Tenzin Gyatso, más conocido como dalái lama, hizo que un niño lo besara en la boca públicamente, pero esta no ha sido la única polémica del líder del budismo tibetano. El dalái lama de la Central Religiosa del Tíbet fue duramente juzgado debido a un video en donde, no solo besa a un niño pequeño en la boca, sino que además pide que le “chupe la lengua”. El hecho le dio la vuelta al mundo y generó asco y repulsión en todo el que lo veía.
La situación solo empeora, si se tiene en cuenta que hace algunos años su santidad admitió conocer de varios casos de abuso sexual por parte de sus monjes hacia varios alumnos de la doctrina ―incluidos menores de edad― y no hizo nada al respecto. Además, el líder religioso también ha sido relacionado con una secta sexual muy famosa en Estados Unidos.
En 2018 ocurrió algo nunca antes visto. Dalái lama viajaba a la ciudad de Rotterdam, en Holanda, para reunirse públicamente con un grupo de víctimas de abuso sexual. Tras el destape de varios casos de violación y pederastia en la iglesia católica, y el surgimiento del movimiento #MeToo, en el que varias víctimas de abuso en la industria del entretenimiento alzaron la voz para pedir que se juzgara a sus victimarios, varias personas pertenecientes a la religión de Buda hicieron lo mismo.
Bautizaron al movimiento #MeTooGuru, añadiéndole esta última palabra “gurú”, que en el idioma de la india, de donde viene el budismo, significa “maestro”. Gracias a este, varias personas contaron el como varios monjes de templos europeos se aprovecharon de ellos de varias maneras. La mayoría eran estudiantes que pretendían buscar respuestas existenciales aprendiendo en templos de retiro. Allí los monjes no solo les sacaban dinero y los sometían a maltrato psicológico, sino que también llegaron a violarlos. Entre las víctimas había menores de edad. La situación empeoró cuando en medio de la reunión varios periodistas preguntaron al dalái lama sobre esta situación, y él solo sonrió y dijo que era consciente de estos hechos desde inicios de los años 90. “No son nuevos para mí; ya sabía todas estas cosas”, expresó. Confesó que desde 1992 le habían estado llegando cartas de varias víctimas donde le contaban lo ocurrido, lo que no explicó fue ¿por qué si ya lo sabía, no hizo nada?
Aun así, su santidad escuchó con paciencia y respeto a las cuatro víctimas en Rotterdam, e invitó a todos aquellos que hubieran pasado por lo mismo a contarlo y decir los nombres de los monjes que cometieron estos actos. “Deben hacer pública la identidad de su agresor, para que así los maestros estén preocupados por si son humillados”.
El líder religioso, además, les recordó a todos los gurús que “la autodisciplina es importante”, y simplemente dejó que la justicia de cada país juzgara a los culpables. Sin embargo, lo sorprendente del caso fue la revelación de que por casi tres décadas supo de esto y solo lo mantuvo en silencio.
Luego del escándalo del día de ayer, que puso a dalái lama bajo el escrutinio público, el medio Radio Formula.mx recordó el posible nexo del líder religioso con la secta de esclavitud sexual que fue desmantelada en 2018, NXIVM.
Esta secta se dedicaba a convertir mujeres en esclavas sexuales, donde eran víctimas constantes de violación y eran obligadas a entregar su cuerpo gratuitamente por orden de sus líderes. También se reveló que las víctimas eran obligadas a llamarse a sí mismas “esclavas”, a dirigirse a sus captores como “amos” y hasta eran marcadas como ganado.
Era dirigida por el estadounidense Keith Raniere, quien en 2019 recibió una condena de 120 años de cárcel debido al destape de estas actividades. Se escondía tras la fachada de una gran fundación que brindaba cursos empresariales y de autoayuda. Además de que adelantaba varias obras filantrópicas.
Es ahí donde entra dalái lama, quien fue invitado a ser conferencista en el año 2009 en un evento en Albany, EE. UU. Gyatso participó en la iniciativa World Ethical Foundation Consortium como conferencista principal y varias veces se le vio estrechando la mano y hablando muy de cerca con Raniere.
Desde ese momento, las críticas por la aparición en este evento empezaron a surgir, pues, de acuerdo con Vanity Fair, la gente no entendía qué hacía dalái lama participando en eventos de una organización que asemejaba a un culto y hasta recibió correos electrónicos con quejas al respecto. Después se rumoraba que había recibido 1 millón de dólares por participar, pero esto fue negado rápidamente por él a través de un comunicado oficial. “Ni su santidad, el dalái lama, ni la fundación de este recibieron el supuesto millón de dólares por su participación en Albany”. Todo esto aparece en el documental de HBO, The Vow, en donde también se afirma que es poco probable que el líder religiosos supiera sobre la esclavitud sexual y los entramados delictivos de NXIVM, pero la sola relación de su santidad con el culto dio mucho de qué hablar.
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La situación solo empeora, si se tiene en cuenta que hace algunos años su santidad admitió conocer de varios casos de abuso sexual por parte de sus monjes hacia varios alumnos de la doctrina ―incluidos menores de edad― y no hizo nada al respecto. Además, el líder religioso también ha sido relacionado con una secta sexual muy famosa en Estados Unidos.
En 2018 ocurrió algo nunca antes visto. Dalái lama viajaba a la ciudad de Rotterdam, en Holanda, para reunirse públicamente con un grupo de víctimas de abuso sexual. Tras el destape de varios casos de violación y pederastia en la iglesia católica, y el surgimiento del movimiento #MeToo, en el que varias víctimas de abuso en la industria del entretenimiento alzaron la voz para pedir que se juzgara a sus victimarios, varias personas pertenecientes a la religión de Buda hicieron lo mismo.
Bautizaron al movimiento #MeTooGuru, añadiéndole esta última palabra “gurú”, que en el idioma de la india, de donde viene el budismo, significa “maestro”. Gracias a este, varias personas contaron el como varios monjes de templos europeos se aprovecharon de ellos de varias maneras. La mayoría eran estudiantes que pretendían buscar respuestas existenciales aprendiendo en templos de retiro. Allí los monjes no solo les sacaban dinero y los sometían a maltrato psicológico, sino que también llegaron a violarlos. Entre las víctimas había menores de edad. La situación empeoró cuando en medio de la reunión varios periodistas preguntaron al dalái lama sobre esta situación, y él solo sonrió y dijo que era consciente de estos hechos desde inicios de los años 90. “No son nuevos para mí; ya sabía todas estas cosas”, expresó. Confesó que desde 1992 le habían estado llegando cartas de varias víctimas donde le contaban lo ocurrido, lo que no explicó fue ¿por qué si ya lo sabía, no hizo nada?
Aun así, su santidad escuchó con paciencia y respeto a las cuatro víctimas en Rotterdam, e invitó a todos aquellos que hubieran pasado por lo mismo a contarlo y decir los nombres de los monjes que cometieron estos actos. “Deben hacer pública la identidad de su agresor, para que así los maestros estén preocupados por si son humillados”.
El líder religioso, además, les recordó a todos los gurús que “la autodisciplina es importante”, y simplemente dejó que la justicia de cada país juzgara a los culpables. Sin embargo, lo sorprendente del caso fue la revelación de que por casi tres décadas supo de esto y solo lo mantuvo en silencio.
Luego del escándalo del día de ayer, que puso a dalái lama bajo el escrutinio público, el medio Radio Formula.mx recordó el posible nexo del líder religioso con la secta de esclavitud sexual que fue desmantelada en 2018, NXIVM.
Esta secta se dedicaba a convertir mujeres en esclavas sexuales, donde eran víctimas constantes de violación y eran obligadas a entregar su cuerpo gratuitamente por orden de sus líderes. También se reveló que las víctimas eran obligadas a llamarse a sí mismas “esclavas”, a dirigirse a sus captores como “amos” y hasta eran marcadas como ganado.
Era dirigida por el estadounidense Keith Raniere, quien en 2019 recibió una condena de 120 años de cárcel debido al destape de estas actividades. Se escondía tras la fachada de una gran fundación que brindaba cursos empresariales y de autoayuda. Además de que adelantaba varias obras filantrópicas.
Es ahí donde entra dalái lama, quien fue invitado a ser conferencista en el año 2009 en un evento en Albany, EE. UU. Gyatso participó en la iniciativa World Ethical Foundation Consortium como conferencista principal y varias veces se le vio estrechando la mano y hablando muy de cerca con Raniere.
Desde ese momento, las críticas por la aparición en este evento empezaron a surgir, pues, de acuerdo con Vanity Fair, la gente no entendía qué hacía dalái lama participando en eventos de una organización que asemejaba a un culto y hasta recibió correos electrónicos con quejas al respecto. Después se rumoraba que había recibido 1 millón de dólares por participar, pero esto fue negado rápidamente por él a través de un comunicado oficial. “Ni su santidad, el dalái lama, ni la fundación de este recibieron el supuesto millón de dólares por su participación en Albany”. Todo esto aparece en el documental de HBO, The Vow, en donde también se afirma que es poco probable que el líder religiosos supiera sobre la esclavitud sexual y los entramados delictivos de NXIVM, pero la sola relación de su santidad con el culto dio mucho de qué hablar.
PrisioneroEnArgentina.com
Abril 13, 2023