El delegado de Salud Pública de Camerún, Robert Mathurin Bidjang, informó el pasado martes que fueron detectados dos casos sospechosos de la enfermedad de Marburgo en la comuna de Olamze, situada en el límite con Guinea Ecuatorial, por lo que se ha restringido el movimiento fronterizo para evitar contagios.
El anuncio del funcionario camerunés tiene lugar después de que las autoridades sanitarias ecuatoguineanas confirmaran, por primera vez, que había un brote del virus de Marburgo, cuando una de las nueve personas fallecidas en la provincia de Kie Ntem dio positivo a la afección vírica. Esta es la primera alerta epidémica relacionada con este trastorno altamente infeccioso en el continente africano desde junio del año pasado, cuando el Ministerio de Salud de Ghana notificó al menos tres casos en su territorio.
De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC, por sus siglas en inglés), el virus de Marburgo, que es un microrganismo de la misma familia que el ébola (filovirus), puede ocasionar fiebres hemorrágicas graves en personas y primates no humanos, como monos y gorilas.
En 1967, se registraron los primeros brotes en laboratorios ubicados en las ciudades alemanas de Marburgo y Fráncfort, así como en uno localizado en la ciudad serbia de Belgrado. Alrededor de 31 personas resultaron infectadas por el microorganismo infeccioso, entre los que se encontraban los trabajadores de los laboratorios y varios miembros del personal médico que los cuidaba.
El virus de Marburgo se mantuvo inactivo hasta que en 1975 apareció en un viajero zimbabuense que se encontraba en Sudáfrica, resultando infectados su acompañante y una enfermera que lo atendió. Desde aquel momento, se han producido de manera esporádica brotes de Marburgo en algunos países africanos, incluyendo dos grandes epidemias en la República Democrática del Congo (de 1998 a 2000) y Angola (2005).
La Organización Mundial de la Salud (OMS) indicó que alrededor del 50 % de las personas afectadas por la enfermedad de Marburgo pueden llegar a morir. Asimismo, precisó que la tasa de mortalidad en brotes anteriores osciló entre el 24 % y el 88 %. Eso dependía, en gran medida, de la cepa del virus y del manejo de la enfermedad.
Las personas que contraen el virus del Marburgo son aquellas que estuvieron expuestas de manera prolongada a murciélagos africanos frugívoros (‘Rousettus aegyptiacus’), que generalmente se hallan en cuevas y minas. La transmisión entre humanos es a través del contacto directo con fluidos corporales de individuos infectados o con superficies contaminadas.
El médico de la compañía Northwell Health Harish Moorjani señaló que el riesgo de que el virus se propague en naciones fuera de África, como EE.UU. y Reino Unido, es extremadamente bajo. Sin embargo, el constante flujo de viajeros podría extenderlo a otros rincones del mundo. La profesora de la Universidad de Nueva Gales del Sur Raina MacIntyre mencionó que la falta de pruebas para detectar la fiebre hemorrágica viral en países que no están familiarizados con la enfermedad puede resultar mortal.
MacIntyre recalcó que se tiene más información sobre el virus del ébola que sobre el de Marburgo, por lo que se deben tomar medidas precautorias sobre su propagación, ya que no existen vacunas ni tratamientos aprobados para este filovirus.
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El delegado de Salud Pública de Camerún, Robert Mathurin Bidjang, informó el pasado martes que fueron detectados dos casos sospechosos de la enfermedad de Marburgo en la comuna de Olamze, situada en el límite con Guinea Ecuatorial, por lo que se ha restringido el movimiento fronterizo para evitar contagios.
El anuncio del funcionario camerunés tiene lugar después de que las autoridades sanitarias ecuatoguineanas confirmaran, por primera vez, que había un brote del virus de Marburgo, cuando una de las nueve personas fallecidas en la provincia de Kie Ntem dio positivo a la afección vírica. Esta es la primera alerta epidémica relacionada con este trastorno altamente infeccioso en el continente africano desde junio del año pasado, cuando el Ministerio de Salud de Ghana notificó al menos tres casos en su territorio.
De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC, por sus siglas en inglés), el virus de Marburgo, que es un microrganismo de la misma familia que el ébola (filovirus), puede ocasionar fiebres hemorrágicas graves en personas y primates no humanos, como monos y gorilas.
En 1967, se registraron los primeros brotes en laboratorios ubicados en las ciudades alemanas de Marburgo y Fráncfort, así como en uno localizado en la ciudad serbia de Belgrado. Alrededor de 31 personas resultaron infectadas por el microorganismo infeccioso, entre los que se encontraban los trabajadores de los laboratorios y varios miembros del personal médico que los cuidaba.
El virus de Marburgo se mantuvo inactivo hasta que en 1975 apareció en un viajero zimbabuense que se encontraba en Sudáfrica, resultando infectados su acompañante y una enfermera que lo atendió. Desde aquel momento, se han producido de manera esporádica brotes de Marburgo en algunos países africanos, incluyendo dos grandes epidemias en la República Democrática del Congo (de 1998 a 2000) y Angola (2005).
La Organización Mundial de la Salud (OMS) indicó que alrededor del 50 % de las personas afectadas por la enfermedad de Marburgo pueden llegar a morir. Asimismo, precisó que la tasa de mortalidad en brotes anteriores osciló entre el 24 % y el 88 %. Eso dependía, en gran medida, de la cepa del virus y del manejo de la enfermedad.
Las personas que contraen el virus del Marburgo son aquellas que estuvieron expuestas de manera prolongada a murciélagos africanos frugívoros (‘Rousettus aegyptiacus’), que generalmente se hallan en cuevas y minas. La transmisión entre humanos es a través del contacto directo con fluidos corporales de individuos infectados o con superficies contaminadas.
El médico de la compañía Northwell Health Harish Moorjani señaló que el riesgo de que el virus se propague en naciones fuera de África, como EE.UU. y Reino Unido, es extremadamente bajo. Sin embargo, el constante flujo de viajeros podría extenderlo a otros rincones del mundo. La profesora de la Universidad de Nueva Gales del Sur Raina MacIntyre mencionó que la falta de pruebas para detectar la fiebre hemorrágica viral en países que no están familiarizados con la enfermedad puede resultar mortal.
MacIntyre recalcó que se tiene más información sobre el virus del ébola que sobre el de Marburgo, por lo que se deben tomar medidas precautorias sobre su propagación, ya que no existen vacunas ni tratamientos aprobados para este filovirus.
PrisioneroEnArgentina.com
Febrero 21, 2023