Que en esta semana Sagrada y bendita se reflexione desde el alma y el corazón sobre el niño por nacer. Hay que sacar a luz los males del Aborto: Que es sin duda alguna:
Condenar a alguien sin darle ninguna oportunidad de defensa.
Matar a un inocente sin que pueda hacer nada para evitarlo.
Donde el aborto es “derecho,” utilizar dinero público, de los impuestos de todos, para pagar a asesinos.
Corromper la hermosa profesión de los médicos y enfermeras, llamados a cuidar y restaurar la vida, y no a destruirla.
Implantar la idea de que hay males que no se pueden erradicar, y que lo realista es matar con algo de higiene.
Mentir como si se estuviera defendiendo a las mujeres; ¿acaso quién defiende a las bebitas asesinadas?
Corromper a multitud de políticos ya tentados de hacer cualquier cosa por asegurar más votos.
Abrir la puerta para muertes aún más absurdas como las de los abortados por el “crimen” de ser mujer o de ser varón.
Dejar a millones y millones de mujeres con una culpa irreparable y otros daños psicológicos graves.
Trivializar la sexualidad humana pues, si toda falla, siempre es posible matar al producto de la irresponsabilidad.
Convertir en rutina el asesinato de bebés con síndrome de Down o con otras condiciones consideradas “indignas.”
Crear una atmósfera perversa en que defender la vida se convierte en delito contra la supuesta libertad de matar.
En un exorcismo decía el demonio: “¿Por qué quieren acabar con el aborto? Yo disfruto cada aborto.”
Oremos y hagamos penitencia por el crimen que de modo más visible avergüenza a la especie humana en nuestros días.
Que en esta semana Sagrada y bendita se reflexione desde el alma y el corazón sobre el niño por nacer. Hay que sacar a luz los males del Aborto: Que es sin duda alguna:
Condenar a alguien sin darle ninguna oportunidad de defensa.
Matar a un inocente sin que pueda hacer nada para evitarlo.
Donde el aborto es “derecho,” utilizar dinero público, de los impuestos de todos, para pagar a asesinos.
Corromper la hermosa profesión de los médicos y enfermeras, llamados a cuidar y restaurar la vida, y no a destruirla.
Implantar la idea de que hay males que no se pueden erradicar, y que lo realista es matar con algo de higiene.
Mentir como si se estuviera defendiendo a las mujeres; ¿acaso quién defiende a las bebitas asesinadas?
Corromper a multitud de políticos ya tentados de hacer cualquier cosa por asegurar más votos.
Abrir la puerta para muertes aún más absurdas como las de los abortados por el “crimen” de ser mujer o de ser varón.
Dejar a millones y millones de mujeres con una culpa irreparable y otros daños psicológicos graves.
Trivializar la sexualidad humana pues, si toda falla, siempre es posible matar al producto de la irresponsabilidad.
Convertir en rutina el asesinato de bebés con síndrome de Down o con otras condiciones consideradas “indignas.”
Crear una atmósfera perversa en que defender la vida se convierte en delito contra la supuesta libertad de matar.
En un exorcismo decía el demonio: “¿Por qué quieren acabar con el aborto? Yo disfruto cada aborto.”
Oremos y hagamos penitencia por el crimen que de modo más visible avergüenza a la especie humana en nuestros días.
Dr. Jorge B. Lobo Aragón
jorgeloboaragon@gmail.com
D.N.I. nº 12.209.529
Avda. Camino del Perú nº 1575
San Miguel de Tucumán
PrisioneroEnArgentina.com
Marzo 28, 2018
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