El 25 de Agosto ppdo. el Obispo Castrense de la Argentina, Mons. Santiago Olivera, publicó una “Carta de los Lectores” en “La Nación” que es el paradigma de la infamia.
“En LA NACION del 22 del actual, el periodista Mariano de Vedia comienza su artículo titulado: “El Ejército y el Gobierno rindieron homenaje a militares caídos en ataques guerrilleros”, diciendo: “Con el aval explícito del Gobierno, el Ejército reivindicó y reconoció su condición de *héroes* a militares que ofrendaron sus vidas y murieron en ataques de organizaciones guerrilleros durante la vigencia de gobiernos democráticos”. ¿No tendría que ser este reconocimiento una política de Estado? Quiera Dios que nuestro país se encamine hacia la justicia en la verdad histórica, sin ideología. Gracias a los que trabajan y actúan en esta dirección. En estos nombres agradezco a muchos: a Presidencia, al ministro de Defensa, al secretario de Derechos Humanos y Pluralidad Cultural, al teniente general Claudio Pascualini, a la doctora Victoria Villaruel de Celtyv. “Los fallecidos y sus familias merecen de nuestra parte el recuerdo agradecido, encarnado en la verdad, justicia y reparación. “Santiago Olivera “Obispo castrense de la Argentina “DNI 12.566.508”
Este Obispo, después de esa carta no puede ser considerado ni siquiera como un hombre de bien porque promueve a los criminales y cohonesta el crimen continuado que se comete desde la era kirchnerista y sigue con el macrismo desde hace más de 15 años con total indiferencia por el sufrimiento de los secuestrados políticos y de sus familias, víctimas de ese crimen.
Como todo el mundo sabe en las cárceles federales languidecen al borde la muerte más de 1.000 militares, policías, civiles y hasta sacerdotes, por obra de una “política de Estado”, como la llamó uno de los máximos prevaricadores del país, el ex-Presidente de la Corte Suprema de la Nación Lorenzetti que no es más que una pena de muerte dictada por el odio, sin que importe probar su culpabilidad. Además de esos, hasta el 17 de Julio ppdo. ya había 588 muertos tras las rejas condenados a muerte de hecho por esa “política” convalidada por el Poder Judicial más depravado que he conocido en mis 59 años de ejercicio de la profesión de abogado. De esas víctimas de homicidio de Estado, 177 han muerto bajo la presidencia de Macri, con Avruj como “Secretario de Derechos Humanos”.
Estos dos falsarios, a quienes felicita Mons. Olivera, impulsaron los “juicios” contra los “acusados” por los ex-terroristas, que no son sino farsas judiciales seguidas de sentencias o simples resoluciones canallescamente nulas por la notoria parcialidad de los “magistrados” y por la absoluta falta de pruebas. Baste decir que los “testigos” de cargo, (única prueba alegada por esos prevaricadores) son terroristas, o sea, enemigos mortales de los encausados, inválidos como testigos, muchos de los cuales ahora son funcionarios con altos empleos públicos y en base a acusaciones de Fiscales tan parciales como los “jueces”, en audiencias convertidas por las organizaciones delictivas de la izquierda en aquelarres insultantes sin que los mencionados “jueces” lo impidieran.
El ritmo de los crímenes disfrazados de causas judiciales no disminuyó desde los tiempos de los Kirchner y los de Macri. Por el contrario, éste le agregó un detalle siniestro y es haber elegido como uno de los hitos obligados de toda visita oficial de algún mandatario extranjero, la peregrinación a la costa del río de la Plata para tirar flores en homenaje a los terroristas al parecer arrojados a él por los integrantes de las FFAA y de Seguridad en su combate contra las acciones terroristas. Si eso hicieron, fue un crimen porque no se hizo previamente un juicio sumario pero con oportunidad de defensa. Sin embargo, no hay ninguna prueba de que eso lo hayan hecho los que murieron o están al borde de la muerte en las cárceles de Macri y es también un crimen dejar morir tras las rejas a inocentes con presunción de culpabilidad asumida por puro odio ideológico.
Esto lo sabe muy bien Monseñor Olivera pero eso no impide que con falsedad y alevosía “felicite” a Macri y a Avruj por esas monstruosidades, a pesar de que también sabe que el primero prometió en su campaña presidencial del 2015 “acabar con el curro de los derechos humanos”.
Que un Obispo de la Santa Iglesia Católica, Apostólica, Romana y nada menos que el ” Vicario Castrense” haya cometido esta iniquidad es más que triste: es repugnante.
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El 25 de Agosto ppdo. el Obispo Castrense de la Argentina, Mons. Santiago Olivera, publicó una “Carta de los Lectores” en “La Nación” que es el paradigma de la infamia.
La carta dice así:
“Héroes militares
“En LA NACION del 22 del actual, el periodista Mariano de Vedia comienza su artículo titulado: “El Ejército y el Gobierno rindieron homenaje a militares caídos en ataques guerrilleros”, diciendo: “Con el aval explícito del Gobierno, el Ejército reivindicó y reconoció su condición de *héroes* a militares que ofrendaron sus vidas y murieron en ataques de organizaciones guerrilleros durante la vigencia de gobiernos democráticos”. ¿No tendría que ser este reconocimiento una política de Estado? Quiera Dios que nuestro país se encamine hacia la justicia en la verdad histórica, sin ideología. Gracias a los que trabajan y actúan en esta dirección. En estos nombres agradezco a muchos: a Presidencia, al ministro de Defensa, al secretario de Derechos Humanos y Pluralidad Cultural, al teniente general Claudio Pascualini, a la doctora Victoria Villaruel de Celtyv.
“Los fallecidos y sus familias merecen de nuestra parte el recuerdo agradecido, encarnado en la verdad, justicia y reparación.
“Santiago Olivera
“Obispo castrense de la Argentina
“DNI 12.566.508”
Este Obispo, después de esa carta no puede ser considerado ni siquiera como un hombre de bien porque promueve a los criminales y cohonesta el crimen continuado que se comete desde la era kirchnerista y sigue con el macrismo desde hace más de 15 años con total indiferencia por el sufrimiento de los secuestrados políticos y de sus familias, víctimas de ese crimen.
Como todo el mundo sabe en las cárceles federales languidecen al borde la muerte más de 1.000 militares, policías, civiles y hasta sacerdotes, por obra de una “política de Estado”, como la llamó uno de los máximos prevaricadores del país, el ex-Presidente de la Corte Suprema de la Nación Lorenzetti que no es más que una pena de muerte dictada por el odio, sin que importe probar su culpabilidad. Además de esos, hasta el 17 de Julio ppdo. ya había 588 muertos tras las rejas condenados a muerte de hecho por esa “política” convalidada por el Poder Judicial más depravado que he conocido en mis 59 años de ejercicio de la profesión de abogado. De esas víctimas de homicidio de Estado, 177 han muerto bajo la presidencia de Macri, con Avruj como “Secretario de Derechos Humanos”.
Estos dos falsarios, a quienes felicita Mons. Olivera, impulsaron los “juicios” contra los “acusados” por los ex-terroristas, que no son sino farsas judiciales seguidas de sentencias o simples resoluciones canallescamente nulas por la notoria parcialidad de los “magistrados” y por la absoluta falta de pruebas. Baste decir que los “testigos” de cargo, (única prueba alegada por esos prevaricadores) son terroristas, o sea, enemigos mortales de los encausados, inválidos como testigos, muchos de los cuales ahora son funcionarios con altos empleos públicos y en base a acusaciones de Fiscales tan parciales como los “jueces”, en audiencias convertidas por las organizaciones delictivas de la izquierda en aquelarres insultantes sin que los mencionados “jueces” lo impidieran.
El ritmo de los crímenes disfrazados de causas judiciales no disminuyó desde los tiempos de los Kirchner y los de Macri. Por el contrario, éste le agregó un detalle siniestro y es haber elegido como uno de los hitos obligados de toda visita oficial de algún mandatario extranjero, la peregrinación a la costa del río de la Plata para tirar flores en homenaje a los terroristas al parecer arrojados a él por los integrantes de las FFAA y de Seguridad en su combate contra las acciones terroristas. Si eso hicieron, fue un crimen porque no se hizo previamente un juicio sumario pero con oportunidad de defensa. Sin embargo, no hay ninguna prueba de que eso lo hayan hecho los que murieron o están al borde de la muerte en las cárceles de Macri y es también un crimen dejar morir tras las rejas a inocentes con presunción de culpabilidad asumida por puro odio ideológico.
Esto lo sabe muy bien Monseñor Olivera pero eso no impide que con falsedad y alevosía “felicite” a Macri y a Avruj por esas monstruosidades, a pesar de que también sabe que el primero prometió en su campaña presidencial del 2015 “acabar con el curro de los derechos humanos”.
Que un Obispo de la Santa Iglesia Católica, Apostólica, Romana y nada menos que el ” Vicario Castrense” haya cometido esta iniquidad es más que triste: es repugnante.
Cosme Beccar Varela
PrisioneroEnArgentina.com
Agosto 27, 2019
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