Debido a la crisis del coronavirus los obispos italianos han informado que quedan suspendidas todas las misas públicas, incluidos funerales, hasta abril, siguiendo las medidas del Gobierno.
En una decisión sin precedentes, la Conferencia Episcopal Italiana ha decidido suspender todas las misas públicas en el territorio italiano hasta, al menos, el 3 de abril.
La medida se ha tomado siguiendo el decreto del primer ministro italiano, Giuseppe Conte, que entró en vigor hoy, el cual suspende las “ceremonias civiles y religiosas, incluidas las ceremonias funerarias” en todo el país hasta el viernes 3 de abril, informa Avvenire.
Infovaticana 8/3/2020 Ines San Martin ✔@inesanma
COMENTARIO: Decisión inaudita revela la poca fe en Dios y el desprecio por la Iglesia Católica que padecen los Obispos italianos, empezando por el primero de ellos, el Obispo de Roma, el Papa Francisco. Dejar a todos los católicos italianos sin poder asistir a misa es, además, una medida tiránica y al mismo tiempo sumisa hasta la abyección al poder político de ese país.
Huelga decir que la existencia del “coronavirus” es una excusa denigrante, entre otras razones porque la supuesta epidemia no tiene ni cerca el carácter de un peligro mundial y la enfermedad no es incurable, como ha quedado probado hasta la saciedad.
Por otra parte, mucho más peligro de contagio existe viajar en un transporte público, con la gente aglomerada, y eso no lo suspenden porque pararía totalmente la economía y esos prelados impíos prefieren la decadencia espiritual a la decadencia económica.
No digo que la misa como se celebra hoy, luego de la reforma del Concilio Vaticano II, de los cambios en la liturgia de Paulo VI y del progresismo herético de la casi totalidad del clero sea un modelo de edificación espiritual. Pero atreverse a suprimirla es una espantosa victoria del infierno contra la Esposa de Nuestro Señor Jesucristo ya que, con toda su carga de mal espíritu, aún en la misa de hoy probablemente se podía comulgar. Suprimida como lo hicieron los Obispos italianos equivale a una excomunión colectiva de todo el pueblo italiano. Si no me acuerdo mal una de las profecías de los últimos tiempos anuncia que en ese entonces cesará el culto a Dios. ¿No es esta medida episcopal el cumplimiento de esa profecía?
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COMENTARIO: Decisión inaudita revela la poca fe en Dios y el desprecio por la Iglesia Católica que padecen los Obispos italianos, empezando por el primero de ellos, el Obispo de Roma, el Papa Francisco. Dejar a todos los católicos italianos sin poder asistir a misa es, además, una medida tiránica y al mismo tiempo sumisa hasta la abyección al poder político de ese país.
Huelga decir que la existencia del “coronavirus” es una excusa denigrante, entre otras razones porque la supuesta epidemia no tiene ni cerca el carácter de un peligro mundial y la enfermedad no es incurable, como ha quedado probado hasta la saciedad.
No digo que la misa como se celebra hoy, luego de la reforma del Concilio Vaticano II, de los cambios en la liturgia de Paulo VI y del progresismo herético de la casi totalidad del clero sea un modelo de edificación espiritual. Pero atreverse a suprimirla es una espantosa victoria del infierno contra la Esposa de Nuestro Señor Jesucristo ya que, con toda su carga de mal espíritu, aún en la misa de hoy probablemente se podía comulgar. Suprimida como lo hicieron los Obispos italianos equivale a una excomunión colectiva de todo el pueblo italiano. Si no me acuerdo mal una de las profecías de los últimos tiempos anuncia que en ese entonces cesará el culto a Dios. ¿No es esta medida episcopal el cumplimiento de esa profecía?
Cosme Beccar Varela
PrisioneroEnArgentina.com
Marzo 10, 2020