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Por Elgee Bishop.

El esquema de los “electores falsos” de 2020 fue un esfuerzo coordinado de los aliados de Donald Trump para anular los resultados de las elecciones presidenciales mediante la presentación de certificados electorales fraudulentos en estados clave en disputa.

Tras la victoria de Joe Biden en las elecciones de 2020, Trump y sus allegados intentaron reemplazar a los electores demócratas legítimos en siete estados (Arizona, Georgia, Michigan, Nevada, Nuevo México, Pensilvania y Wisconsin) con listas alternativas que afirmaban falsamente la victoria de Trump. Estos certificados falsos se enviaron al Congreso y a los Archivos Nacionales con la esperanza de que el entonces vicepresidente Mike Pence los contara en lugar de los verdaderos durante la certificación del 6 de enero.

Trump

El plan se basaba en una teoría legal marginal promovida por los abogados de Trump, John Eastman y Kenneth Chesebro, que argumentaba que el vicepresidente podía elegir qué electores contar, una afirmación ampliamente rechazada por la doctrina constitucional y los tribunales.

84 personas firmaron certificados falsos en siete estados.

A mediados de 2024, Arizona, Georgia, Michigan y Nevada presentaron cargos penales contra algunas de estas personas.

En Nevada, seis republicanos fueron acusados, pero el caso fue desestimado por problemas de jurisdicción; actualmente se encuentra en apelación.

En Michigan, 16 figuras del Partido Republicano fueron acusadas, incluyendo destacados funcionarios del partido.

En Georgia, algunos electores falsos aceptaron acuerdos de inmunidad, mientras que otros enfrentan un proceso judicial.

Chesebro
Eastman

En Nuevo México y Pensilvania, los certificados falsos incluían cláusulas condicionales que indicaban que solo eran válidos si los tribunales fallaban a favor de Trump, lo que ha complicado la persecución. En Wisconsin, se han presentado cargos contra quienes entregaron los documentos, pero no contra los firmantes.

Este esquema es uno de los aspectos con mayores consecuencias legales de los esfuerzos postelectorales para mantener a Trump en el poder. Si lo desea, puedo desglosar los cargos por estado o explorar cómo esto se relaciona con investigaciones más amplias.

Donald Trump no ha admitido públicamente haber orquestado el plan de los electores falsos. Sin embargo, múltiples investigaciones y testimonios sugieren que estaba al tanto y participó en él:

Según testimonios revisados por investigadores federales, Trump sabía que el plan violaba la Ley de Recuento Electoral, especialmente la idea de que el vicepresidente Pence pudiera rechazar a los electores certificados.

Giuliani

Participó en una conferencia telefónica el 2 de enero de 2021 con John Eastman y Rudy Giuliani, donde intentaron persuadir a los legisladores estatales para que reemplazaran a los electores de Biden por los de Trump.

Trump también presionó al Departamento de Justicia para que declarara falsamente fraude electoral, lo que habría respaldado la narrativa de los electores falsos.

Si bien Trump ha afirmado repetidamente que las elecciones de 2020 fueron “robadas”, nunca ha reconocido explícitamente la estrategia de los electores falsos como un esfuerzo coordinado para anular los resultados. En cambio, ha presentado las acciones de sus aliados como desafíos legítimos a la integridad electoral.

 


PrisioneroEnArgentina.com

Agosto 1, 2025


 

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