuerzas se cuadraron y rindieron honores a una Nilda Garré sin pudor alguno. Muy descorazonado debo expresar que este no es mi país y que lamento por todos los que murieron creyendo en él y en sus camaradas que al final solo tenían “los pies de barro”. Estimado General Auel, mucho agradecemos su participación y le pido disculpas si considera que mis palabras están fuera de lugar. Con respeto CLAUDIO KUSSMAN